FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

FAROS QUE GUÍAN LAS ACCIONES DEL CATÓLICO Y AYUDAN A SER TESTIGOS FIELES DE CRISTO EN 2025



La vida cristiana está iluminada por principios y valores que nos orientan en el camino hacia Dios y nos permiten ser verdaderos testigos de Cristo en el mundo. Estos faros son anclas para nuestra fe y guías para nuestras acciones diarias, incluso en medio de las dificultades y desafíos.

Al comenzar este nuevo año, nos encontramos ante un tiempo de oportunidades y retos. La sociedad avanza rápidamente, las ocupaciones del día a día nos consumen, y muchas veces sentimos que las distracciones de este mundo nos alejan de nuestra fe. En medio de este ruido y cambios constantes, el Señor nos llama a ser fieles testigos de su amor.

Vivir la fe en medio de las distracciones
Nuestra relación con Dios no depende de las circunstancias externas, sino de un corazón dispuesto. Este año, te invito a encontrar pequeños momentos de silencio en tu día. En ellos, abre tu corazón al Señor a través de la oración. Aunque el tiempo sea limitado, una breve plegaria, un salmo o un "gracias, Señor", pueden renovar tu espíritu.

Resistir los cambios de los tiempos
El mundo cambia, pero Dios permanece el mismo. No tengamos miedo de defender nuestra fe en un ambiente que a menudo la cuestiona. No se trata de condenar, sino de amar con verdad, siguiendo el ejemplo de Cristo. La Palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia son faros que iluminan el camino incluso en las noches más oscuras.

Balancear ocupaciones y espiritualidad
El trabajo, los estudios y las responsabilidades familiares son formas de glorificar a Dios si las hacemos con amor. Sin embargo, no permitas que te alejen de Él. Dedica un momento cada semana para estar en su presencia, ya sea en la Eucaristía o en adoración. El Señor es quien renueva nuestras fuerzas y nos da paz.


Principios del cristiano católico

1. La Palabra de Dios

La Biblia es la luz que ilumina nuestro camino: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi sendero" (Salmo 119:105). A través de la Sagrada Escritura, encontramos las enseñanzas de Jesús, que nos invitan a vivir con amor, justicia y misericordia. Leer, meditar y practicar la Palabra de Dios nos transforma y nos convierte en sus testigos.

2. La Eucaristía y los Sacramentos

La Eucaristía es la fuente y culmen de la vida cristiana. Participar en ella nos une a Cristo y nos da la fuerza para vivir como sus discípulos. Los sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Confirmación, son señales visibles de la gracia que nos santifican y nos envían a ser luz en el mundo.

3. La Oración

La oración es un diálogo constante con Dios que alimenta nuestra relación con Él. En la oración encontramos consuelo, guía y fortaleza. Jesús mismo nos enseñó a orar con el Padre Nuestro, y la Iglesia nos ofrece muchas formas de oración: personal, comunitaria, litúrgica y devocional.

4. El Amor y la Caridad

El amor es el mandamiento más grande: "Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39). Vivir en el amor significa poner a los demás primero, practicar la caridad y ser solidarios con los necesitados. Al amar con generosidad, reflejamos a Cristo en nuestras vidas.

5. El Testimonio de Vida

Ser cristiano no solo implica profesar la fe, sino vivirla coherentemente en cada acción. Nuestro testimonio diario –en el hogar, el trabajo, la comunidad– es una forma poderosa de evangelización. La santidad en lo cotidiano es un faro que ilumina a quienes nos rodean.

6. La Comunidad de Fe

La Iglesia es la familia de Dios, y en ella encontramos apoyo, formación y dirección. Vivir en comunión con otros católicos fortalece nuestra fe y nos anima a caminar juntos en el seguimiento de Cristo. Participar activamente en la vida parroquial y en movimientos apostólicos nos ayuda a crecer espiritualmente.

7. La Esperanza Cristiana

La esperanza en las promesas de Dios nos sostiene en medio de las pruebas. Como católicos, vivimos confiados en que Cristo ha vencido al pecado y a la muerte, y que su victoria es también nuestra. Esta esperanza nos impulsa a trabajar por un mundo mejor mientras esperamos su venida gloriosa.

8. La Doctrina Social de la Iglesia

Los principios de justicia, solidaridad, subsidiariedad y bien común son luces que guían nuestras decisiones en el ámbito social y político. Como católicos, estamos llamados a ser agentes de cambio, trabajando por un mundo más justo y humano.


Valores de cristiano católico que continuar cultivando en el año 2025

En este nuevo año, la Iglesia nos invita a reforzar y vivir con mayor intensidad los valores que nos identifican como cristianos católicos.

1. Fe sólida en medio de los desafíos

La fe nos conecta con Dios y nos da fuerza para enfrentar las dificultades. En el 2025, sigamos cultivando una fe activa, no solo con palabras, sino con obras, recordando que "la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:17). Participemos de la Eucaristía, la oración diaria y el estudio de la Palabra de Dios para fortalecer nuestra relación con Él.

2. Esperanza en un mundo cambiante

En tiempos de incertidumbre, la esperanza nos ancla en las promesas de Dios. Este año, seamos mensajeros de esperanza, confiando en que el Señor tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y para el mundo. Recordemos las palabras de Jeremías: “Porque yo sé los planes que tengo para ustedes, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).

3. Amor incondicional como fundamento

El amor es el núcleo de nuestra fe. Sigamos practicando el mandamiento de Jesús: "Ámense unos a otros como yo los he amado" (Juan 13:34). Esto incluye amar no solo a quienes nos rodean, sino también a aquellos que piensan y actúan de forma distinta. La caridad hacia los más necesitados debe ser un sello distintivo de nuestra vida.

4. Justicia y solidaridad

Como católicos, estamos llamados a trabajar por un mundo más justo y solidario. En el 2025, continuemos defendiendo la dignidad de cada persona, desde el más vulnerable hasta el más poderoso. Apoyemos iniciativas que promuevan la justicia social y ayudemos a quienes más lo necesitan, siguiendo el ejemplo de Cristo.

5. Humildad y servicio

La humildad nos recuerda que todo lo que somos y tenemos proviene de Dios. Este año, busquemos oportunidades para servir a los demás, especialmente a los más olvidados. Sigamos el ejemplo de Jesús, quien dijo: "El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir" (Mateo 20:28).

6. Perdón y reconciliación

El perdón nos libera y nos reconcilia con Dios y con los demás. En el 2025, practiquemos el perdón en nuestras relaciones personales y comunitarias, recordando que Jesús nos enseñó: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden" (Mateo 6:12).

7. Alegría en el Señor

La alegría es un fruto del Espíritu Santo. Este año, vivamos nuestra fe con gozo, siendo testigos de que seguir a Cristo es fuente de verdadera felicidad. La alegría cristiana no depende de las circunstancias, sino de la certeza de que somos amados por Dios.

Que el 2025 sea un año en el que estos valores crezcan en nuestra vida personal, familiar y comunitaria. Al vivirlos con fidelidad, contribuiremos a construir un mundo más humano, más justo y más lleno del amor de Dios.

Como cristianos, estamos llamados a ser luz en el mundo. Ante la injusticia, el egoísmo y la división, llevemos el mensaje de reconciliación de Cristo. Que nuestras palabras y acciones sean un testimonio vivo del amor de Dios. Seamos instrumentos de paz y esperanza en nuestra comunidad.

Que este año sea una oportunidad para crecer en fe, esperanza y caridad. Caminemos con confianza, sabiendo que Dios nos acompaña. Él nunca nos abandona, incluso en los momentos más difíciles.

Que María, nuestra Madre, interceda por nosotros y nos guíe hacia su Hijo.

¡Feliz y bendecido año 2025!

Sacerdote Eterno

LOS MONAGUILLOS: SERVIDORES DE DIOS Y SEMILLERO DE VOCACIONES RELIGIOSAS


"Al servir en el altar, los monaguillos no solo sostienen cirios o cálices, sino que sostienen el vínculo entre el pueblo y el Dios vivo que se manifiesta en cada celebración eucarística."


Los monaguillos han desempeñado un papel fundamental en la vida de la Iglesia Católica a lo largo de los siglos. Aunque su servicio puede parecer sencillo a primera vista, su impacto en la vida espiritual de los jóvenes y en la liturgia es profundo y significativo. Este artículo explora la importancia de ser monaguillo, el papel que desempeñan en la comunidad eclesial, su presencia de intercesor visible y cómo este servicio puede convertirse en un semillero de vocaciones sacerdotales y religiosas.


El Papel de los Monaguillos

Un monaguillo es un niño, niña o joven que sirve en el altar durante la celebración de la Eucaristía y otras ceremonias litúrgicas. Su labor incluye portar el incensario, los cirios, el cáliz, el leccionario y otros elementos necesarios para el desarrollo del culto. Sin embargo, más allá de sus responsabilidades técnicas, los monaguillos se convierten en un puente entre el pueblo y el altar, asistiendo al sacerdote y ayudando a la comunidad a vivir con más intensidad la celebración litúrgica.

El servicio como monaguillo es más que una tarea; es una oportunidad para desarrollar un vínculo personal con Dios y con la Iglesia. Su participación activa en la liturgia les permite experimentar la espiritualidad de cerca, aprender el valor del compromiso y desarrollar un sentido de pertenencia dentro de la comunidad.


Un Honor y Una Formación Espiritual

Ser monaguillo no solo es un honor, sino también una oportunidad formativa. En el servicio al altar, los jóvenes aprenden valores como:

Disciplina: La puntualidad, el respeto por los horarios litúrgicos y la atención al detalle son fundamentales en su servicio.

Responsabilidad: Los monaguillos comprenden que su papel es importante para el desarrollo de la misa.

Piedad y Fe: Al estar en contacto constante con los ritos y sacramentos, su fe se nutre y crece.

Humildad y Servicio: Aprenden a servir sin esperar nada a cambio, imitando el ejemplo de Cristo.


Semillero de Vocaciones Sacerdotales y Religiosas

Para muchos sacerdotes y religiosos, su vocación comenzó con el servicio como monaguillos. Este contacto cercano con el altar y el sacerdote les permitió escuchar el llamado de Dios en sus vidas. Al estar inmersos en la liturgia y en el trabajo pastoral de la parroquia, los monaguillos tienen la oportunidad de explorar su fe y discernir si están llamados a un camino de consagración.

La Iglesia reconoce este impacto y fomenta la formación integral de los monaguillos a través de talleres, convivencias y retiros espirituales. Estas actividades no solo fortalecen su fe, sino que también les ayudan a desarrollar un sentido de comunidad y fraternidad con sus compañeros.


Puente Entre el Pueblo y el Altar

Los monaguillos son, en esencia, un puente espiritual entre el pueblo y el altar, un canal a través del cual la comunidad se conecta más profundamente con el misterio de la Eucaristía y la presencia divina. 

Este concepto no solo resalta su valor litúrgico, sino también su relevancia en la dimensión espiritual de la celebración.


El Papel del Monaguillo como Intercesor Visible

El altar es el lugar central de la misa, donde el cielo y la tierra se unen en el sacrificio eucarístico. En este espacio sagrado, los monaguillos tienen la tarea de acompañar al sacerdote, quien actúa en la persona de Cristo, en su misión de ofrecer a Dios el sacrificio del pueblo. Al portar el incensario, los cirios o los cálices, los monaguillos no solo desempeñan una función práctica, sino que también simbolizan el ofrecimiento de toda la comunidad al Señor.

Su presencia y servicio cercano al altar representan la participación activa del pueblo en la liturgia, recordando que todos los fieles están llamados a ser parte de este encuentro con Dios. Los monaguillos ayudan a que la conexión entre la comunidad y el altar sea más tangible y significativa, destacando que el acto de adoración es colectivo.


La Importancia Espiritual de Ser Puente

Conexión con el Misterio Divino:
El servicio de los monaguillos facilita la vivencia de la Eucaristía, ayudando al pueblo a dirigir su atención y devoción hacia el altar, donde ocurre el milagro de la transubstanciación. Al servir con reverencia y devoción, los monaguillos inspiran a los fieles a contemplar el misterio con mayor profundidad.

Testimonio de Fe Activa:
Los monaguillos son un recordatorio visible de que la liturgia no es solo responsabilidad del sacerdote, sino una acción comunitaria en la que todos tienen un papel. Su dedicación y servicio reflejan el llamado universal a participar en la misión de la Iglesia.

Reflejo de la Comunidad en el Altar:
Al ser generalmente niños o jóvenes de la comunidad, los monaguillos simbolizan la oferta de cada fiel: sus luchas, alegrías y oraciones. Este vínculo emocional y espiritual hace que el altar no sea un lugar lejano o inaccesible, sino un espacio compartido donde todos los corazones se unen en la alabanza a Dios.


El Monaguillo como Mediador de Espiritualidad

La postura y actitud de un monaguillo tienen un impacto espiritual en la comunidad. Un monaguillo que sirve con devoción transmite un mensaje poderoso: la importancia de acercarse al altar con humildad, reverencia y amor. De esta manera, su servicio no solo enriquece la liturgia, sino que también motiva a los fieles a vivir su fe con mayor intensidad.

En ciertos momentos de la misa, como durante el ofertorio o la consagración, la figura del monaguillo se convierte en un reflejo del pueblo, llevando al altar el fruto de su trabajo y sus oraciones. Este acto simboliza cómo cada fiel es parte activa de la ofrenda a Dios.


El Monaguillo como Ejemplo para Otros Jóvenes

Los monaguillos también son modelos de fe para otros niños y jóvenes. Al estar visibles en las celebraciones litúrgicas, inspiran a otros a participar activamente en la Iglesia. Su presencia en el altar es un recordatorio de que todos, sin importar la edad, están llamados a servir a Dios de diversas maneras.


Retos y Perspectivas para los Monaguillos en el Siglo XXI

En el mundo actual, donde los jóvenes enfrentan múltiples distracciones y desafíos, el servicio como monaguillo ofrece un espacio de reflexión, aprendizaje y crecimiento espiritual. Sin embargo, también enfrenta retos, como la disminución de la participación juvenil en la Iglesia. Para abordar esto, las parroquias y comunidades deben trabajar en la promoción del servicio como monaguillo, destacando su importancia y ofreciendo formación integral y acompañamiento pastoral.


Ser monaguillo es un privilegio y una oportunidad para crecer en la fe, la disciplina y el amor a Dios. Este servicio no solo enriquece a quienes lo desempeñan, sino también a la comunidad parroquial en su conjunto. Más allá de ser un apoyo logístico para el sacerdote, los monaguillos son un semillero de vocaciones y un testimonio vivo del compromiso juvenil con la Iglesia. Al cumplir con su rol, los monaguillos nos recuerdan que cada acción en la liturgia tiene un propósito trascendental y que todos estamos llamados a participar en el misterio de la fe. Su presencia en el altar es un signo vivo de la cercanía de Dios y de nuestra misión de llevar nuestras vidas y corazones ante Él. En un mundo que necesita más testigos de amor, humildad y servicio, los monaguillos son un signo de esperanza y una fuente de inspiración.

"Servir en el altar es servir al mismo Cristo; es aprender a amarle, a escucharle y a seguirle con fidelidad y devoción".

OS TRAIGO UNA BUENA NOTICIA QUE SERÁ DE GRAN ALEGRÍA PARA TODOS ... Lucas 2, 10



La proclamación del ángel a los pastores en la noche de Navidad es una invitación a contemplar la alegría más profunda: la llegada de Jesús, el Salvador, al mundo. Esta "buena noticia" no es solo un evento del pasado; es un mensaje vivo y actual que transforma nuestras vidas aquí y ahora.


Dios se hace niño y luz para todos

El nacimiento de Jesús en Belén revela la cercanía de Dios con la humanidad. Él no viene con pompas ni grandezas humanas, sino en la humildad de un niño, en un pesebre, para enseñarnos que el verdadero poder está en el amor, la sencillez y el servicio. En Jesús, la luz de Dios brilla en medio de las tinieblas del pecado, el sufrimiento y la incertidumbre, recordándonos que nunca estamos solos.


La estrella que guía por senderos de paz

La estrella que guió a los magos es símbolo de esperanza y dirección. Así como ellos siguieron su luz para encontrar al Niño Dios, también nosotros estamos llamados a buscar esa guía divina en nuestras vidas. En el año 2025, la estrella del Niño Jesús puede ser para nosotros la luz de su Palabra, los sacramentos, la oración y las obras de caridad.


Un llamado a la paz

Jesús es el "Príncipe de la Paz" (Isaías 9:6), y su venida trae reconciliación entre Dios y la humanidad. Su paz no es simplemente ausencia de conflicto, sino una plenitud de vida y amor que transforma corazones. Al comenzar un nuevo año, pidamos al Niño Dios que su paz reine en nuestros hogares, nuestras comunidades y en el mundo entero.


Compromiso con el mensaje de la Navidad

Este texto nos desafía a vivir con alegría y esperanza, anunciando también nosotros la "buena noticia" con nuestras palabras y acciones. Que la estrella del Niño Dios nos impulse a ser portadores de su paz, llevando luz a quienes están en tinieblas y amor a quienes lo necesitan.


Oración final

Niño Dios, gracias por la buena noticia de tu nacimiento. Haznos humildes como los pastores, confiados como María y José, y generosos como los magos. Que tu luz nos guíe en el 2025 por senderos de paz, justicia y amor. Amén.

EL LLAMADO DE LA NAVIDAD AL CRISTIANO CATÓLICO: CONTEMPLAR EL VERDADERO MISTERIO.


La Navidad es mucho más que luces, regalos y festividades. Es el momento de contemplar el misterio profundo del amor de Dios manifestado en el nacimiento de su Hijo, Jesucristo. En esta celebración, la Iglesia Católica nos invita a volver la mirada al pesebre, donde el Salvador del mundo se hizo pequeño y humilde para habitar entre nosotros.


El Verdadero Misterio de la Navidad

La Navidad nos recuerda que Dios no se queda distante, sino que entra en nuestra historia. "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14). Este es el corazón del misterio: el Creador del universo se hizo hombre para redimirnos y ofrecernos su salvación.

Este nacimiento en un humilde pesebre nos habla de la sencillez, el amor y la cercanía de Dios. En un mundo lleno de distracciones y consumismo, la Navidad nos invita a reflexionar sobre lo esencial: la llegada del Emmanuel, Dios con nosotros.

Cómo vivir una Navidad auténtica

Preparar el corazón
La verdadera celebración comienza en nuestro interior. Durante el Adviento, tiempo de espera y esperanza, somos llamados a preparar un pesebre en nuestro corazón mediante la oración, el arrepentimiento y las buenas obras. Un alma limpia y dispuesta es el mejor regalo que podemos ofrecer al Niño Jesús.

Contemplar el pesebre
El Belén es un símbolo vivo del misterio de la Navidad. Al mirar al Niño, a María y a José, recordemos que cada figura nos invita a una actitud de fe:El Niño Jesús, la humildad de Dios.
María, la fe y el abandono en los planes divinos.
José, la obediencia silenciosa y el servicio amoroso.


Celebrar la Eucaristía
La Misa de Nochebuena y Navidad son momentos centrales para vivir este tiempo. En la Eucaristía celebramos el mismo misterio que ocurrió en Belén: Dios se hace presente y cercano, entregándose por nosotros. Participar en la Eucaristía con fe nos conecta con el verdadero espíritu de la Navidad.


Vivir la caridad
La Navidad nos invita a compartir el amor de Dios con los demás, especialmente con los más necesitados. Tal como los pastores llevaron sus ofrendas al pesebre, nosotros también podemos ofrecer nuestra ayuda a quienes carecen de lo esencial o de compañía en estas fechas.


Renovar la esperanza y la paz
Jesús vino a traer la paz a la humanidad. Este tiempo nos llama a ser instrumentos de esa paz, reconciliándonos con los demás y llevando esperanza donde haya tristeza.


Un llamado de la Iglesia

La Iglesia nos invita a no perder de vista el verdadero propósito de esta celebración. Si bien los adornos y las tradiciones son hermosos, no deben opacar el misterio central de la Navidad. Todo en estas fechas debe apuntar a Cristo, el regalo más grande que hemos recibido.

Contemplemos este misterio con gratitud y asombro. Dejemos que el Niño Jesús transforme nuestras vidas y nos inspire a vivir con amor, humildad y alegría. Al mirar el pesebre, respondamos con fe al llamado de la Navidad: recibir al Salvador con un corazón dispuesto a seguirlo y amarlo cada día.

Que el Niño Dios nazca en cada hogar y traiga su luz y su paz a nuestro mundo.

¡Feliz y santa Navidad!


MENSAJES DE MEJUGORJE - Diciembre 2024

Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje

Al inicio Nuestra Señora regularmente da sus mensajes sólo a los videntes, y a través de ellos a todos los fieles. A partir del 1 de marzo de 1984, Nuestra Señora comienza a entregar regularmente sus mensajes todos los jueves a la comunidad de parroquial de Medjugorje, y a través de ella, al resto del mundo. Puesto que algunas cosas que el Señor había deseado se cumplieron, como lo afirmó Nuestra Señora , a partir del 25 de enero de 1987, Nuestra Señora da sus mensajes a todo el mundo los 25 de cada mes. Esto aún continúa.

Mirjana Dragicevic-Soldo, Ivanka Ivankovic-Elez y Jakov Colo tuvieron apariciones diarias hasta 1982, 1985, y 1998 respectivamente. Desde entonces, la Virgen se les aparece una vez al año y les da un mensaje. Debido a que el trabajo sobre los archivos está aún en curso, no estamos en condiciones de publicar los mensajes otorgados antes de 1995.

(http://www.medjugorje.ws)


Mensaje 25 de diciembre de 2024



“¡Queridos hijos! Oren, oren, oren para que la paz reine en cada corazón y prevalezca sobre todo mal e inquietud. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”




Mensaje 25 de diciembre de 2024 - Aparición anual a Jakov

En la última aparición diaria del 12 de setiembre de 1998, la Virgen le dijo a Jakov Colo que tendría una aparición cada año, el 25 de Diciembre. Así ha ocurrido también este año. La Virgen vino con el Niño Jesús en brazos. La aparición comenzó a las 14:45, y duró 8 minutos. La Virgen vino con el Niño Jesús en brazos. La Virgen dirigió el siguiente mensaje a través de Jakov:

“Queridos hijos, hoy, en este día de gracia, de manera especial los invito a que no vivan la vida aspirando a metas terrenales, ni buscando paz y alegría en las cosas terrenales, porque así la oscuridad envuelve su vida y ustedes no ven el sentido de ella. Hijitos, abran las puertas de su corazón a Jesús, permítanle que se apodere de todo su ser para que puedan comenzar a vivir en el amor y en la misericordia de Dios. Hijos míos, sólo con Jesús en sus corazones conocerán el verdadero propósito de su vida y aspirarán a la salvación eterna. Los bendigo con mi bendición maternal. ”

LAS ANTÍFONAS DE LA "O"

Son Antífonas de las Vísperas de los siete días que preceden a la Vigilia de Navidad y que se rezan o cantan antes y después de la recitación del Magníficat. En ellas se expresa el vivo deseo que se tiene de ver al Salvador.

Las antífonas de la "O" son un conjunto de cantos litúrgicos tradicionales de la Iglesia Católica, utilizados en los últimos siete días de Adviento (del 17 al 23 de diciembre). Son llamadas así porque cada una comienza con la exclamación "O", seguida de un título mesiánico que hace referencia a profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías.

Significado y Uso Litúrgico.

Estas antífonas se recitan o cantan antes del Magníficat durante las vísperas (oración de la tarde) en la Liturgia de las Horas.

Cada antífona invoca a Cristo con un título diferente, destacando un aspecto de Su misión como Salvador y Redentor.

Son una meditación profunda sobre la venida de Cristo, basada en imágenes y metáforas bíblicas.


Los Títulos de las Antífonas

O Sapientia (17 de diciembre)"Oh Sabiduría, que saliste de la boca del Altísimo..."
Cristo como fuente de sabiduría divina.

O Adonai (18 de diciembre)"Oh Señor, guía de la casa de Israel..."
Invocación a Cristo como el Señor que dio la Ley a Moisés.

O Radix Jesse (19 de diciembre)"Oh Raíz de Jesé, que te alzas como señal para los pueblos..."
Refleja el linaje de Jesús como descendiente de Jesé (padre de David).

O Clavis David (20 de diciembre)"Oh Llave de David, cetro de la casa de Israel..."
Cristo como quien abre las puertas del Reino de los Cielos.

O Oriens (21 de diciembre)"Oh Oriente, resplandor de la luz eterna..."
Jesús como la luz que ilumina a los que están en tinieblas.

O Rex Gentium (22 de diciembre)"Oh Rey de las Naciones y deseado de los pueblos..."
Invocación a Cristo como Rey y pacificador universal.

O Emmanuel (23 de diciembre)"Oh Emmanuel, nuestro Rey y Legislador..."
Anhelo por el Mesías, "Dios con nosotros".


Mensaje Codificado
Si se toman las primeras letras de cada título en latín al revés (Emmanuel, Rex, Oriens, Clavis, Radix, Adonai, Sapientia), forman el acróstico Ero Cras, que significa "Mañana vendré" en latín. Este mensaje refuerza la esperanza en la venida de Cristo.


Significado Espiritual
Las antífonas invitan a reflexionar sobre diferentes aspectos de la redención, mientras la Iglesia se prepara para la solemnidad de la Navidad. Reflejan la expectación y alegría de recibir al Salvador.
Uso en la Música y TradiciónHan inspirado himnos como el popular "Oh Come, O Come, Emmanuel", que está basado en estas antífonas.
Se utilizan en iglesias católicas y anglicanas, y en tradiciones litúrgicas más formales.

Son un ejemplo hermoso de cómo la liturgia conecta profundamente la fe, la Biblia y la oración comunitaria durante el Adviento.

Reflexión a la Solemnidad de la Inmaculada Concepción


La Solemnidad de la Inmaculada Concepción, celebrada el 8 de diciembre por la Iglesia Católica, es un evento litúrgico que honra la pureza de María, la madre de Jesús. Esta fiesta no se refiere a la concepción de Jesús, sino a la concepción de María, que fue preservada de todo pecado original desde el primer momento de su existencia. La doctrina de la Inmaculada Concepción fue proclamada como dogma por el Papa Pío IX en 1854.

Reflexión sobre la Solemnidad

La Inmaculada Concepción es un recordatorio de que la gracia de Dios puede transformar la vida de las personas. María, como modelo de pureza y obediencia a la voluntad divina, es el ejemplo de cómo la gracia de Dios puede trabajar de manera poderosa en la vida de un ser humano. Su concepción sin pecado original la hizo apta para ser la madre de Cristo, quien es la fuente de la redención para toda la humanidad.

En este día, los católicos son llamados a reflexionar sobre el profundo amor y cuidado de Dios por la humanidad, al haberse anticipado a la redención de María, la cual sería la portadora del Salvador. La pureza de María no solo la preparó para su rol de madre de Dios, sino que también nos invita a todos los creyentes a buscar la pureza en nuestras propias vidas a través de la gracia.

Lecciones y Aplicación en la Vida Cristiana

La Gracia de Dios: La Inmaculada Concepción subraya el poder de la gracia divina en la vida humana. Así como Dios preservó a María del pecado, Él también está dispuesto a liberarnos de nuestras faltas y debilidades, si nos entregamos a Su voluntad.

Modelo de Pureza y Obediencia: María es el modelo perfecto de pureza y obediencia a Dios. En un mundo donde el pecado y la tentación son comunes, ella nos muestra cómo mantenernos firmes en la fe y en la pureza.

Esperanza en la Redención: La Inmaculada Concepción no solo celebra la pureza de María, sino también la esperanza de la redención que llegó al mundo a través de su Hijo, Jesús. Este evento nos recuerda que, a través de Cristo, podemos encontrar la salvación y la reconciliación con Dios.

Se invita a los fieles a orar por la intercesión de la Virgen María, pidiendo que su ejemplo de pureza y obediencia nos inspire a vivir con mayor devoción y fidelidad. Esta solemnidad es un tiempo para renovar el compromiso con la santidad personal, buscando ser más como María en nuestra relación con Dios y los demás.

La Solemnidad de la Inmaculada Concepción nos recuerda que, aunque estamos marcados por la fragilidad humana, podemos ser transformados por la gracia de Dios, y ser llamados a vivir una vida de santidad y esperanza.

Sacerdote Eterno Blog

ADVIENTO: CRISTO ES NUESTRA ESPERANZA.



El Adviento es un tiempo de preparación y espera gozosa, marcado por la esperanza que encontramos en Cristo, el Salvador prometido. Este tiempo litúrgico nos invita a mirar hacia la venida del Señor con corazones abiertos y confiados, reconociendo que Jesús es el cumplimiento de las promesas divinas.


De qué se trata

El Adviento es el primer período del año litúrgico en la Iglesia Católica y otras tradiciones cristianas, marcando un tiempo de preparación espiritual para la celebración de la Navidad. Deriva del latín adventus, que significa "venida" o "llegada", y está centrado en la doble expectativa de los cristianos: la conmemoración del nacimiento de Jesucristo y la espera de su segunda venida al final de los tiempos.

Duración y Estructura

El Adviento abarca las cuatro semanas previas a la Navidad, comenzando el domingo más cercano al 30 de noviembre (fiesta de San Andrés). Se divide en dos partes: 

Primera parte: Desde el primer domingo hasta el 16 de diciembre, enfocada en la espera de la segunda venida de Cristo.

Segunda parte: Del 17 al 24 de diciembre, más orientada a la preparación para el nacimiento de Jesús en Belén.

Significado Teológico

El Adviento tiene un carácter de esperanza y conversión, invitando a los fieles a reflexionar sobre su relación con Dios. Sus temas centrales incluyen:La vigilancia: Prepararse espiritualmente para la llegada de Cristo.

La penitencia: Similar a la Cuaresma, el Adviento también es un tiempo de introspección y arrepentimiento, aunque menos austero.

La alegría: Reflejada en el tercer domingo de Adviento (Gaudete), que celebra la cercanía de la Navidad.

Símbolos y Tradiciones

Corona de Adviento: Un círculo de ramas verdes con cuatro velas (tres moradas y una rosada), encendidas una por semana. Representa la luz que Cristo trae al mundo.

Color litúrgico: El morado, símbolo de penitencia, excepto el tercer domingo, donde se utiliza el rosado como signo de gozo.

Antífonas de la "O": Oraciones solemnes recitadas en los últimos días de Adviento, enfocadas en los títulos mesiánicos de Jesús.

Cantos y villancicos: Tradicionalmente, la música del Adviento se centra en el anhelo y la preparación para la venida del Salvador.

Prácticas Espirituales

Durante el Adviento, se alienta a los fieles a:

Participar en la misa diaria o dominical.
Rezar en familia, especialmente con la corona de Adviento.
Practicar obras de caridad, recordando la dimensión social del Evangelio.

Importancia en la Vida Cristiana

El Adviento es una oportunidad para:

Reconectar con la fe.
Reflexionar sobre las promesas de salvación de Dios.
Recordar que la Navidad es más que una celebración cultural, pues su verdadero significado radica en el misterio de la Encarnación.

“El verdadero mensaje de Adviento es profundizar el conocimiento del Dios que nos ha visitado, que en Jesús se ha hecho nuestro contemporáneo, y permanece siempre cerca de nosotros.”

Papa Benedicto XVI:

Cristo como Nuestra Esperanza

Esperanza en Su primera venida: El Adviento recuerda el momento histórico en que Dios se hizo hombre, cumpliendo las profecías y trayendo luz a un mundo en tinieblas. La encarnación de Jesús es una prueba de que Dios siempre cumple Su palabra y nunca abandona a Su pueblo.

Esperanza en Su presencia actual: Aunque Cristo vino hace más de dos mil años, sigue estando presente entre nosotros, especialmente en la Eucaristía, en Su palabra y en cada acto de amor y caridad. Esta presencia viva nos fortalece y nos anima a perseverar en la fe.

Esperanza en Su segunda venida: Adviento también nos prepara para el regreso glorioso de Cristo al final de los tiempos. Esta esperanza escatológica nos impulsa a vivir con rectitud, amor y confianza, sabiendo que el Señor restaurará todas las cosas.

Aplicación Práctica

Vivir la Esperanza Encender la luz del Adviento: Las velas de la corona representan la esperanza de Cristo como la luz que vence las tinieblas. Cada vela encendida es un recordatorio de que nuestra espera no es en vano.

Oración y silencio: En un mundo ruidoso, buscar momentos de reflexión nos ayuda a escuchar la voz de Dios y a fortalecer nuestra confianza en Él.

Caridad activa: Demostrar la esperanza que tenemos en Cristo mediante obras de amor y solidaridad hacia quienes nos rodean, especialmente los más necesitados.

Reflexión

El Adviento nos invita a profundizar en nuestra relación con Dios y a reflexionar sobre Su plan de salvación. Este tiempo litúrgico no es solo una espera pasiva, sino una preparación activa para recibir la presencia de Jesús en nuestras vidas.

El Adviento es un llamado a redescubrir nuestra conexión con Dios. Es un tiempo para:

Introspección y conversión: Reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestra fe y buscar reconciliarnos con Dios a través de la oración y los sacramentos, especialmente la confesión.

Confianza en Su amor: Recordar que Dios está presente en todas las circunstancias de nuestra vida, llamándonos a caminar con Él en la confianza de Su fidelidad.

Compromiso con la oración: En Adviento, podemos profundizar nuestra relación con Dios dedicando momentos diarios para hablar con Él y escuchar Su palabra.


Promesas de Salvación de Dios

Dios, a través de la historia de la salvación, ha demostrado Su compromiso con la humanidad. En Adviento, nos enfocamos en: 

El cumplimiento de Su promesa en Cristo: Celebramos que Dios envió a Su Hijo como Salvador, cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento.
La esperanza en Su regreso glorioso: Recordamos que Jesús vendrá nuevamente en gloria al final de los tiempos, llevando a plenitud Su reino de justicia y paz.
La invitación a la eternidad: Dios nos ofrece la salvación no solo como un evento futuro, sino como una realidad que transforma nuestras vidas aquí y ahora.
Aplicación en la Vida Diaria

Durante el Adviento, podemos vivir estas reflexiones al:

Practicar la generosidad y la caridad, recordando que Jesús vino como un don para la humanidad.
Vivir con esperanza, confiando en que las promesas de Dios se cumplirán.

Preparar nuestros corazones, no solo nuestras casas, para la llegada de Cristo.

En palabras de San Agustín: “Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva. Tarde te amé. Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba.” El Adviento nos invita a volver al interior, donde Dios nos espera siempre con Sus brazos abiertos.


Sacerdote Eterno Blog

MENSAJES DE MEJUGORJE - septiembre, octubre, noviembre

Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje

Al inicio Nuestra Señora regularmente da sus mensajes sólo a los videntes, y a través de ellos a todos los fieles. A partir del 1 de marzo de 1984, Nuestra Señora comienza a entregar regularmente sus mensajes todos los jueves a la comunidad de parroquial de Medjugorje, y a través de ella, al resto del mundo. Puesto que algunas cosas que el Señor había deseado se cumplieron, como lo afirmó Nuestra Señora , a partir del 25 de enero de 1987, Nuestra Señora da sus mensajes a todo el mundo los 25 de cada mes. Esto aún continúa.

Mirjana Dragicevic-Soldo, Ivanka Ivankovic-Elez y Jakov Colo tuvieron apariciones diarias hasta 1982, 1985, y 1998 respectivamente. Desde entonces, la Virgen se les aparece una vez al año y les da un mensaje. Debido a que el trabajo sobre los archivos está aún en curso, no estamos en condiciones de publicar los mensajes otorgados antes de 1995.

(http://www.medjugorje.ws)


Mensaje 25 de noviembre de 2024



“¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia de la espera, deseo invitarlos a la oración para que el Adviento sea la oración de la familia. De manera especial, hijitos, a quienes abrazo con ternura, los animo a la oración por la paz en el mundo, para que la paz prevalezca sobre la inquietud y el odio. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”



Mensaje 25 de octubre de 2024

“¡Queridos hijos! En este tiempo, cuando celebran el Día de Todos los Santos, pidan su intercesión y sus oraciones para que en comunión con ellos encuentren la paz. Que los santos sean para ustedes intercesores y ejemplos a imitar, a fin de que vivan santamente. Estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”


Mensaje 25 de septiembre de 2024

“¡Queridos hijos! Por amor hacia ustedes, Dios me ha enviado en medio de ustedes para amarlos y animarlos a la oración y a la conversión, por la paz en ustedes, en sus familias y en el mundo. Hijitos, no olviden que la verdadera paz sólo viene a través de la oración, de Dios que es su paz. Gracias por haber respondido a mi llamado." (Con aprobación eclesiástica) ”

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís