Once películas casi obligatorias que sacerdotes y seminaristas deberían ver, valorizar y reflexionar.
Autor Luis Alva
Si la mayoría de libros que hemos leído han sido por recomendación, las películas que hemos visto serían por invitación. Creo que todo ser humano ha visto una película completa de la cual se ha llevado una buena experiencia. Es cierto que la película tiene más moralidad que los libros, en el sentido que se puede categorizar a una película de buena y a otra de mala. Es común escuchar: tal película es mala, tal película es buena o muy buena; sin embargo, poco o rara vez he escuchado decir tal libro es malo o muy malo, en positivo muchas veces.
Las buenas películas muchas veces se convierten en verdadera fuente de enseñanza y una plataforma de lecciones para la vida, en ambos casos siempre son motivo de reflexión.
Para muchos ver una película es la mejor solución en aquellos momentos donde el aburrimiento es con lo único que se cuenta, la elección de la película es mayormente al azar y no existe valoración al final de la película, da igual lo importante era pasar el tiempo. Para otros ver una película es sinónimo de compartir, de estar en familia y en amistad, en comparación con los primeros, estos dedican un tiempo y un lugar especial y determinado para ver la película, que mayormente son los fines de semana o en feriados y en el cine o un lugar indicado para ello; la elección de las películas mayormente son motivadas por los estrenos o las películas taquilleras, existe una valoración al final de la película como: buena, muy buena, no me gustó, muchas ficción, buen actor, x actor trabajo muy bien, etc. Existe un tercer grupo, que ver una película se convierte en toda una pedagogía educacional-vocacional, algo así como un cinefórum. Se trata que a partir del lenguaje cinematográfico, y a través de una dinámica interactiva o de comunicación y de valoración entre sus participantes, se pretenda llegar a descubrir e interiorizar las vivencias o el mensaje explícito de la película en la vida ordinaria. Si realmente queremos aprovechar de una buena película tenemos que apuntar hacia el tercer grupo.
Sacerdote en el Cine, es un apartado de un portal que se dedica a promover películas para descubrir en ellas una experiencia vocacional. Se trata del portal www.cineyvocacion.org
Donde expresa, que las historias que se narran en las películas (que presentamos a continuación) interpelan a muchos y provocan el debate. Además las películas nos ayudan a tomar conciencia de cómo los otros ven a los sacerdotes, la imagen que de ellos se tiene, se transmite y se promueve. Aunque son películas para todos, la propuesta está pensada para sacerdotes y seminaristas que se pueden reunir para hacer un video-fórum. Para trabajarla proponemos como siempre tres momentos: un análisis de la película, un debate dejándose interpelar por ella y una breve celebración.
Don Livio se encuentra ante el problema de casar a unos novios que no conoce y que no tienen una experiencia de fe. ¿Cómo hacerlo ante el riesgo real de la infidelidad y el divorcio?
Historia de un joven sacerdote ambicioso que se desenvuelve bien en los negocios y con los poderosos de la sociedad. Su fracaso será la oportunidad para encontrar el verdadero sentido de ser sacerdote.
Lo único que puede ofrecer un misionero en una situación de extrema violencia y muerte es su presencia serena, su consuelo creyente y la celebración de la Eucaristía.
Teniendo como fondo el drama de los abusos por parte de algunos sacerdotes americanos, asistimos a un duelo entre dos maneras de entender la educación, los valores, la fe y la religión.
Basada en hechos reales, es la historia de un sacerdote destinado en el Vaticano que ayuda a esconder prisioneros escapados de los nazis. Un ejemplo de servicio, disponibilidad, testimonio y perdón.
Un joven e inexperto sacerdote quiere cumplir la última voluntad de una mujer antes de su muerte. Cree que sabe todo sobre la vida y la muerte, pero lo terminará aprendiendo de quien menos se lo espera.
En un contexto de miedo y opresión laboral, un sacerdote descubre su vocación de ser pastor cercano de los oprimidos haciendo del muelle su nueva parroquia
¿Qué hacer para proteger a los guaraníes de la esclavitud y la opresión? El padre Gabriel y Rodrigo Mendoza tienen dos maneras distintas de mostrar su amor por los indios. Un dilema siempre actual.
Cuando las motivaciones no son claras y los límites difusos, el padre Brian experimenta una crisis afectiva que hace tambalear su vocación y su propia identidad. Pero con sensatez, fe y acompañamiento remontará el vuelo.
Cuando se conoce la realidad de la pobreza y la injusticia de primera mano es necesario tomar una decisión vital. Uno no queda indiferente. La historia de Romero es una historia de conversión.
Ante la amenaza de ser condenado como asesino, un sacerdote vive el dilema de revelar el secreto de confesión teniendo que enfrentarse además a una historia de amor que tuvo en su juventud.
Pablo, sacerdote, sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios… y Dios aceptó la oferta. Ahora dicen que está vivo. Pablo era conocido y querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte. LA ÚLTIMA CIMA muestra la huella profunda que puede dejar un buen sacerdote, en las personas con las que se cruza. Y provoca en el espectador una pregunta comprometedora: ¿también yo podría vivir así?
El padre Palmer acompaña a soldados de diferentes bandos (alemanes, franceses y escoceses) a celebrar la Navidad al comienzo de la Primera Mundial. Su presencia entre los que sufren y la Misa de Nochebuena hará que se produzca un milagro en un contexto de guerra y violencia.
FUENTE: entreyparaseminaristas.com // cineyvocacion.org/
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