En esta ocasiona quiero compartir con Uds. un testimonio real que confirma que nuestro Dios sigue haciendo signos y prodigios para confirmarnos que sus promesas son reales y que efectivamente, como le dijo Gabriel al anciano Zacarías que se negaba a creer que Dios pudiera darle un hijo: NADA ES IMPOSIBLE PARA ÉL.
Este milagro le sucedió al Padre José Maniyangat de Jacksonville, Florida, en Estados Unidos.
El P. José se vio involucrado en un accidente de carro fatal que lo llevó al hospital donde murió.
Pero dejemos que el mismo nos cuente su historia:
"Mientras mi cuerpo estaba en el hospital, el doctor completo todos sus exámenes sobre mi cuerpo accidentado y firmó su declaración afirmando que había fallecido".
"Mientras mi cuerpo estaba en el hospital, el doctor completo todos sus exámenes sobre mi cuerpo accidentado y firmó su declaración afirmando que había fallecido".
La causa de mi muerte fue un sangrado incontrolable. Se le notificó a mi familia y como ellos vivían lejos el personal del hospital decidió trasladar mi cuerpo a la morgue. Ya que el hospital no tenia aire acondicionado, les preocupaba que mi cuerpo se fuera a descomponer y pudrir rápidamente.
Mientras trasladaban mi cuerpo muerto a la sala mortuoria, mi alma regresó a mi cuerpo. Sentí un dolor muy intenso debido a tantas heridas y huesos rotos que tenia. Comencé a gritar y los enfermeros que me llevaban se asustaron y salieron corriendo gritando. Mi Ángel de la Guarda me llevó al Cielo pasando a través de un gran túnel lleno de luz. Jamás había experimentado tanta paz y gozo en mi vida. Inmediatamente el Cielo se abrió y escuché la música mas hermosa que jamás había oído.
Los ángeles cantaban y alababan a Dios. Vi a todos los santos, especialmente a la Santísima Virgen y a San José y a muchos santos obispos y sacerdotes que brillaban como estrellas.
Cuando aparecí delante del Señor, Jesús me dijo: "Quiero que regreses al mundo. Te voy a hacer un instrumento de paz para mi pueblo. Vas a ir a un país extranjero y hablarás un idioma extranjero. Todo es posible para ti con mi gracia".
Después de estas palabras, la Bienaventurada Virgen Maria me dijo: "Haz todo lo que Él te diga. Yo te voy a ayudar en tu misión".
No puedo expresar con palabras la belleza del cielo. Ahí encontramos tanta paz y felicidad que excede totalmente nuestra imaginación. Nuestro Señor es muchísimo mas hermoso que miles de soles. Las imágenes que vemos de Él en este mundo son solo una sombra de su magnificencia y grandeza. La Santísima Virgen estaba junto a Jesús, estaba tan radiante y bellísima. Ninguna de las imágenes que vemos de ella en este mundo logran mostrar su belleza real.
El Cielo es nuestro hogar verdadero. Hemos sido creados para alcanzar el Cielo y disfrutar de Dios para siempre. Entonces, regresé a este mundo con mi ángel. Uno de los enfermeros llamó al doctor y le dijo: ¡el cadáver que llevamos esta gritando, esta vivo, es un milagro!.
Llego el doctor y examinó mi cuerpo y encontró que efectivamente estaba vivo y respirando. Entonces dijo: "El Padre José esta vivo,es un milagro, llévenlo de regreso al hospital".
Ya de regreso en el hospital me hicieron trasfusiones de sangre y me llevaron al quirófano para reparar mis huesos rotos. Tuvieron que trabajar en mi mandíbula fracturada, mis costillas rotas, mi pelvis, mis muñecas y mi pierna derecha rota. Después de dos meses de recuperación fui dado de alta en el hospital y mi medico ortopédico me dijo que jamás volvería a caminar.
Entonces le dije que el "el Señor que me devolvió la vida y me mandó de regreso al mundo me iba a curar". Una vez en casa todos rezábamos por el milagro. Sin embargo, después de un mes, cuando me quitaron el yeso aun no podía moverme.Pero un buen día mientras oraba sentí un dolor muy grande en mi pelvis. En poco tiempo el dolor desapareció completamente y oí una voz que me dijo: "Ya estás sano, levántate y camina".
Sentí la paz y el poder sanador de Dios en mi cuerpo. Inmediatamente me levante y camine. Alabe y agradecí a Dios por el milagro. Fui a ver a mi doctor dándole la buena noticia de mi sanación y se quedo admirado, sin palabras.
Me dijo: "tu Dios debe ser el Dios verdadero. Yo debo convertirme y seguir a tu Dios".
El doctor era un hindú quien me pidió que yo mismo le diera las instrucciones acerca de la Iglesia Católica. Después de estudiar la fe lo bautice y se hizo Católico".
Hermanos: es una historia verdadera, me consta. Mi conclusión es muy sencilla: Dios existe. ¡El Cielo es real. Jesús esta vivo!.
Y por eso yo lo sigo predicando en estas tierras africanas y no me canso de proclamar que Jesús es el Señor y que no hay otro Nombre dado a los hombres en el cual podamos encontrar la salvación que el Bendito Nombre de Jesús.
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