Tu corazón puede contener amor hacia Jesús o bien un amor desordenado hacia las criaturas. "Allí donde está tu tesoro, está también tu corazón" (Mt 6, 21). ¿Podrá haber amor hacia Jesús y amor a las criaturas, acaso será un contenedor de miel y vinagre? No, porque a las criaturas hay que aceptarlas a amarlas solo con Jesús, y para llevarlas a El, que es el modelo y segura guía espiritual. Amar desordenadamente a las criaturas es quitar el amor a Jesús. En la práctica, el amor que se debía dar a Jesús se ha dado a las criaturas. ¿Es un buen negocio? Por esto el Sacerdote lleno de celo, animado por el Amor Divino, se esfuerza siempre más por purificar su corazón, para quitar de el todo lo que le tiene alejado del Corazón de Jesucristo.
El Sacerdote debe tener un corazón dulce, bueno con todos y presuroso hacia los necesitados: pecadores y pobres. No en todos hay un corazón semejante al que hemos descrito, por esto hará falta trabajar y negarse a sí mismo para liberar el corazón de varios vínculos. Pero para llegar a tener un corazón puro, será necesario pedir al que es "MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN" (Mt 11, 29), y a la Santísima Virgen, quien ha formado en su Seno a ese Corazón Divino. Si no nos esforzamos por purificar y transformar el corazón, jamás podrá darse una unión transformadora con Jesús.
El corazón, además de permitir la subsistencia de la persona, es el símbolo del cual provienen los propósitos malvados, los homicidios, el adulterio, la prostitución, el robo, el falso testimonio, las blasfemias e injurias" (Mt 15, 19). Lastimosamente existen predicadores que tienen un corazón contrario a la humildad, "que atan cargas pesadas e insoportables, y las ponen a las espaldas de los hombres, pero ellos no mueven ni un dedo para llevarlas" (Mt 23, 4-5). TODO LO HACEN PARA QUE LOS VEA LA GENTE.
¿Qué hace falta para tener un corazón semejante al de Jesús? ¡Querer ese Corazón! Desear ese Corazón y comprometerse día tras día para pulir el propio corazón de aquello que lo hace momentáneamente corrupto. Se vuelve fácil caminar en la purificación cuando contínuamente nos entregamos al Corazón de Jesús y de María.
La Virgen es la Maestra de la vida espiritual y la Madre de todos los Sacerdotes, ¿quieres que te dé todo lo que tú le pidas?
Ella no espera otra cosa que oír tu humilde voz que pide su ayuda, fuerza y Gracia para llegar a ser todo espiritual y luz que ilumina las tinieblas. Tú enfrentas cada día a personas con caracteres, expectativas y posiciones distintas, PERO TÚ TIENES QUE SIEMPRE SER EL MISMO, COMO JESÚS, FRENTE A TODOS. Para todos tienes que orar y mostrarte paciente, bondadoso, dulce y lleno de amor.
A VECES, CUANDO LLEGA UN ALMA INQUIETA O DESESPERADA, QUIERES LIBRARTE DE ELLA LO MÁS PRONTO POSIBLE. ¿Y si esa alma es Jesús mismo quien la envía a ti?
¿Qué otra cosa mejor tienes que hacer sino salvar almas? Jesús buscaba almas para salvar y acogía a todos, sobre todo a los pecadores. Quien te vea a ti, tiene que admirar enseguida el modo con el cual practicas las virtudes. Tienes que levantar inmediatamente la mente y el corazón hacia Jesús; recordar sus palabras acerca de la castidad, la obediencia, la pobreza y la humildad, la unión fraternal y la colaboración, la caridad y la confianza en Dios, la comprensión y la bondad, la gentileza y la justicia, la sinceridad y la constancia.
Debe haber concordancia entre lo que se cree y lo que se vive. También el demonio cree en Dios pero no lo ama, no lo sirve. Con la Ordenación Sacerdotal se da ciertamente la configuración a Cristo Sacerdote.
Sacerdote, obrarás como Jesús en la medida en la que amas a Jesús y te hayas transformado en El. Serás consolador, lleno de bondad, de paciencia y de dulzura, solamente si tu alma es digna y constante morada del Espíritu de Jesús.
Ya he escrito que el Sacerdote tiene que mostrar ante todo bondad. No hablo de la falsa bondad del mundo, enmascarada bajo falsos pretextos, sino de la bondad que tiene estas características: DULZURA, MANSEDUMBRE, GENEROSIDAD, AMABILIDAD, ALTRUÍSMO, BONDAD, CORTESÍA, NOBLEZA DE CORAZÓN, MISERICORDIA, RENUNCIA, INTUICIÓN DE SERVICIO, DISPONIBILIDAD, CLEMENCIA, PACIENCIA, SENSIBILIDAD, ABNEGACIÓN, GENTILEZA, CORTESÍA, DELICADEZA, CORDIALIDAD, MAGNANIMIDAD, CARIDAD, BENEVOLENCIA, PIEDAD, SACRIFICIO, HUMANIDAD, TODO ESTO FIGURA EN LOS MODALES.
UN SACERDOTE IMITA A JESÚS NO POR LO QUE DICE SINO POR LO QUE HACE. Sus sermones podrán ser discursos de amor y caridad, pero luego hace falta verificar si el Sacerdote pone en práctica lo que predica. No quisiera que estas palabras de Jesús fueran referidas a los Sacerdotes de hoy: "Obedecédles y haced lo que os digan, pero no imitéis su ejemplo, porque no hacen lo que dicen" (Mt 23, 3).
Si no piensas, no amas, no lloras y no rezas por la conversión de los pecadores, quiere decir que estás vacío del Espiritu de Jesús. El, por amor a los pecadores, bajó del Cielo y vino a la tierra para trabajar, sufrir y morir en el padecimiento y en la infamia. "El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (Lc, 19, 10). y ésta es la misma misión del Sacerdote: salvar a las almas y llevar a Jesús a aquellas perdidas.
Muchos fieles ya no van a la Iglesia o no la frecuentan, tal vez por los escándalos dados por los Sacerdotes. Por estos escándalos se deberá dar cuenta a Dios, se deberá responder por el mal ejemplo. "Ay de quienes son ocasión de pecado en el mundo! Es inevitable que esto exista. Sin embargo, ¡ay de aquellos que sean ocasión de pecado!" (Mt 18, 7).
¡TODO SACERDOTE SABRÁ EN EL JUICIO CUÁNTAS ALMAS HA SALVADO, Y TAMBIÉN AQUELLAS QUE NO HA SALVADO, Y DEBÍA SALVAR. ¡QUÉ RESPONSABILIDAD DEL SACERDOTE! SI SE ENTENDIERA MEJOR LO QUE CONLLEVA ESTA RESPONSABILIDAD, SE REFLEXIONARÍA MUY BIEN ANTES DE PEDIR LLEGAR A SER SACERDOTE.
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