FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS Y PROMESAS -

 ROSARIO PROMESAS PARA QUIEN MEDITE Y PROPAGUE
LA DEVOCIÓN A LAS SANTAS Y GLORIOSAS LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


Sor María Marta Chambón recibió estas promesas insuperables, desbordantes. Su vida en pleno siglo XX, es un preludio de las apariciones de la Virgen María en Fátima (Portugal) y por tanto, es una tabla de salvación que el Redentor nos ofrece, junto con la devoción a la Divina Misericordia.


1. Con cada palabra que se pronuncie en el Rosario de las Santas Llagas, dejaré que una gota de Mi Sangre caiga sobre el alma de un pecador.

2. Cada vez que se ofrezcan a Mi Padre los méritos de Mis Divinas Llagas, ganaréis una inmensa fortuna.

3. Las almas que hayan contemplado y honrado Mi Corona de espinas en la tierra, serán mi Corona de Gloria en el Cielo.

4. Concederé todo lo que se Me pida por medio de la invocación de Mis Santas Llagas. Todo lo obtendréis porque es a través de los méritos de mi Preciosísima Sangre, que es infinito. Con Mis Llagas y Mi Divino Corazón lo podéis obtener todo.

5. De mis Llagas proceden frutos de santidad. Como el oro purificado en el crisol se vuelve más hermoso, así pondréis vuestras almas y las de vuestros seres queridos en Mis Llagas Sagradas. Allí se perfeccionarán como el oro en el crisol. Siempre os podréis purificar en Mis Llagas.

6. Mis Llagas repararán las vuestras. Mis Llagas cubrirán todas vuestras faltas. Aquellos que las honren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo. Meditando sobre ellas siempre encontraréis un Amor nuevo. Mis Llagas taparán todos vuestros pecados.

7. Meted vuestras acciones en Mis Llagas y serán de gran valor. Todas vuestras acciones, incluso la más pequeña, empapada en Mi Sangre, adquirirá sólo con ella un mérito infinito y complacerá a Mi Corazón.

8. Ofreciendo mis Llagas por la conversión de los pecadores, aunque los pecadores no se conviertan, tendréis los mismos méritos ante Dios que si lo hiciesen.

9. Cuando tengáis algún problema, algún sufrimiento, ponedlo rápidamente en Mis Llagas y el dolor será aliviado.

10. Esta aspiración deberá repetirse a menudo cerca de los enfermos; “Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de tus Santas Llagas”. Esta oración calmará el alma y el cuerpo.

11. Un pecador que diga la siguiente oración obtendrá la conversión: “Padre Eterno, os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para sanar las de nuestras almas”.

12. No habrá muerte para el alma que expire en Mis Llagas; ellas dan la verdadera vida.

13. Este Misterio es un cortafuegos de Mi Justicia; retiene Mi venganza.

14. Aquellos que recen con humildad y mediten sobre Mi Pasión, participarán un día en la Gloria de Mis Divinas Llagas.

15. Cuanto más contempléis Mis Dolorosas Llagas en esta Tierra, más alta será vuestra contemplación en el Cielo
16. El alma que en vida haya honrado las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo y las haya ofrecido al Padre Eterno por las almas del Purgatorio, estará acompañada en el momento de su muerte por la Santísima Virgen y los Ángeles; y Nuestro Señor en la Cruz, en Su esplendente Gloria, la recibirá y coronará.

17. Las invocaciones a las Santas Llagas obtendrán una incesante victoria para la Iglesia.



FORMA DE REZAR ESTE ROSARIO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Acto de contrición:

1.- Oh Jesús, Redentor Divino, sed misericordioso con nosotros y con el mundo entero. Amén
2.- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, tened misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén
3.- ¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío!; durante los presentes peligros cubridnos con vuestra preciosa sangre. Amén
4.- Padre Eterno, tened piedad y misericordia por la Sangre de Jesucristo vuestro Hijo único; tened piedad y misericordia de nosotros, os lo suplicamos. Amén, Amén, Amén.


En las cuentas grandes del Rosario:

En lugar del Padrenuestro, se reza la jaculatoria:

Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las llagas de nuestras almas.


En las cuentas pequeñas del Rosario:

En lugar de las 10 Avemarías, se repite 10 veces la jaculatoria:

Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas.

Al terminar el Rosario se repite tres veces:

Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para sanar las de nuestras almas.



Oración a la Virgen Dolorosa


Oh Madre afligida, Oh corazón virginal desgarrado, por las llagas de tu hijo, dígnate admitir este pequeño recuerdo de sus sufrimientos en unión con lo que tu misma has padecido. Ofrezco este homenaje a tu hijo Jesús y por tu santa y poderosísima intercesión espero que mis oraciones y suplicas sean escuchadas por Él. Amén.

Se recomienda finalizar rezando tres Aves Marías


MEDITACIÓN DE CADA UNA DE LAS SANTAS Y GLORIOSAS LLAGAS

Se recomiendan en cada uno de los misterios del Rosario.


Al estar de rodillas ante Vuestra sagrada imagen, oh Salvador mío, mi conciencia me dice que yo he sido él que os ha clavado en la cruz, con estas mis manos, todas las veces que he cometido un pecado mortal.
Dios mío, mi amor y mi todo, digno de toda alabanza y amor, viendo como tantas veces me has colmado de bendiciones, me pongo de rodillas, convencido de que aún puedo reparar mis injurias con que te he ofendido. Al menos te puedo compadecer, puedo darte gracias por todo lo que has hecho por mí. Perdóname, Señor mío. Por eso con el corazón y con los labios digo:


A LA LLAGA DEL PIE IZQUIERDO (8)

Santísima llaga del pie izquierdo de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir aquella pena dolorosa. Os doy gracias, oh Jesús de mi alma, porque habéis sufrido tan atroces dolores para detenerme en mi carrera al precipicio, desangrándote a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad para resarcir mis pecados, que detesto con sincera contrición.


8. La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de pereza, omisión, faltas de caridad especialmente con los más pobres.


A LA LLAGA DEL PIE DERECHO (9)

Santísima llaga del pie derecho de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, por aquel amor que sufrió tan atroces dolores, derramando sangre para castigar mis deseos pecaminosos y andadas en pos del placer. Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad, y le pido la gracia de llorar mis transgresiones y de perseverar en el camino del bien, cumpliendo fidelísimamente los mandamientos de Dios.


9 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de la envidia, celos, rivalidades y rencores.


A LA LLAGA DEL SACRATÍSIMO COSTADO (10)

Santísima llaga del Sacratísimo costado de mi Jesús, os adoro. Me duele, Jesús de mi vida, ver como sufristeis tan gran injuria. Os doy gracias, oh buen Jesús, por el amor que me tenéis, al permitir que os abrieran el costado, con una lanzada y así derramar la última gota de sangre, para redimirme.
Ofrezco al Eterno Padre esta afrenta y el amor de vuestra santísima Humanidad, para que mi alma pueda encontrar en vuestro Corazón traspasado un seguro refugio.

10 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de ira, avaricia y lujuria.


A LA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA (11)

Santísima llaga de la mano izquierda de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, porque por vuestro amor me habéis librado a mí de sufrir la flagelación y la eterna condenación, que he merecido a causa de mis pecados.
Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad y le suplico me ayude a hacer buen uso de mis fuerzas y de mi vida, para producir frutos dignos de la gloria y vida eterna y así desarmar la justa ira de Dios.


11 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de la gula, para que nos liberes de la glotonería, ansiedad y desenfreno al comer y beber, y nos libres sobre todo del alcoholismo.



A LA LLAGA DE LA MANO DERECHA (12)

Santísima llaga de la mano derecha de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, por haberme abrumado de beneficios y gracias, y eso a pesar de mi obstinación en el pecado.
Ofrezco al Eterno Padre la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad y le suplico me ayude para hacer todo para mayor honra y gloria de Dios.

12 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de mentira, engaño y falsedad, por la ceguera espiritual que nos lleva a la hipocresía y al fraude.



A LA LLAGA DEL HOMBRO (13)

Oh amabilísimo Jesús, manso cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de tu cruz, que abriendo vuestras carnes desnudó los huesos de vuestro hombro sagrado, de la cual vuestra madre dolorosa tanto se compadeció.

13 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de murmuración, crítica, calumnia, chisme, difamación y juicios temerarios.


A LA LLAGA DE LA CABEZA (14)

Señor mío crucificado adoro la llaga de tu santa cabeza por el dolor que en ellas sufriste, y la sangre que derramaste te ruego que me concedas constancia en servirte a ti y los demás. Así sea.

14 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de soberbia, desconfianza y temores, los cuales siguen penetrando hoy la cabeza de Cristo.


FUENTE: oracionesydevocionescatolicas.com/


EL QUE SE OLVIDA DE DECIR UNA MISA POR SUS DIFUNTOS

... es peor que los demonios.

 


Si logramos ir al purgatorio necesitaremos de las oraciones y sacrificios de los vivos. Si nosotros no lo hicimos por las almas del purgatorio mientras estabamos vivos, nadie lo hará por nosotros. Remordemos diariamente a nuestros difuntos con una misa, un rosario, un Viacrucis, etc. 

EL ORGULLO Y LA SOBERBIA - DE MARINO RESTREPO -

El elemento del orgullo, que es precisamente ese pecado que hierve en nosotros, que camina dentro de nosotros y que combatimos todos los días - la presencia de ese pecado es la presencia del mal y el mal es el orgullo, el templo y reino del orgullo y todo lo que contiene el elemento del orgullo -  es la presencia del maligno; entonces el orgullo trae como vestido la soberbia. Y la soberbia es nuestro más grande abismo.

Se conoce por experiencia que entre el hombre que más se educa y entre el hombre que más conoce a Dios a través de compenetrarse en Él, a través de estudiarlo en un momento dado, …  puede pretender conocerlo y, cuando el hombre pretende conocer a Dios  ¡en ese momento lo pierde! Entonces lo que hace es exactamente lo contrario: camina como si no conociera a Dios y habla como si lo conociera.

Esta contradicción es el escándalo que nosotros vivimos con más frecuencia. El sentido verdadero es que entre más aprendo yo quiere decir que más he recibido yo y más tengo para dar; y entre menos he aprendido yo quiere decir que Dios ha querido que no aprenda para que solo lo tenga a Él.

Ese sentido de la vida que solo se consigue en la humildad es el llamado de Dios a vivir Su Voluntad en el estado perfecto de la Voluntad que es: yo vivo lo que vivo porque Dios quiere que viva yo lo que yo vivo y esto que estoy viviendo es perfecto porque El quiere que lo viva porque El es la vida y Él es el único que determina lo que yo voy a vivir.

¿Qué sucede con el sacerdocio profesional, aquí donde el sacerdote no es sacerdote por vocación sino por profesión lo cual se encuentra mucho hoy desafortunadamente en la iglesia diocesana?


En en sacerdocio profesional nunca podrán atender a nadie en el día libre, si un sacerdote tiene su día libre hoy se puede morir el que quiera, puede pasar lo que quiera, pero está libre, ese día no atiende a nadie, ese día no es sacerdote porque es un profesional y está en día de descanso. Este es el sentido de la profesión, de la perdida de la vocación porque la vocación sacerdotal es que un sacerdote es sacerdote 24 horas del día, claro está que, si le dicen que descanse el lunes, pues que descanse, pero si hay una emergencia ¿entonces qué? ¿Se queda descansando? no puede ser posible porque es sacerdote 24 horas al día.


¿Cuál es la relación nuestra con Dios en nuestro compromiso, ya no sea necesariamente el sacerdote sacramental, sino en cada uno de nosotros los bautizados? El compromiso es que tengo que ser 24 horas de Dios, no puedo tener ese espacio para mí porque cual es el espacio que saco para mí, el único espacio que saco para mí es para acercarme más a Él, entonces ese espacio al final no es para mí porque es para Él ¡siempre!

Es como Jesús, ¿a qué se retiraba? A lo único que se retiraba era a unirse más al Padre porque el quería estar con el Padre, entonces lo único que uno se retira a hacer es a acercarse más a Él y no acercarse más a uno. El orgullo y la soberbia espiritual está compuesto de todo lo que yo pretendo ser porque para eliminar el orgullo y la soberbia espiritual tengo que eliminar la pretensión o sea, yo no puedo vivir de lo que sueño ser sino que yo tengo que vivir lo que vivo o sea lo que soy hoy y no lo que quiero ser.

MENSAJES DE MEJUGORJE - FEBRERO, MARZO

Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje

Al inicio Nuestra Señora regularmente da sus mensajes sólo a los videntes, y a través de ellos a todos los fieles. A partir del 1 de marzo de 1984, Nuestra Señora comienza a entregar regularmente sus mensajes todos los jueves a la comunidad de parroquial de Medjugorje, y a través de ella, al resto del mundo. Puesto que algunas cosas que el Señor había deseado se cumplieron, como lo afirmó Nuestra Señora , a partir del 25 de enero de 1987, Nuestra Señora da sus mensajes a todo el mundo los 25 de cada mes Esto aún continúa.

Mirjana Dragicevic-Soldo, Ivanka Ivankovic-Elez y Jakov Colo tuvieron apariciones diarias hasta 1982, 1985, y 1998 respectivamente. Desde entonces, la Virgen se les aparece una vez al año y les da un mensaje. Debido a que el trabajo sobre los archivos está aún en curso, no estamos en condiciones de publicar los mensajes otorgados antes de 1995.

(http://www.medjugorje.ws)


Mensaje 25 de marzo de 2022

“¡Queridos hijos! Escucho su clamor y sus oraciones por la paz. Durante años, Satanás ha estado luchando en favor de la guerra. Por eso Dios me ha enviado entre ustedes: para conducirlos por el camino de la santidad, porque la humanidad se encuentra en una encrucijada. Los invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos, para que estén bien en la tierra y para que salgan de esta crisis en la que han entrado por no escuchar a Dios que los ama y quiere salvarlos, y llevarlos a una vida nueva. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”


Mensaje 18 de marzo de 2022 - Aparición anual a Mirjana Soldo

La vidente Mirjana Dragicevic - Soldo tuvo apariciones diarias desde el 24 de junio de 1981 hasta el 25 de diciembre de 1982. El último día de la aparición, después de confiarle el décimo secreto, la Virgen le dijo que durante toda su vida tendría una aparición una vez al año - el 18 de marzo. Así ha sucedido durante todos estos años y también este año. La aparición comenzó a las 13:34 y duró hasta las 13:40.
“¡Queridos hijos! Con amor maternal los invito a mirar a mi Hijo llenos de fuerza, fe y confianza. Ábranle sus corazones y no tengan miedo, porque mi Hijo es la Luz del mundo y en Él se hallan la paz y la esperanza. Por eso los invito nuevamente, nuevamente a orar por aquellos hijos míos que no han conocido el amor de mi Hijo; que mi Hijo ilumine sus corazones con Su luz de amor y esperanza, y que a ustedes, hijos míos, los fortalezca y les dé paz y esperanza. Yo estoy con ustedes. Les doy las gracias. ”
(La Virgen bendijo a todos.)


Mensaje 25 de febrero de 2022

“¡Queridos hijos! Yo estoy con ustedes y estamos orando juntos. Hijitos, ayúdenme con la oración para que Satanás no prevalezca. Su poder de muerte, odio y miedo ha visitado la tierra. Por eso, hijitos, regresen a Dios y a la oración, al ayuno y a la renuncia, por todos aquellos que son pisoteados, son pobres y no tienen voz en este mundo sin Dios. Hijitos, si no regresan a Dios y a sus Mandamientos, no tienen futuro. Por eso, Él me ha enviado a ustedes para guiarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”

DOCUMENTACIÓN ACERCA DEL INFIERNO - Almas sufrientes


¿CÓMO ES EL PURGATORIO?




Durante un éxtasis previo a su muerte, Santa Magdalena de Pazzi tuvo la gracia de ver y visitar el Purgatorio. Recorriendo las diversas estancias preparadas pro la Misericordia y Justicia divinas, la santa de la pureza comprendió la Santidad de Dios y la maldad del pecado. He aquí como nos describe este santo lugar.

Contaremos un suceso que aconteció a Santa Magdalena de Pazzi - una Carmelita florentina - tal como fue relatado por el Padre Cepari en la historia de la vida de la santa.

Un tiempo antes de su muerte, que tuvo lugar en 1607, la sierva de Dios, Magdalena de Pazzi, se encontraba una noche con varias religiosas en el jardín del convento, cuando entró en éxtasis y vio el Purgatorio abierto ante ella. Al mismo tiempo, como ella contó después, una voz la invitó a visitar todas las prisiones de la Justicia Divina, y a ver cuán merecedoras de compasión son esas almas allí detenidas.

En ese momento se la oyó decir: "Sí, iré". Consintió así llevar a cabo el penoso viaje. De hecho, a partir de entonces caminó durante dos horas alrededor del jardín, que era muy grande, parando de tiempo en tiempo. Cada vez que interrumpía su caminata, contemplaba atentamente los sufrimientos que le mostraban. Las religiosas vieron entonces que, compadecida, retorcía sus manos, su rostro se volvió pálido y su cuerpo se arqueó bajo el peso del sufrimiento, en presencia del terrible espectáculo al que se hallaba confrontada.

Entonces comenzó a lamentarse en voz alta, "¡Misericordia, Dios mío, misericordia! Desciende, oh Preciosa Sangre, y libera a estas almas de su prisión. ¡pobres almas! Sufren tan cruelmente, y aún así están contentas y alegres. Los calabozos de los mártires en comparación con esto eran jardines de delicias. Aunque, hay otras en mayores profundidades. Cuán feliz debo estimarme al no estar obligada a bajar hasta allí".

Sin embargo descendió después, porque se vio forzada a continuar su camino. Cuando hubo dado algunos pasos, paró aterrorizada y, suspirando profundamente, exclamó, "¡Qué! ¡Religiosos también en esta horrenda morada! ¡Buen Dios! ¡Cómo son atormentados! ¡Oh, Señor!". Ella no explicó la naturaleza de sus sufrimientos, pero el horror que manifestó en contemplarles le causaba suspiros a cada paso. Pasó de allí a lugares menos tristes. Eran los calabozos de las almas simples y de los niños que habían caído en muchas faltas por ignorancia. Sus tormentos le parecieron a la santa mucho más soportables que los anteriores. Allí sólo había hielo y fuego. Y notó que las almas tenían a sus ángeles guardianes con ellas, lo que las fortalecía enormemente en su presencia; pero vio también demonios de horribles formas que acrecentaban sus sufrimientos.

Avanzando unos pocos pasos, vio almas todavía más desafortunadas que las pasadas, y entonces se oyó su lamento, "¡Oh! Cuán horrible es este lugar; está lleno de espantosos demonios e increíbles tormentos! ¿Quiénes, oh Dios mío, son las víctimas de estas crueles torturas? Están siendo atravesadas por afiladas espadas, y son cortadas en pedazos". A esto se le respondió que eran almas cuya conducta había estado manchada por la hipocresía.

Avanzando un poquito más, vio una gran multitud de almas que eran golpeadas y aplastadas bajo una gran presión, y entendió que eran aquellas almas que habían sido impacientes y desobedientes durante sus vidas. Mientras las contemplaba, su mirada, sus suspiros, todo en su actitud estaba cargado de compasión y terror.

Un momento después su agitación aumentó, y pronunció una dolorosa exclamación. Era el calabozo de las mentiras el que se abría ante ella. Después de haberlo considerado atentamente, dijo, "Los mentirosos están confinados a este lugar en la vecindad del Infierno, y sus sufrimientos son excesivamente grandes. Plomo fundido es vertido en sus bocas; los veo quemarse, y al mismo tiempo, temblar de frío".

Luego fue a la prisión de aquellas almas que habían pecado por debilidad, y se le oyó decir: "Había pensado encontrarlas entre aquellas que pecaron por ignorancia, pero estaba equivocada: ustedes se queman en un fuego más intenso".

Más adelante, ella percibió almas que habían estado demasiado apegadas a los bienes del mundo, y habían pecado de avaricia.

"Qué ceguera", dijo, "las de aquellos que buscan ansiosamente la fortuna perecedera! Aquellos cuyas antiguas riquezas no podían saciarlos suficientemente, están ahora atracados en los tomentos. Son derretidos como el metal en un horno".

De allí pasó a un lugar donde las almas prisioneras eran las que se habían manchado de impureza. Ella las vio en tan sucio y pestilente calabozo, que la visión le produjo náuseas. Se volvió rápidamente para no ver tan horrible espectáculo.

Viendo a los ambiciosos y a los orgullosos, dijo, "Contemplo a aquellos que deseaban brillar ante los hombres; ahora están condenados a vivir en esta espantosa oscuridad".

Entonces le fueron mostradas las almas que tenían la culpa de ingratitud hacia Dios. Estas eran presa de innombrables tormentos, y se encontraban ahogadas en un lago de plomo fundido, por haber secado con su ingratitud la fuente de piedad.

Finalmente, en el último calabozo, ella vio a aquellos que no se habían dado a un vicio en particular, sino que, por falta de vigilancia apropiada sobre sí mismos, habían cometido toda clase de faltas triviales. Allí observó que estas almas tenían que compartir el castigo de todos los vicios, en un grado moderado, porque esas faltas cometidas sólo alguna vez las hacen menos culpables que aquellas que se cometen por hábito.

Después de esta última estación, la santa dejó el jardín, rogando a Dios nunca tener que volver a presenciar tan terrible espectáculo: ella sentía que no tendría fuerza para soportarlo. Su éxtasis continuó un poco más y, conversando con Jesús, se le oyó decir: "Dime, Señor, el por qué de tu designio de descubrirme esas terribles prisiones, de las cuales sabía tan poco, y comprendía aún menos... ¡Ah! Ahora entiendo; deseaste darme el conocimiento de Tu infinita santidad, para hacerme detestar más y más la menor mancha de pecado, que es tan abominable ante Tus ojos".


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MENSAJES A MONSEÑOR OTTAVIO MICHELINI -

 ¿Por qué me ha escogido Dios?


¿Quién soy yo? Soy menos que un granito de polvo frente al universo, soy menos que una gotita invisible frente al océano, soy menos que un repugnante gusanillo que se arrastra en el fango de la tierra.

Soy un pobre sacerdote, entre tantos, el menos culto, el menos docto, el más desprovisto, un pobre sacerdote rico sólo en innumerables miserias de toda naturaleza.

...

(Continuación)



LA REDENCION SE COMPLETA

- He aquí, en síntesis, lo que Él me ha dicho: "Propter peccata veniunt adversa".[2]

La humanidad ha pecado en origen en Adán y Eva; luego los hombres han continuado pecando. Se necesitaba pagar y expiar; pero la humanidad era impotente para expiar su deuda.

El Verbo se insertó en la humanidad con el Misterio de la Encarnación. Expía y da satisfacción por la Culpa y por las culpas de la humanidad. Su triunfo está constituido por el Misterio de la Cruz: “Cum exaltatus fuero a terra, omnia traham ad me ipsum"[3]

Salva, expía, da satisfacción y redime con un sufrimiento infinito. Su triunfo brota de los insultos, de los escupitajos, de la flagelación... De este modo glorifica al Padre y salva a las almas; reconcilia a la humanidad con la Divinidad y triunfa sobre sus enemigos visibles pero sobre todo, sobre sus enemigos invisibles: Satanás y sus secuaces.

De su Costado brota el Misterio de la Iglesia, su Cuerpo Místico del que Él es la Cabeza.

Es ley natural que el sufrimiento de un órgano se refleje y repercuta en los otros órganos del cuerpo. Así la Redención, iniciada con la Encarnación y consumada en la Cruz se completa en todos los miembros del Cuerpo Místico con el sufrimiento hasta el fin de los tiempos.

Nuestras acciones humanas nunca son solamente personales; sus consecuencias, sean buenas o malas no son nunca sólo personales, sino que repercuten positiva o negativamente en todo el Cuerpo Místico, del que cada uno es miembro.

Por eso el cristiano nunca es tan cristiano como cuando sufre, culpable o inocente, adulto o pequeño; su sufrimiento, como el de Cristo, se vuelve patrimonio de todos, aunque conservando su valor personal.

El cristiano, se acerca tanto más a Cristo con su sufrimiento, cuanto más colabora en completar el Misterio de la Redención en la Iglesia. Ésta, como Cristo, de cuyo costado ha brotado, triunfa en el dolor, en la humillación y en la persecución.


Las injusticias espirituales

El no querer sufrir es falta de amor a Dios, es falta de justicia y de amor al prójimo y a los hermanos más necesitados de la Misericordia divina.

Se deploran las injusticias sociales, y justamente, pero no se deploran para nada las injusticias espirituales perpetradas en perjuicio de tantas almas que se pierden porque nos hemos negado a sufrir con Él por su salvación.

Terrible falta de sensibilidad cristiana que revela la tremenda crisis de fe; y con la fe está en crisis la esperanza y la caridad.

El no querer sufrir manifiesta la falta de justicia y de caridad hacia Dios y hacia los hermanos: de estas dos grandes virtudes que constituyen el soporte de toda la vida cristiana.

Los rebeldes al sufrimiento corren el grave riesgo de auto eliminarse del Cuerpo Místico, corren el peligro de agostarse como ramas secas e inútiles, es más, nocivas, buenas solo para el fuego. Falta en los cristianos la visión del gran valor de los bienes eternos, para los que han sido creados y redimidos.

El no querer sufrir es un gravísimo mal de la sociedad materialista que, desgraciadamente, ha contagiado clero, religiosos y religiosas.

En consecuencia, ella ha sofocado la verdadera y auténtica vida cristiana de fe, de esperanza y de amor; ella ha vuelto ciegas las almas, ha hecho insípida a la sal y ha apagado muchas lámparas que habrían debido difundir luz y que ya no lucen más.



15 de Julio de 1975

UNA COMUNIÓN PERFECTA

- He pedido al Señor que me hiciera conocer la participación de la Santísima Virgen en el Misterio de la Encarnación. Con gran bondad me ha respondido:

“La participación de mi Madre en mi Encarnación es Misterio grande y sublime”.

Mientras Ella me daba la vida corporal y me nutría y me criaba, antes del nacimiento y después del nacimiento, Yo le daba en medida cada vez mayor mi Vida divina. 

Por eso Yo soy como parte de Ella por la naturaleza humana, y Ella es como parte de Mí por la naturaleza Divina.

Naturaleza humana y naturaleza divina en Mí y en Ella, se funden de un modo único, particularísimo y misterioso, por el que todo lo que es mío es también suyo y todo lo que es suyo es también mío.”

De aquí queda claro y evidente que su participación en el Misterio de mi Encarnación la lleva a una comunión perfecta por lo que, pensamientos, afectos, alegrías y dolores es como si brotaran de una sola fuente.

La participación de Ella en mi sufrimiento infinito es misteriosamente tan intensa que no se puede comprender por la mente humana. Por esta misma razón se vuelve incomprensible a la mente humana su amor por Mí, Uno y Trino, y por todos los hombres.

Es incomprensible a la mente humana la grandeza de mi Madre en la prueba, en el dolor y su grandeza en la gloria.

Ella vive en Mí; Yo vivo en Ella. Así es ahora, así fue, así será siempre.



25 de Julio de 1975

UN HECHO EVIDENTE

- Señor, ¿cuál es la participación de tu Madre en el Misterio Eucarístico?

"La misma que en el Misterio de la Encarnación.

Es de comunión perfecta, viviendo Ella de Mí y Yo de Ella: Ella de mi naturaleza divina, Yo de su naturaleza humana.

He dicho que vivimos en una comunión perfecta: donde estoy Yo, también está Ella.

Hijo, bastaría esto para volver más accesible a las almas la grandeza de mi Madre y vuestra.

Por medio suyo el injerto de Mí, Verbo eterno de Dios, en la naturaleza humana; por medio suyo se ha hecho realidad el Misterio de la salvación.

Es un Misterio en pleno desarrollo. Por medio de Ella, Satanás ha sido vencido y el hombre de buena voluntad, si quiere, puede salvarse”.

La comunión, que brota del Misterio de la Encarnación, continúa en el Misterio Eucarístico y continuará eternamente. Yo siempre viviré de su naturaleza humana y Ella siempre vivirá de mi naturaleza divina.

Esta comunión es un hecho evidente jamás repetible. No tiene comparación en la comunión mía con las almas en gracia, aunque también esta última es una cosa que no se puede describir humanamente por su belleza sobrenatural.



Envueltos en la oscuridad

De las relaciones que intervienen entre Dios Uno y Trino y Mi Madre se derivan hechos sublimes, únicos e irrepetibles:

- su maternidad inseparable de su virginidad,

- su concepción inmaculada,

- su exención de la corrupción de la carne,

- su asunción y su realeza sobre todas las potestades del Cielo y de la tierra,

- su poder sobre las mismas fuerzas del infierno que, al final, derrotará definitivamente.

Los hombres, en su presuntuoso simplismo, no ven la grandeza y el poder de mi Madre que es también su Madre. No han escuchado sus repetidas llamadas maternales.

Si los hombres se volvieran a Ella arrepentidos, si le rezaran, podrían evitar la avalancha que los amenaza y que ya está en movimiento.

Pero, embriagados de placeres y de bienes materiales, viven en cambio envueltos en la oscuridad como si Dios no existiera y como si tampoco existiera mi Madre.

Los hombres, e incluso muchos de mis ministros, no han comprendido, el amor sin medida de su Madre Celestial, porque no han profundizado.

Si lo hubieran comprendido y lo hubieran correspondido, cuántos males no se habrían evitado a los individuos y a los pueblos; ¡cómo habría sido de serena para todos su peregrinación por la tierra!

Continuará ...

CELEBRACIÓN DEL DOMINGO DE RESURRECCIÓN EN ARRAIJÁN -


La Semana Santa llega a su fin con la última jornada llena de júbilo y alegría entre toda la comunidad cristiana, pues se conmemora el regreso a la vida de Jesucristo.




Luego del Domingo de Ramos, la entrada de Jesús a Jerusalén, llegó el Triduo Pascual. Este período, que va desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua, conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Después del martirio vivido por Cristo que finalizó en su crucifixión en el Calvario, y tal como lo había prometido a sus discípulos, Jesús regresó de la muerte cumpliendo el mandato divino de Dios, probando que era el salvador de la humanidad.

En la capilla Nuestra Señora de Guadalupe de Burunga 2000 en el distrito de Arraiján el padre Yamid de la Hoz encabezó las celebraciones en la mañana de este domingo de Resurreción.

Al final, la comunidad de fieles acudió a recibir la bendición. 







VIGILIA PASCUAL DEL SÁBADO SANTO EN ARRAIJÁN -


El Sábado Santo es el séptimo día de la Semana Mayor, así como uno de los más sagrados dentro del Triduo Pascual, el periodo de tiempo en el que la liturgia cristiana católica conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

La comunidad religiosa de la capilla Don Bosco en Loma Cova participó de los actos de la Vigilia precididos por el padre Roger Arribasplata quien aparece en el video cantando el Pregón Pascual (sobre el cual dejo información dentro de párrafos siguientes).

La Vigilia, que significa pasar “una noche en vela”, cobra un sentido especial en la víspera pascual porque recuerda el pasaje bíblico (San Marcos, capítulo 16, versículo 1) en el que un grupo de mujeres llega al sepulcro para terminar de embalsamar a Jesús, pero no encuentran su cuerpo.

Luego, un ángel se aparece y les dice: “¿Buscan a Jesús, el Nazareno? No está aquí. Ha resucitado. Decidles a sus discípulos que vayan a Galilea y allí lo verán” (San Mateo, capítulo 28, versículo 6).

Esta ceremonia se celebra antes de la media noche del Sábado Santo, y está compuesta por varias partes importantes con el fin de alabar a Jesús y renovar los valores religiosos.


Estructura de la Vigilia Pascual

La celebración solemne consta de cuatro partes. En primer lugar, se desarrolla la Liturgia de la Luz o Lucernario. Durante este momento, los feligreses esperan a las afueras del templo, junto a una hoguera que simboliza “un resplandor que disipe las tinieblas e ilumine la noche”. Posteriormente, los fieles ingresan al templo y cantan el Exultet, llamado también pregón pascual. Las luces de la iglesia se mantienen apagadas.

Luego viene el desarrollo de la Liturgia de la Palabra, la cual incluye la proclamación de la lectura, meditación a través del Salmo Responsorial o a través de un eventual silencio de la asamblea celebrante. Se proponen siete lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento.

El tercer momento es la Liturgia Bautismal, la cual se manifiesta cuando se tiene la iniciación cristiana de adultos o el bautizo de los niños. No obstante, en caso de que no haya bautizos programados, se hace la Bendición del Agua para la aspersión de la asamblea.

El cuarto momento es la Liturgia Eucarística, conmemorando el memorial del Sacrificio de la Cruz y la presencia de Cristo Resucitado. Es conveniente que en la comunión de la Vigilia Pascual se alcance la plenitud del signo eucarístico, es decir, que se administre el Sacramento bajo las especies de pan y de vino.

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VIACRUCIS Y PROCESIÓN DE VIERNES SANTO EN ARRAIJÁN -

 CAPILLA NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, BURUNGA

 

Viacrucis de Viernes Santo, Liturgia de la Pasión del Señor y procesión del Santo Entierro en la capilla Nuestra Señora de Guadalupe de Burunga, en Arraiján.

Actos presididos por el padre Jovan Alfredo Ramírez.

El Viernes Santo es un día de duelo y recogimiento para los fieles cristianos. Durante este día Jesucristo sufrió una condena injusta, un pasión dolorosa y muerte en la cruz por la redención humana. El Viernes Santo conmemora la crucifixión de Jesucristo, por lo que se toma como un día de duelo, reflexión y penitencia

El Viernes Santo ocurrieron los sucesos más ilustrados de las escrituras bíblicas. Jesús es entregado por Judas Iscariote, le apresan y es llevado ante Poncio Pilato, quien, para ese momento, era el prefecto romano de la provincia de Judea.


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Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 18, 1 — 19, 42

En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el que lo iba a entregar, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando una cohorte y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:

+ «¿A quién buscáis?».
Le contestaron:
«A Jesús, el Nazareno».
 Les dijo Jesús:
+ «Yo soy».

Estaba también con ellos Judas, el que lo iba a entregar. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:

+ «¿A quién buscáis?».
Ellos dijeron:
«A Jesús, el Nazareno».
Jesús contestó:
+ «Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a estos».

Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste».
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:

+ «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?».

La cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo».

Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada portera dijo entonces a Pedro:

«¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?».
Él dijo:
«No lo soy».

Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.

El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Jesús le contestó:

+ «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído de qué les he hablado. Ellos saben lo que yo he dicho».

Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:

«¿Así contestas al sumo sacerdote?».
Jesús respondió:
+ «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?».

Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:

«¿No eres tú también de sus discípulos?».
Él lo negó, diciendo: «No lo soy».

Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:

«¿No te he visto yo en el huerto con él?».
Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.

Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo:

«¿Qué acusación presentáis contra este hombre?».
Le contestaron:
«Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos».
Pilato les dijo:
«Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley».
Los judíos le dijeron:
«No estamos autorizados para dar muerte a nadie».
Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
 Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
+ «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
 Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Pilato le dijo:
«Y, ¿qué es la verdad?».
Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
«Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».
Volvieron a gritar:
«A ese no, a Barrabás».

El tal Barrabás era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:

«Salve, rey de los judíos!».
Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:

«Mirad, os lo saco afuera para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa».

Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:

«He aquí al hombre».
Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
«Crucifícalo, crucifícalo!».
Pilato les dijo:
«Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él».
Los judíos le contestaron:
«Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha hecho Hijo de Dios».
Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más. Entró otra vez en el pretorio y dijo a Jesús:
«¿De dónde eres tú?».
Pero Jesús no le dio respuesta.
Y Pilato le dijo:
«¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?».
 Jesús le contestó:
+ «No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor».

Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
«Si sueltas a ese, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey está contra el César».

Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo “Gábbata”). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:

«He aquí a vuestro rey».
Ellos gritaron:
«¡Fuera, fuera; crucifícalo!».
Pilato les dijo:
«¿A vuestro rey voy a crucificar?».
Contestaron los sumos sacerdotes:
«No tenemos más rey que al César».
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.

Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice “Gólgota”), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, e! Nazareno, el rey de los judíos».

Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.

Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:

«No escribas “El rey de los judíos”, sino: “Este ha dicho: soy el rey de los judíos”». Pilato les contestó:

«Lo escrito, escrito está».

Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:

«No la rasguemos, sino echémosla a suerte, a ver a quién le toca».

Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:

+ «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
+ «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo:

+ «Tengo sed».

Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:

+ «Está cumplido». E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura:

«No le quebrarán un hueso»;
y en otro lugar la Escritura dice:
«Mirarán al que traspasaron».

Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe.

Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís