Has visto que Satanás se presenta siempre con apariencia benévola, con aspecto común. Sin la ayuda de la oración que une a Dios y vierte su fuerza como por un canal en el corazón del hombre, entonces difícilmente se dan cuenta de la celada y caen en ella y luego es muy difícil liberarse.
Las dos vías mas comunes que Satanás toma para llegar a las almas son la sensualidad y la gula.
Has visto como me he comportado yo. Silencio y oración. Silencio. Efectivamente, si Satanás lleva a cabo su obra de seductor y se nos acerca, se le debe soportar sin impaciencias necias ni miedos mezquinos. Pero reaccionar: ante su presencia, con entereza; ante su seducción, con la oración.
Es inútil discutir con Satanás. Vencería él, porque es fuerte en su dialéctica. Solo Dios puede vencerlo. Entonces recurrir a Dios que hable por nosotros, a través de nosotros. Mostrar a Satanás ese Nombre y ese Signo, grabados en el corazón. Mi Nombre, mi Signo. Rebatir a Satanás únicamente cunado insinúa que es como Dios, rebatirle usando la Palabra de Dios; no la soporta.
Hace falta tener la voluntad de vencer a Satanás, y fe en Dios y en su ayuda; fe en la fuerza de la oración y en la bondad del Señor: en ese caso Satanás no puede causar ningún daño.
De: El Evangelio como me ha sido revelado (María Valtorta)
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