FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

LOS INCREÍBLES MILAGROS DE SAN ANTONIO DE PADUA


San Antonio de Padua es uno de los santos más famosos de la Iglesia a pesar que vivió sólo 35 años.

Pero tiene el récord de ser uno de los santos canonizado al siguiente año de su muerte.

Es habitualmente invocado cuando se busca un objeto perdido.


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Y sus milagros se cuentan por cientos, muchos de los cuales se realizaron entre numeroso público.

Fue un gran predicador itinerante al estilo de los hijos de San Francisco de Asís, sin embargo fue nombrado doctor de la Iglesia.

Esto se debe a que fue un gran teólogo místico, formado en principio por los años los Agustinos.

Y viendo su capacidad el propio San Francisco de Asís lo nombró el primer instructor en teología para los franciscanos.

Lo cual es un hecho relevante, porque San Francisco dudaba de realizar una formación teológica sistemática a sus hijos.


QUIÉN FUE ANTONIO DE PADUA

San Antonio nació en Lisboa en 1195, por lo tanto es un contemporáneo de San Francisco de Asís.

Su nombre era Fernando Martins de Bulhões y provenía de una familia aristocrática.

En la pila bautismal de la catedral vieja de Lisboa se puede leer esta inscripción,

“Aquí las aguas del santo bautismo limpiaron a Antonio de toda mancha de pecado original. El mundo se regocija en su luz, Padua en su cuerpo, el cielo en su alma”.

A los 15 años entró en el monasterio agustino de San Vicente de Fora en Lisboa.

Pero a los 25 años quedó impresionado por cinco franciscanos decapitados en Marruecos, cuyos cuerpos fueron llevados a la abadía donde él residía arrodillándose para orar frente a ellos.

Y allí habría dicho esta famosa frase,
“Si puedo ir a Marruecos e imitar a estos hermanos, con mucho gusto me uniré a ustedes”.

Fue así que se convirtió en uno de los hermanos menores franciscanos, asumiendo el nombre de Antonio en honor a San Antonio el Ermitaño.

Fue ordenado a los 27 años y debido a que nadie quería predicar en la ordenación que el obispo estaba haciendo a dominicos y franciscanos, San Antonio lo hizo y causó una gran impresión.

Ahí mismo surgió el su fama de ser un intelectual dotado, que luego aplicaría sus dones en el liderazgo de los frailes menores.

En esta tarea de enseñanza teológica los frailes menores fue un predicador itinerante en diversos monasterios franciscanos.

Prontamente adquirió o fama de un predicador sin igual, tildándolo como un nuevo Elías, un Profeta enviado por Dios, un Martillo de herejes, un Fuego Ardiente.

Hasta que fue nombrado provincial del norte de Italia en 1228, y tres años más tarde se trasladó a vivir a Padua donde residió hasta su muerte a la edad de 35 años.

Su enfermedad lo encontró en 1231 cuando se fue a vivir a una cabaña, debajo o de un gran nogal, que le había construido un noble.

En el almuerzo del 13 de junio de 1231 demostró signos de debilidad, los otros frailes lo llevaron a su cama, su situación empeoró rápidamente y pidió que lo llevaran de regreso a Padua.

Cuando el carro en que lo trasladaban llegó a Arcella pidió la confesión, tomo el Viaticum y le encantó extasiado a la Santísima Virgen.

La historia inmediata que uno de los frailes le preguntó:
“¿Qué estás mirando tan atentamente? Y Antonio respondió: “Veo a mi Señor”.

Luego cantó como los frailes los siete salmos penitenciales y expiró.

Los niños rápidamente hicieron correr la noticia que el santo había muerto y los habitantes de la ciudad no dejaron salir el cuerpo durante cuatro días bloqueando el puente sobre el río, porque querían que fuera enterrado ahí.

Pero el alcalde de Padua usó sus artimañas para burlar a los bloqueadores y el obispo, el clero y los frailes condujeron una procesión de miles de personas hasta la iglesia franciscana de Padua.

Inmediatamente llegó comenzaron los milagros hacia los enfermos y afligidos manifestándose gran cantidad de curaciones y prodigios, que generó una ola de peregrinaciones multitudinarias para visitar su tumba.

Y no había pasado un mes de su muerte cuando la ciudad de Padua envió la solicitud de su canonización al Vaticano.

La ciudad prontamente se puso a trabajar en la construcción de un magnífico santuario, y en 1263 exhumaron sus restos para reubicarlos en el santuario.

San Buenaventura era el superior de los frailes franciscanos y al abrir el ataúd comprobaron que su cuerpo era un esqueleto, pero su lengua había permanecido intacta; y está intacta hasta nuestros días.

Y San Buenaventura exclamó,
“¡Oh, lengua bendita, siempre alabaste al Señor y guiaste a otros a alabarlo! ¡Ahora vemos cuán grandes eran tus méritos ante Dios!”.

San Antonio de Padua fue proclamado doctor del Iglesia en 1946 y sus restos descansan en su basílica de Padua.




LOS MILAGROS DE SAN ANTONIO DE PADUA

Su fama de localizador de objetos perdidos se produjo por un incidente en la ciudad universitaria de Bolonia.
Antonio tenía un libro de salmos con otras y comentarios para la enseñanza de sus alumnos, pero uno de ellos se fue de la Orden y se llevó el libro.

Entonces Antonio oró para que su libro fuera devuelto rápidamente.
Y el ladrón se presentó devolviendo el libro y regresó a la Orden.

Este libro se conserva en el convento franciscano de Bolonia.

Los milagros por intercesión de San Antonio se cuentan en cientos.

Los tres más famosos son la predicación a los peces, el de la mula del Rímini, y la aparición del Niño Jesús.


LA PREDICACIÓN A LOS PECES

Un domingo Antonio fue a predicar a los pescadores en el puerto de Rímini, pero estos no le prestaron atención y se burlaron de él.

Entonces Antonio fue al borde del agua y comenzó a predicar a los peces.

Les explicó cómo Dios los había creado, como era responsable de la pureza del agua, la libertad que les había dado, que podían comer sin trabajar, etc.
Entonces los peces empezaron a reunirse frente a él levantando sus cabezas y mirándolo atentamente mientras les hablaba, y recién se dispersaron cuando Antonio les dio la bendición.

Esto causó una gran impresión en los habitantes de la ciudad, muchos de los cuales comenzaron a llorar pidiendo perdón.

Entonces Antonio les predicó sobre regresar a Dios y el resultado fue que Rímini fue purgada de la herejía.


LA MULA DE RÍMINI

Este milagro también sucedió en Rímini cuando Antonio trató reconvertir a un hereje hablándole de la presencia real de Jesucristo en la eucaristía.

El hereje, llamado Bomvillo, le dijo que le dijo que si podía probar esto con un milagro el abjuraría de la herejía y se convertiría en católico.

El hereje en le propuso que encerraría a su mula privándola de comida durante tres días.

Luego de lo cual la sacaría en presencia del pueblo y le pondría frente un forraje para alimentarla y del otro lado una hostia consagrada.

Él prometió que se convertiría si la mula rechazaba el forraje y adorara la hostia consagrada.

Antonio aceptó y ayunó durante los tres días.

Cuando llegó el día del desafío Antonio celebro misa delante de gran cantidad de personas que se había reunido.

Luego de eso, llevó con gran reverencia el Santísimo Sacramento frente a la mula, mientras Bonvillo también le enseñaba el forraje.

Y Antonio le dijo a la mula estas palabras,

“En virtud y en nombre del Creador, que yo, por indigno que sea, tengo de verdad entre mis manos, te digo oh animal, y te ordeno que te acerques rápidamente con humildad y le presentes la debida veneración.

Para que los malvados herejes comprendan con este gesto claramente que todas las criaturas están sujetas a su Creador, sostenida entre mis manos por la dignidad sacerdotal en el altar”.
Inmediatamente la mula se arrodilló frente al Santísimo Sacramento bajando la cabeza hasta el piso, como genuflexión, ignorando el forraje.

Bonvillo entonces abjuró de su herejía y se convirtió.


SAN ANTONIO Y EL NIÑO JESÚS

Este es el milagro más conocido de San Antonio que está inmortalizado en varias obras de arte.

Sucedió en Italia cuando Antonio se hospedó en la casa del Señor de Châteauneuf.

El dueño de casa le asignó a Antonio una habitación contigua a la de él.

En medio de la noche se sobresaltó porque vio una fuerte luz debajo de la puerta de San Antonio y escucho voces, pero no se atrevió a entrar.

Y mirando por el agujero de la cerradura contempló una visión asombrosa.

Antonio estaba arrodillado frente a una mesa donde se encontraba como levitando el Niño Jesús, irradiando una intensa luz que iluminaba todo a su alrededor.
El niño estaba suspendido en el aire y emitía una fragancia celestial, se oía una suave música y el aleteo de alas invisibles que hacía pensar en visitantes angélicos.

En un determinado momento el niño le susurró algo al oído de Antonio y éste miró a la puerta, con lo que el Señor de Châteauneuf se dio cuenta que había sido descubierto.

A la mañana siguiente le preguntó a Antonio,

“Padre, ¿qué te dijo Nuestro Señor?

Me reveló que su casa florecerá y disfrutará de gran prosperidad mientras siga siendo fiel a la Iglesia Madre.

Pero que se verá abrumada por la desgracia y se extinguirá cuando se convierta en herejía”.

Más adelante, el entonces Señor de Châteauneuf, en el siglo XVI, defendió la causa de los calvinistas y se cumplió la profecía.


OTROS MILAGROS

En una oportunidad Antonio predicó en el funeral de un prestamista y pidió que no lo enterraran en tierra consagrada porque su alma ya estaba en el infierno.

Y predijo que su corazón ya no estaba en su cuerpo porque se había cumplido el pasaje de la escritura “Porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón” (Mt 6:21; Lc 12:34).

Entonces abrieron el pecho del hombre y descubrieron que no estaba su corazón, pero lo encontraron en su cofre de tesoros.

El otra oportunidad llegó a Padua un caballero llamado Aleardino da Salvaterra y sus compañeros de mesa le contaron los milagros que realizaba San Antonio.

Entonces dijo que si el santo evitara que el vaso de vidrio que él tenía en su manos se rompiera cuando lo tirara al suelo. Entonces creería lo que estaban diciendo sobre Antonio.

Y cuando tiró el vaso no sólo no se rompió sino que quebró la baldosa del suelo.

Una vez un joven le dijo que había pateado a su madre con mucha fuerza, y en voz baja Antonio murmuró que el pie que golpea a un padre merecería ser cortado.

El joven tomó la expresión como una orden y se cortó el pie con un hacha.

Los padres afligidos recurrieron a Antonio y éste fue a la habitación del joven orando con el pie sostenido cerca de la pierna, y cuando hizo la señal de la cruz el pie se adhirió nuevamente a la pierna.

Otra vez un niño llamado Parrisio decide ir de viaje con otros niños, estalla una tormenta, el barco zozobra, y como no sabía nadar se ahoga.

Recuperan el cuerpo y su madre le ora a San Antonio prometiéndole que su hijo se convertiría en fraile franciscano si revive.

Al tercer día el niño despierta ante los ojos de sus familiares. Y cuando tuvo la edad ingresó a la Orden Franciscana.

En una oportunidad una madre estaba cocinando en una gran olla y en un descuido su hijo se para en un banquito para ver el contenido de la olla y cae dentro de ella y muere.

La madre de angustiada comienza a orar a San Antonio y promete que si vuelve a la vida donará el peso de su hijo en pan para los pobres.

Todavía la madre estaba orando cuando el niño se despertó como si estuviera durmiendo.

En otra oportunidad sucedió que un joven apuñaló a un joven de otra familia a la que odiaba y enterró el cadáver en la casa del padre de Antonio.

La policía encontró el cadáver y puso entre rejas al padre de Antonio.

Pero Antonio se enteró que estaban por condenar a su padre y viajó inmediatamente de Padua a Lisboa; viaje que le llevó dos horas cuando la distancia entre ambas ciudades entre 2000 km.

Antonio pidió al magistrado que pusieran al frente a él el cuerpo del asesinado.

Y con voz firme le exigió al cadáver que contara quien lo había asesinado.

El muerto despertó, informó quien lo había matado, le pidió a Antonio la absolución de sus pecados y volvió a morir.

Al día siguiente Antonio regresó a Padua de la misma manera que había llegado.

Una vez Antonio estaba en Montpellier en Francia dictando un curso de predicación en la catedral, y recordó que le tocaba cantar el aleluya durante la misa conventual en su convento en Padua y no había pedido reemplazante.

Entonces suspendió momentáneamente el discurso, cubrió su cabeza con la capucha y quedó inmóvil durante unos minutos.

Y en el mismo momento los frailes de su convento lo vieron en el coro de la iglesia cantando el aleluya.

Al finalizar, los oyentes de la catedral de Montpellier lo vieron despertar y retomar el curso.


FUENTE: forosdelavirgen.org

LOS IMPRESIONANTES "ESTIGMAS DE FUEGO" POR AMOR ARDIENTE A JESÚS


Seguramente hayas visto imágenes del Sagrado Corazón de Jesús que muestran llamas en su Corazón.

Y también hayas oído hablar de los estigmas y los estigmatizados con las llagas de la Pasión de Jesucristo.

Pero ¿alguna vez has oído hablar de “estigmas de fuego” o “incendios de amor” por Jesús?

En sentido real, no metafórico.

Por sorprendente que pueda parecer, se sabe de santos y místicos que los tuvieron a través de las épocas.
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Son intensos calores reales y a veces fuegos claramente visibles estallaban en sus cuerpos.

Esto parte de la asociación entre la pasión que se enciende dentro de una persona y el fuego.

Además de la simbología de la divinidad con el fuego.


LA ASOCIACIÓN ENTRE EL FUEGO Y EL SAGRADO CORAZÓN

¿Porque el Sagrado Corazón de Jesús es mostrado en llamas cuando no aparecieron físicamente en la crucifixión?

La presencia de llamas o fuego es algo que aparece frecuentemente en la Biblia desde el Antiguo Testamento.

Desde el Antiguo Testamento el fuego era símbolo de la divinidad.




Y también lo es en el Nuevo Testamento porque el Espíritu Santo desciende sobre los apóstoles como lenguas de fuego en Pentecostés.

De modo que es un símbolo de lo divino encarnado.

Es un fuego que arde pero no se consume, como el que encontró Moisés en zarza que ardía pero no se consumía, y ahí descubrió a Yahveh.

El fuego era parte fundamental de la tradición judía de adorar a Dios, porque hay que recordar que hacían sacrificios con fuego que quemaba a los animales víctimas.
Esta era la suprema ofrenda de los judíos a Dios pero fue luego sustituida por la ofrenda definitiva de Cristo crucificado.

En las escrituras hay evidencias que el corazón ardiente significaba emociones intensas.

Y por otro lado el fuego también emite luz y Jesús es la luz del mundo.

Fue así que Jesús le reveló a Santa Margarita María de Alacoque su corazón en llamas por el amor.

Él le dijo,

“Mi corazón divino está tan apasionado de la raza humana, y de ti en particular, que ya no puede contener las llamas reprimidas de su ardiente caridad.

Deben estallar a través de ti y revelar Mi Corazón al mundo, para enriquecer a la humanidad con mis preciosos tesoros”.

Luego de lo cual le dio 12 promesas para los que se dediquen a la Devoción a su Sagrado Corazón.

Esta asociación entre el fuego y el Sagrado Corazón tiene otras expresiones devocionales, como por ejemplo los incendios al Sagrado Corazón que se realizan todos los años en el Tirol, en la montaña de Alto Adige, en el norte de Italia.

Esto se remonta a 1796 cuando el Tirol fue amenazado por los bárbaros vinculados a Napoleón.

Y en ese momento sus habitantes solicitaron la ayuda del Sagrado Corazón de Jesús, que los salvo de una invasión.

A partir de ahí todos los años encienden enorme fuegos en la cima de las montañas.

Este evento se realiza el primer domingo después de Corpus Christi, o sea a mediados de junio.

También hay una devoción llamada la Llama de Amor, que fue una revelación a Elizabeth Kindelmann.


LA LLAMA DE AMOR

En los mensajes aprobados por la Iglesia recibidos por Elizabeth Kindelmann, una estigmatizada “alma víctima” de Budapest, esto está institucionalizado.

Ella recibió la devoción de lo que ahora se llama la “Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María”.

Jesús le dijo:

“Renuncia a ti misma, porque tenemos una gran misión para ti.

Sólo podrás hacerlo si renuncias por completo a ti misma. Tú eres libre de elegir. Lo vas a lograr sólo si lo quieres”.

Y la Virgen María supuestamente le dijo:

“Toma esta Llama… Es la Llama de Amor de mi amor.

Enciende tu propio corazón con ella y transmítela a los demás”

“Esta Llama llena de bendiciones que brotan de mi Inmaculado Corazón y que te estoy dando debe ir de corazón a corazón”.

Y agregó María, supuestamente.

“Va a ser el gran milagro de la luz cegadora de satanás.

Es el fuego del amor y la concordia.

Obtuve esta gracia en tu nombre del Padre Eterno, en virtud de las cinco sagradas heridas de mi Divino Hijo”.

Esta mística de Hungría afirmaba que el Señor le dijo que ayunara los lunes

“con pan y agua al referirse a la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María era entregada al alma de un sacerdote del purgatorio.

Además, el que sigue a esa receta recibirá la gracia, en la octava después de su muerte, para ser liberado de purgatorio por mi madre”.


PERO TAMBIÉN ESTÁN LOS INCENDIOS FÍSICOS REALES DE AMOR

Se trata de fenómenos físicos en personas, asociados a una expresión espiritual muy fuerte de amor y pasión.

Y en este caso amor ardiente por Jesús y especial por su Sagrado Corazón.

El fuego arde literalmente, y no metafóricamente, dentro del enamorado.

Su expresión es similar a como la sangre aparece en las heridas de los estigmas habituales.
Pero también hay casos en que sus cuerpos también experimentaban temperaturas interiores ardientes.

Científicamente lo llaman “termogénesis” mística.

Wikipedia define así la termogénesis:

“La termogénesis (del griego: termo temperatura, génesis: inicio) es la capacidad de generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas”

Y agrega:

“esta liberación de calor tiene como efecto un aumento de la temperatura en los tejidos cercanos, no obstante el cuerpo humano posee unos mecanismos para la disipación que contrarrestan estos efectos termogénicos”.

Esto parece suceder a místicos que se inflaman de amor por Jesús y llegan a arder literalmente, porque el fuego es tan intenso que los mecanismos de disipación del calor aparentemente no lo pueden regulan efectivamente.


GRADOS DE LOS INCENDIOS DE AMOR

Los incendios de amor son un hecho comprobado en la vida de varios santos.
En los que el amor hacia Dios se manifiesta algunas veces hacia el exterior bajo la forma de fuego que quema, incluso materialmente, la carne y la ropa cercana al corazón.

Un autor, Larry E. Arnold, escribió un libro que se llama “Ardiendo”.

Entre una miríada de casos, cita ejemplos históricos de santos católicos que han experimentado esta supuesta manifestación.

Parecían especialmente frecuentes en los siglos XVI y XVII.

Algunos se dice que estaban tan energizados con el amor santo que

“en el clima más frío de invierno se quitaban sus prendas de vestir por hallarlas insoportablemente calientes, con las ventanas abiertas para tomar aire gélido, y enfriar sus cuerpos”.

Esta manifestación se produce en grados diversos:


SIMPLE CALOR INTENSO

Es un extraordinario calor del corazón que se dilata.

Este calor se expande a todo el organismo.

Es clásico el episodio de la vida de san Wenceslao, duque de Bohemia.

De noche visitaba la iglesia con los pies descalzos.

Mientras que al siervo que le acompañaba le recomendaba meter los pies en los zapatos que él dejaba para no congelarse.


ARDORES INTENSISIMOS

El fuego del amor divino puede llegar a tal intensidad que a veces es necesario recurrir a refrigerantes para poderlo soportar.


Se cuenta de san Estanislao de Kotska, en que era tan fuerte el fuego que lo consumía, que en pleno invierno era necesario aplicarle sobre el pecho paños empapados de agua helada.

Mientras que Santa Caterina de Génova no podía acercar su mano al corazón sin experimentar un calor intolerable.


QUEMADURA MATERIAL

Es cuando el fuego del amor llega a producir incandescencias, y las quemaduras se realizan plenamente.

Es lo que se llama a pleno título incendios de amor.

El corazón de san Pablo de la Cruz, fundador de los pasionistas, ardía de tal manera, que más de una vez su túnica de lana aparecía completamente quemada en la parte del corazón.

El beato Nicolás Factor, religioso franciscano, incapaz de soportar el fuego que ardía en su corazón, se echaba un vaso de agua helada en pleno invierno.

Consta en su proceso de beatificación que el agua inmediatamente se evaporaba.

Existe sin duda una estrecha relación entre el amor y el fuego producido.
Cuando nos quemamos con el amor en la tierra, al parecer esto disminuye lo que necesitamos “quemar” en ese estado intermedio llamado purgatorio.


MÁS CASOS

Durante sus éxtasis, las manos del Venerable Osola Benincasa (fallecida en 1618) llegaron a ser tan calientes que – se decía – el agua hervía y se evaporaba en el recipiente en que ella se sumergía para refrescarse.

A veces, se decía que un humo blanco, de vapor de agua, surgía de su garganta.

Santa Catalina de Génova (que murió en la misma época – 1655) exhibió tanto estigmas regulares como incendium amoris.

Las erupciones de los “fenómenos de calor extraordinarios” se dice que la atormentaban, con un humo blanco saliendo también de su garganta, como si ascendiera desde un brasero encendido en su interior.

Tan puro y “caliente” era el gran amor que Santa Catalina tenía, que su cadáver estuvo caliente durante varios días después de que su corazón dejó de latir (una imposibilidad médica por supuesto).

Por otra parte, el interior caliente de una monja Dominicana llamada María Villani asombraba a los testigos en Nápoles.
Afirmaban que podían escuchar “un silbido como el de agua que cae en una hoja de hierro al rojo vivo”.

Esto sucedía cuando ella bebía agua.

Ella estaba consumida “por una llama casi insoportable de amor”.

Después de la comunión, la cara de una mística, la Venerable Serafina di Deo, podía brillar con una llama de color rojo, mientras que sus ojos parecían consumidos por el fuego.

Difícil de creer. Pero demasiados casos para ignorar.

Hubo una monja franciscana, señala Arnold, de cuya herida emanaba sangre caliente.

En 1798, se informó que una cruz de tres pulgadas espontáneamente consumía la carne de Ana Catalina Emmerich, y su piel mostraba ampollas y rezumaba un fluido extraordinariamente caliente e incoloro.

De una abadesa designada como Venerable, la Madre Beatrice María de Jesús, se dijo cuando estaba en un estado de éxtasis arrojaba cenizas.


TAMBIÉN ESTÁ EL CASO DE GEMMA GALGANI

En la biografía de Gemma Galgani ella menciona que María le dijo

“Jesús, mi Hijo, te quiere mucho, y desea darte una gracia. ¿Queréis saber cómo llegar a ser digno de ella?”

Y después de decir esto Ella abrió su manto y la cubrió con él.

Esto sucedió en la tarde del 8 de junio de 1899, cuando de repente sintió un fuerte dolor interno por sus pecados

Entonces Jesús se apareció
“Tenía todas las heridas abiertas, pero de aquellas heridas ya no salía sangre, salían como unas llamas de fuego, que tocaron mis manos, mis pies, mi corazón. Me sentí morir…” (De laAutobiografía de Santa Gemma Galgani)


FUENTE: forosdelavirgen.org 

¡SAL FUERA, SATANÁS!, la frase que aún utilizan los exorcistas para expulsar al maligno


La iglesia católica no se toma a la ligera el diablo. El papa se refiere a él con frecuencia y en Francia un centenar de curas se dedican al exorcismo para aliviar a los fieles y a veces hasta a los no creyentes.

Con más frecuencia que sus predecesores, el papa Francisco menciona la presencia del diablo y el combate espiritual contra este "ser personal que nos hostiga". Según los Evangelios el mismísimo Jesucristo expulsó demonios.

El exorcismo consiste en luchar contra las fuerzas diabólicas que hacen que una persona esté "poseída".

Esta práctica no es del gusto de todos y desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) había caído en desuso pero en 2014 el Vaticano reconoció una asociación internacional de exorcistas.

La Conferencia de los Obispos de Francia (CEF) se ha dotado de una "oficina nacional de exorcistas" que sirve de enlace con el centenar de sacerdotes que ejercen tan delicada misión.

El cura Emmanuel Faure, de la diócesis de Belley-Ars, en el norte de Francia, programa una cita por semana, pero insiste en que "es un apostolado de misericordia".

¿Quiénes acuden a los curas exorcistas?. Gente "de todas las edades y clases sociales, católicos, personas que vuelven a la Iglesia, adeptos de la medicina alternativa..."Las mujeres son mayoritarias pero "en los últimos tiempos, vi a bastantes hombres", detalla el padre Faure.


Libro rojo

Este sacerdote bendice a la persona con un crucifijo y le propone besar una cruz. En su trabajo respeta el "ritual del exorcismo", un pequeño libro rojo empastado en cuero. Recita una oración destinada a liberarla de las fuerzas maléficas y, si fuera necesario, interpela al "príncipe de las tinieblas" con el famoso "¡Sal fuera, Satanás!". "Es muy bíblico", sostiene.

"El 99% de las personas necesita conocer a un Dios de amor y de paz: no estamos aquí para generar miedo", afirma el sacerdote.

Otros exorcistas, más tradicionalistas, siguen el viejo ritual en latín, que consideran "sagrado". "Con el del Vaticano II llevamos a cabo acciones de liberación de embrujos, maleficios... Pero frente a las posesiones demoníacas no da fruto", zanja George de Saint Hirst, miembro de la iglesia católica antigua (independiente del Vaticano), que presume de practicar unos mil exorcismos por año en su priorato.

"Personas víctimas de fuerzas ocultas van a ver a un curandero, a un terapeuta... Y a veces a un sacerdote. Una pequeña luz encendida para que tomen conciencia de que tienen un alma y que hay que sanarla", cuenta.

Frente a las derivas, las diócesis advierten contra los exorcistas "sin mandato" que se presentan en internet con el título de "monseñor". "Algunos quieren convertirlo en un negocio, lo que debería servir de alerta: la iglesia nunca cobra", dice Emmanuel Coquet, secretario general adjunto de la Conferencia de los Obispos de Francia (CEF).

"No se trata de ser especialistas en el diablo sino enamorados de Dios que intentan desplegar su acción", concluye el responsable episcopal. Contra el Maligno "eso es en realidad lo más eficaz". (I)


FUENTE: www.eluniverso.com 

LA VIDA ESPIRITUAL DE LOS SACERDOTES -




Resultado de imagen para Pablo VILa vida espiritual del sacerdote y la celebración de la Misa en el Magisterio reciente.


Decreto «Presbyterorum Ordinis» (Sobre el ministerio y la vida de los presbíteros), del Concilio Vaticano II.


Promulgado por el Beato Pablo VI el 28 de octubre de 1965 El Beato Pablo VI

13. Como ministros sagrados, sobre todo en el Sacrificio de la Misa, los presbíteros ocupan el lugar de Cristo, que se sacrificó a sí mismo para santificar a los hombres, y, por ende, son invitados a imitar lo que administran; ya que celebran el misterio de la muerte del Señor, procuren mortificar sus miembros de vicios y concupiscencias. En el misterio del Sacrificio Eucarístico, en que los sacerdotes desempeñan su función principal, se realiza continuamente la obra de nuestra redención y, por tanto, se recomienda encarecidamente su celebración diaria, la cual, aun cuando no puedan estar presentes los fieles, es acción de Cristo y de la Iglesia. Así, mientras los presbíteros se unen con la acción de Cristo Sacerdote, se ofrecen todos los días enteramente a Dios, y mientras se nutren del Cuerpo de Cristo participan cordialmente de la caridad de quien se da a los fieles como manjar. De igual forma se unen con la intención y con la caridad de Cristo en la administración de los Sacramentos, cosa que realizan especialmente cuando en la administración del Sacramento de la Penitencia se muestran enteramente dispuestos, siempre que, los fieles lo piden razonablemente. En el rezo del Oficio divino prestan su voz a la Iglesia, que persevera en la oración, en nombre de todo el género humano, juntamente con Cristo que «vive siempre para interceder por nosotros» (Heb. , 7,25).

14. Siendo en el mundo moderno tantas las tareas que deben afrontar los hombres y tanta la diversidad de los problemas que los angustian y que muchas veces tienen que resolver precipitadamente, no es raro que se vean en peligro de dispersión. Y los presbíteros, sobrecargados y agitados por las muchas obligaciones de su ministerio, no pueden pensar sin angustia cómo lograr la unidad de su vida interior con la magnitud de la acción exterior. Esta unidad de vida no la pueden conseguir ni el orden meramente externo de la obra del ministerio ni la sola práctica de los ejercicios de piedad, aunque la ayudan mucho. La pueden organizar, en cambio, los presbíteros imitando en el cumplimiento de su ministerio el ejemplo de Cristo Señor, cuyo alimento era cumplir la voluntad de Aquel que lo envió a completar su obra.

En realidad Cristo, para cumplir indefectiblemente la misma voluntad del Padre en el mundo por medio de la Iglesia, obra por sus ministros, y por ello continúa siendo siempre principio y fuente de la unidad de su vida. Por consiguiente, los presbíteros, conseguirán la unidad de su vida uniéndose a Cristo en el conocimiento de la voluntad del Padre y en la entrega de sí mismos por el rebaño que se les ha confiado. De este modo, desempeñando el papel del Buen Pastor, en el mismo ejercicio de la caridad pastoral encontrarán el vínculo de la perfección sacerdotal que reduce a unidad su vida y su actividad. Esta caridad pastoral fluye, sobre todo, del Sacrificio Eucarístico, que se manifiesta por ello como centro y raíz de toda la vida del presbítero, de suerte que lo que se efectúa en el altar lo procure reproducir en sí el alma del sacerdote. Cosa que no puede conseguirse si los mismos sacerdotes no penetran más íntimamente cada vez, por la oración, en el misterio de Cristo.
Encíclica Ecclesia de Eucharistia


Promulgada por el Papa San Juan Pablo II el Jueves Santo, 17 de abril de 2003

31. Si la Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la Eucaristía «es la principal y central razón de ser del sacramento del sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía y a la vez que ella».

Las actividades pastorales del presbítero son múltiples. Si se piensa además en las condiciones sociales y culturales del mundo actual, es fácil entender lo sometido que está al peligro de la dispersión por el gran número de tareas diferentes. El Concilio Vaticano II ha identificado en la caridad pastoral el vínculo que da unidad a su vida y a sus actividades. Ésta -añade el Concilio- «brota, sobre todo, del sacrificio eucarístico que, por eso, es el centro y raíz de toda la vida del presbítero» (Decr. Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los presbíteros 14). Se entiende, pues, lo importante que es para la vida espiritual del sacerdote, como para el bien de la Iglesia y del mundo, que ponga en práctica la recomendación conciliar de celebrar cotidianamente la Eucaristía, «la cual, aunque no puedan estar presentes los fieles, es ciertamente una acción de Cristo y de la Iglesia» (Decr. Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los presbíteros, 13; cf. Código de Derecho Canónico, can. 904; Código de los Cánones de las Iglesias Orientales, can. 378). De este modo, el sacerdote será capaz de sobreponerse cada día a toda tensión dispersiva, encontrando en el Sacrificio eucarístico, verdadero centro de su vida y de su ministerio, la energía espiritual necesaria para afrontar los diversos quehaceres pastorales. Cada jornada será así verdaderamente eucarística.

Directorio para el Ministerio y la Vida de los presbíteros.



Promulgado por la Congregación para el Clero el jueves santo de 1994

49. Es necesario recordar el valor incalculable, que la celebración diaria de la Santa Misa tiene para el sacerdote, aún cuando no estuviere presente ningún fiel. El la vivirá como el momento central de cada día y del ministerio cotidiano, como fruto de un deseo sincero y como ocasión de un encuentro profundo y eficaz con Cristo. Pondrá cuidadosa atención para celebrarla con devoción, y participará íntimamente con la mente y el corazón.

En una sociedad cada vez más sensible a la comunicación a través de signos e imágenes, el sacerdote cuidará adecuadamente todo lo que puede aumentar el decoro y el aspecto sagrado de la celebración. Es importante que en la celebración eucarística haya un adecuado cuidado de la limpieza del lugar, del diseño del altar y del sagrario, de la nobleza de los vasos sagrados, de los ornamentos, del canto, de la música, del silencio sagrado, etc. Todos estos elementos pueden contribuir a una mejor participación en el Sacrificio eucarístico. De hecho, la falta de atención a estos aspectos simbólicos de la liturgia y, aun peor, el descuido, la prisa, la superficialidad y el desorden, vacían de significado y debilitan la función de aumentar la fe. El que celebra mal, manifiesta la debilidad de su fe y no educa a los demás en la fe. Al contrario, celebrar bien constituye una primera e importante catequesis sobre el Santo Sacrificio.

El sacerdote, entonces, al poner todas sus capacidades para ayudar a que todos los fieles participen vivamente en la celebración eucarística, debe atenerse al rito establecido en los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente, sin añadir, quitar o cambiar nada.

Todos los Ordinarios, Superiores de los Institutos de vida consagrada, y los Moderadores de las sociedades de vida apostólica, tienen el deber grave no sólo de preceder con el ejemplo, sino de vigilar para que se cumplan fielmente las normas litúrgicas referentes a la celebración eucarística en todos los lugares.

Los sacerdotes, que celebran o concelebran están obligados al uso de los ornamentos sagrados prescriptos por las rubricas.


FUENTE: www.vidasacerdotal.org


MENSAJES DE MEJUGORJE - 18, 25 de marzo


Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje


Al inicio Nuestra Señora regularmente da sus mensajes sólo a los videntes, y a través de ellos a todos los fieles. A partir del 1 de marzo de 1984, Nuestra Señora comienza a entregar regularmente sus mensajes todos los jueves a la comunidad de parroquial de Medjugorje, y a través de ella, al resto del mundo. Puesto que algunas cosas que el Señor había deseado se cumplieron, como lo afirmó Nuestra Señora , a partir del 25 de enero de 1987, Nuestra Señora da sus mensajes a todo el mundo los 25 de cada mes Esto aún continúa.


Mirjana Dragicevic-Soldo, Ivanka Ivankovic-Elez y Jakov Colo tuvieron apariciones diarias hasta 1982, 1985, y 1998 respectivamente. Desde entonces, la Virgen se les aparece una vez al año y les da un mensaje. Debido a que el trabajo sobre los archivos está aún en curso, no estamos en condiciones de publicar los mensajes otorgados antes de 1995.


(http://www.medjugorje.ws)



Mensaje 25 de marzo de 2019


“Queridos hijos! Este es un tiempo de gracia. Así como la naturaleza se renueva para una vida nueva, también ustedes están llamados a la conversión. Decídanse por Dios. Hijitos, ustedes están vacíos y no tienen alegría, porque no tienen a Dios. Por eso oren hasta que la oración se convierta en vida para ustedes. Busquen en la naturaleza a Dios que los creó, porque la naturaleza habla y lucha por la vida, y no por la muerte. Las guerras reinan en los corazones y en los pueblos, porque ustedes no tienen paz y no ven, hijitos, al hermano en su prójimo. Por eso regresen a Dios y a la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”


Mensaje 18 de marzo de 2019 - Aparición anual a Mirjana Soldo

La vidente Mirjana Dragicevic - Soldo tuvo apariciones diarias desde el 24 de junio de 1981 hasta el 25 de diciembre de 1982. El último día de la aparición, después de confiarle el décimo secreto, la Virgen le dijo que durante toda su vida tendría una aparición una vez al año - el 18 de marzo. Así ha sucedido durante todos estos años y también este año. Varios miles de peregrinos se reunieron para orar el Rosario. La aparición comenzó a las 13:41 y duró hasta las 13:46.

“Hijos míos, como Madre, como Reina de la Paz, los invito a que acojan a mi Hijo para que Él pueda otorgarles la paz del alma, para que pueda darles lo que es justo, lo que es bueno para ustedes. Hijos míos, mi Hijo los conoce. Él vivió la vida del hombre y, al mismo tiempo, la de Dios - una vida maravillosa: cuerpo humano, espíritu divino. Por eso, hijos míos, mientras mi Hijo los mira con sus ojos divinos, penetra en sus corazones. Sus ojos, mansos y cálidos, buscan a Él mismo en sus corazones. ¿Puede Él encontrarse a sí mismo en ustedes, hijos míos? Acójanlo, y los momentos de dolor y sufrimiento se convertirán en momentos de bienestar. Acójanlo, y tendrán paz en el alma, la difundirán a todos en torno a ustedes, eso es lo que más necesitan ahora. Escúchenme, hijos míos. Oren por los pastores, por aquellos cuyas manos ha bendecido mi Hijo. Les doy las gracias. ”

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís