Señor, a Ti solo te adoro porque eres mi Dios, a Tí solo quiero servir, porque eres mi Señor, a Tí solo te busco, porque eres mi Bien; a Ti solo deseo, porque eres el Amor. Y mientras camino hacia Tí, oh mi Dios, haz que te sirva con un corazón puro, haz que te ame con un alma ardiente, que viva para Ti, que cumpla Tu Voluntad, que me entregue a Tu Amor; todo de Dios, solo de Dios, siempre de Dios. Así sea.
(Oración tomada de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola).
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