FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

LA NAVIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASIS -

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Sucedió en Rivotorto, en el año 1209. El 25 de diciembre de ese año cayó en viernes y los hermanos, en su ignorancia, se preguntaban si había que ayunar o no. Entonces fray Morico, uno de los primeros compañeros, se lo planteó a San Francisco y obtuvo esta respuesta: “Pecas llamando ‘día de Venus’ (eso significa la palabra viernes) al día en que nos ha nacido el Niño. Ese día hasta las paredes deberían comer carne; y, si no pueden, habría que untarlas por fuera con ella”.

La devoción de San Francisco por la fiesta de la Natividad de Cristo le venía, pues, ya desde los comienzos de su conversión, y era tan grande que solía decir: “Si pudiera hablar con el emperador Federico II, le suplicaría que firmase un decreto obligando a todas las autoridades de las ciudades y a los señores de los castillos y villas a hacer que en Navidad todos sus súbditos echaran trigo y otras semillas por los caminos, para que, en un día tan especial, todas las aves tuvieran algo que comer. Y también pediría, por respeto al Hijo de Dios, reclinado por su Madre en un pesebre, entre la mula y el buey, que se obligaran esa noche a dar abundante pienso a nuestros hermanos bueyes y asnos. Por último, rogaría que todos los pobres fuesen saciados por los ricos esa noche”.

Su devoción era mayor que por las demás fiestas pues decía que, si bien la salvación la realizó el Señor en otras solemnidades –Semana Santa/Pascua–, ésta ya empezó con su nacimiento. De lo más conocido de san Francisco con relación al nacimiento del Redentor fue la celebración de la nochebuena que escenificó en una cueva del monte, cerca del castillo de Greccio. He aquí el relato del episodio, contado por el primer biógrafo del santo donde el digno de recuerdo y de celebrarlo con piadosa memoria, el día de la navidad.

Se cuenta que vivía en aquella comarca un hombre bueno, de nombre Juan. Unos quince días antes de la navidad del Señor, Francisco le llamó, como solía hacerlo con frecuencia, y le dijo: «Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno». Oyendo esto, Juan, preparó en el lugar señalado cuanto el Santo le había indicado.

Cuando llegó el día, se convocó a muchos para que vinieran a la celebración. donde estaba preparado el pesebre y los animales y Greccio se convierte en una nueva Belén. La biografía narra que esa “noche resplandece como el día” y que “cantan los hermanos las alabanzas del Señor y toda la noche transcurre entre cantos de alegría.” Francisco está de pie ante el pesebre vestido de diácono, “desbordándose en suspiros, traspasado de piedad, derretido en inefable gozo. Se celebra el rito solemne de la misa sobre el pesebre y el sacerdote goza de singular consolación.”

Francisco durante esa noche y en el sopor del sueño tuvo una visión. Había un niño que estaba recostado en el pesebre. Esta manifestación no carece de sentido, ya que cómo se explica Celano, es el niño Jesús, quien ha estado “sepultado en el olvido en muchos corazones”.

Estemos siempre cerca a este misterio. Todo honor y gloria a Dios que se ha manifestado en Belén y que hoy nos lo recuerda nuestro Padre Seráfico San Francisco.

Amén


ANEXO

Origen del pesebre -Francisco de Asís-




FUENTE: espirituyvidaofm.wordpress.com/ 

Gregorian - Christmas Chants





Gregorian - Christmas Chants
1 Happy Xmas Was Is Over
2. Silent Night
3. Pie Jesu
4. Last Christmas

EL COMUNISMO AVANZA DISIMULADAMENTE ...

... toma fuerza ante la lejanía del hombre de Su Rey y Señor Jesucristo. El hombre olvida pronto y será nuevamente dominado, escarnecido, ultrajado como lo ha sido en el pasado.





MENSAJE DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
A LUZ DE MARÍA

26 DE OCTUBRE DEL 2019

Pueblo de Dios:

LA PROTECCIÓN DE NUESTRAS LEGIONES SE MANTIENE SOBRE TODO EL PUEBLO DE DIOS, PERO ES NECESARIO QUE NOS LLAMEN, NOS INVOQUEN, NOS SUPLIQUEN, NOS SOLICITEN TODA LA ASISTENCIA DE LA QUE CARECEN POR FALTA DE FE.

La tierra se tiñe con la sangre de inocentes, el hombre ha caído en un grave descontrol al vivir despreciando el Orden Divino y todo cuanto proviene de Él, generado al despreciar a Nuestro Rey y Señor Jesucristo y a Nuestra Reina y Madre de Cielos y Tierra.

HIJOS DE NUESTRO REY Y SEÑOR JESUCRISTO, LA PESTE ESPARCIDA POR LA MANO DEL DEMONIO SE MUEVE CON RAPIDEZ SOBRE LAS MENTES INCONFORMES DE LAS CRIATURAS HUMANAS.

Este momento es sumamente peligroso para el hombre. El Demonio y sus secuaces en busca de crear confusión, se aprovechan del mínimo descuido del hombre para causar graves y grandes divisiones que únicamente le llevarán a alejarse de Dios y a acercarse al pecado.

Antes de un gran combate, en medio de la preparación, las demostraciones de poder llevan a crear gran tensión, sobre todo, cuando el demonio posee conocimiento de que su derrota es inminente.

Por ahora el Demonio posee el cáncer más invasivo de todos. El cáncer que contiene la soberbia, el desamor y la división que bien sabe injertar en quienes poseen lo necesario para alojarse y reproducirse, en quienes llegan a creerse superiores a sus hermanos. De estas criaturas humanas soberbias se vale el Demonio para distraer a los hijos de Dios que luchan por mantenerse en los Caminos de Dios para ganar la Vida Eterna.

La cizaña se ha levantado y se mantiene en medio del trigo (Cfr. Mt 13,24-30). Las imponentes y falsas ideologías oprimen a los débiles dominándoles y creciendo en su escalada de poder y de grave maldad.

EL COMUNISMO AVANZA DISIMULADAMENTE, (1) toma fuerza ante la lejanía del hombre de Su Rey y Señor Jesucristo. El hombre olvida pronto y será nuevamente dominado, escarnecido, ultrajado como lo ha sido en el pasado, hasta que mire cuán apartado está de Dios. La opresión lleva al hombre a rebelarse sin que tenga consciencia de cuál es el motivo verdadero y este motivo es el distanciamiento que ha tomado con Su Creador: ¡NO HAN OBEDECIDO!

DESPRECIARON LOS PEDIDOS DE NUESTRA REINA Y MADRE DE TODO LO CREADO EN FÁTIMA (2) : NO CUMPLIERON TODOS LOS REQUISITOS QUE NUESTRA MADRE LES SOLICITÓ PARA EVITAR EL CAOS ACTUAL Y EL VENIDERO, POR LO CUAL EL PUEBLO DE DIOS PADECERÁ ESA DESOBEDIENCIA, QUE LE LLEVARÁ A UN RETROCESO EN EL ESPÍRITU ANTE LA ACOGIDA DE IDEOLOGÍAS OSCURAS.

Ustedes, Pueblo de Dios, necesitan unirse en oración y en acción, sin ocultar el Honor y la Gloria que profesan a la Trinidad Sacrosanta y a Nuestra Madre y Reina de Cielos y Tierra. El Pueblo de Dios vive en confusión, como si los asuntos del Cielo estuvieran sobre cosas inanimadas a las que les da lo mismo el bien o el mal.

Como en el pasado, los sencillos, pobres y humildes son los amantes del verdadero Magisterio de la Iglesia: estos son las semillas que dan frutos de vida eterna, por ello Nuestro Rey continúa Su siembra en las almas y cada uno sabe qué fruto le dará.

ES URGENTE QUE SE MIREN A SÍ MISMOS Y SE ESCUDRIÑEN, Y QUIENES POSEAN EL CORAZÓN INTOXICADO POR EL DESAMOR, DEBEN BUSCAR CON URGENCIA EL MEDICAMENTO DEL AMOR DE DIOS PARA QUE EL DEMONIO NO LES INCITE A COMETER FALTAS DE LAS QUE SE ARREPIENTAN.

El espectro de la guerra se mueve desde diferentes puntos de la Tierra, distrayendo a los hijos de Dios para que estos no permanezcan atentos y se confundan.

PUEBLO DE DIOS: ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, NO SE DESVÍEN DEL VERDADERO MAGISTERIO, DIOS ES EL MISMO DE AYER HOY Y SIEMPRE (Cfr Heb 13,8).

Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren por Argentina y sus países hermanos que padecen. La irritabilidad del hombre llega a su máximo momento: hermano se levanta contra hermano y la paz será un ayer. Argentina será estremecida.


ARGENTINA DEBE SER CONSAGRADA A LOS SAGRADOS CORAZONES.

Oren y reparen ante Nuestra Reina y Madre para que las mentes enardecidas por la sed de poder, sean doblegadas y al final la paz regrese a las naciones. (3)

Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren por Latinoamérica. Se encuentra atacada por el comunismo, “tentáculo del anticristo”. La libertad es el gran obstáculo de este tentáculo, pero no se encuentra a plenitud, por ello los países pobres se van transformando en cautivos del gran poder único que oprime a los pueblos para entregar al anticristo a los hijos de Dios.

Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren. Esta generación no sabe de Dios sino de petulancia, de arrogancia y de la grandeza de los que con discursos y palabras elaboradas, ganan terreno para el mal, llevando a las masas a manifestarse en contra de la moral, de la religión, de la verdad, de la rectitud.

Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, esta generación padece y padecerá por su propia soberbia, en instantes en que la Tierra entró en su convulsión.

No permitan que el mal les embriague el corazón ni les desvíe la mente, se encuentran en la recta final de los grandes acontecimientos. Centren la vida en la Trinidad Sacrosanta, no permitan ser engañados por quienes desean apartarles de la Vida Eterna. Mantengan la fe, la esperanza y la caridad.

RECIBAN A NUESTRO REY EN LA EUCARISTÍA. OREN, OREN CON AMOR, OREN EN FE, OREN SIENDO CONSCIENTES DE CADA PALABRA QUE SALE DE SUS CORAZONES, NO SOLO DE SUS LABIOS.

Pueblo de Nuestro Rey, ustedes en este instante tienen que amar como Dios mismo Ama, actuar como Dios mismo actúa, obrar como Dios mismo edifica: EN UNIDAD.

Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, no se opriman unos a otros, luego buscarán a quienes en este momento desprecian, ya que no lograrán caminar solos.

Les amparamos; las legiones celestiales les amparamos, no se alejen de la oración, oren el Santo Rosario con fervor y amor a Nuestra Reina y Madre de Cielos y Tierra.

¿QUIÉN COMO DIOS?
¡NADIE COMO DIOS!

San Miguel Arcángel

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA


FUENTE:  angelicapajares.wordpress.com/ 

TESTIMONIO DE LA IMPRESIONANTE EFICACIA DEL ROSARIO POR LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS


La persecución a los cristianos se está extendiendo por todo el mundo.

  • En Nigeria el brazo ejecutor es el grupo islámico Boko Haram. Cuya sigla quiere decir la educación occidental está prohibida.
  • El Obispo Oliver Dashe Doeme de Maiduguri recibió hace tres años un mensaje de Jesús dictándole un Rosario para los cristianos perseguidos.
  • Ahora él ha declarado que desde que se empezó a rezar ese Rosario su diócesis se ha liberado de Boko Haram.


La eficacia del Rosario por los Cristianos Perseguidos nos debería llamar a la atención en occidente, porque aquí se está acrecentando la persecución.

En occidente la persecución adquiere formal legal, es a través de las leyes que se va cortando la libertad de los cristianos.

Pero en el resto del mundo se hace directamente encarcelando a los cristianos, torturándolos y asesinándolos.

‍Además de robarles sus pertenencias, discriminarlos laboralmente y tratándoles como ciudadanos de segunda categoría.

Pero Dios nos ha dado una esperanza para defendernos de este plan del maligno que ha desatado en el mundo en esta batalla espiritual.

Y es nuevamente el Rosario, que ha dado tantos frutos a los católicos a través de la historia, comenzando con la conversión de los albigenses y siguiendo con el triunfo precisamente ante los musulmanes en la batalla de Lepanto.

‍Aquí presentamos la visión que tuvo el Obispo nigeriano Oliver Dashe Doeme de Maiduguri, la evidencia de la eficacia que ha tenido y cómo es el Rosario.


LA APARICIÓN DE JESUCRISTO AL OBISPO NIGERIANO

El obispo afirma que Jesucristo se le apareció en una visión, dándole la respuesta al problema: El Rosario.




"Hacia el final del año pasado yo estaba en mi capilla ante el Santísimo Sacramento... rezando el rosario y, de repente, el Señor apareció", dijo el obispo Dashe.

Jesús no dijo nada al principio, pero extendió una espada hacia él, y él a su vez extendió la mano para tomarla.

"Tan pronto como recibí la espada, se convirtió en un rosario", dijo el obispo.

Y agregó que Jesús entonces le dijo tres veces:..."Boko Haram se ha ido"

"Yo no necesito ningún profeta para que me de la explicación" él dijo.

‍"Estaba claro que con el rosario sería capaz de expulsar a Boko Haram".

‍El obispo dijo que no quería decirle a nadie, pero"sentía que el Espíritu Santo me empujaba a hacerlo".


EVIDENCIA DE LA EFICACIA DEL ROSARIO POR LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS

El obispo nigeriano cuya diócesis ha sido una tierra de terror ha manifestado que los militantes de Boko Haram están en retirada gracias a que muchos rezaron el Rosario para la intercesión de la Santísima Virgen María.

El terrorismo de Boko Haram, se ha cobrado la vida de más de 11.000 nigerianos, la mayor parte de la zona de Maiduguri y la mayoría de ellos cristianos, desde 2011.

‍Desde hace 2 años, cuando se comenzó a rezar el Rosario por los Cristianos Perseguidos, el Obispo Dashe Doeme dice que el ejército de Nigeria ha ido expulsando a la insurgencia de sus últimos reductos, empujándola al bosque de Sambisa.




Y según el obispo el crédito lo tiene María.

‍“Antes los miembros de Boko Haram estaban por todas partes.

Pero ahora no están en todas partes.

‍Han sido empujados a los bosques. Boko Haram pronto se esfumará sobre todo debido a las oraciones de la gente”.

El obispo dice que entiende que el mensaje de Jesús era “enviar a su Madre para que esté con nosotros para consolar al pueblo”.

Así que le dijo a la gente de su extensa diócesis, controlada por los musulmanes del norte de Nigeria, que creyeran“que el rosario en última instancia, nos daría la victoria sobre el mal. Boko Haram es el mal, ISIS es el mal.

Por lo tanto, cuando vamos a Su Madre, especialmente con el rezo del Rosario, que es la forma más pronunciada de devoción mariana, seremos victoriosos”.

El Obispo Dashe Doeme instó al rezo del rosario todos los días en todas las escuelas, las familias y las parroquias de su diócesis.

Y los terroristas han sido constantemente empujados hacia atrás desde entonces, al punto que el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, dijo en diciembre de 2015 que Boko Haram había sido derrotado.

Además algunos de los 3,6 millones de desplazados han comenzado a regresar a sus hogares.

‍El obispo ha dicho que el rosario“ha funcionado de maravilla, ha liberado a las naciones”

‍Y citó la Batalla de Lepanto en 1571, por ejemplo, cuando las fuerzas navales cristianas derrotaron a la flota mucho más grande del Imperio Otomano.

Y el triunfo de 1986, cuando fue depuesto dictador de Filipinas Fernando Marcos.

Sin embargo el ejército también reclama el crédito.

El General Lucky Irabor, el comandante de la fuerza asignada a derrotar a Boko Haram, anunció ahora que sus tropas había expulsado a los terroristas de“sus últimos reductos conocidos como Abadam y Mallam Fatori y ahora estamos consolidando nuestra zona”.

‍Pero esto no quiere decir que “hemos escuchado los últimos estertores de los insurgentes”, advirtió.

Los rebeldes se han refugiado en el bosque Sambisa y tienen que ser perseguidos.

Mientras tanto Obispo Dashe Doeme dice que el principal reto ahora es ayudar a los refugiados a que regresen a sus hogares y reparar sus vidas.


ROSARIO POR LOS PERSEGUIDOS

El Rosario por los perseguidos utiliza los Misterios Dolorosos, y sigue la forma tradicional de la recitación, con intenciones década específicas para diferentes "zonas calientes" de todo el mundo.


Introducción

Señal de la Cruz, Credo de los Apóstoles, Padre Nuestro, Tres Ave Marías, Gloria

Primer Misterio Doloroso: La Oración en el Huerto.

"Por la Iglesia bajo ataque por el Estado islámico y todos sus afiliados en Siria, Irak, Irán y en todo el Medio Oriente" Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria

Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestras faltas, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.


Segundo Misterio Doloroso: La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo en el poste.

“Por la Iglesia bajo ataque en África por Boko Haram y todos sus afiliados"Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria Jaculatoria: Oh Jesús mío…


Tercer Misterio Doloroso: La Coronación de Espinas de Nuestro Señor Jesucristo.

“Por la Iglesia bajo el ataque en Asia, especialmente en China y Corea del Norte." Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria Jaculatoria: …


Cuarto Misterio Doloroso: Jesús llevando la cruz camino al calvario.

“Por la Iglesia bajo ataque en Europa y Rusia" Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria Jaculatoria: …

Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

"Por la Iglesia bajo ataque en las Américas" Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria Jaculatoria: …


Conclusión

Salve Líder: "Señor, te pedimos por tu divina intervención, revelación y misericordia por aquellos en el mundo que, están activamente buscando la ruina, o están permitiendo su persecución haciendo la vista gorda. Escúchanos".

‍Todos: "Oh Dios, por cuyo Hijo Unigénito, su vida, muerte y resurrección, has comprado para nosotros la recompensa de la vida eterna, concédenos, Te suplicamos, que meditando estos misterios del Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, podamos imitar lo que contienen y obtener lo que promete, a través del mismo Cristo Nuestro Señor. Amén".


FUENTE: www.forosdelavirgen.org 

LA GENEALOGÍA (EL ÁRBOL DE JESE)


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Por padre Eduardo Sanz de Miguel

Durante siglos, en Adviento se explicaba la representación del “árbol de Jesé”, que consiste en un tronco que brota de su pecho, en el que se colocan los antepasados de Cristo. La abundancia de ejemplares, que se conservan en templos y museos, indica la enorme popularidad que alcanzó en otras épocas. Por su parte, los cristianos orientales lo pintan en el “icono de los antepasados de Cristo”.

Estas “biblias de los pobres” que recogen la genealogía de Jesús servían para explicar al pueblo los pecados y las esperanzas de Israel, así como la obra salvadora de Cristo.

La genealogía de Jesús nos recuerda que el Señor se ha manifestado en la historia real de los hombres, con sus luces y sus sombras.

Cada personaje de esta genealogía vivió en un momento determinado de la historia de su pueblo, tuvo sus alegrías y sus tristezas, y se convirtió en un eslabón de la cadena humana que construye la historia de la salvación.

La genealogía de Jesús muestra que Dios realiza su salvación con gente real, imperfecta, muchas veces mezquina: Judá tuvo un hijo con su nuera Tamar; Jacob engañó a su padre, a su hermano y a su suegro; Rajab fue una prostituta cananea; Rut era moabita, perteneciente a un pueblo enemigo de Israel; David fue prepotente, adúltero y asesino; Salomón tuvo al menos 700 esposas y 300 concubinas...

El Hijo de Dios ha asumido la historia de Israel y la historia de la humanidad. Si hubiera tenido que esperar a que los hombres fueran justos y perfectos, no se habría encarnado nunca.

Él toma sobre sus hombros nuestra realidad: las cosas buenas para llevarlas a plenitud, las cosas malas para perdonarlas, las esperanzas para llevarlas a cumplimiento.

Él asume nuestra historia, pero no es el resultado de nuestra historia. No es el fruto de la evolución humana ni del querer de los hombres. Es don de Dios, totalmente gratuito e inmerecido por nuestra parte. Por eso no es generado como todos los hombres. Tiene una madre, de la que asume la naturaleza humana, pero existe desde siempre como eterno Hijo del Altísimo.

El Hijo de Dios se hace hijo de María, hermano nuestro, para salvar lo que estaba perdido, para hacernos hijos de Dios.

Bendito sea el que tanto nos amó. A él sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


FUENTE: padreeduardosanzdemiguel.blogspot.com/

EL HÁBITO - CHARLA DE MARINO RESTREPO -


El hábito



Por alguna razón después del Concilio Vaticano II sucedieron muchas interpretaciones del Concilio que causaron mucho escándalo y mucha confusión porque obviamente dentro de la Iglesia había mucha gente que no estaba en obediencia a las tradiciones sagradas ni a la sana doctrina y estaban reprimidos. Cuando se dio el Concilio muchas de las decisiones que se tomaron fueron interpretadas libremente por muchas comunidades religiosas, por mucho clero en el mundo entero, y entre esas fue la liberación de los hábitos y el clériman. … De todas las tradiciones de la Iglesia en las cuales las comunidades identificaban su carisma a través de sus hábitos como lo tienen ustedes por su carisma que viene de San Francisco y de Santa Clara. Esta es una tradición sagrada de muchos siglos que identifica la experiencia mística de sus fundadores (que es el encuentro que ellos han tenido con una experiencia trascendental) y todo lo que ustedes tienen puesto, tiene que ver con lo que ellos usaron y la razón por la cual la usaron y la razón por la cual caminaron usando eso.

La obediencia se prueba por medio de la sana doctrina y las tradiciones sagradas ¿y cómo se cumplen las tradiciones sagradas? Las tradiciones sagradas se cumplen observando lo que es tradicional y que ha sido establecido en la Iglesia como una cultura religiosa que está completamente con la espiritualidad de esos carismas que han revelado a la iglesia por medio de sus místicos, y sus instrumentos, un camino de vida en Jesucristo como el carisma Franciscano de ustedes. Entonces el hábito está ligado a mucho más que una ley como lo interpretaron tan mal en tantas comunidades después del Concilio Vaticano II.  No era una ley la que imponía un hábito sobre el religioso sino un carisma, representa una experiencia espiritual trascendental de sus fundadores. Es como la Iglesia dentro del todo, el conjunto especial de normas que establece a los sacerdotes vestirse de una manera especial pues el sacerdote debe representar el sacerdocio. En si la iglesia siempre le ha pedido a los sacerdotes diocesanos usar el cleriman.

Yo mismo viví una experiencia viajando de Frankfurt, Alemania a Abuya, Nigeria, a un congreso a donde estaba invitado a predicar. Al lado mío iba un hombre que miraba mucho un libro que yo estaba escribiendo en el computador y me miraba por encima de mi hombro. Este hombre parecía cualquier hombre y yo estaba escribiendo casualmente sobre los sacerdotes que no usan el clériman. Cuando llegué a Abuya estando ya en el área donde están todos los sacerdotes y todos los que iban a hablar pues era un estadio apareció este hombre vestido de sacerdote que me buscaba y me contó quien era él y yo ni lo reconocí. Ya el Señor lo había tocado y se había dado cuenta que él había vivido una vida de hipócrita en una doble vida porque la razón por la cual el no usaba el clériman es porque él quería estar en los dos mundos. Quería estar en el sacerdocio pero también quería vivir en el mundo sin que nadie supiera que era sacerdote para estar libre. Eso es como el hombre que esconde su sortija de matrimonio para que las mujeres crean que es soltero. Más o menos es lo mismo de acuerdo a lo que el mismo me contó. En pocas palabras el mensaje de todo esto es no es el hábito el que hace al monje, obviamente que no. No es el clériman el que hace al sacerdote, es la obediencia, es la observación de lo que representamos que es la observación de con quién y con qué caminamos porque miren cuanta gente se oculta detrás de un hábito, cuántos hombres se ocultan detrás de un cleriman porque llevan por dentro un espíritu que no es de Dios.

Todo el tiempo nos encontramos con un sacerdote que dejó el sacerdocio y resultó ser un vividor. Aquí en Colombia tenemos un sacerdote, Lineros, que era un astuto que entró al seminario, buscó estatus social, luego fama, luego dinero y luego se fue diciendo que se sentía solo. Ustedes se pueden imaginar algo más absurdo que eso, un sacerdote consagrado que se siente solo, entonces con quién se casó,  cómo se puede estar solo si se casó con Jesús? Eso es directamente el testimonio de alguien que negó directamente a Jesús porque dice que estaba solo.  Un sacerdote consagrado que dice que está solo, no es sacerdote. Nunca se ordenó con el corazón, nunca abrazó a Jesús como su esposo. Cada vez que veo a un curita vestido con ropitas muy finas, sin clériman, en su carrito de carreras ya sé que el diablo se lo llevó, por mucho cuento que me traiga, por mucha excusa que tenga, yo sé que ese curita anda mal.

Mucha gente me llama fanático y me dicen que esto es exagerado porque yo no conozco el corazón de esos curitas pero saben una cosa?:  es blanco o negro,  en las cosas de Dios no hay territorio gris. Uno o es o no es. Una persona que se entregó a Dios se tiene que presentar como una persona de Dios. Y un sacerdote que no es usa su clériman o un monje que no usa su hábito ¿ese en qué anda? O sea para dónde se fue,  con que se consagró?. El hábito no hace al monje ni a la monja pero lo que hace de nuestra vida religiosa en el caso de ustedes es el conocer profundamente por qué tenemos ese hábito puesto, qué representa y que está haciendo en mi vida. Esto no es un atuendo para esconderme, no es un atuendo para vestirme de santita, no es un atuendo para vestirme de monja. Es un atuendo que me recuerda todo el tiempo de que yo soy una esclava del Señor, que me he encadenado a su corazón y que le pertenezco solo a él. Hay que honrar ese hábito que tienen puesto pero honrarlo desde las entrañas de su corazón, ustedes sienten ese hábito cuando caminan, cuando están sentadas, cuando están arrodilladas, cuando están orando. Ustedes lo sienten todo el tiempo porque es algo que le recuerda en qué andan. No es que andan en el hábito, es que andan con una promesa y un compromiso y ese hábito les recuerda eso y es importante honrar lo que nos identifica.

La vida de ustedes debe ser un caminar en gracia, un caminar en ese hábito que tienen encima, un caminar que representa lo que tiene el vestido, que verdaderamente ustedes son monjas. Esos curitas que no usan clériman y las monjitas que no usan hábito siempre dicen “¿hay quien le dijo que  el hábito hace a la monja o que el clériman hace al cura?”. “¿En qué anda usted o en qué planeta vive?”, así hablan porque eso es como la mujer infiel que tiene su amante y dice: ¿a usted quién le dijo que una mujer no puede tener amante?. Ese amante es el que mantiene mi matrimonio porque mi esposo no me quiere y mi amante si, y así me mantiene bien casada.

Esta es la realidad espiritual de la filosofía del mundo, de la gente que anda en pecado y que siempre justifica el amante malo. Cuál es el amante malo de la monja sin hábito y del cura sin clériman?: la filosofía que se los quitó, algo les quitó el hábito y el clériman ¿quién sería? ¿No creo que haya sido un ángel de Dios? Tenga la seguridad que no, ¿entonces quién fue? Pues el diablo. Aunque les duela, les moleste y los escandalice se los quitó el diablo. Hay situaciones excepcionales en México, la masonería se apoderó del poder por más de 70 años y todavía ahora apareció que este presidente también es masón. Los masones convirtieron la constitución de México en una constitución laical, le llaman el laicismo y prohibieron a los sacerdotes vestirse de sacerdotes. Hasta hace no muchos años les volvieron a dar permiso de ponerse el clériman pero dio una excusa que los sacerdotes que después de eso fueron ordenados, ya no se ponen el clériman porque supuestamente eso es lo que pasa allá pero a quién creen que están engañando?, eso ya no es ley. También hay lugares como Irlanda que hace como 15 años atrás empezaron escándalos de pedofilia y homosexualismo gravísimos en la Iglesia. Fue tanta la vergüenza que muchos sacerdotes no se podían poder el clériman porque les tiraban piedras en la calle y a muchos les hicieron daño y por un tiempo les mataban cuando salían con su clériman, las monjas con hábito o cualquiera que representaba a la Iglesia. Ahora ha cambiado un poco, se ha relajado un poco más pero por varios años estuvo así.

Esas son situaciones extraordinarias pero nadie tiene derecho a hacer eso a no ser que haya una razón que atente contra su vida. La realidad es que vivimos en un mundo que nos quiere decir que la Iglesia tiene que cambiar con los tiempos, es decir la palabra de Dios se tiene que adaptar a las filosofías e ideologías del mundo que son cambiantes con el tiempo. Ustedes saben que uno de los testimonios más contundentes de Jesús es: todo pasará, cielo y tierra pasarán más mi Palabra no pasará. Nadie, como dice San Pablo, puede venir a predicarnos un evangelio nuevo; el que lo haga será maldito, anatema. Y esto es lo que representan todos estos curas sin clériman, estas monjas sin hábito y estas nuevas doctrinas que se han inventado nuevas reglas y filosofías que los lleva a actuar así, es un evangelio nuevo. Esos mismos predican que Adán y Eva no existieron, que no hubo diluvio, que no se multiplicaron los panes, ustedes se pueden imaginar la herejía que eso es?. Cuando un cura pretende decirle a alguien que le enseñaron en el seminario (porque estas son teologías que vienen de Holanda y Alemania que se infiltraron de los masones) y dicen que Adán y Eva son un símbolo, que es una idea y que eso no existió, miren lo que sucede, como es de satánico eso. Jesucristo se encarnó para redimirnos y ¿de que nos vino a redimir el Señor?  pues del pecado original, de la caída. De eso nos redimió. Vino a romper las cadenas que nos ataban al demonio ¿Cómo nos atamos al diablo? Con la caída del pecado original.  Entonces ¿qué sucede cuando un cura cree que Adan y Eva no existieron? ¿Saben qué sucede? Esa es la herejía más grande que hay porque entonces no hay redención y Jesús se encarnó para nada. O sea, la redención es absurda, la redención no tiene sentido. En otras palabras ¿que están diciendo? Jesucristo no existe, porque si Jesucristo es el redentor y vino a redimirnos del pecado original y Adán y Eva no existieron muy astutamente están diciendo: no existe Jesucristo, fue inventado. Se entran en una forma subliminal y hablan que el diluvio nunca existió. Todo eso lo tumban. Y por eso aparece el curita perfumado sin clériman, con carrito de carrera, con mujer o con novio y esos son los que aparecen con esas teologías perversas y también hay muchas monjas así pervertidas que están con esas teologías torcidas y de allí vienen todos los pecados tan graves de la Iglesia. Por pecados de ese tamaño, nació la reforma o el protestantismo,  por escándalos o problemas de la Iglesia y el demonio se aprovecha y nos hace mucho daño.

LOS SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO - PARTE 65 - EL INFIERNO



EL INFIERNO


SUEÑO 68.—AÑO DE 1860.

Parte 2

(M. B. Tomo IX, págs. 166-181)



Llevaba los cabellos desgreñados, en parte erizados sobre la cabeza y en parte echados hacia atrás por efecto del viento y los brazos tendidos hacia adelante, en actitud como de quien nada para salvarse del naufragio. Quería detenerse y no podía. Tropezaba continuamente con los guijarros salientes del camino y aquellas piedras servían para darle un mayor impulso en la carrera.

—Corramos, detengámoslo, ayudémosle— gritaba y tendiendo las manos hacia él. Y el guía: —No; déjalo. — ¿Y por qué no puedo detenerlo? — ¿No sabes lo tremenda que es la venganza de Dios? ¿Crees que podrías detener a uno que huye de la ira encendida del Señor?

Entretanto aquel joven, volviendo la cabeza hacia atrás y mirando con los ojos encendidos si la ira de Dios le seguía siempre, corría precipitadamente hacia el fondo del camino, como si no hubiese encontrado en su huida otra solución que ir a dar contra aquella puerta de bronce.

— ¿Y por qué mira hacia atrás con esa cara de espanto?, — pregunte yo—.
—Porque la ira de Dios traspasa todas las puertas del infierno e irá a atormentarle aún en medio del fuego. En efecto, como consecuencia de aquel choque, entre un ruido de cadenas, la puerta se abrió de par en par. Y tras ella se abrieron al mismo tiempo, haciendo un horrible fragor, dos, diez, cien, mil, otras puertas impulsadas por el choque del joven, que era arrastrado por un torbellino invisible, irresistible, velocísimo.

Todas aquellas puertas de bronce, que estaban una delante de otra, aunque a gran distancia, permanecieron abiertas por un instante y yo vi, allá a lo lejos, muy lejos, como la boca de un horno, y mientras el joven se precipitaba en aquella vorágine pude observar que de ella se elevaban numerosos globos de fuego. Y las puertas volvieron a cerrarse con la misma rapidez con que se habían abierto. Entonces yo tomé la libreta para apuntar el nombre y el apellido de aquel infeliz, pero el guía me tomó del brazo y me dijo: —Detente —me ordenó—y observa de nuevo. Lo hice y pude ver un nuevo espectáculo. Vi bajar precipitadamente por la misma senda a tres jóvenes de nuestras casas que en forma de tres peñascos rodaban rapidísimamente uno detrás del otro. Iban con los brazos abiertos y gritaban de espanto. Llegaron al fondo y fueron a chocar con la primera puerta. [San] Juan Don Bosco al instante conoció a los tres. Y la puerta se abrió y después de ella las otras mil; los jóvenes fueron empujados a aquella larguísima galería, se oyó un prolongado ruido infernal que se alejaba cada vez más, y aquellos infelices desaparecieron y las puertas se cerraron. Muchos otros cayeron después de éstos de cuando en cuando... Vi precipitarse en el infierno a un pobrecillo impulsado por los empujones de un pérfido compañero. Otros caían solos, otros acompañados; otros cogidos del brazo, otros separados, pero próximos. Todos llevaban escrito en la frente el propio pecado. Yo los llamaba afanosamente mientras caían en aquel lugar. Pero ellos no me oían, retumbaban las puertas infernales al abrirse y al cerrarse se hacía un silencio de muerte.


—He aquí las causas principales de tantas ruinas eternas —exclamó mi guía—: los compañeros, las malas lecturas y las perversas costumbres. Los lazos que habíamos visto al principio eran los que arrastraban a los jóvenes al precipicio. Al ver caer a tantos de ellos, dije con acento de desesperación: —Entonces es inútil que trabajemos en nuestros colegios, si son tantos los jóvenes que tienen este fin. ¿No habrá manera de remediar la ruina de estas almas? Y el guía me contestó: —Este es el estado actual en que se encuentran y si mueren en él vendrán a parar aquí sin remedio. — ¡Oh, déjame anotar los nombres para que yo les pueda avisar y ponerlos en la senda que conduce al Paraíso!

— ¿Y crees tú que algunos se corregirían si les avisaras? Al principio el aviso les impresionará; después no harán caso, diciendo: se trata de un sueño. Y se tornarán peores que antes. Otros, al verse descubiertos, frecuentarán los Sacramentos, pero no de una manera espontánea y meritoria, porque no proceden rectamente. Otros se confesarán por un temor pasajero a caer en el infierno, pero seguirán con el corazón apegado al pecado. — ¿Entonces para estos desgraciados no hay remisión?
Dame algún aviso para que puedan salvarse. —Helo aquí: tienen los superiores, que los obedezcan; tienen el reglamento, que lo observen; tienen los Sacramentos, que los frecuenten. Entretanto, como se precipitase al abismo un nuevo grupo de jóvenes, las puertas permanecieron abiertas durante un instante y: —Entra tú también— me dijo el guía. Yo me eché atrás horrorizado. Estaba impaciente por regresar al Oratorio para avisar a los jóvenes y detenerles en aquel camino; para que no siguieran rodando hacia la perdición. Pero el guía me volvió a insistir: —Ven, que aprenderás más de una cosa. Pero antes dime: ¿Quieres proseguir solo o acompañado?


Esto me lo dijo para que yo reconociese la insuficiencia de mis fuerzas y al mismo tiempo la necesidad de subenévola asistencia; a lo que contesté: — ¿Me he de quedar solo en ese lugar de horror? ¿Sin el consuelo de tu bondad? ¿Y quién me enseñará el camino del retorno?
Y de pronto me sentí lleno de valor pensando para mí: —Antes de ir al infierno es necesario pasar por el juicio y yo no me he presentado todavía ante el Juez Supremo. Después exclamé resueltamente: — ¡Entremos, pues!


Y penetramos en aquel estrecho y horrible corredor. Corríamos con la velocidad del rayo. Sobre cada una de las puertas del interior lucía con luz velada una inscripción amenazadora. Cuando terminamos de recorrerlo desembocamos en un amplio y tétrico patio, al fondo del cual se veía una rústica portezuela, cuyas hojas eran de un grosor como jamás había visto y encima de la cual se leía esta inscripción: Ibunt impii in ignem aeternum. Los muros en todo su perímetro estaban recubiertos de inscripciones.


Yo pedí a mi guía permiso para leerlas y éste me contestó: ---Haz como te plazca. Entonces lo examiné todo. En cierto sitio vi escrito lo siguiente: Dabo ignem in carnes eorum ut comburantur in
sempiternum. Cruciabuntur die ac nocte in saecula saeculorum. Y en otro lugar: Hic univérsitas malorum per omnia saecula saeculorum. En otros: Nullus est hic ordo, sed horror sempiternus inhabitat. — Fumus tormentorum suorum in aeternum ascendit. —Non est pax impiis. —Clamor et stridor dentium.


Mientras yo daba la vuelta alrededor de los muros leyendo estas inscripciones, el guía, que se había quedado en el centro del patio, se acercó a mí y me dijo: —Desde ahora en adelante nadie podrá tener un compañero que le ayude, un amigo que le consuele, un corazón que le ame, una mirada compasiva, una palabra benévola: hemos pasado la línea. ¿Tú quieres ver o probar? —Quiero ver solamente— respondí. —Ven, pues, conmigo— añadió el amigo, y tomándome de la mano me condujo ante aquella puertecilla y la abrió.

Esta ponía en comunicación con un corredor en cuyo fondo había una gran cueva cerrada por una larga ventana con un solo cristal que llegaba desde el suelo hasta la bóveda y a través del cual se podía mirar dentro. Atravesé el dintel y avanzando un paso me detuve presa de un terror indescriptible.

Vi ante mis ojos una especie de caverna inmensa que se perdía en las profundidades cavadas en las entrañas de los montes, todas llenas de fuego, pero no como el que vemos en la tierra con sus llamas movibles, sino de una forma tal que todo lo dejaba incandescente y blanco a causa de la elevada temperatura. Muros, bóvedas, pavimento, herraje, piedras, madera, carbón; todo estaba blanco y brillante. Aquel fuego sobrepasaba en calores millares y millares de veces al fuego de la tierra sin consumir ni reducir a cenizas nada de cuanto tocaba. Me sería imposible describir esta caverna en toda su espantosa realidad.

Mientras miraba atónito aquel lugar de tormento veo llegar con indecible ímpetu un joven que casi no se daba cuenta de nada, lanzando un grito agudísimo, como quien estaba para caer en un lago de bronce hecho líquido, y que precipitándose en el centro, se torna blanco como toda la caverna y queda inmóvil, mientras que por un momento resonaba en el ambiente el eco de su voz mortecina.
Lleno de horror contemplé un instante a aquel desgraciado y me pareció uno del Oratorio, uno de mis hijos.


—Pero ¿este no es uno de mis jóvenes?, —pregunté al guía—. ¿No es fulano? —Sí, sí— me respondió. — ¿Y por qué no cambia de posición? ¿Por qué está incandescente sin consumirse?
Y él: —Tú elegiste el ver y por eso ahora no debes hablar; observa y verás. Por lo demás omnis enim igne salietur et omnis uictima sale salietur.

Apenas si había vuelto la cara y he aquí otro joven con una furia desesperada y a grandísima velocidad que corre y se precipita a la misma caverna. También éste pertenecía al Oratorio. Apenas cayó no se movió más. Este también lanzó un grito de dolor y su voz se confundió con el último murmullo del grito del que había caído antes. Después llegaron con la misma precipitación otros, cuyo número fue en aumento y todos lanzaban el mismo grito y permanecían inmóviles, incandescentes, como los que les habían precedido. Yo observé que el primero se había quedado con una mano en el aire y un pie igualmente suspendido en alto. El segundo quedó como encorvado hacia la tierra.


Algunos tenían los pies por alto, otros el rostro pegado al suelo.Quiénes estaban casi suspendidos sosteniéndose de un solo pie o de una sola mano; no faltaban los que estaban sentados o tirados; unos apoyados sobre un lado, otros de pie o de rodillas, con las manos entre los cabellos. Había, en suma, una larga fila de muchachos, como estatuas en posiciones muy dolorosas. Vinieron aún otros muchos a aquel horno, parte me eran conocidos y parte desconocidos. Me recordé entonces de lo que dice la Biblia, que según se cae la primera vez en el infierno así se permanecerá para siempre: Lignum, in quocumque loco cecíderit, ibi erit.

Al notar que aumentaba en mí el espanto, pregunté al guía: — ¿Pero éstos, al correr con tanta velocidad, no se dan cuenta que vienen a parar aquí? — ¡Oh!, sí que saben que van al fuego; les avisaron mil veces, pero siguen corriendo voluntariamente al no detestar el pecado y al no quererlo abandonar, al despreciar y rechazar la misericordia de Dios que los llama a penitencia, y, por tanto, la justicia divina, al ser provocada por ellos, los empuja, les insta, los persigue y no se pueden parar hasta llegar a este lugar. — ¡Oh, qué terrible debe de ser la desesperación de estos desgraciados que no tienen ya esperanza de salir de aquí!—, exclamé. — ¿Quieres conocer la furia íntima y el frenesí de sus almas? Pues, acércate un poco más—, me dijo el guía.


Di algunos pasos hacia adelante y acercándome a la ventana vi que muchos de aquellos miserables se propinaban mutuamente tremendos golpes, causándose terribles heridas, que se mordían como perros rabiosos; otros se arañaban el rostro, se destrozaban las manos, se arrancaban las carnes arrojando con despecho los pedazos por el aire. Entonces toda la cobertura de aquella cueva se había trocado como de cristal a través del cual se divisaba un trozo de cielo y las figuras luminosas de los compañeros que se habían salvado para siempre.

Y aquellos condenados rechinaban los dientes de feroz envidia, respirando afanosamente, porque en vida hicieron a los justos blanco de sus burlas. Yo pregunté al guía: —Dime, ¿por qué no oigo ninguna voz? —Acércate más— me gritó. Me aproximé al cristal de la ventana y oí cómo unos gritaban y lloraban entre horribles contorsiones; otros blasfemaban e imprecaban a los santos. Era un tumulto de voces y de gritos estridentes y confusos que me indujo a preguntar a mi amigo: — ¿Qué es lo que dicen? ¿Qué es lo que gritan?


Y él: —Al recordar la suerte de sus buenos compañeros se ven obligados a confesar: Nos insensatam vitam illorum aestimabamus insaniam et finem illorum sine honore. Ecce quómodo computati sunt inter filios Dei et ínter sanctos sors illorum est. Ergo errávimus a vía veritatis.


Por eso gritan: Lassati sumus in via iniquitatis et perdifionis. Erravimus per vias diffíciles, viam autem Domini ignoravimus. Quid nobis profuit superbia? Transierunt omnia illa tamquam umbra.
Estos son los cánticos lúgubres que resonarán aquí por toda la eternidad. Pero gritos, esfuerzos, llantos son ya completamente inútiles. Omnis dolor irruet super eos! Aquí no cuenta el tiempo, aquí sólo impera la eternidad.


Mientras lleno de horror contemplaba el estado de muchos de mis jóvenes, de pronto una idea floreció en mimente. — ¿Cómo es posible —dije— que los que se encuentran aquí estén todos condenados? Esos jóvenes, ayer por la noche estaban aún vivos en el Oratorio.

Y el guía me contestó: —Todos ésos que ves ahí son los que han muerto a la gracia de Dios y si les sorprendiera la muerte y si continuasen obrando como al presente, se condenarían. Pero no perdamos tiempo, prosigamos adelante. Y me alejó de aquel lugar por un corredor que descendía a un profundo subterráneo conduciendo a otro aún más bajo, a cuya entrada se leían estas palabras: Vermis eorum non moritur, et ignis non extinguitur... Dabit Dominus omnipotens ignem et vermes in carnes eorum, ut urantur et sentiant usque in sempiternum. Aquí se veían los atroces remordimientos de los que fueron educados en nuestras casas.


El recuerdo de todos y cada uno de los pecados no perdonados y de la justa condenación; de haber tenido mil medios y muchos extraordinarios para convertirse al Señor, para perseverar en el bien, para ganarse el Paraíso. El recuerdo de tantas gracias y promesas concedidas y hechas a María Santísima y no correspondidas. ¡El haberse podido salvar a costa de un pequeño sacrificio y, en cambio, estar condenado para siempre! ¡Recordar tantos buenos propósitos hechos y no mantenidos! ¡Ah! De buenas intenciones completamente ineficaces está lleno el infierno,dice el proverbio.


Y allí volví a contemplar a todos los jóvenes del Oratorio que había visto poco antes en el horno, algunos de los cuales me están escuchando ahora, otros estuvieron aquí con nosotros y a otros muchos no los conocía. Me adelanté y observé que todos estaban cubiertos de gusanos y de asquerosos insectos que les devoraban y consumían el corazón, los ojos, las manos, las piernas, los brazos y todos los miembros, dejándolos en un estado tan miserable que no encuentro palabras para describirlo. Aquellos desgraciados permanecían inmóviles, expuestos a toda suerte de molestias, sin poderse defender de ellas en modo alguno. Yo avancé un poco más, acercándome para que me viesen, con la esperanza de poderles hablar y de que me dijesen algo, pero ellos no solamente no me hablaron sino que ni siquiera me miraron. Pregunté entonces al guía la causa de esto y me fue respondido que en el otro mundo noexiste libertad alguna para los condenados: cada unosoporta allí todo el peso del castigo de Dios sin variación alguna de estado y no puede ser de otra manera. Y añadió: —Ahora es necesario que desciendas tú a esa región de fuego que acabas de contemplar. — ¡No, no!, —repliqué aterrado—. Para ir al infierno es necesario pasar antes por el juicio, y yo no he sido juzgado aún. ¡Por tanto no quiero ir al infierno! —Dime —observó mi amigo—, ¿te parece mejor ir al infierno y libertar a tus jóvenes o permanecer fuera de él abandonándolos en medio de tantos tormentos?
Desconcertado con esta propuesta, respondí: — ¡Oh, yo amo mucho a mis queridos jóvenes y deseo que todos se salven! ¿Pero, no podríamos hacer de manera que no tuviésemos que ir a ese lugar de tormento ni yo ni los demás? —Bien —contestó mi amigo—, aún estás a tiempo, como también lo están ellos, con tal que tú hagas cuanto puedas.


Mi corazón se ensanchó al escuchar tales palabras y me dije inmediatamente: Poco importa el trabajo con tal de poder librar a mis queridos hijos de tantos tormentos. —Ven, pues —continuó mi guía—, y observa una prueba de la bondad y de la misericordia de Dios, que pone en juego mil medios para inducir a penitencia a tus jóvenes y salvarlos de la muerte eterna. Y tomándome de la mano me introdujo en la caverna. Apenas puse el pie en ella me encontré de improviso transportado a una sala magnífica con puertas de cristal. Sobre ésta, a regular distancia, pendían unos largos velos que cubrían otros tantos departamentos que comunicaban con la caverna.

El guía me señaló uno de aquellos velos sobre el cual se veía escrito: Sexto Mandamiento; y exclamó: —La falta contra este Mandamiento: he aquí la causa de la ruina eterna de tantos jóvenes. —Pero ¿no se han confesado? —Se han confesado, pero las culpas contra la bella virtud las han confesado mal o las han callado de propósito.

Por ejemplo: uno, que cometió cuatro o cinco pecados de esta clase, dijo que sólo había faltado dos o tres veces. Hay algunos que cometieron un pecado impuro en la niñez y sintieron siempre vergüenza de confesarlo, o lo confesaron mal o no lo dijeron todo. Otros no tuvieron el dolor o el propósito suficiente. Incluso algunos, en lugar de hacer el examen, estudiaron la manera de engañar al confesor. Y el que muere con tal resolución lo único que consigue es contarse en el número de los réprobos por toda la eternidad. Solamente los que, arrepentidos de corazón, mueren con la esperanza de la eterna salvación, serán eternamente felices. ¿Quieres ver ahora por qué te ha conducido hasta aquí la misericordia de Dios?

Levantó un velo y vi un grupo de jóvenes del Oratorio, todos los cuales me eran conocidos, que habían sido condenados por esta culpa. Entre ellos había algunos que ahora, en apariencia, observan buena conducta. —Al menos ahora —le supliqué— me dejarás escribir los nombres de esos jóvenes para poder avisarles en particular.

—No hace falta— me respondió. —Entonces, ¿qué les debo decir? —Predica siempre y en todas partes contra la inmodestia. Basta avisarles de una manera general y no olvides que aunque lo hicieras particularmente, te harían mil promesas, pero no siempre sinceramente. Para conseguir un propósito decidido se necesita la gracia de Dios, la cual no faltará nunca a tus jóvenes si ellos se la piden. Dios es tan bueno que manifiesta especialmente su poder en el compadecer y en perdonar. Oración y sacrificio, pues, por tu parte. Y los jóvenes que escuchen tus amonestaciones y enseñanzas, que pregunten a sus conciencias y éstas les dirán lo que deben hacer.


Y seguidamente continuó hablando por espacio de casi media hora sobre las condiciones necesarias para hacer una buena confesión. El guía repitió después varias veces en voz alta: —Avertere!... Avertere!... — ¿Qué quiere decir esos? — ¡Que cambien de vida!... ¡Que cambien de vida!... Yo, confundido ante esta revelación, incliné la cabeza y estaba para retirarme cuando el desconocido me volvió a llamar y me dijo: —Todavía no lo has visto todo. Y volviéndose hacia otra parte levantó otro gran velo sobre el cual estaba escrito: Qui volunt dívites fieri, íncidunt irt tentationem et láqueum diáboli.


Leí esta sentencia y dije: —Esto no interesa a mis jóvenes, porque son pobres, como yo; nosotros no somos ricos ni buscamos las riquezas. ¡Ni siquiera nos pasa por la imaginación semejante deseo! Al correr el velo vi al fondo cierto número de jóvenes, todos conocidos, que sufrían como los primeros que contemplé, y el guía me contestó: —Sí, también interesa esa sentencia a tus muchachos. —Explícame entonces el significado del término divites. Y él: —Por ejemplo, algunos de tus jóvenes tienen el corazón apegado a un objeto material, de forma que este afecto desordenado le aparta del amor a Dios, faltando, por tanto, a la piedad y a la mansedumbre. No sólo se puede pervertir el corazón con el uso de las riquezas, sino también con el deseo inmoderado de las mismas, tanto más si este deseo va contra la virtud de la justicia. Tus jóvenes son pobres, pero has de saber que la gula y el ocio son malos consejeros. Hay algunos que en el propio pueblo se hicieron culpables de hurtos considerables y a pesar de que pueden hacerlo no se han preocupado de restituir. Hay quienes piensan en abrir con las ganzúas la despensa y quien intenta penetrar en la habitación del Prefecto o del Ecónomo; quienes registran los baúles de los compañeros para apoderarse de comestibles, dinero y otros objetos; quien hace acopio de cuadernos y de libros para su uso...

Y después de decirme el nombre de estos y de otros más, continuó: —Algunos se encuentran aquí por haberse apropiado de prendas de vestir, de ropa blanca, de mantas y manteles que pertenecían al Oratorio, para mandarlas a sus casas. Algunos, por algún otro grave daño que ocasionaron voluntariamente y no lo repararon. Otros, por no haber restituido objetos y cosas que habían pedido a título de préstamo, o por haber retenido sumas de dinero que les habían sido confiadas para que las entregasen al Superior.

Y concluyó diciendo:—Y puesto que conoces el nombre de los tales, avísales, diles que desechen los deseos inútiles y nocivos; que sean obedientes a la ley de Dios y celosos del propio honor, de otra forma la codicia los llevará a mayores excesos, que les sumergirán en el dolor, en la muerte y en la perdición.

Yo no me explicaba cómo por ciertas cosas a las que nuestros jóvenes daban tan poca importancia hubiese aparejados castigos tan terribles. Pero el amigo interrumpió mis reflexiones diciéndome: —Recuerda lo que se te dijo cuando contemplabas aquellos racimos de la vid echados a perder—, y levantó otro velo que ocultaba a otros muchos de nuestros jóvenes, a los cuales conocí inmediatamente por pertenecer al Oratorio.

Sobre aquel velo estaba escrito: Radix ómnium maíorum. E inmediatamente me preguntó: —¿Sabes qué significa esto? ¿Cuál es el pecado designado por esta sentencia? —Me parece que debe ser la soberbia. —No, me respondió. —Pues yo siempre he oído decir que la raíz de todos los pecados es la soberbia. —Sí; en general se dice que es la soberbia; pero en particular, ¿sabes qué fue lo que hizo caer a Adán y a Eva en el primer pecado, por lo que fueron arrojados del Paraíso terrenal? —La desobediencia.

—Cierto; la desobediencia es la raíz de todos los males. —¿Qué debo decir a mis jóvenes sobre esto? — Presta atención. Aquellos jóvenes los cuales tú ves que son desobedientes se están preparando un fin tan lastimosocomo éste. Son los que tú crees que se han ido por la noche a descansar y, en cambio, a horas de la madrugada se bajan a pasear por el patio, sin preocuparse de que es una cosa prohibida por el reglamento; son los que van a lugares peligrosos, sobre los andamios de las obras en construcción, poniendo en peligro incluso la propia vida.

Algunos, según lo establecido, van a la iglesia, pero no están en ella como deben, en lugar de rezar están pensando en cosas muy distintas de la oración y se entretienen en fabricar castillos en el aire; otros estorban a los demás. Hay quienes de lo único que se preocupan es de buscar un lugar cómodo para poder dormir durante el tiempo de las funciones sagradas; otros crees tú que van a la iglesia y, en cambio, no aparecen por ella. ¡Ay del que descuida la oración! ¡El que no reza se condena! Hay aquí algunos que en vez de cantar las divinas alabanzas y las Vísperas de la Virgen, se entretienen en leer libros nada piadosos, y otros, cosa verdaderamente vergonzosa, pasan el tiempo leyendo obras prohibidas. Y siguió enumerando otras faltas contra el reglamento, origen de graves desórdenes.

PREDILECTAS DE LA AUTORA

San Juan Bosco dice que una persona que está en pecado mortal ya está en el infierno, solo le falta morir y ya.

De: video La santidad del servidor, padre Carlos Cancelado.

PREDILECTAS DE LA AUTORA

Las almas que están enceguecidas en el pecado, que tienen ojos y no ven, a esas almas el infierno las espera.

La Santísima Virgen del Rey de la Paz dijo: "De 100 personas que mueren 95 van al infierno, 4 al Purgatorio y 1 al cielo. Y el que va al cielo es un niño menor de 4 años".

De: video del padre Carlos Cancelado: Cómo buscar la salvación.

PREDILECTAS DE LA AUTORA

Por qué no es pecado ya hasta para nosotros los sacerdotes pecar? Y la gente ya suplica que se casen.

Le dije a un sacerdote amigo mio: "Hermano, si el matrimonio fuera la solución para el sacerdote, entonces contéstame : ¿Por qué los casados cometen adulterio?"

De: video del padre Carlos Cancelado Pro vida.



PREDILECTAS DE LA AUTORA

CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Para crecer espiritualmente no hay proceso. Para crecer espiritualmente lo único que se necesita es entregarse (como san Francisco de Asís), que Dios habite en nuestro corazón.

El Espíritu Santo no crece, no está en un proceso de experiencia. El Espíritu Santo es Dios, entonces el que tiene a Dios tiene toda la experiencia.

DE: Marino Restrepo.

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA


LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Los orígenes de la Fiesta

En la Constitución Ineffabilis Deus de 8 de Diciembre de 1854, Pío IX pronunció y definió que la Santísima Virgen María «en el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia concedidos por Dios, en vista de los méritos de Jesucristo, el Salvador del linaje humano, fue preservada de toda mancha de pecado original».

De esta manera proclamaba como dogma de fe de forma definitiva lo que la tradición popular había sostenido desde los comienzos de la Iglesia.


1. LA SAGRADA ESCRITURA

En la Sagrada Escritura encontramos algunas referencias (aunque no directas) a la Virgen. El primer pasaje escriturístico que contiene la promesa de la redención menciona también a la Madre del Redentor: “Yo pondré enemistad entre ti y la mujer y su estirpe; ella aplastará tu cabeza cuando tú aceches para morderle su talón” (Génesis 3:15).

Por otra parte en el evangelio de San Lucas, el saludo del ángel Gabriel (Cfr. Lucas 1:28) “Dios te salve, llena de gracia” , “chaire kecharitomene”, indica una alabanza a la abundancia de gracia, un sobrenatural estado del alma agradable a Dios, que encuentra explicación sólo en la Inmaculada Concepción de María. También se han visto referencias a la Virgen María en el libro de los Proverbios, el Eclesiático y el Cantar de los Cantares (Cfr. Cant. 4:7).





2. LOS PADRES DE LA IGLESIA

Respecto de la impecabilidad de María, los antiguos Padres son muy cautelosos, aunque insisten en dos puntos sobre todo: la absoluta pureza de María y su posición como segunda Eva (Cfr. 1 Cor 15:22). Esta celebrada comparación entre Eva, por algún tiempo inmaculada e incorrupta -no sujeta al pecado original- y la Santísima Virgen es desarrollado por varios Padres de la Iglesia: San Justino, San Ireneo de Lyon, Tertuliano, San Cirilo de Jerusalén y Sedulio entre otros.

Los escritos patrísticos sobre la absoluta pureza de María son muy abundantes: Orígenes la llama «digna de Dios, inmaculada del inmaculado, la más completa santidad, perfecta justicia, ni engañada por la persuasión de la serpiente, ni infectada con su venenoso aliento». San Ambrosio dice que «es incorrupta, una virgen inmune por la gracia de toda mancha de pecado». San Agustín declara que todos los justos han conocido verdaderamente el pecado «excepto la Santa Virgen María, de quien, por el honor del Señor, yo no pondría en cuestión nada en lo que concierne al pecado».



Los Padres sirios nunca se cansaron de ensalzar la impecabilidad de María. San Efrén describe la excelencia de la gracia y santidad de María: «La Santísima Señora, Madre de Dios, la única pura en alma y cuerpo, la única que excede toda perfección de pureza, única morada de todas las gracias del más Santo Espíritu [..], mi Señora santísima, purísima, sin corrupción, la solamente inmaculada».


3. EL ORIGEN DE LA FIESTA

La antigua fiesta de la Concepción de María (Concepción de Santa Ana), que tuvo su origen en los monasterios de Palestina a final del siglo VII, y la moderna fiesta de la Inmaculada Concepción no son idénticas en su origen, aunque la fiesta de la Concepción de Santa Ana se convirtió con el paso del tiempo en la de la Inmaculada Concepción.

Para determinar el origen de esta fiesta debemos tener en cuenta los documentos genuinos que poseemos. El más antiguo es el canon de la fiesta, compuesto por San Andrés de Creta, quien escribió su himno litúrgico en la segunda mitad del siglo VII. En la Iglesia Oriental la solemnidad emergió de comunidades monásticas, entró en las catedrales, fue glorificada por los predicadores y poetas, y eventualmente fue fijada fiesta en el calendario de Basilio II, con la aprobación de la Iglesia y del Estado.



En la Iglesia Occidental la fiesta aparece cuando en el Oriente su desarrollo se había detenido. El tímido comienzo de la nueva fiesta en algunos monasterios anglosajones en el siglo XI, en parte ahogada por la conquista de los normandos, vino seguido de su recepción en algunos cabildos y diócesis del clero anglo-normando. El definitivo y fiable conocimiento de la fiesta en Occidente vino desde Inglaterra; se encuentra en el calendario de Old Minster, Winchester, datado hacia el año 1030, y en otro calendario de New Minster, Winchester, escrito entre 1035 y 1056. Esto demuestra que la fiesta era reconocida por la autoridad y observada por los monjes sajones con considerable solemnidad.

Después de la invasión normanda en 1066, el recién llegado clero normando abolió la fiesta en algunos monasterios de Inglaterra donde había sido establecida por los monjes anglosajones. Pero hacia fines del siglo XI, a través de los esfuerzos de Anselmo el Joven, fue retomada en numerosos establecimientos anglo-normandos. Durante la Edad Media la Fiesta de la Concepción de María fue comúnmente llamada la «Fiesta de la nación normanda», lo cual manifiesta que era celebrada en Normandía con gran esplendor y que se extendió por toda la Europa Occidental.

Por un Decreto de 28 de Febrero de 1476, Sixto IV adoptó por fin la fiesta para toda la Iglesia Latina y otorgó una indulgencia a todos cuantos asistieran a los Oficios Divinos de la solemnidad. Para poner fin a toda ulterior cavilación, Alejandro VII promulgó el 8 deDiciembre de 1661 la famosa constitución «Sollicitudo omnium Ecclesiarum» en la que declaró que la inmunidad de María del pecado original en el primer momento de la creación de su alma y su infusión en el cuerpo eran objeto de fe.

Desde el tiempo de Alejandro VII hasta antes de la definición final, no hubo dudas por parte de los teólogos de que el privilegio estaba entre las verdades reveladas por Dios. Finalmente Pío IX, rodeado por una espléndida multitud de cardenales y obispos, promulgó el dogma el 8 de Diciembre de 1854.


FUENTE: www.primeroscristianos.com/

5 FRASES DE SANTOS SOBRE LA PURISIMA INMACULADA CONCEPCIÓN -


La Solemnidad de la Inmaculada Concepción es celebrada desde el siglo XIX.

El dogma de la Inmaculada Concepción sostiene que la Virgen María “fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción”.

Estos 5 santos manifestaron una especial devoción por la Inmaculada Concepción y así la expresaron:


Santa Faustina Kowalska

     


“La humildad y el amor de la Virgen Inmaculada penetró mi alma. Cuanto más imito a la Santísima Virgen, tanto más profundamente conozco a Dios”.






San Juan Pablo II




     “A ti, Virgen inmaculada, predestinada por Dios sobre toda otra criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, guía tú a sus hijos en la peregrinación de la fe, haciéndolos cada vez más obedientes y fieles a la palabra de Dios”.




San Juan XXIII





    “¡Oh, María Inmaculada, estrella de la mañana que disipas las tinieblas de la noche oscura, a Ti acudimos con gran confianza!”






San Pedro Crisólogo




     “…la Virgen se ha convertido verdaderamente en madre de los vivientes mediante la gracia, Ella que era madre de quienes por naturaleza estaban destinados a la muerte” (Sermón 140, 4; PL 52, 557B-557B).






San Anselmo:



     “¿Pudo Dios preservar a ciertos ángeles de toda mancha de pecado, y no podía preservar a su propia Madre? ¿Pudo Dios crear a Eva sin mancha de pecado y no iba a poder crear el alma de María sin esa mancha? Y si pudo hacerlo y le convenía hacerlo, ¿por qué no iba a hacerlo?”.





FUENTE: es.churchpop.com/ 

EL DELITO CANÓNICO DE SIMONÍA -


Por Pedro María Reyes Vizcaino


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El Diccionario de la Real Academia Española define la simonía como la “compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos”.

Desde los tiempos apostólicos, la Iglesia intenta evitar el comercio con los bienes espirituales. Como demuestra la historia, esta ha sido una de las batallas jurídicas en la que más se han empeñado las autoridades eclesiásticas. Santo Tomás de Aquino dedica una Cuestión de la Suma Teológica a la valoración moral de la simonía (Summa Theologica, Pars II-IIae, q. 100). Esta constante lucha se debe a que esta conducta atenta contra el mandato del Señor (“gratis habéis recibido, dad gratis”: Mt 10, 8). El simoníaco pretende hacerse dueño de los bienes espirituales. Además de que el que pidiera dinero por un sacramento, defrauda a los fieles que legítimamente piden bienes espirituales a los pastores y que necesitan de la gracia.

El nombre de esta falta procede de Simón el Mago. Según narra San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, cuando la fe arraigó en la ciudad de Samaria, uno de los que primero se bautizó fue Simón el Mago. Poco después fueron San Pedro y San Juan a confirmar en la fe a los nuevos cristianos.

     “Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Al ver Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se confería el Espíritu, les ofreció dinero, diciendo: «Dadme a mí también ese poder, de forma que reciba el Espíritu Santo aquel a quien yo imponga las manos». Pero Pedro le dijo: «¡Vaya tu dinero contigo a la perdición, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero! No tienes parte ni herencia en este asunto, porque tu corazón no es recto ante Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega al Señor, a ver si se te perdona este pensamiento de tu corazón, ya que veo que estás lleno de veneno amargo y esclavizado por la maldad»” (Hch 8, 17-23).

Actualmente el delito de simonía en los sacramentos está tipificado expresamente en el can. 1380:


Canon 1380: Quien celebra o recibe un sacramento con simonía, debe ser castigado con entredicho o suspensión.

Hemos de recordar que no es simonía el pago de una pequeña cantidad como limosna al sacerdote que celebra el sacramento (como ocurre muchas veces en el bautismo o en el matrimonio) o para que el sacerdote añada una intención en la Misa. Lo que constituiría estas entregas de dinero en acto de simonía, sería que se hiciera depender el sacramento de ello o que el ministro pidiera una cantidad exagerada o, peor aún, que hubiera una especie de puja entre donantes para que el sacerdote elija una intención u otra para la Misa.

También debe ser considerado simonía el delito tipificado en el can. 1381:

Canon 1381: el que da o promete cosas, para que quien ejerce una función en la Iglesia haga u omita algo ilegítimamente debe ser castigado con una pena justa, así como quien acepta esos regalos o promesas.

También es delito de simonía el lucro ilegítimo en las ofertas en las Misas, los también llamados estipendios:

Canon 1385: quien obtiene ilegítimamente un lucro con la ofrenda de la Misa, debe ser castigado con una censura o con otra pena justa.

En 1991 la Congregación para el Clero promulgó el Decreto Mos iugiter sobre los estipendios en la Misa, estableciendo reglas precisas para la aceptación de ofertas para la celebración de la Eucaristía. Los abusos en esta materia se deben considerar graves, por lo que entrarían en este supuesto de hecho. Así lo afirma el Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros, publicado por la misma Congregación para el Clero el 11 de febrero de 2013, que citando este canon, recuerda que la Iglesia “castiga con una pena justa «quien obtiene ilegítimamente un lucro con la ofrenda de la Misa»” (n. 69).


Supuesto de hecho

El tipo legal solo castiga con pena determinada y facultativa la administración de sacramentos, pero eso no significa, como es obvio, que se aprueben otras formas de simonía. El propio Código de Derecho Canónico habla en otros cánones fuera del Libro del derecho penal de la simonía:

Canon 149 § 3. Es inválida en virtud del derecho mismo la provisión de un oficio hecha con simonía.

Canon 188: Es nula en virtud del derecho mismo la renuncia hecha por miedo grave injustamente provocado, dolo, error substancial o simonía.

En estos cánones se observa que, sin castigar como delito a los autores de estas conductas, aplica la máxima sanción jurídica (la nulidad ipso iure) a los actos que se producen con simonía.

Seguramente la causa de que exista esta diferencia de tratamiento (que la simonía con sacramentos lleve penas determinadas y preceptivas, mientras que la simonía con otros bienes espirituales o con oficios eclesiásticos tenga penas indeterminadas y facultativas) se deba a la especial importancia de proteger la gratuidad y la rectitud en los medios de la gracia de Dios instituidos por Jesucristo. No obstante, puede darse algunas veces la circunstancia de que en algún caso sea necesario castigar con penas canónicas más fuertes de las previstas la simonía en formas más amplias que las tipificadas por derecho universal. Esta será una oportunidad para ejercer los medios que el derecho canónico otorga al legislador particular, solucionando el problema mediante un precepto penal o el establecimiento de un delito de derecho particular.
Pena prevista

El delito de simonía en la administración de sacramentos tiene prevista una pena determinada que es la suspensión o el entredicho (cfr. can. 1380); mientras que si se refiere al lucro ilegítimo con la ofrenda de la Misa, la pena es facultativa e indeterminada (una censura u otra pena justa).

Entendemos que la pena apropiada en el primer caso es la suspensión si el reo es clérigo, mientras que será el entredicho si es laico. El supuesto del laico que comete este delito sería el del fiel que paga para recibir este sacramento.

Al no ser pena latae sententiae, la pena cesa por el procedimiento previsto en los cáns. 1354 y 1355. Se debe tener en cuenta también la prescripción de la pena (cfr. can. 1362).

FUENTE: www.vidasacerdotal.org/

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

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San Francisco de Asís