Por Marino Restrepo
La industria de la moda ofrece una variedad interminable de propuestas en las que gradualmente se ha hecho del cuerpo humano un verdadero culto a la sensualidad. No se trata de demonizar la moda, pero si de establecer parámetros donde la inmoralidad no debe reinar justificada en el cuidado y la estética que el hombre por naturaleza tiene con su cuerpo material.
Hay varios aspectos para considerar: el vestido es parte de una condición ligada directamente al pecado original. El ser humano fue creado sin malicia sobre su propia carne. En el momento de cruzar el territorio prohibido del árbol del bien y del mal, descubre su desnudez y Dios, al desterrarlo del Paraíso, lo cubre con pieles y le enseña a vivir con su propia malicia adquirida con el pecado, escondida a sus propios ojos.
De un lado, vemos cómo la naturaleza humana en su cuerpo material es hermosa y fue creada en un estado de pureza perfecto. Por otro lado, vemos cómo esa naturaleza se ha corrompido con el pecado original.
El diablo en su astucia maligna, trae elementos artísticos e intelectuales para realzar el estado de belleza y de pureza original del cuerpo material e incita al hombre a presentarse físicamente expuesto a su naturaleza original, como si nunca la carne se hubiese corrompido, alegando su belleza y la necesidad de admirarla sin complejos ni prejuicios en su estado de desnudez, con toda "naturalidad". Haciendo olvidar convenientemente al hombre de una realidad inevitable, en la que el pudor es materia escencial de una vida cristiana y comprometiéndolo con una sensualidad libidinosa que lo sumerge en un abismo de pecado de impureza.
He aqui el eco de la moda en la vida del hombre de hoy:
Satanás ha influenciado al hombre de hoy a penetrar un abismo de impureza tal que el homosexualismo y el lesbianismo son ingredientes escenciales en la moda. Desde estos dos elementos impuros y de ley animal bruta, se proyecta uno de los más grandes males a la humanidad.
Encontramos hoy un movimiento de moda gobernado en su mayoría por un cuerpo numeroso de homosexuales y lesbianas, los cuales han llevado su vida depravada a plasmarla artísticamente dentro del diseño y las propuestas del vestido.
Han corrompido el cuerpo humano en una forma execrable, que la mujer se ha convertido en objeto sexual de todo producto comercial. Le ha prostituído su imagen ante el hombre, vendiéndola como animal de consumo sensual, como diosa de los placeres carnales, como alimento de los apetitos y pasiones de la carne.
Presentándola seductora y agresiva, descubriéndole partes vitales de su cuerpo a los ojos del hombre, de una forma tan perversa que desata en la naturaleza del hombre una fuerza sensual que sólo se desahoga en los brazos de la promiscuidad. Llevando al homre a perder todo respeto por la naturaleza escencial y vital de la mujer, como es su vida interior, sus cualidades de madre, su fortaleza espiritual, todas sus cualidades femeninas innatas que la hacen una compañera ideal del hombre.
Eliminando la posibilidad de unirse a ela en un matrimonio donde los principios de la moral y la integridad espiritual son el centro de la relación y, en cambio, sumergiéndola en un estado de desventaja ante el hombre, la transforma en una compañera que principalmente representa un campo elemental de la naturaleza animal humana de la sexualidad.
Este mismo grupo de degeneración sexual gobierna la moda de hoy, ha introducido una masculinidad tan afeminada que por medio de los modelos de ropa interior masculina se ha presentado la juventud del cuerpo del hombre, con un aspecto de finales del imperio romano, débil, maquillado, con aretes y portando un lenguaje corporal totalmente afectado por la ropa vestida con un espíritu de mujer. Así como la mujer es representada como un cuerpo anoréxico, enfermizo, como un simple gancho de ropa, el hombre es representado como un gladiador sin fuerza, quien forrado en voluminosos músculos y perfecto torso, parece al final más como una mujer que porta un cuerpo masculino.
En la caída de un imperio humano que presenta todas las señales del final: "Los hombres parecerán más como mujeres y las mujeres como hombres". Creo que estamos ya en esos tiempos anunciados por los profetas de antaño.
Es muy común encontrar muchachos adolescentes con sus cejas depiladas y sus rostros maquillados en los colegios de hoy, usando aretes, colares y accesorios propios del uso de la mujer.
La influencia de este grupo depravado de induviduos diseñadores, maquilladores y comerciantes de ropa es tal, que la juventud femenina no se alcanza a enterar hasta dónde se ha expuesto a excitar al hombre con la forma de vestir. Pues la cultura homosexual ha producido la sensación de que ser "sexy" es lgo importante y necesario en la vida cotidiana de las relaciones humanas. Que la mujer tiene que estar "bella", esa belleza de que se habla es la de seducir con su forma de vestir a los hombres. Lo que la mujer no está observando con cuidado, es que al mismo tiempo que vestirse "sexy" la puede llevar a encontrar a un hombre que inicie una relación amorosa en serio, también está causando que los demás sean llevados a la excitación sexual con sólo verla pasar. Razón por la cual, la violación carnal se ha convertido en uno de los crímenes más comunes, y menos denunciados de hoy. Un hombre que se encuentre en un estado de embriaguez, o drogado, o desequilibrado mentalmente, no pensará dos veces en atacar sexualmente a una mujer que lo seduzca con su forma de vestir, pues lo tomará como un permiso, se sentirá autorizado en una forma subliminal pero muy directa.
Las inmoralidad es un pecado contra la pureza y por lo tanto trae consecuencias funestas porque no existe protección Divina sobre un comportamiento impuro.
En esto de la moda sobre lo cual se podrían hacer muchas más denuncias, se puede apreciar la simbología de la Nueva Era, la mitología de la sexualidad es proyectada en el vestido, en el maquillaje, en la smáquinas como los automóviles y la tecnología. Todos estos símbolos mágicos que están dirigidos exclusivamente a producir dinero, poder y placeres humanos, son parte de toda una red de brazos que están extendidos desde el mismo abismo de los infiernos.
Si bien es cierto que algunos de estos elementos forman parte de una herramienta de trabajo para la supervivencia diaria del hombre, lo que se quiere aclarar por medio de esta reflexión es el uso que se le está dando a todo este cuerpo de objetos sobre os cuales se proyectan estos vicios mencionados.
Cada cultura aporta su dosis de decadencia donde aflora la presencia de la inmoralidad y degeneración por medio de la moda. Inglaterra por ejemplo, ha contribuído de forma importante en la moda con brotes tales como los Bit Nicks al final de los aos cincuenta y principios de los sesenta. Al mismo tiempo que se importaba el Rock and Roll de América florecía la presencia de elementos excéntricos vestidos de negro y maquillados sus rostros de blanco, de un aspecto más bien tétrico y proyectándose por medio de una poesía que predicaba un rechazo total a todo lo establecido por la sociedad, envolviendo por ejemplo la práctica del suicidio como una forma de expresión artística de espírit nostálgico.
El "piercing" brote primitivista que ha sido propio de aborígenes de África y Sudamérica, fué implantado por las comunidades " punk", inglesas, las cuales originalmente se expresarn con la música y luego le unieron satanismo como consecuencia la automutilación de partes del cuerpo, como el piercing de la nariz, lengua, ombligo, el clítoris, los pezones y muchas otras partes del cuerpo humano. Todo esto dirigido más que nada a producir un impacto de choque y de escándalo en el corazón del prójimo, lo cual es el centro de la filosofía punk por llamarlo de alguna forma.
Acciones éstas por medio de las cuales ese grupo encuentra placer y desfogue a su espíritu de rebeldía. Esto se combina con actitudes violentas, entre las cuales se encuentra el castigo a ancianos y niños, espontáneo y sorpresivo, en las estaciones de trenes subterráneos y lugares públicos; con historias de asesinato en algunos casos. Durante los conciertos punk el deporte es agredires unos a otros escupiéndose y ejecutando toda clase de ofensas verbales y físicas. Dentro de toda esta influencia inglesa se palpa a través de los siglos la influencia del ocultismo, latente en todas las clases sociales, desde la nobleza hasta la clase obrera. Hoy podemos apreciarla en la popularidad de la obra Harry Potter que es una obra inglesa esotérica. Famosos músicos y actores británicos han participado de la consagración de su alma a Satanás por medio de la iglesia satánica más tenebrosa que está localizada en Liverpool hace más de 120 años.
Hoy encontramos un nuevo fenómeno en Inglaterra: los jóvenes filman ataques a transeúntes o personas desapercibidas a los cuales golpean con inmensa brutalidad hasta el punto de haberse registrado ya varios asesinatos. Estas filmaciones son luego presentadas en internet y algunas de ellas participan en concursos en los cuales se pueden ganar gruesas sumas de dinero, es algo así como: "Brutalidad Vrtual", esta moda ya se está propagando por muchos países entre los jóvenes.
La cultura norteamericana, incansabe pionera de la más escandalosa decadencia en la moda, contribuye en diferentes etapas con una buena dosis de oscuras propuestas: en los años cincuenta presenta la idolatrización de personajes de la música, de los cuales hace verdaderos dioses por medio de la publicidad más seductora y agresiva con la introducción comercial del rock and roll cuya cuna es la cultura afroamericana, la trasplanta al grupo anglosajón y presenta a Elvis Presley como el rey de ese grupo para luego entregarlo a los brazos de una muerte trágica con narcóticos.
Esta influencia de la música rock de origen afroamericano se esparce por toda la cultura americana e impregna el espíritu de los años sesenta, cuando en combinación con la guerra de Vietnam, se convierte en un movimiento conocido como hippismo que se concentra especialmente en San Francisco, California.
Este movimiento originalmente se ocupa de protestar contra la guerra injusta de Vietnam y promueve el rechazo al servicio militar obligatorio. Dentro de esta campaña se agrega la protesta contra la violación de los derechos humanos y civiles de los grupos étnicos como los negros, los hispanos, los asiáticos y otros, al crecer este movimiento en reuniones en plazas públicas tomaron auge y aspecto de martirio por la persecucón inmediata del gobierno. Se adopta la música para reunirse públicamente como espectáculo musical, lo cual les coloca dentro de un parámetro más legal que la protesta sola. El rock and roll aparece como el estilo ideal, porque en sí representaba también una forma revolucionara por ser algo nuevo con sus estridentes guitarras eléctricas distorsionadas y la presencia nera de la percusión afrocubana que lanzaba la música a una simensión en comunión con grupos étnicos discriminados, alienados y perseguidos por la comunidad blanca. Todo est en principio parecía ser una reacción justificada a la clara injusticia de la posición política y social del gobierno y la sociedad blanca americana. En medio de todo esto se estaba fraguando otr espíritu que subliminalmente viajaba por dentro de lo justo, trayendo la inyección de lo malo y oscuro espiritual. Este mismo movimiento termina por protestar contra las reglas morales y religiosas también y se enfrenta en contra del matrimonio y la familia, promoviendo la unión libre y desatando la liberación de sexos, se crean entonces las comunas donde se reúnen grupos de personas, hombres y mujeres que conviven íntimamete sin ningún compromiso personal diferente a una relación sexual casual entre los unos y los otros, en algunos casos en orgías.
Estas comunidades son visitadas más tarde con el vicio de la marihuana, luego el LSD y continúa la escala progresiva que parecía interminable en el uso de las plantas psicotrópicas como la mezcalina, el yajé del amazonas, los hongos alucinógenos, las anfetaminas y muchos más...
De una protesta meramente concerniente al pueblo americano, se convierte en una moda universal, abrzando la juventud del mundo entero ya no centrada en la guerra de Vietnam, sino en la proliferación de las drogas alucinógenas, y la revolución del vestido, las largas cabelleras y barbas de los hombres que aparecen con aspecto medieval; se multiplican las influencias agregándoles el oportunismo de las religiones paganas de oriente, las cuales infiltran a la juventud con filsofías del yoga y la meditación trascendental. Ahora esto se convierte en forma de vida, ha desaparecido e matrimonio y toda regla moral y religiosa es abolida. Se crea una nueva sociedad nacida en San Francisco, California, pero con brazos extendidos a toda la humanidad. Una sociedad de la muerte en todo aspecto. El pecado glamourizado en la forma más artística jamás imaginada y sólo posible por las manos del diablo.
En unos pocos años, el hippismo embriaga a la juventud mundial y sus propuestas en principio artísticas musicales se tornan cada vez en un espectro de magia, superstición y toda clase de prácticas ocultistas. Esta influencia es tan fuerte y variada que se desplaza por medio del cine, la televisión y la literatura abarcando varias generaciones.
Podemos con certeza decir hoy, que la familia humana ha vivido una revolución cultural drástica a partir de los años sesenta y que en vez de tender a moderarse en esa carrera a la decadencia moral, más bien se acelera hacia un abismo de la pérdida total de valores.
Con la caída del comunismo soviético y sin la presión de la guerra fría, viene un auge del mundo industrializado y el consumismo se disparó a los más altos niveles, convirtiendo la mayoría de la humanidad en una masa trabajadora eternamente sujeta a una economía esclavizante de la cual no parecen lograr la libertad en ningun momento, n a ninguna edad de sus vidas.
Las compañías multinacionales como se les conoce hoy, cada vez son menos porque se convirtieron en gigantescos pulpos de los que se desprenden más brazos y abarcan más territorio. Se consumen a sí mismas y dan un claro espectro de un nuevo orden mundial que sera estrictamente regido por una fuerza y poder económico del que pocos podrán estar fuera.
Estas fuerzas centralizadas en una, al final rigen a la humanidad entera controlando el comportamiento humano por medio de la publicidad, imponiendo la moda de acuerdo a las estrategias de su frío y calculado mercado. En esta forma se crea el nuevo orden mundial, el cual irremediablemente termina en un solo gobierno mundial.
No necesariamente todo este desarrollo industrial y tecnológico ha contribuído en forma algun a solucionar los problemas del hambre, l viviend, los medios de subsistencia o la salud de más de dos terceras partes de la humanidad.
La gente consume numerosos productos que le fueron vendidos por ósmosis. Sólo con la fuerza subliminal de la publicidad, que cada día es más sofisticada, la industria farmaceutica por un lado provee la medicina adecada para la solución o estabilización de graves diagnósticos médicos y, al mismo tiempo, comercializa una inmensa cantidad de productos fantasticos que lejos estan de ser la solución y por el contrario, se convierten en destrucción de la salud. Con una man sanan y con la otra matan.
La industria de la banca se ha convertido en el más serio elemento de la esclavitud. Masas inmensas de humanidad se levantan todos los días alrededor de la tierra a servir los intereses de esclavizantes sistemas de crédito del cual nunca se pueden liberar. Se podrían llenar página enteras sobre el macabro espectro de todo este cuadro oscuro del mundo de hoy, pero no se trata de escribir un tratado terrorífico para asustar a la humanidad. Si algo se busca al denunciar estos eventos, es crear una conciencia clara al católico fiel sobre donde está el enemigo y cómo actúa, para que viva una vida cristiana enfocada en un territorio claro, con un disernimiento sano y así le pueda dar a su existencia humana una vida sencilla y lejos de fantasías mundanas, Ofreciéndoles a sus familias y hermanos en la fe cristiana un testimonio grato, e iluminado en el vivir sujeto a la obediencia a Dios y no a las propuestas de una sociedad que perdió toda relación con El.
COMO DEBE VESTIR LA MUJER CATÓLICA?
"¡Ay de aquél que cause el escándalo!" (Math XVIII-7)
La modestia es una virtud que regula los movimientos del cuerpo, la vestimenta, los gestos y las palabras. Como fruto del Espíritu Santo, todo esto lo hace sin trabajo y como naturalmente, y además dispone todos los movimientos interiores del alma, como en la presencia de Dios. Nuestra espíritu, ligero e inquieto, está siempre revoloteando para todos lados, apegándose a toda clase de objetos y charlando sin cesar. La modestia lo detiene, lo modera y deja al alma en una profunda paz, que la dispone para ser la mansión y el reino de Dios: el don de presencia de Dios. Sigue rápidamente al fruto de modestia, y ésta es, respecto a aquélla, lo que era el rocío respecto al maná. La presencia de Dios es una gran luz que hace al alma verse delante de Dios y darse cuenta de todos sus movimientos interiores y de todo lo que pasa en ella con más claridad que vemos los colores a la luz del mediodía.
La modestia nos es completamente necesaria, porque la inmodestia, que en sí parece poca cosa, no obstante es muy considerable en sus consecuencias y no es pequeña señal en un espíritu poco religioso.
MODESTIA EN EL VESTIR
Quien es católico debe vivir como católico. La modestia es una virtud católica. La mujer católica debe vestir honestamente al igual que el hombre de fe. El vestido es para vestir y no para mostrar o sugerir. No deben usarse prendas ajustadas, con aberturas, con telas que se pegan al cuerpo, con transparencias, escotadas o cortas. Así, la mujer debe excluir de su guardarropa minifaldas, shorts o hot pants, blusas sin mangas (esto es: que no cubran los hombros y los brazos o con mangas muy cortas), vestidos o faldas que al sentarse no cubran toda la rodilla, blusas cortas que muestren la cintura o parte de ella, ropa escotada, etc. La inmensa mayoría de los pantalones para mujer son ajustados y no deben usarse. El hombre, por su parte, debe evitar también ropa ceñida, camisas abiertas o sin mangas, ropa transparente, etc.
Si la modestia debe privar en todas partes, mucho más debe prevalecer cuando se acude al templo que es la Casa de Dios.
La mujer debe considerar que -por norma general- la naturaleza masculina es más inclinada a reaccionar a la provocación sexual generada por prendas inmodestas, sin que de esto se excluya a la mujer. De ahí que el juicio femenino de lo que es provocativo al varón generalmente es errado y muy indulgente. Esto se evidencia en muchas partes, basta -por ejemplo- acudir a reuniones sociales y no se diga a una playa turística. Todo esto sin considerar a quienes por vanidad "visten" de manera intencional para provocar, que también son muchas (algo que se da también en algunos varones, aunque es más general entre ellas, pues los pecados prevalecientes en el hombre son más de otro tipo).
Lamentablemente, en esta época de "autodemolición" y crisis en la Iglesia, muchos de nuestros pastores -sacerdotes y obispos- son lo que la Sagrada Escritura llama "canes mudos", pues no previenen a su rebaño de los peligros. Así, en muchas partes ya no se instruye al pueblo sobre las excelencias y la necesidad de esta importante virtud. La omisión es una falta también, y en este caso es grave.
A continuación presentamos una serie de citas sobre la modestia cristiana en el vestir:
Nuestra Señora de Fátima, nos advirtió:
“Más almas se van al infierno por pecados de la carne (es decir, pecados en contra del 6o y 9o mandamientos) que por cualquier otra razón”. Nuestra Señora de Fátima le dijo a Jacinta, “Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo”. Jacinta también dijo, “Las personas que sirven a Dios no deberían seguir las modas. La Iglesia no tiene modas; Nuestro Señor es siempre el mismo”.
La Biblia nos dice, “Asimismo oren también las mujeres en traje decente, ataviándose con recato y modestia, o sin superfluidad, y no inmodestamente con los cabellos rizados o ensortijados, ni con oro, o con perlas, o costosos adornos; sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que hacen profesión de piedad." (1 Tim. 2:9-10).
Las siguientes son algunas de las varias advertencias que la Iglesia Católica le ha dado a los fieles, para la protección de sus almas inmortales.
DECLARACIONES QUE HA HECHO LA IGLESIA SOBRE LA MODESTIA EN EL VESTIR
El Papa Benedicto XV escribió en su encíclica Sacra Propediem el 6 de Enero, 1921:
“Uno no puede deplorar suficientemente la ceguera de tantas mujeres de todas las edades y estaciones. Volviéndose tontas y ridículas por el deseo de agradar, no ven hasta qué grado la indecencia de sus vestimentas choca a cada uno de los hombres honestos y ofende a Dios. Anteriormente, la mayoría de ellas se hubiesen azareado por dichas ropas por la falta grave en contra de la modestia Cristiana. Ahora no es suficiente exhibirse en público; no les da miedo entrar en los umbrales de las iglesias, asistir al Santo Sacrificio de la Misa y aún portar el alimento seductor de la pasión vergonzosa al Santo Altar, en donde se recibe al Autor de la Pureza.”
Pío XI dio un mandato -el 12 de Enero de 1930- a la Sagrada Congregación del Concilio, que emitió instrucciones enfáticas a todos los obispos sobre la modestia en el vestir:
"Que los padres mantengan a sus hijas lejos de los juegos y concursos gimnásticos públicos; pero, si sus hijas son obligadas a asistir a dichas exhibiciones, que observen que van vestidas totalmente y en forma modesta. Que nunca permitan que sus hijas se pongan indumentaria inmodesta.”
De la carta en 1930 de la Congregación del Concilio:
“En virtud del apostolado supremo que ejerce sobre la Iglesia Universal por Voluntad Divina, nuestro Muy Santo Padre Papa Pío XI nunca ha dejado de inculcar, tanto verbalmente como en forma escrita, las palabras de San Pablo (1 Tim. 2:9-10), específicamente, ‘Mujeres... adornándose con recato y modestia … y que hacen profesión de piedad.’ Muy a menudo, cuando surgió la ocasión, el mismo Supremo Pontífice condenó enfáticamente la moda inmodesta de la vestimenta adoptada por las mujeres y niñas Católicas, moda que no sólo ofende la dignidad de las mujeres y va en contra de su adorno, sino conduce a la ruina temporal de las mujeres y las niñas y, lo que es todavía peor, a su ruina eterna, arrastrando miserablemente a otros en su caída. Por lo tanto, no es de sorprenderse que todos los Obispos y otros ordinarios, según es el deber de los ministros de Cristo, en sus propias diócesis deberían oponerse unánimemente a sus maneras licenciosas y promiscuas depravadas, a menudo soportando con fortaleza la mofa y burla en su contra por esta causa.”
El Papa Pío XII dijo en 1954:
“Ahora, muchas niñas no ven nada malo en seguir ciertos estilos desvergonzados (modas) como lo hacen muchas ovejas. Seguramente se ruborizarían si tan sólo pudiesen adivinar las impresiones que hacen y los sentimientos que evocan (excitación) en aquellos que las miran.” (17 de Julio, 1954).
El Papa Pío XII amonestó seriamente a las madres Cristianas:
“El bien de nuestra alma es más importante que el de nuestro cuerpo; y tenemos que preferir el bienestar espiritual de nuestro vecino a nuestra comodidad corporal… Si cierta clase de vestido constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación de su alma y de la de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo… Oh madres Cristianas, si vosotros supierais qué futuro de ansiedades y penas, de vergüenza mal guardada que preparáis para vuestros hijos e hijas, dejando imprudentemente que ellos se acostumbren a vivir ligeramente vestidos y haciendo que pierdan su sentido de modestia, estaríais avergonzadas de vosotros mismas y temeríais el daño que os hacéis y el daño que estáis causando a estos niños, quienes el Cielo os ha confiado para que los criéis como Cristianos.” (Pío XII a los Grupos de Mujeres Católicas Jóvenes de Italia)
Los obispos canadienses escribieron en Mayo de 1946:
“El propio hombre no se escapa a la inclinación de exhibir su carne: algunos van en público, desnudos hasta la cintura, o en pantalones muy apretados o en calzonetas muy pequeñas. Así, cometen ofensas en contra de la virtud de la modestia. También pueden ser (convertirse en) una ocasión de pecado (en pensamiento y deseo).”
De la Asamblea Plenaria de Obispos de Brasil:
“Dejad que los sacerdotes insistan con fuerza que las mujeres usen vestimentas que expresen modestia... Dejad que las mujeres, en todo momento, pero especialmente, según lo enseña el Apóstol San Pablo, cuando estén en la Iglesia, se vistan con modestia. Si osan ingresar a la Iglesia vestidas inmodestamente, según lo ordena la Ley Canónica (Canon 1262, par. 2), sean sacadas en forma juiciosa y se prevenga que asistan en cualquier función que sea."
“Dejad que aquellas que van a recibir la Santa Comunión estén vestidas decentemente. Las mujeres que estén vestidas inapropiadamente han de excluirse del Sacramento, tal como lo instruye la Ley Canónica (Cánones 855 & 1262, par. 2).”
El Padre Pío, el sacerdote estigmatizado, quien llevó las heridas sangrantes de Cristo en su propio cuerpo desde 1918 hasta su muerte en 1968, rehusó otorgar la absolución a cualquier mujer que no llevase su falda muy por debajo de la rodilla. También insistió que las mujeres no usaran pantalones y no permitía que entrasen con ellos al templo. (Verificado por correo en el monasterio del Padre Pío. Dirección: Rev. J. P. Martin, San Giovanni Rotondo 71013 FG Italia). Ver -haz click-:"EL PADRE PÍO Y LAS MODAS".
La Sagrada Escritura dice: "¡Ay de aquél que cause el escándalo!" (Math XVIII-7). El escándalo es algo que hace tropezar al prójimo, que lo lleva a incurrir en pecado. La inmodestia atrae tentaciones, provoca malos pensamientos y malos deseos sexuales en otros. Excita la concupiscencia y después lleva, incluso, al prójimo a cometer actos impuros. El católico no debe vivir como todo el mundo y debe alejarse de ser causa de que otros ofendan gravemente a Dios. Quien provoca el pecado mortal, peca gravemente.
Y los pastores que se han convertido en canes mudos o los padres que cómodamente no educan a sus hijos en esta virtud, pecan también por su grave omisión.
Y no olvidemos que la modestia incluye no sólo la vestimenta, sino también los movimientos del cuerpo, las posturas, los gestos y las palabras. La modestia emerge de una actitud interior y exalta la femineidad, no la suprime. Le da honor y valer a la mujer. Y dignidad al caballero.
Finalmente, consideremos que la modestia en el vestir no supone mal gusto, sino debe procurarlo también. Quien carece de ese sentido, tiene mal gusto vistiendo honesta o inmodestamente. El buen gusto no implica necesariamente ropa costosa o telas muy finas.
Tomemos como ejemplo a la dulcísima Virgen María y a San José en esta necesaria virtud y demos testimonio de nuestra fe sin miedo alguno a las críticas y criterios del mundo, pues éste es uno de los tres enemigos del alma. No busquemos el límite en esta virtud, pues por lo general nos equivocaremos. Seamos siempre generosos con Dios y valientes ante el mundo y la sociedad, dando testimonio claro de nuestra fe.
FUENTE: contranewage.blogspot.com
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