Por José Antonio Fortea
Sacerdote y teólogo especializado en demonología.
El momento de la muerte es el minuto en el que algunos se esperan encontrar en el no-ser y se encuentran con el Ser. Es el momento en el que uno tras ver, desearía encontrar el camino de vuelta para rehacer las cosas. Pero es el momento en el que ya no hay ningún camino de vuelta. Es el momento en el que el tiempo se ha acabado de forma total: ya no hay más tiempo terreno. Lo que haya de ser, será en el más allá, en el tiempo que depende de lo que hicimos en los años terrenos. Es el momento en el que uno sólo escucha una voz, la de Dios. De pronto, la única voz que importa es la de Dios. De pronto, todo depende de Dios. Sobre la tierra uno ha podido olvidarse de Dios, darle la espalda, bromear sobre Él, faltarle al respeto, incluso blasfemar. Y, repentinamente, Él está allí y todo depende de Él. Instantáneamente, uno comprende el significado de la palabra ABSOLUTO de un modo impensable en la tierra.
FUENTE: blogdelpadrefortea.blogspot.com
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