FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. Monseñor Ottavio Michelini

ÁRIDO DESIERTO


Hijo mío  ¡qué vuelco de situación en mi Iglesia!  No se reza o se reza mal, es una oración material.

Por esto no hay más vocaciones.  Cómo podría Yo suscitar vocaciones para hacer de ellos no sacerdotes, sino servidores de Satanás, porque ésta es la realidad; muchos sacerdotes en vez de ser mis ministros se han puesto al servicio del Demonio.

Mis verdaderos sacerdotes saben bien que a la oración se le debe dedicar un tiempo considerable; es solamente con la oración y con el sufrimiento, hoy aborrecido, con lo que el sacerdote se vuelve fuerte por la misma fortaleza Mía.
El sacerdote que quiero Yo, vive de la fe.  Es imposible que un sacerdote no sea el hombre de la fe.

¿Pero crees tú que tuviesen fe los que me han abandonado para correr tras los fatuos placeres del mundo?  ¿Crees tú que tienen una gran fe todos los que han quedado?  No, por desgracia...  ¡Qué horrorosa aflicción, qué árido desierto ha creado el Enemigo en mi Iglesia!

El sacerdote que Yo quiero, el sacerdote de la Iglesia purificada para una nueva vida, debe tener en sí, también el fuego del amor.  ¿No he venido a la tierra para encender el fuego y qué quiero sino que el fuego arda y se inflame hasta crear un gran incendio?  Sin embargo los corazones de algunos pastores y de muchos sacerdotes están hinchados de soberbia y por lo tanto de egoísmo.

El verdadero sacerdote me anhela día y noche a Mí, como el ciervo sediento anhela aguas frescas y limpias.  No, hijo mío, desean el coche, sueñan con el matrimonio, aman los salones, los lugares públicos, algunos incluso los cafés, aman las películas hasta inmorales, se pegan a la televisión.

Algunos tienen corazón para todas las vanidades y comodidades, menos para su Dios.  En vez de  ¡Dios sobre todas las cosas!  ¡Todas las cosas sobre Dios!...



NO TIENEN EL VALOR


¿Y los Obispos?  Algunos de ellos duermen.  Si saben, no tienen el valor de echar mano a la segur, y entonces buscan nuevos medios, nuevos caminos. Nuevos caminos no existen, como tampoco existen otros medios fuera de los indicados por Mí, frutos de mi Redención.

Los Obispos, en nombre de la prudencia, continúan cometiendo imprudencias.  ¡Cuántas han cometido, con daño gravísimo para las almas y para la Iglesia a la que han sido llamados a presidir!

En nombre de la prudencia duermen porque, en muchos casos, son los miedosos que fingen un amor y un cuidado que no tienen, y una paternidad que, en no pocos casos, no es sincera.

Hay quien obra por cálculo; pero el amor no hace cálculos, el amor marcha en otra dirección, el amor todo lo supera, todo lo vence  no se pierde en tonterías.  El amor es fuego que arde, que quema, que no se detiene.

Lean bien a San Pablo sobre este punto y muchos de ellos deberán admitir que marchan por un camino opuesto, o casi, al indicado por el Apóstol.

Te he dicho, en mensajes anteriores, que Yo quiero a mis sacerdotes santos; ahora te he especificado mejor lo que el sacerdote debe y lo que no debe ser para llegar a ser santo. Te bendigo, hijo mío.  Reza y sufre por la conversión de los sacerdotes.






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