FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

MIL MÁXIMAS DE DON BOSCO - ENTREGA 16


MIL MÁXIMAS DE DON BOSCO



SUFRIMIENTO

887 El yugo de la cruz es como el jugo que usan las abejas, que impide a los insectos nocivos la entrada a la colmena. (BAC. 603).

888 En el Evangelio se encuentra escrito: Bienaventurados los que sufren, y no los que gozan. (XII, 631).

889 Existe una providencia que guía nuestro destino y que permite con frecuencia que uno caiga en los males que deseaba a otro. (II, 119).

890 Todos debemos cargar nuestra cruz con Jesús, y esa cruz son los sufrimientos que encontramos en el camino de nuestra vida. (X, 648).

891 El camino de la cruz es el que nos conduce a Dios. (XI, 363).

892 De la cruz podemos sacar fortaleza, rezando y meditando. (XII, 601).

893 Venceremos a nuestros enemigos, abrazándonos a la cruz. (XII, 601).

894 No basta tomar la cruz en la mano, es necesario saber cargarla. (XII, 601).

895 Los achaques de la vejez, tomémoslos como nuestra cruz. (XVII, 555).

896 No basta cargar, es necesario amar la cruz que Jesús nos pone sobre las espaldas. (XVIII, 82).

897 Súfrelo todo, pero no te olvides que ha de ser con caridad. (XIII, 881).

898 Para hacer el bien hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades. (III, 52).

899 Dios nos quiere en el paraíso, pero por el camino de las tribulaciones. (XVIII, 371).

900 Acuérdate tú que sufres, que trabajas por un Patrón que es Dios. (VIII, 444).

901 Las espinas de la vida se trocarán en flores para toda la eternidad. (VIII, 476).

902 Si en esta vida soportamos las espinas, en la otra gozaremos de las rosas. (X, 648).

903 Tarde o temprano, por amor o por fuerza hay que abandonarlo todo y para siempre; al mundo con sus lisonjas, a padres, amigos y casa. (XVII, 263).

904 Cuando sintáis las espinas, metedlas entre la corona de Jesús. (XI, 363).

905 Es necesario que nos crucifiquemos con Jesucristo; la cruz es su bandera y su estandarte; quien no lo quiere seguir no es digno de ser su discípulo. (XI, 513).


TEMPLANZA

906 Nuestra Congregación no disminuirá nunca, antes bien, irá siempre en aumento, con tal que se trabaje mucho y se haga reinar la templanza. (XII, 383).

907 La templanza es bendecida por el Señor y refuerza nuestra inteligencia y nuestra salud corporal. (II, 395).

908 Dadme un joven que sea mortificado en el comer, en el beber, en el dormir, y lo veréis virtuoso, cumplidor de sus deberes y amante de todas las virtudes. (IV, 184).
909 En la cena hay que comer menos que en la comida y recomendar a los jóvenes tener ligero el estómago al acostarse. (IV, 201).

910 No os impongo específicamente ningún ayuno, pero os recomiendo la templanza. (XII, 20).

911 Sed parcos en comer carne y en beber vino; los excesos de inmoralidad que campean en algunos países se deben al abuso de la carne y del vino. La sobriedad en la alimentación alivia
los problemas espirituales. (XIII, 85).

912 Estómago cargado es causa de tentación; todo lo que llena en exceso el estómago, es materia apta para el diablo. (XIII, 432).

913 Templanza y trabajo son los dos mejores custodios de la virtud. (XV, 460).



TRABAJO

914 Si trabajo de prisa, es porque por muchos años que se viva, no se puede hacer ni la mitad de lo que quisiera. (DB.449).

915 Trabajad, trabajad mucho, pero haced de modo que lleguéis a trabajar por mucho tiempo. (XIV, 254).

916 No hay que obstinarse en querer trabajar; donde no se puede hacer nada, es mejor cambiar a otro lugar donde puedan emplearse nuestras fuerzas útilmente. (XII, 255).

917 Convencéos de que el hombre ha nacido para el trabajo; y cuando se excusa de él, está fuera de su centro y corre riesgo de ofender a Dios. (BAC. 681).

918 En mi Casa nunca faltará pan, pues la Divina Providencia proveerá; trabajo, porque cada uno desempeña el oficio de tres; paraíso, porque quien come de la Providencia y trabaja por Dios, tiene derecho a un pedazo de cielo. (XVII; 251).

919 El trabajo es la mejor arma contra los enemigos del alma. (I, 518).

920 Trabajo por Dios: el paraíso lo recompensa todo. (III, 587).

921 Mis queridos jóvenes, en vez de sugerir penitencia o disciplina, os recomiendo Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV, 216).

922 Quien no se habitúa al trabajo desde la juventud, será por regla general un flojo hasta la vejez. (IV, 748).

923 Por trabajar se entiende cumplir fielmente con las obligaciones del propio estado. (IV, 748).

924 Trabajemos constantemente en esta vida para salvar nuestra alma y muchas otras almas; ya descansaremos en la eternidad bienaventurada. (X, 9).

925 El trabajo y la templanza harán florecer nuestra sociedad. (X, 102).

926 Trabajemos sin cesar y haremos mucho bien. (XI, 169).

927 Mientras estemos siempre ocupados, nuestros asuntos andarán bien. (XII, 37).

928 También el trabajo ayuda a conservar la moralidad. (XIII, 86).

929 Mientras se trabaja, se destierra al demonio. (XIII, 116).

930 Vivimos en tiempos en los cuales es necesario obrar. El mundo se ha vuelto materialista, por esto es necesario trabajar y dar a conocer el bien que se hace. (XIII, 126).

931 Nosotros no estamos para buscar dinero, sino para trabajar. (XIII, 80).

932 No estéis nunca desocupados; si no trabajáis vosotros, trabajará el demonio. (XIII, 801-433).

933 Si quieres hacer mucho, trabaja poco, o sea, no más de lo que tus fuerzas te lo permitan. (XIII, 878).

934 Seamos ambiciosos, pero de salvar nuestra alma con sacrificio. (IX, 354).

935 Haced agradables las vacaciones, mas no estéis ociosos. (XIII, 433).

936 A quien no le guste trabajar, no es buen Salesiano. (XIX, 157).

937 Mientras los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se consagren a la oración y al trabajo, practiquen la templanza y cultiven el espíritu de pobreza, las dos Congregaciones harán mucho bien; pero si por desgracia aflojan en el fervor y rehuyen del trabajo y aman las comodidades de la vida, habrá terminado todo, comenzará la decadencia, caerán por tierra y desaparecerán. (X, 651-2).

938 Como yo me sacrifico, entiendo que todos los Salesianos trabajarán por la Iglesia hasta el último aliento. (XIV, 229 - 613).

939 Trabajar con ahínco para preparar mejor nuestra salvación eterna. Este debe ser el fin de todo Salesiano y su continuo anhelo. (XVII, 176).

940 Los Salesianos triunfarán en todo con la humildad, con el trabajo, con la templanza. (XVII, 301).

941 ¡Ánimo!. Todo pasa, sólo Dios queda. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día. (P.M.1).

942 Si un Salesiano sucumbiese por exceso de trabajo, ganará otros cien para la Congregación. (XII, 382).

943 Nuestra Congregación os asegura: Pan, Trabajo y Paraíso. (VII, 600).

944 Recuerda siempre a todos los Salesianos el lema adoptado por nosotros: TRABAJO y 



TEMPLANZA.

Son dos armas con las cuales llegaremos a triunfar en todo. (XIII, 326).

945 Ninguno entre a la Congregación con la esperanza de estarse con las manos en la cintura. (XIII, 424).

946 Si correspondemos a las gracias de Dios con el trabajo, con la templanza, con el buen ejemplo; el Señor se servirá de nosotros, de tal manera que quedaremos gratamente sorprendidos por el éxito alcanzado y de seguir haciendo maravillas. Con el espíritu de dulzura de San Francisco de Sales, el mundo tendrá que ceder ante la bondad y en la gloria de Dios veremos el bien de la sociedad. Podremos exclamar: "Omnia possum in eo que me confortat". (XII, 83). 49

947 Cuando un Salesiano sucumb a bajo el peso excesivo, trabajando por las almas, entonces podréis decir que nuestra Congregación ha alcanzado un gran triunfo y sobre ella descenderán copiosas bendiciones del cielo. (XVII, 273).

948 Ánimo, si aquí en la tierra trabajas, en el cielo tendrás gozo eterno. (XII, 797).

949 Me consta que se trabaja mucho, esto me satisface, porque donde se trabaja incesantemente, el demonio fracasa.
(X, 1054).

950 Sólo las buenas obras son las verdaderas riquezas que nos aseguran un puesto allá en el cielo.(XII, 328).

951 El dinero no puede llenar el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es lo que produce la verdadera satisfacción. (I, 129).

952 Trabajemos con fe, practicando nosotros mismos lo que recomendamos a los demás. (X, 992).

953 Cada día se trabaja por el paraíso, los bienes de esta vida son transitorios, los del cielo son eternos. Asegúratelos. (P.M.36).

954 La templanza y el trabajo son los guardianes de la virtud. (XV, 460).

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