El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras!
Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.
Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad.
SAN JUAN CRISÓSTOMO
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Es necesario descubrir de nuevo el aspecto corporal de la fe; la abstención de la comida es uno de estos aspectos. Sexualidad y alimentación son los elementos centrales de la dimensión física del hombre: hoy, a una menor comprensión de la virginidad corresponde una menor comprensión del ayuno. Y una y otra falta de comprensión proceden de una misma raíz: el actual obscurecimiento de la tensión escatológica, es decir, de la tensión de la fe cristiana hacia la vida eterna.
Ser vírgenes y saber practicar periódicamente el ayuno es atestiguar que la vida eterna nos espera; mas aun, que ya está entre nosotros.
Hoy mas que nunca, la penitencia, mortificación es necesaria para expiar por nuestros pecados y reparar por los del mundo entero.
De: AYUNO Y PUREZA CORPORAL, Cardenal Ratzinger
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Jesús nos ha dado muestras de la eficacia del ayuno, en el combate contra el demonio y la tentación cuando al inicio de su ministerio ayuno durante 40 días con el fin de estar preparado para el momento de la prueba (Lc 4, 5.9). Después de la resurrección del Maestro, sus discípulos lo imitaron y con ello iniciaron la evangelización de las naciones (Hech 13m 3). Y es que al abstenerse de alimento que es la fuerza y la energía del cuerpo, el hombre se abandona a la fuerza y a la eficacia del poder de Dios.
Es de alguna manera renunciar a nuestras propias fuerzas, para darle a Dios toda la libertad de actuar en nosotros y a través de nosotros. Es al mismo tiempo una privación que permite al Espíritu Santo dar al hombre más lucidez en la toma de sus decisiones.
Si el Cristiano quiere vivir una vida plena en la gracia y dejar que se desarrolle en él la vida del amor y de esta manera estar protegido contra las acechanzas del demonio, debe orar y ayunar con frecuencia.
De: EL DEMONIO, SUS TERRENOS Y SUS COMBATES
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