FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

LA SOTANA EN MI INFANCIA



 La sotana en mi infancia


Cuando pequeña nuestro sacerdote era el padre Leandro Uriarte (q. e.p.d.)
Era un sacerdote Español muy estricto en la catequesis con los niños y también al predicar el Evangelio desde aquel púlpito que estaba arriba subiendo una escalerita.

El padre Leandro cuando no estaba celebrando Misa revestido con su casulla, siempre usaba la sotana negra a donde fuera. Por eso yo siempre pensaba: “El padre es de Dios, es de la Iglesia, es diferente a todos los hombres”.

Lo mismo pensaba del padre Jesús de San Felieu (q.e.p.d.) quien reemplazó al padre Uriarte cuando tuvo que regresar a España, su país natal.

El padre de San Felieu (también Español) me administró los sacramentos de la Comunión, Confesión, y Matrimonio. Guardo un gran recuerdo y admiración por este sacerdote al cual siempre  veíamos con su sotana negra en todas partes, era muy activo.

Inspiraba respeto, admiración, tenacidad y yo seguía pensando que los sacerdotes eran hombres diferentes a los otros, había algo que me atraía y me hacía sentir esa admiración y respeto por aquel de la sotana negra. Estaba convencida que aquel que celebraba la Misa tenía la llave o la autoridad para todo lo de Dios, sabía que Lo representaba.

Claro que ahora de adulta sé que no todos los que la usan son santos o perfectamente fieles al Señor pero es lo que desean y lo que buscan, que es lo importante. Son soldados del Señor que se identifican con ese uniforme militar en primera fila de esta guerra espiritual y que cuando los vemos nos recuerdan a Dios, sabemos que Dios anda por allí y que el demonio huye al verlos vestidos asi.

 Satanás sabe que este es el hombre más poderoso sobre la tierra, el infierno huye y aulla cuando este hombre consagrado al Rey se empieza a revistir de Cristo con sus vestimentas sacerdotales para celebrar la Santa Misa pues los quema, conocen su poder. Y esto es casualmente lo que San Francisco le decía a sus monjes: “Id, y si es necesario usad las palabras”.

Aquellos hombres especiales y diferentes con vestido negro talar ( o por lo menos el cleryman o la camisa negra con cuello clerical) que irradiaban luz, que irradiaban esa fuerza misteriosa que nos hablaba de Dios con solo verlos pasar, son muy escasos hoy día ya que tristemente  desde mediado de los años 60 hacia acá, el demonio ha logrado junto con la cizaña por medio de la desobediencia privarnos de esa luz, de esa gracia.

No hay excusas, pero las razones son muchas: el modernismo, la nueva era, por el respeto humano, eso era en el pasado pero ahora no, etc.

No importan las razones, cada sacerdote responderá ante el Señor cuando los llame pues al que más se le da más se le exigirá.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís