"La castidad brillaba en su mirada", se ha dicho del Cura de Ars.
Solía decir: "¡La mortificación tiene un bálsamo y un gusto a los que no se puede renunciar cuando se ha probado!... En este camino, lo que cuesta es sólo el primer paso!"
"Cuando el corazón es casto- decía muy bien el Cura de Ars-, no puede menos de amar, porque ha encontrado de nuevo la fuente del amor, que es Dios".
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