"LA ESCALERA DEL DIVINO ASCENSO"
DE SAN JUAN CLÍMACO
(Con anotaciones de Fr. Luis de Granada)
Capitulo XII:
Escalón doce, de la mentira
De la piedra y el hierro saltan centellas; y de la locuacidad y parlería nacen las mentiras. Mentira es destierro de la caridad; y perjuicio es negación de Dios. Ninguno de los que bien sienten, tendrá la mentira por pequeño pecado, viendo con cuan terrible sentencia la condenó el Espíritu Santo, cuando dijo [101]: Destruirás a todos los que hablan mentira. Pues siendo esto verdad, qué será de aquellos que acrecientan maldad a su mentira, confirmándola con juramentos? Vi algunos que se gloriaban y preciaban de decir mentiras; y que a vueltas de sus palabras ociosas decían cosas para reír, y provocando con esto los oyentes a otro tanto, les hicieron perder las lagrimas y devoción que en sus animas por medio de la palabra de Dios habían concebido.
Cuando los demonios ven que comenzando uno a decir donaires, luego volvemos las espaldad y huimos, entonces pretenden enlazarnos, diciéndonos, o que no entristezcamos al hermano que habla, o que no queramos mostrarnos santos y mas espirituales que los otros. No consientas con este mal pensamiento, sino salte de ahí sin mas tardanza: porque de otra manera llevarás el corazón lleno de las imágenes y figuras de las cosas que oíste: las cuales se te representarán, è inquietarán después al tiempo de la oración. Y no te contentes con huir de ahí, sino también con religiosa severidad ataja la platica comenzada, si para eso tienes autoridad, atravesando de por medio la memoria de la muerte y del juicio divino. Y por ventura será menos mal recibir tú de esto algún poco de vanagloria, aprovechando por otra parte a los otros, que disimulando con un dañoso silencio, dar oídos a tales cosas, y hacer daño a tí y a los otros.
El fingimiento y la disimulación es madre de la mentira, y a veces también materia de ella: porque a algunos parece que no es otra cosa esta disimulación sino mentira artificiosa; la cual a veces trae consigo anejo el juramento, con que se hace mas perniciosa. El que teme a Dios, muy lejos está de toda mentira; porque trae siempre dentro de sí un juez muy entero, que es la propia conciencia que le acusa.
Así como entre las pasiones y perturbaciones del animo hay unas mas perjudiciales que otras: así también acaece esto mismo en las mentiras; porque de una manera juzgamos la mentira que se dice por temor del tormento, y de otra la que se dice sin ningún temor. Item, uno miente por alcanzar algún deleite: otro por el gusto que siente en mentir, por la costumbre que de eso tiene: otro por mover a risa los presentes: otro por calumniar o hacer daño a su prójimo. Y según esto, a veces es mas grave o mas liviana esta culpa, según la materia y calidad de ella.
Las penas que los Príncipes señalaron contra los mentirosos, sirven para desterrar la mentira: mas el ejercicio de las lagrimas y del llanto del todo la destruyen. Muchas veces so color de justa causa o necesidad nos incitan algunos a decir mentira: y lo que es perdición de nuestra alma, nos quieren hacer creer que es justicia; alegando para esto el ejemplo de Raab que fingió una mentira [102]. Y de esta manera dicen que procuran la salud de los otros con su daño propio: como quiera que diga por otra parte el Señor [103] que no aprovecha al hombre ganar todo el mundo, si padece detrimento en sí mismo. No sabe el niño qué cosa es mentira, ni tampoco el alma perfectamente limpiada de toda maldad. El que está tomado del vino en todo dice la verdad, aunque no quiera: mas el que está embriagado con el vino de la compunción no sabe qué cosa es decir mentira.
[101]Psalm. 5
[102]Josue2
[103]Luc. 9
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