FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

DE LA AUTORA

EL SANTO ROSARIO


El Santo Rosario es la oración predilecta de nuestra Santísima Madre María y también de muchísimos Papas.

Cada Ave María es una rosa para la Reina del Cielo. Ella dice que si no rezamos el Rosario todos los días le impedimos ayudarnos. (Como dice San Agustín:" Dios que te creó sin ti, no te puede salvar sin ti").

La Virgen María, poderosa y humilde Señora quema a los demonios con su cadena de rosas de amor.  Cuando hacemos el Rosario tiramos como una bomba atómica en el mismo fondo del infierno. Si somos fieles a Dios, con el Santo Rosario exorcizamos a los demonios, los ahuyentamos y vuelan lejos ya que ellos no quieren estar presentes en los misterios de Jesucristo, de su derrota. 

Gloria Polo dice que cada vez que lo rezamos estamos dentro del Corazón de María Santísima

Marino Restrepo dice que el Rosario es como una cerca. Cada misterio es como una gran puerta, cada Ave María es un poste de la cerca y uno debe asegurarse que cada poste y cada puerta queden bien construidos y en el centro colocar uno sus intenciones y una vez que se construye toda la cerca las intenciones quedan dentro y no puede tocarlas el maligno; tiene una fuerza extraordinaria porque están encerradas dentro de todos los misterios donde se encerraron y ésta tiene mucha fuerza espiritual. Si no edificamos bien algún poste de la cerca es mejor devolverse y repetir esa Ave María para asegurarse de que ese poste quede bien construido.

Debemos tener en cuenta que estamos edificando un fortín. La Virgen María recomienda que recemos el Santo Rosario todos los días y la razón por la cual se debe rezar todos los días es porque todos los días hay una batalla espiritual entre el bien y el mal por nuestra alma.


Sacerdote Eterno

CUANDO PADRE PÍO REZABA POR ALGUIEN, DECÍA ESTA PODEROSA ORACIÓN

Miles de milagros son el resultado de esta sencilla oración dicha por un santo.


Normalmente, cuando alguien nos pide que recemos por una intención específica, tenemos nuestra oración de «cabecera». Puede ser el Rosario, un Padrenuestro, o simplemente un sincero ruego a Dios.

San Pío de Pietrelcina (más comúnmente conocido como Padre Pío) tenía su oración favorita que rezaba por todos los que le pedían sus oraciones.

Cada día muchas personas, ya sea en persona o por carta, le pedían al Padre Pío que orara por una intención específica y muchas veces esta intención fue milagrosamente respondida por Dios.

A continuación se encuentra la oración que el Padre Pío rezaba cada vez que quería interceder por alguien.



 

Novena eficaz


En realidad, es una oración compuesta por santa Margarita María Alacoque y comúnmente se llama la «Novena Eficaz del Sagrado Corazón de Jesús».

Ella era una santa que vivió en el siglo XVII y durante su vida recibió múltiples visiones de Jesús.

Muchos creen que esta es una oración poderosa porque llama al corazón de Jesús a tener misericordia de nosotros y de nuestras peticiones.

El corazón de Jesús está lleno de amor y compasión. Y esta oración confía en ese amor, creyendo que él es lo suficientemente tierno como para dar generosamente nuestra petición, si es en su santa voluntad.

Por encima de todo, se debe orar con una fe sincera, como el Padre Pío la rezaba, y no como una fórmula mágica.

Dios no es un genio que nos otorga el deseo que pedimos, sino que responde con amor a un niño que pide algo, sabiendo exactamente lo que necesitamos.


Oración
¡Oh Jesús mío!, que dijiste:
«En verdad les digo, pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá».
He aquí que, confiando en tus santas palabras, yo llamo, busco, y pido la gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío en Ti.

¡Oh Jesús mío!, que dijiste:
«En verdad les digo, pasarán los cielos y la tierra pero mis palabras jamás pasarán»
He ahí que yo, confiando en lo infalible de tus santas palabras pido la gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.

¡Oh Jesús mío!, que dijiste:
«En verdad les digo, todo lo que pidáis a mi Padre en mi Nombre, se les concederá».
He ahí que yo, al Padre Eterno y en tu nombre pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús,
al que le es imposible no sentir compasión por los infelices,
ten piedad de nosotros, pobres pecadores,
y concédenos las gracias que pedimos
en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre,
san José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Amén.


FUENTE: es.aleteia.org 


¿POR QUÉ OCTUBRE ES EL MES DEL ROSARIO?




La Iglesia Católica dedica especialmente el mes de octubre a la promoción del rezo del Santo Rosario y celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el día 07 como conmemoración de uno de los grandes favores que la Santísima Virgen otorgó a la Iglesia en 1571.

Pero la devota práctica de la repetición del saludo del Arcángel Gabriel a la Madre de Dios tiene mucha más historia. Cuando las cuentas del Rosario se deslicen entre sus dedos durante este mes (y ojalá frecuentemente), puede estar seguro de que los siglos de la historia de la Iglesia, pasados y venideros, se escriben entre esas avemarías.


Una breve historia del Santo Rosario

En la antigüedad, romanos y griegos poseían la costumbre de coronar sus estatuas con rosas u otras flores, simbolizando el homenaje y reverencia que a ellas prestaban. Adoptando para sí esa costumbre, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio, vestían sus ropas más bellas y adornaban sus frentes con coronas de rosas, mostrando el enorme contento que poseían de ir al encuentro del Señor. A la noche los cristianos recogían las flores, y por cada rosa recitaban una oración o un salmo por las mártires.

De ahí nació la costumbre recomendada por la Iglesia de rezar el rosario, que consistía en recitar los 150 salmos de David, que eran considerados una oración extremamente agradable a Dios. Entretanto, no todos podían seguir esa recomendación: saber leer en aquella época era reservado apenas a los cultos y letrados. Para los que no podían hacerlo, la Iglesia permitió substituir los 150 salmos por 150 Ave-Marías. A este «rosario» se pasó a llamar «el salterio de la Virgen».

Esta humilde oración reveló con el tiempo una especialísima predilección de la Madre de Dios, quien procuró elevarla a la devoción mariana más recomendada por los Pontífices en la historia.

En el Siglo XII, cuando el «Salterio de la Virgen» no tenía aún su forma actual, Santo Domingo de Guzmán recibió una revelación de enorme importancia. Habiendo hecho enormes penitencias por la difícil conversión de los albigenses, la Santísima Virgen le aconsejó su salterio como un arma mucho más eficaz que el flagelo con el cual se disciplinaba. El Santo se dirigió a la Catedral de Tours y convocó a los fieles para predicarles, pero se desató una terrible tormenta que sólo amainó con el rezo del salterio. Con esta señal sobrenatural comenzó un intenso apostolado para promover la devoción.

La labor apostólica de Santo Domingo obtuvo gran éxito de manos de la Santísima Virgen a través de esta oración, y su práctica se mantuvo en auge durante un siglo, hasta que fue paulatinamente cayendo en el olvido.

Por mucho tiempo la población pasó a rezar con devoción el Rosario. Sin embargo, pasados unos 100 años de la muerte de ese gran santo, el Rosario comenzó a ser olvidado. En 1349 hubo una terrible epidemia en España que devastó al país, a la cual le dieron el título de «muerte negra». Fue en esa ocasión que Nuestra Señora tuvo la condescendencia de aparecer, juntamente con su Divino Hijo y Santo Domingo, a fray Alano de la Roche, entonces superior de los dominicos en la misma provincia donde nació la devoción al Santo Rosario. En esa aparición la Virgen María pedía que fray Alano hiciese revivir la devoción a su Salterio.

Sin demora el padre Alano, junto con los otros frailes dominicos, comenzó a trabajar en la difusión de esa poderosa devoción, que tanto agrada a la Santísima Virgen. Fue con él que el Rosario tomó la forma que tiene hasta hoy, dividido en decenas y contemplando los misterios de la vida de Jesús y María. A partir de entonces esa devoción se extendió por toda la Iglesia esta vez dándole su forma actual con la autorización de la Iglesia.


¿Por qué octubre?

A pesar de que los milagros obrados por la intercesión de la Santísima Virgen son incontables, uno en especial mereció la institución del Día de la Virgen del Rosario el día siete de octubre.

¡Mar de Lepanto! Una inmensa batalla entre católicos y turcos se desarrolla. El entrechoque de las embarcaciones recuerda la conflagración final, cuando la bóveda celestial se enrrollará cual pergamino. Era el día 7 de octubre de 1571. Si los católicos perdiesen la batalla la Cristiandad sería sumergida por las huestes de Mahoma. La religión católica habría desaparecido para siempre.

A leguas de distancia, en Roma, San Pío V imploraba el auxilio divino, por intercesión de la Madre de la Iglesia. Inspirado, el santo Papa pide al pueblo romano que rece el Rosario por la victoria de sus hermanos.

En determinado momento, mientras despachaba asuntos urgentes, pero con su atención toda colocada en el peligro que corría la Cristiandad, aquel venerable anciano interrumpe los trabajos bruscamente y se dirige a la ventana. Los circunstantes quedan perplejos, no comprenden la actitud. Reina el silencio por breve espacio de tiempo, roto por la afirmación aún más misteriosa del Pontífice: ¡vencemos en Lepanto!

Manda reunir a los fieles y preparar la conmemoración por la milagrosa victoria de Don Juan de Austria, comandante de la flota. Una solemne procesión tiene lugar en las calles de la Ciudad Eterna. Días más tarde, llegan los emisarios de la escuadra trayendo la noticia ya antes anunciada por los Ángeles. Poco después estaba instituida la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias en el día 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre para fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y determinó que fuese celebrada en el primer domingo de octubre (día en que se venció la batalla en Lepanto). Actualmente la fiesta es celebrada en el día 7 de octubre.


El Santo Rosario en nuestros días

En el mensaje de Fátima, en 1917, la Santísima Virgen actualiza para nuestra época el llamado a la oración del Santo Rosario y promete una vez más su intervención en la historia de la humanidad, dando origen a una renovada devoción. San Juan Pablo II dedicó una Carta Apostólica a esta oración, en la que «el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor». El propio Pontífice señaló que esta oración tuvo gran importancia en todos los momentos de su vida, de la que afirmó: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad».

«El Santo Rosario no es una práctica piadosa del pasado, como oración de otros tiempos en los que se podría pensar con nostalgia», afirmó por su parte en 2009 Benedicto XVI. «Al contrario, el rosario está experimentando una nueva primavera». Siguiendo la reflexión de San Juan Pablo II, el Pontífice también renovó su invitación en 2012: » invito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe».

El papa Francisco ha recomendado en varias oportunidades el rezo del Santo Rosario, y fue célebre su pregunta a los fieles en agosto de 2013: «¿Ustedes rezan el Rosario todos los días? … ¿Seguro?». El Papa motivó a los católicos a profundizar en la devoción a la Santísima Virgen a través de esta practica. También invitó a renovar la confianza de los creyentes, ya que Nuestra Señora » nos acompaña, lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal».

Por estos motivos, y en unión a la riquísima tradición de amor a la Santísima Virgen, ninguna invitación puede ser mejor en este mes de octubre que honrar la piadosa costumbre de rezar devotamente el Santo Rosario. En el día de hoy, tal como en 1571 y en tantas otras oportunidades, la historia de los hombres y de la Iglesia de Cristo pende de la cadenilla y las cuentas de la más arraigada muestra de oración sincera a la Madre de Dios.

Gaudium Press / Miguel Farías.


FUENTE: heraldos.sv 

LA CONFESIÓN -


La Confesión era el principal trabajo diario del Padre Pío. Él hacía este trabajo mirando dentro de los penitentes. Por ello, no era posible mentirle al Padre Pío durante una confesión. El veía dentro del corazón de los hombres. A menudo, cuando los pecadores eran tímidos, el Padre Pío enumeraba sus pecados durante la confesión.

El Padre Pío invitaba a todos los fieles a confesarse al menos una vez por semana. Él decía: "Aunque una habitación quede cerrada, es necesario quitarle el polvo después de una semana."

En el sacramento de la confesión, el Padre Pío era muy exigente. Él no soportaba a los que iban a él sólo por curiosidad.

Un fraile contó: Un día el Padre Pío no dio la absolución a un penitente y luego le dijo : "Si tú vas a confesarte con otro sacerdote, tú te vas al infierno junto con el otro que te de la absolución". El entendía que el Sacramento de la Confesión era profanado por los hombres que no querían cambiar de vida. Ellos se hallan culpables frente Dios.

**

Un señor fue a confesarse con el Padre Pío, a San Giovanni Redondo, entre 1954 y 1955. Cuando acabó la acusación de los pecados, el Padre Pío le preguntó : "¿Tienes otro"? y él contestó: "no padre". El Padre repitió la pregunta: "¿tienes otro"?, "no, padre". Por tercera vez el Padre Pío le preguntó: "¿tienes otro"?. A la tercera respuesta negativa se acaloró el huracán. Con la voz del Espíritu Santo el Padre Pío gritó: "¡Calle! Calle! Porque tú no estás arrepentido de tus pecados! ".

El hombre quedó petrificado por la vergüenza que pasó frente a mucha gente. Luego trató de decir algo. Pero el Padre Pío le dijo: "Estás callado, cotilla, tú has hablado bastante; ahora yo quiero hablar: ¿Es verdadero que frecuentas las salas de fiestas"? - Usted, padre" - "¿Sabes tú que el baile es una invitación al pecado"?

El hombre se fue asombrado y no supo qué cosa decir ya que tenía el carné de socio de una sala de fiestas en su billetera. El hombre prometió no cometer otros pecados y después de mucho tiempo tuvo la absolución.


Las mentiras

Un día, un señor le dijo al Padre Pío: "Padre, yo digo mentiras cuándo estoy con mis amigos. Lo hago para mantenerlos alegres ". Y el Padre Pío contestó: "Eh, ¿quieres tú ir al infierno bromeando?! “


La murmuración

Cuando uno habla mal de un amigo suyo se está destruyendo su reputación y el honor del hermano que tiene en cambio derecho a gozar de consideración.

Un día el Padre Pío dijo a un penitente: "Cuando tú murmuras de una persona quiere decir que tú no quieres a aquella persona, tú has sacado a la persona de tu corazón. Pero sabes que, cuando sacas a un hombre de tu corazón, también Jesús se va fuera de tu corazón junto con aquel hombre."

Una vez, el Padre Pío fue invitado a bendecir una casa. Pero cuando llegó a la entrada de la cocina él dijo: "Aquí hay serpientes, yo no entro". Y luego le dijo a un sacerdote que a menudo frecuentaba aquella casa para comer: “no vayas a esa casa porque ellos dicen cosas feas de sus hermanos”.


La blasfemia

Un hombre era originario de la Región de las Marcas. Él partió de su país, con un amigo suyo, en un camión. Transpotaban muebles cerca de San Giovanni Redondo. Mientras hicieron la última subida, antes de llegar al destino, el camión se rompió y se paró. Intentaron hacer arrancar el motor pero no tuvieron éxito.

El chófer perdió la calma y lleno de cólera blasfemó. Al día siguiente, los dos hombres fueron a San Giovanni Redondo donde vivía la hermana de uno de los dos hombres. Con la ayuda de su hermana lograron ir al Padre Pío para confesarse.

Entró el primer hombre pero el Padre Pío lo cazó afuera. Luego le llegó el turno al chófer que empezó el coloquio y le dijo al Padre Pío: “Me he irritado". Pero el Padre Pío gritó: "¡Desdichado! has blasfemado a nuestra Mamá! ¿Qué te ha hecho la Virgen"?. Y lo mandó fuera.


El demonio está mucho cerca de los que blasfeman

En un hotel de San Giovanni Redondo no era posible descansar ni de día ni de noche porque estaba una niña endemoniada que chillaba de modo que daba susto. La mamá de la niña la llevaba cada día a la Iglesia. Ahí esperó a que el Padre Pío liberara a la niña del espíritu del mal. También en la iglesia la niña gritó muchísimo. Una mañana, el Padre Pío tras haber confesado a algunas mujeres se encontró frente a él a la niña que gritaba espantosamente. La niña fue retenida con dificultad por dos o tres hombres. El Padre Pío, ya aburrido de todo aquel trasiego, dio un golpe con su pie a la niña y luego golpeó la cabeza de la niña y dijo: "Ahora" basta!

La pequeña cayó a la tierra. El Padre Pío le pidió a un médico que estuvo presente, que llevara a la niña a San Michele, al santuario del Monte San Ángel. Cuando el grupo llegó al destino, entraron a la gruta donde había aparecido San Michele. La niña se reanimó, pero nadie logró acercarla al altar dedicado al ángel. En el medio de la confusión, un fraile tomó la mano de la niña y tocó el altar. La niña cayó a tierra como si hubiera sido fulminada. Se levantó más tarde y como si nada hubiera sucedido le preguntó a su mamá: “¿podrías comprarme un helado"?

Ante ésto, el grupo de personas volvió a San Giovanni Redondo para informar y agradecer al Padre Pío. Pero el Padre Pío le dijo a la mamá: "dile a tu marido que no blasfeme más, de otro modo el demonio vuelve."


Faltar a la Eucaristía

A los principios de los años '50, un joven médico fue a confesarse con el Padre Pío. Él dijo sus pecados y luego se quedó en silencio. El Padre Pío le preguntó al joven médico si tenía algún pecado que añadir pero el médico le respondió que no. Entonces el Padre Pío le dijo al médico: "recuerda que en los días festivos no se puede faltar tampoco a una sola Misa, porque ello es pecado mortal". En aquel momento el joven recordó haber "faltado" a una cita dominical con la Misa, un mes antes.


La magia

El Padre Pío prohibió cada forma de magia, de espiritismo y de prácticas de lo oculto. Una señora cuenta: "Yo me confesé con el Padre Pío en el mes de noviembre del 1948. Entre las otras cosas que le dije al Padre es que en nuestra familia estábamos preocupados porque una tía leyó las cartas. El Padre con tono perentorio dijo: "Echáis fuera enseguida aquella cosa."


El Divorcio

En la familia unida y santa, el Padre Pío vio el lugar donde brota la fe. Él dijo: “el divorcio es el pasaporte por el infierno”.

Una joven señora, cuando acabó la confesión de sus pecados, como penitencia el Padre Pío le indicó.”tienes que encerrarte en el silencio del ruego y salvarás tu matrimonio."

La señora se sorprendió ya que su relación matrimonial no tenía problemas. Después de mucho tiempo, ella tuvo grandes problemas en su matrimonio pero al estar preparada y siguiendo el consejo del Padre Pío, superó aquel triste momento evitando la destrucción de la familia.


El aborto

Un día, el padre Romero le preguntó al Padre Pío: "Padre, esta mañana le ha negado la absolución a una señora por haberse hecho un aborto. ¿Por qué ha sido tan riguroso con aquella pobre desgraciada"?.

El Padre Pío contestó: "El día en que los hombres, asustados por el estampido económico, de los daños físicos o de los sacrificios económicos, pierdan el horror del aborto, será un día terrible para la humanidad. Porque es justo aquel el día en que deberían demostrar tener horror por ello. El aborto no es solamente homicidio también es suicidio. ¿Y con los que vemos sobre el dobladillo cometer con un solo golpe uno y otro delito, queremos tener el ánimo de enseñar nuestra fe? ¿Queremos recobrarlos o no"?

"¿Por qué suicidio"? preguntó el padre Romero .

“Tú comprenderías este suicidio de la raza humana, si con el ojo de la razón, vieras ´la belleza y la alegría´ de la tierra poblada de viejos y despoblada de niños: quemada como un desierto. Entonces entenderías la doble gravedad del aborto: con el aborto siempre se mutila también la vida de los padres”.


FUENTE: padrepio.catholicwebservices.com/

EL SACERDOTE ESTÁ CASADO CON CRISTO - Testimonio Gloria Polo (Extracto de conferencia)


Ni ustedes mismos saben el don que son en la humanidad.


Nada más verlos con su cleriman eso dice todo, están hablando del señorío de Cristo, que el reino de Cristo está aquí, que está presente, que esto no se ha acabado y que el enemigo no ganó. Cada día de ustedes es una esperanza para nosotros los que estamos en el mundo.

Pero si ustedes sirven y sirven pero no adoran están muertos. Así como son de amados en el cielo así son de odiados en el infierno, las bestias más aterradoras que tienen mayor poder, la misión que tienen es destruir el sacerdocio y formar escándalos.

Entre más santo el sacerdote, más adorador del Santísimo tiene que ser. Entre más santo quiera ser el sacerdote tiene que estar doblando rodillas delante de Jesús Sacramentado de la mano de María Santísima. Porque sino es imposible, no se dejen rutinizar. Ustedes están casados con Cristo y no deben dejar pasar el amor apasionado diario por nuestro Señor.

Del corazón abierto del sacerdote y del corazón abierto de Cristo nace el amor fecundo para nosotros, nuestra Iglesia.

HALLOWEEN ES UNA ALABANZA AL DIABLO / P. GABRIELE AMORTH -




Festejar Halloween puede ser rendir una alabanza al diablo el cual, si es adorado, aunque sea por una noche piensa que puede reclamar derechos sobre la persona.

Entonces no nos asombremos si el mundo parece ir hacia un cataclismo y si los consultorios y psiquiatras pululan con niños con insomnio, vándalos hiperactivos, de jóvenes obsesionados y depresivos y potenciales suicidas.

MENSAJES A MONSEÑOR OTTAVIO MICHELINI -

¿Por qué me ha escogido Dios?

¿Quién soy yo? Soy menos que un granito de polvo frente al universo, soy menos que una gotita invisible frente al océano, soy menos que un repugnante gusanillo que se arrastra en el fango de la tierra.

Soy un pobre sacerdote, entre tantos, el menos culto, el menos docto, el más desprovisto, un pobre sacerdote rico sólo en innumerables miserias de toda naturaleza.

...

Anterior entrada ver aquí


(Continuación)


6 de Agosto de 1975

EL RECHAZO DE DIOS

— Hijo, levántate y escribe de rodillas:

“Dos hechos centran en sí toda la historia del género humano.

El primero es la Creación del hombre y su rechazo de Dios.

Este rechazo de Dios constituye una catástrofe espantosa de gravedad gigantesca cuyas consecuencias destructivas se perpetuarán en los siglos hasta el fin de los tiempos.

Los hombres instigados por las oscuras y misteriosas potencias del infierno, materialistas como son, no tienen ya la percepción de esta enorme tragedia que ha desbaratado la naturaleza humana hiriéndola mortalmente, debilitándola y privándola de los dones maravillosos con los que fue creada.

Los hombres ya no tienen conciencia de la inmensa tragedia de la que son objeto y víctimas, y en la que están envueltos personal y socialmente.

Guerras y revoluciones, epidemias, inundaciones y terremotos, cataclismos, dolores, sufrimientos tienen ahí su origen y ¿qué son las particulares y terrenas vicisitudes humanas frente a esta tragedia por la que la humanidad entera estaba eternamente perdida?

El otro acontecimiento, que también centra en él toda la historia del género humano es el Misterio de la Encarnación, Muerte y Resurrección del Verbo.

Obra de la Trinidad Divina, querida por la misma Trinidad como respuesta eficaz con miras a limitar y circunscribir la obra devastadora de Satanás y como contra - medida para el rescate de la humanidad y para liberarla de la tiranía del Maligno.

Sólo Dios podía realizar una obra de redención semejante.

La monstruosidad de esta generación perversa está en ignorar y querer ignorar el portentoso Misterio de salvación, a través del cual es también visible el Amor infinito de Dios por la humanidad.

¿Podía, hijo mío, dar un testimonio más grande para la salvación de los hombres que el provisto con mi Encarnación, Muerte y Resurrección?

¿Podía dar un testimonio más grande que la perpetuación del Misterio de la Cruz mediante el Sacrificio de la Santa Misa?

¿Puede haber un hecho comparable a éste en todas las historias de los pueblos de la tierra?

¿Pruebas para creer? ¡No las buscan! De ellas he dado tantas. ¿Milagros Eucarísticos? Pero ¡cuántos de ellos he realizado en tiempos remotos y en tiempos actuales!

Hijo mío, no quieren creer, tienen miedo de tener que creer.


Un conflicto gigantesco

El rechazo de Dios, que es Amor infinito, es un pecado de tal gravedad que, todas las demás cosas y acontecimientos humanos son una nada.

El vaso está lleno y rebosa, sólo mi paciencia y longanimidad, las oraciones de los buenos, la intercesión de mi Madre y las virtudes de los Santos, han retardado el curso de la divina Justicia.

Esta generación de materialistas no tiene ideas en relación con estos dos grandes hechos en los cuales se centra y se compendia toda la historia del género humano, o si las tiene, estas ideas son oscuras y discrepantes.

Los hombres de hoy no saben que están, como objeto y víctimas, en el centro de un conflicto gigantesco.

Todos los hombres están implicados en este choque tremendo entre luz y tinieblas, entre vida y muerte eterna, entre bien y mal, entre verdad y error, entre salvación y condenación.

Esta generación perversa ni siquiera se preocupa por conocer lo que Dios creador, el Verbo hecho Carne Salvador, el Espíritu Santo Santificador hacen para sustraerla de la ruina y perdición eterna.

Los hombres materialistas han ignorado y continúan ignorando todas las intervenciones de mi Madre y vuestra Madre. Han ignorado mis intervenciones; se tiene miedo y vergüenza de hablar de ellas, incluso por mis ministros.

Los hombres de este siglo perverso rechazan las aguas cristalinas y puras de la verdad. En cambio aman quitarse la sed con las aguas podridas de la corrupción de la sensualidad, de los placeres perdiendo hasta la noción del bien y del mal, nociones que Yo he incrustado en la naturaleza humana.

Hijo mío, estoy disgustado y harto. ¿Hasta cuándo se abusará de mi paciencia?

He aquí por qué te pido actos de amor, de reparación; he aquí por qué te pido que reces. No dejes pasar ni una hora del día sin elevar tu alma a Mí con actos de fe, de esperanza y de amor, de arrepentimiento, de humildad y de reparación.

Me darás así un poco de gozo, no le niegues a tu Jesús este poco de alegría.

Ámame, hijo mío. Te bendigo y contigo bendigo a todas las personas queridas por las que rezas".



21 de Agosto de 1975

FRECUENTES ACTOS DE AMOR

Hijo mío, te defines como “una gotita de agua turbia que cae hacia abajo”. No has sido tú quien ha dado esta definición, sino que Yo te la he sugerido para que tú puedas comprender mejor la realidad de la vida.

Dime, ¿Puede una pequeña gota de agua que cae ha­cia abajo, repentinamente, invertir su ruta para volver a subir hacia lo alto por sí sola? No, lo ves; esto va contra las le­yes de la naturaleza.

Dime hijo, ¿Puede un alma debilitada por el pecado original y por sus pecados actuales, puede esta alma, repentinamente, del bajo al que tiende, volver a subir hacia lo alto únicamente con sus fuerzas? ¡Jamás! ¡Absolutamente jamás!

San Pablo ya te ha instruido en esta materia: sin mi ayuda ni siquiera puedes decir: “Jesús es hijo de Dios”.

Entonces, hijo, “mi gotita de agua turbia”, Yo quiero liberarte de todas las escorias y volverte más puro que un rubí. Sólo entonces Yo podré absorberte y podrás fundirte en Mí en Místicas Nupcias y for­mar Conmigo una sola cosa.

He aquí por qué Yo te pido que renuncies a los periódicos, a las revistas, a la televisión. He aquí por qué te he pedido con insistencia, frecuentes actos de amor y de renuncia, de arrepentimiento, de ofreci­miento

He aquí porque insisto en la fórmula: Creer, Esperar, Amar, Confiar, Orar, Callar, Acep­tar, Sufrir, Ofrecer, Adorar. Así los dones maravillosos que te he dado de fe, esperanza y caridad los concretas día a día, hora a hora, obrando tu santificación.


La virtud base

Hijo mío, cuando te llamas "gota de agua turbia que cae hacia abajo", tú dices una gran verdad que se transforma en humildad; y tú sabes que la humildad es el fundamento de todas las demás virtudes, es la virtud base que se opone al pecado base que es la soberbia.

El Espíritu Santo lo ha dicho "Superbia radix omnium malorum". Jamás un alma empapada de soberbia podrá agradarme. El aniquilamiento del propio yo, de la propia voluntad es la primera cosa que debe hacerse por quien seriamente quiera meter mano a su propia santificación.

¡Cuán lejos estamos de esta obra de saneamiento espiri­tual! Muchísimos males, también en la Iglesia, en mis ministros, en las almas consagradas y no consagradas, en­cuentran su origen en el orgullo. ¡Cuánta ceguera!

Te bendigo, hijo mío. Ámame, búscame día y noche y siempre me encontrarás y tú bien sabes el porqué.

Continuará ...

MENSAJES DE MEJUGORJE - Septiembre 2022

Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje

Al inicio Nuestra Señora regularmente da sus mensajes sólo a los videntes, y a través de ellos a todos los fieles. A partir del 1 de marzo de 1984, Nuestra Señora comienza a entregar regularmente sus mensajes todos los jueves a la comunidad de parroquial de Medjugorje, y a través de ella, al resto del mundo. Puesto que algunas cosas que el Señor había deseado se cumplieron, como lo afirmó Nuestra Señora , a partir del 25 de enero de 1987, Nuestra Señora da sus mensajes a todo el mundo los 25 de cada mes Esto aún continúa.

Mirjana Dragicevic-Soldo, Ivanka Ivankovic-Elez y Jakov Colo tuvieron apariciones diarias hasta 1982, 1985, y 1998 respectivamente. Desde entonces, la Virgen se les aparece una vez al año y les da un mensaje. Debido a que el trabajo sobre los archivos está aún en curso, no estamos en condiciones de publicar los mensajes otorgados antes de 1995.


(http://www.medjugorje.ws)


Mensaje 25 de septiembre de 2022

“¡Queridos hijos! Oren para que el Espíritu Santo los ilumine a fin de que sean gozosos buscadores de Dios y testigos del amor sin límites. Estoy con ustedes, hijitos, y a todos los llamo nuevamente: anímense y den testimonio de las buenas obras que Dios está haciendo en ustedes y a través de ustedes. Alégrense en Dios. Hagan el bien al prójimo para que estén bien en la tierra, y oren por la paz que está siendo amenazada porque Satanás quiere la guerra y la tribulación. Gracias por haber respondido a mi llamado". Gracias por haber respondido a mi llamado. ”


Quote of the day ( 7 de octubre de 2022 )

“Hijitos, Yo deseo que los hombres se conviertan y que en ustedes me vean a Mí y a mi hijo Jesús. Yo intercederé por ustedes y los ayudaré a ser luz. Ayuden a los demás, porque ayudándolos también su alma encontrará la salvación.”

( From mensaje, 25 de mayo de 1996)

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís