PADRE LUÍS PARRA |
Fue una inmensa alegría, fue como si un imán me arrastrara hacia él, cuándo vi a este joven sacerdote caminando al otro lado de la calle, me bajé del auto, me presenté y le supliqué que me permitiera tomarle una foto. -Desde que era niña solo he visto a otros dos sacerdotes con hábito diario. (Es algo muy diferente de cuando lo usan solo en ciertas fiestas de la Iglesia).
Un sacerdote así evangeliza, no tiene ni que hablar casi nada y ya dice a quién ama, para quién busca almas, por quién da su vida y a quién se ha consagrado. Es un testimonio de fe y de amor al Amor de los amores - Estos sacerdotes dan su Fiat al Señor y a la Virgen-. Los otros, responden al Señor como los ángeles caídos -"no serviré"-, por consiguiente desobedecen a Dios y obedecen al mundo ¿Cómo podrán entonces ganar almas? ¿Cómo podrán predicar amor y obediencia a Dios? -si la Iglesia dice claramente que el sacerdote debe usarlo y distinguirse como lo que es, ya sea usando sotana, hábito o el Clériman-.
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