"Ahora vas a meditar sobre Mi Amor en el Santísimo Sacramento. Aquí estoy entero para ti, con el cuerpo, el alma y la divinidad, como tu Esposo. Tú sabes lo que exige el amor, una sola cosa, es decir, LA RECIPROCIDAD..."
LA SANTIDAD Y EN QUÉ CONSISTE.
Ni gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. _Estos dones son solamente UN ADORNO DEL ALMA, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección. Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios. Dios nunca violenta nuestro libre albedrío. De nosotros depende si queremos recibir la gracia de Dios o no; si vamos a colaborar con ella o la malgastamos.
Conocí que cada alma quisiera gozar de las alegrías divinas, pero no quiere renunciar de ningún modo de las alegrías humanas mientras que estas dos cosas son absolutamente incompatibles.
He aprendido que la mayor fuerza está oculta en la paciencia. Veo que la paciencia siempre conduce a la victoria, aunque no inmediatamente, pero la victoria se manifestará después de años. La paciencia va unida a la mansedumbre.
Cuando te acercas a la confesión debes saber que YO MISMO TE ESPERO EN EL CONFESIONARIO, sólo que estoy oculto en el Sacerdote, pero Yo mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se encuentra con Dios de la Misericordia.
"Yo no recompenso por el resultado positivo sino por la paciencia y el trabajo emprendido por MI."
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