¿Qué es un Santo?
Las características de aquellos que por su vida, sus obras y su Amor a Dios son ahora Santos
Ser santo es participar de la santidad de Dios. Jesucristo es el Santo de los santos y el Espíritu Santo es el Santificador.
Todos fuimos creados por Dios para ser santos, en la tierra y entonces plenamente en la eternidad en el cielo. Perdimos la vida de gracia por el pecado, pero Jesucristo nos reconcilió con el Padre por medio de la Cruz. Por el bautismo recibimos los méritos de Cristo y somos liberados del pecado e injertados en Cristo para ser Hijos de Dios y participar de su santidad. San Pablo usa la palabra "santos" para referirse a los fieles (2 Cor. 13,12; Ef. 1,1)
Quien persevera en la santidad se salvará para la vida eterna. Dios quiere que todos se salven (1Tm 2,4), pero no todos se abren a la gracia que santifica. Para salvarse es necesario renunciar al pecado y seguir a Cristo con fe. Por eso San Pablo nos exhorta: "Hermanos: Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor" (Hb. 12,14). La única verdadera desgracia es no ser santos. Veneración de los santos Los primeros santos venerados fueron los discípulos de Jesús y los mártires (los que murieron por Cristo). Mas tarde también se incluyó a los confesores (se les llama así porque con su vida "confesaron" su fe), las vírgenes y otros cristianos que demostraron amor y fidelidad a Cristo y a su Iglesia y vivieron con virtud heroica.
Con el tiempo creció el número de los reconocidos como santos y se dieron abusos y exageraciones, por lo que la Iglesia instituyó un proceso para estudiar cuidadosamente la santidad. Este proceso, que culmina con la "canonización", es guiado por el Espíritu Santo según la promesa de Jesucristo a la Iglesia de guiarla siempre (Cf.Jn 14:26, Mt 16:18). Podemos estar seguros que quien es canonizado es verdaderamente santo.
La Iglesia no puede contar la cantidad de santos en el cielo ya son innumerables (por eso celebra la fiesta de todos los santos). Solo se consideran para canonización unos pocos que han vivido la santidad en grado heroico.
La canonización es para el bien de nosotros en la tierra y en nada beneficia a los santos que ya gozan de la visión beatífica (ven a Dios cara a cara). Los santos en el cielo son nuestros hermanos mayores que nos ayudan con su ejemplo e intercesión hasta llegar a reunirnos con ellos. La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos en Cristo.
Los Protestantes rechazaron la devoción a los santos por no comprender la doctrina de la comunión de los santos. El Concilio de Trento (1545-63) reafirmó la doctrina católica.
Los santos interceden por nosotros.
En virtud de que están en Cristo y gozan de sus bienes espirituales, los santos pueden interceder por nosotros. La intercesión nunca reemplaza la oración directa a Dios, quién puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor. Dios ha querido constituirnos una gran familia, cada miembro haciendo el bien a su prójimo. Los bienes proceden de Dios pero los santos los comparten. Los santos son modelos. Debemos imitar la virtud heroica de los santos. Ellos nos enseñan a interpretar el Evangelio evitando así acomodarlo a nuestra mediocridad y a las desviaciones de la cultura. Por ejemplo, al ver como los santos aman la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, podemos entender hasta donde puede llegar el amor en un corazón que se abre a la gracia. Al venerar a los santos damos gloria a Dios de quien proceden todas las gracias.
Frases sobre la Santidad
- Sed santos como el Padre celestial es santo. Jesucristo (Mt. 5,48)
- Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación. San Pablo (1 Tes 4,3; Ef 1,4)
- Los que enseñen a otros la santidad brillarán como estrellas por toda la eternidad. Profeta Daniel
- ¡Quiero ser santo! Santo Domingo Savio
- La santidad consiste en estar siempre alegres. San Juan Bosco
- La aventura de la santidad comienza con un «sí» a Dios. Juan Pablo II
- Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian. Benedicto XVI
- Todo cristiano debe ser un verdadero cristiano, un perfecto cristiano. ¿Y cómo se llama la vida perfecta de un cristiano? Se llama “santidad”. Por ello, todo cristiano debe ser santo. Pablo VI
- La santidad se encuentra en el camino que nos abre cada uno de nuestros días, en que se ofrecen a nosotros, con atractivo desigual, los deberes de nuestra vida cotidiana. San Francisco de Sales
- Siento el deseo, la necesidad de hacerme santo; nunca me hubiera imaginado yo que pudiese llegar a serlo con tanta facilidad; pero ahora que he visto que se puede lograrlo estando alegre, quiero absolutamente hacerme santo. Santo Domingo Savio
- Un gran deseo de ser santo, es el primer peldaño para llegar a serlo; y al deseo se ha de unir una firme resolución. San Alfonso María de Ligorio
- Quiero ser santa, pero no a medias, sino completamente. Santa Teresita del Niño Jesús
- La santidad es accesible a todos y es“el camino mejor de todos que hay que recorrer. Don Pascual Chávez, sdb
- El secreto de la santidad consiste en no cansarnos nunca de estar empezando siempre. P. Rey
- El verdadero ideal cristiano no es ser feliz, sino ser santo. A.W. Tozer
- En lugar de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad. Santa Teresita de Lisieux
- La ciencia de los santos es la voluntad de Dios. Kiko Argüeyo
- La marca de un santo no es la perfección, sino la consagración. Un santo no es un hombre sin faltas, es un hombre que se ha dado sin reservas a Dios. W. T. Richardson
- Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres. Santo Domingo Savio
- La santidad consiste en la disposición del corazón. Santa Teresa de Lisieux
- La santidad es muy sencilla, dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que creemos que Él quiere. Madre Maravillas de Jesús
- Los santos fueron santos, porque quisieron, con inmenso querer, ser fieles. Madre Maravillas de Jesús
- La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos, "para usted y para mí". Santa Madre Teresa de Calcuta
- No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Tomás de Kempis
- Nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santos. Padre Raniero Cantalamessa, ofm cap
- Solo hay una desgracia: no ser santo. Léon Bloy
- Un santo triste es un triste santo. San Francisco de Sales
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LA AVENTURA DE LA SANTIDAD. Por el Padre René Grimaldi.
LA AVENTURA DE LA SANTIDAD. Por el Padre René Grimaldi.
FUENTE (Textos): encuentra.com // quierosersanto.com/
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