Mensaje de “El Buen Pastor Enoc” del día 29 de marzo de 2011.
Hijos míos, que mi paz esté con vosotros.
El cielo llora por la pérdida de tantas almas. Miles y miles caen al abismo sin poder hacer nada por ellas, pues le dieron la espalda al Dios de la Vida. Orad hijos míos con mi Rosario de la Misericordia, por las almas de los pecadores que estén en mayor peligro de condenarse y por las almas de los moribundos que están en pecado mortal; y muy especialmente orad por la juventud.
El infierno está lleno de jóvenes, que blasfeman de Dios y de sus padres porque no hubo quien les hablara de la existencia del mal y del infierno. ¡Qué tristeza me produce ver perderse a tantas almas, que en el tiempo de su tiempo me dieron la espalda y no quisieron acogerse a mis llamados a la conversión! El infierno es una realidad que la inmensa mayoría de la humanidad quiere desconocer. Mi adversario se goza con cada alma que se me pierde; mi dolor es grande; tengo sed de almas penitentes que me ayuden a rescatar con sus sacrificios y mortificaciones a tantas almas que se me están perdiendo.
La humanidad calla, mi Iglesia calla, mis pastores callan, la existencia del infierno. ¡Oh, qué pecado de omisión tan grande es vuestro silencio, que afrenta a mi Espíritu! Todos los bautizados estáis llamados a ser misioneros y evangelizadores; dejad vuestro letargo espiritual; os hago un llamado: Pastores de mi rebaño, educadores, evangelizadores y padres de familia; retomad la enseñanza de mi Palabra y de mis Mandamientos; salid de vuestras cuatro paredes y buscad el rebaño que yace disperso como ovejas sin pastor. Vuestro silencio sobre la existencia del mal y del infierno está haciendo que muchas almas se pierdan. Os digo, que seréis reos de culpa, todos aquellos que por omisión o temor y con conocimiento de hecho, os neguéis a hablarles a vuestros hermanos de la existencia del mal y del averno.
Necesito voces que le hablen al desierto de esta humanidad pecadora; muchas almas se están perdiendo por la falta de evangelización sobre este tema. Acordaos de lo que dice mi palabra: Misericordia quiero y no sacrificios; el ayuno que me agrada es el ayuno del amor. (Mt. 9, 13) (Oseas 6,6).
El infierno es un lugar de tormento y dolor, fuego que quema y no se extingue, donde van a parar las almas que se apartaron de mí. La existencia del mal y los demonios es una realidad que no podéis seguir ocultando. Mis pastores deben hablar sobre este tema a mi rebaño; leed mi palabra y en ella encontraréis que se habla más de setenta veces sobre la existencia del averno y del maligno.
Mi pueblo se está perdiendo por falta de conocimiento. No calléis más, el tiempo de mi justicia está cerca. Evangelizad, evangelizad, evangelizad, para que muchas almas se salven. Porque en verdad os digo, que no se prende una lámpara para meterla debajo de la cama, si no para que alumbre. Al que mucho se le da, mucho se le exigirá. Los talentos que se os dan son para el servicio de vuestros hermanos, no para guardarlo, como lo hizo el siervo malo. Despertad, pueblo mío; salid a evangelizar con mi palabra que es vida y alimento para el espíritu. Consolad a mis ovejas, vosotros pastores de mi rebaño. Habladle al corazón de mi pueblo y decidle que el Reino de Dios está cerca. No calléis más, porque entonces las piedras hablarán por vosotros; ellas, serán testigos de vuestro silencio. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Soy vuestro Pastor: Jesús de Nazareth. Dad a conocer mis mensajes de salvación a todas las naciones.
Mensaje de “El Buen Pastor Enoc” del día 21 de marzo de 2011.
¡RECOGEOS Y AGRUPAOS EN TORNO A MÍ,
PORQUE LA HORA DE LA DESOLACIÓN ESTÁ CERCA!
Hijos míos, que mi paz esté con todos vosotros.
La noche de mi justicia está próxima a cubrir con sus tinieblas a mi creación y a mis criaturas. Os digo que estéis preparados con vuestras lámparas encendidas con la oración, porque llegaré como ladrón en la noche.
Mi creación ya comenzó a gemir como mujer en parto; mi creación clama justicia, ante el maltrato y abuso de esta humanidad pecadora. Ayes de dolor se escucharán en los cuatro puntos cardinales; los continentes se estremecerán y muchas naciones serán borradas de la faz de la tierra. Mi Espíritu renovará la creación y después de los tres días de oscuridad, todo será de nuevo creado.
Mi aviso está más cerca de lo que vosotros pensáis; por eso os digo, que mi despertar de conciencias os coja en gracia de Dios, para que podáis soportar el pequeño juicio que haré a las naciones. Mi purificación es necesaria, para seleccionar el trigo de la cizaña, y las ovejas de las cabras. Acordaos que muchos últimos serán primeros y muchos primeros serán últimos; con esto os quiero decir que la única seguridad es que permanezcáis fieles a Mí y a mis preceptos. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, más el que la pierda por mí, la encontrará.
Todo ha comenzado ya; todo lo escrito se cumplirá al pie de la letra; no sale una palabra de mi boca sin que regrese a mí, dando el fruto esperado. Las naciones impías entrarán en guerras, una nación atacará a la otra, habrá caos y desolación por doquier; entonces sabréis que se acerca el día de vuestra libertad. La tribulación se dará en todos los órdenes, como nunca antes se había visto. Después de mi Aviso, apartaré mi Espíritu, para que se cumpla lo que está escrito acerca del juicio a las naciones.
¡Oh hijas de Sión, oh pueblo mío, la hora está cerca! Velad y orad para que no caigáis en tentación. Las trompetas han comenzado a sonar y los sellos están por abrirse. Ya no hay marcha atrás. Recogeos y agrupaos en torno a Mí, porque la hora de la desolación está cerca. Seréis puestos a prueba; purificados en el horno de la tribulación; el pecado morirá y el hombre viejo será renovado; en mi Reino debéis brillar como crisoles. Perseverad, perseverad, perseverad, y la corona de la vida se os dará. No temáis ovejas de mi redil, yo os conozco. Mi Madre será el Arca de la Nueva Alianza, que os llevará seguras a las puertas de mi Jerusalén Celestial. ¡Ánimo, ovejas de mi grey, que nada, ni nadie, os aparte del amor que os tiene vuestro eterno pastor!
Decid como los discípulos de Emaús: Señor quédate con nosotros porque el día está feneciendo y la noche está que llega. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Os ama vuestro Pastor: Jesús de Nazareth.
Dad a conocer mis mensajes de salvación a todas las naciones.
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