FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

DON BOSCO CAMBIA LA VIDA DE UN NIÑO - LEE, MIRA E IMITA SU EJEMPLO DE BONDAD, ENTREGA Y AMOR - HISTORIAS ANIMADAS PARA NIÑOS.

En año 1815 apareció un nuevo astro destinado a irradiar una luz benéfica para toda la humanidad: JUANITO BOSCO!!! Nació de una familia humilde el 16 de Agosto de aquel año en un pueblito "Y Becchi... en Castelnuovo d'Asti (ahora Castelnuovo Don Bosco). Su santa madre "mamá Margarita" fue educándolo a la fe protegiéndolo de la prepotencia de su hermano mayor Antonio, que no quería que él estudiara.



VIDEO 1. 

Siendo todavía Juanito, un niño, la muerte de su padre le hizo experimentar el dolor de tantos pobres huerfanitos de los que se hará padre cariñoso. Pero encontró en su madre Margarita un ejemplo de vida cristiana que incidió profundamente en su ánimo. Si no puedes leer todo el texto, te invito a mirar la vida de este gran apóstol de los niños y juventud mediante el siguiente video animado.


 

Como decía en el sobre informativo del video, el niño quedó huérfano por la muerte del padre, pero bajo el cuidado de la madre, fue creciendo en edad y en gracia como el niño Jesús, lleno de ansia de santidad y de apostolado.

Pequeñito ejercía la tarea de catequista en medio de los compañeritos, que reunía frente a la Iglesia transmitiéndoles lo que le enseñaba la mamá o lo que aprendía en los sermones del Párroco, y también divirtiéndolos con sus capacidades de pequeño saltimbanqui y de mago. Dotado de grande inteligencia, fue creciendo en el estudio: siendo pobre, fue alternando el estudio con el trabajo, para costearse los libros. Fue empleado en distintas actividades.

Tiene grande importancia el Sueño-Visión a los 9 años... Vio un campo lleno de animales feroces, que al rato se transformaron en corderitos. Vio un campo lleno de niños y muchachos, que peleaban, blasfemaban... Indignado Juanito empezó a darles patadas y golpes a derecha y a izquierda. Pero el personaje que apareció lo paró de inmediato diciéndole:.." Juanito, no con golpes, sino con la bondad y la mansedumbre puedes transformar a estos niños y jóvenes en corderitos...". Juanito lloró, no sabiendo cómo hacer. El Personaje le dijo: "...Juanito, yo te daré la la guía y la maestra"...En el momento le apareció la Virgen vestida de blanco y de azul... Terminó el sueño: Juanito comprendió la misión a la cual lo destinaba Dios: salvar a la juventud... La Virgen Auxiliadora fue acompañándolo en la adolescencia hasta entrar al seminario de Chieri, hasta el sacerdocio (año 1840).



Don Bosco fue un predestinado, figura de primer plano en la historia de la Iglesia y de la humanidad. Supo realizar una obra religiosa social de gran envergadura y con visión de futuro y sigue creciendo como árbol gigantesco, cuyas ramas se extienden en 124 países de los 5 continentes.




VIDEO 2.

Don Bosco era muy querido por sus pilluelos (así los llamaba él) hasta lo inverosímil. A quien le preguntaba el secreto de tanto ascendiente sobre ellos, respondía: `Con la bondad y el amor trato de ganar para el Señor a estos mis amigos. Por ellos sacrificó todo el poco dinero que poseía, su tiempo, su ingenio que era capaz de todo, su salud. Con ellos se hizo santo. Para ellos fundó la Congregación Salesiana, formada por sacerdotes y laicos que quieren continuar su obra y a la que señaló como fin principal el sostener y defender la autoridad del Papa.

Fue, además de hombre de caridad muy activa, un místico entre los más grandes. Toda su obra tuvo su origen y fuente en la íntima unión con Dios, que desde joven cultivó cuidadosamente y se desarrolló en el abandono filial y fiel al designio que Dios había predispuesto para él, guiado paso a paso por María Santísima, que fue la Inspiradora y la Guía de todas sus empresas.

Disfrutemos de la siguiente canción inspirada por la Pastoral Familarar Salesiano de Perú e interpretada por su grupo  juvenil Salesianos Unidos en Jesus y María.




FUENTES:
https://www.youtube.com/user/PastoMaf
https://www.youtube.com/user/Mateo18v3

http://www.lafecatolica.com
"Don Bosco" PDF.  

CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. Monseñor Ottavio Michellini.

YO SOY EL FUEGO

Hijo, cuántas veces en los precedentes mensajes no te he hablado de nubes que cubren mi Iglesia, en oscuridad profunda.  No lo he hecho por casualidad.
En otras ocasiones te he dicho que el Amor se puede comparar con un brasero ardiente, capaz de transformar y de comunicar a otras cosas de naturaleza diversa (ver el hierro de por si frío y oscuro), la propia naturaleza que desprende fulgor y calor.  Un pedazo de hierro puesto en un brasero, abrasa como el fuego, resplandece como el fuego y produce los efectos del fuego.
Yo soy el fuego venido a la tierra para incendiar las almas con mi amor, para compenetrarlas con mi vida divina.  sobre este fuego no es agua lo que se arroja para apagarlo sino toda la la porquería, la inmundicia, y toda la oscuridad que hay en la mente de quien es tinieblas y pecado, que es odio y rebelión.
¿Qué queda del brasero ardiente sobre el que se arroja el agua?  Pocos carbones negros y humeantes.  La mona de Dios todo hace y todo realiza en oposición a Dios Creador, a Dios Redentor, a Dios Santificador.
He venido a la tierra para traer el fuego de mi Amor, para comunicar a las almas el calor y el esplendor de mi Amor divino y hacer de los hombres, esclavos, hijos de Dios, hermanos míos herederos Conmigo de la gloria del Padre.
Satanás que nada ha perdido de la potencia con la que fue dotado ni de su libertad natural, continuamente esta inclinado a una obra de transformación de las almas en tizones negros y humeantes, herederos con él de las penas eternas del Infierno.  Hijo mío, no se quiere comprender que la presencia del hombre en la tierra está en orden a la vida eterna, que la tierra es exilio y campo de una lucha, no querida por Dios sino por el odio, por la envidia y la rivalidad de Satanás y de sus diabólicas legiones.
Su designio ahora se podría decir que lo ha logrado.  Es el de convencer a los hombres de su no-existencia y mantener en letargo a obispos y sacerdotes, tanto de no advertir las contradicciones en que están sumergidos.
Pero la última palabra la dirá la Madre mía y vuestra que aplastará de nuevo con su pié la cabeza de la maldita Serpiente.
Un despertar a la fe, a la visión realista y trágica de las contradicciones en las que se vive, un retorno a un sincero arrepentimiento, podría detener el alud en marcha.  ¿No irán todavía la oscuridad, la presunción y el orgullo a vencer?


NINGUNO SE ENGAÑE

Grítalo fuerte, hijo: ninguno se haga ilusiones, los días están contados.  Ay de aquellos que se hagan sordos e insensibles a mis llamadas.  Demasiada resistencia han opuesto a mi Misericordia.
Es tiempo de revisión, es tiempo de poner la segur a la raíz, es tiempo de sacudirse el letargo, es tiempo de bajar al campo y presentar batalla contra el infernal Enemigo.
Yo he vencido a Satanás, Yo he vencido al mundo, Yo he vencido a la muerte.  Hijos míos, ¡valor!  La hora es grave, pero unidos a Mí, unidos entre vosotros, podéis salvaros.
Es la última posibilidad que se os ofrece.  Los medios no os faltan y más que válidos para frenar, detener y delimitar el arrogante avance del Enemigo.
Te bendigo. Ofréceme tus tribulaciones: me pagarán por la necia e insensata obstinación de tantas almas consagradas a Mí.


INSTRUMENTO DE PERDICIÓN

Yo te he dicho, hablando de la Confesión, que el modo en que se administra este Sacramento no responde del todo a un plan de mi Misericordia y de mi Amor sino más bien a un perverso designio del Maligno.
El no ha dejado nada sin intentar por transformar este Sacramento, medio de resurrección y de vida, en un mortífero instrumento de perdición, oscureciendo él, Príncipe de las tinieblas, este precioso fruto de mi Redención.
Te he dicho que en un reciente mensaje,  he constituido a mis sacerdotes en jueces de las conciencias.  ¿Cómo?...No soy Yo el Eterno sacerdote?
Cuando vosotros, llamados por Mí, os habéis consagrado a Mí, Yo os he participado a vosotros mi Sacerdocio, o sea, os he llamado a formar parte de mi Sacerdocio, como en su tanto participo a las almas (con los otros Sacramentos) mi Vida sobrenatural.
Pero Yo soy el Ser infinitamente simple: no hay en Mí atributos o perfecciones distintas.  Yo soy el ser infinitamente perfecto, y en Mí están todas las perfecciones.
Yo soy el Eterno Sacerdote, Yo soy el Eterno Juez.  Soy el Eterno Amor y la Eterna Justicia, soy la Eterna Misericordia.
A Mí, Juez está reservado el juicio particular de todo hombre, juicio sin apelación, irrevocable que tendrá su conclusión final con el juicio universal, y esto sea para la humanidad o sea para la naturaleza angélica.
Yo, el Juez infinitamente justo, juzgo a cada hombre con justicia.  Ser juez quiere decir absolver o condenar con justicia las culpas de quien ha pecado.
Todo sacerdote debe ser juez recto, justo e imparcial.  Este poder no es de ellos sino de Mí, Eterno Juez.
Muchísimos ejercitan este poder como si fuese de ellos; administran este poder sobrenatural con una facilonería e inconsciencia que hace estremecer a quien tiene un poquito de sensibilidad espiritual.
Se ayuda a los penitentes a encontrar todas las justificaciones posibles a sus pecados, concluyendo que la misericordia de Dios es grande.


CONFESIONES SACRÍLEGAS

La Misericordia de Dios no es solo grande sino que es infinita, pero esto no autoriza a ninguno a abusar de ella en un modo tan vergonzoso.
Es importante, hijo, y por eso te repito esta cosa:  "No os volváis de administradores de la justicia divina, en cómplices del demonio, de instrumentos de salvación, en instrumentos de perdición!"
De Dios no se puede uno reír impunemente.  Las palabras con las que Yo he instituido este medio de salvación, son de una claridad inequívoca: Perdonar o retener los pecados.
No puede haber Confesión válida sin arrepentimiento sincero, no puede haber arrepentimiento sincero sin un serio y eficaz propósito de no querer pecar más.
Muchas Confesiones son nulas.  Muchas son dos veces sacrílegas.  Quien se confiesa sin tener las disposiciones requeridas y quien absuelve sin cerciorarse que las requeridas disposiciones existan, profana el sacramento y comete un sacrilegio.
Envilece este prodigioso medio de salvación, transmutándolo en medio de perdición, aquel sacerdote que se hace cómplice del malvado designio de Satanás.  No busca a Dios ni el bien de las almas, sino se busca a si mismo y es en verdad terrible anteponer a si mismo a Dios.
-Entonces Señor...
Sí, hijo mío, no estúpido rigor, sino rectitud y justicia.
¿Porqué habría dicho a los Apóstoles y a  sus sucesores: "Andad, y a todos aquellos a quienes perdonareis los pecados les serán perdonados y a quienes se los retuviereis les serán retenidos?"  Es evidente que con estas palabras se les pide un serio y equilibrado juicio que no admite compromisos con ninguno, ni con la propia conciencia, ni con el penitente y mucho menos Conmigo.





ORACIONES POR LOS SACERDOTES (1)


Dios en el cielo y yo en la tierra, deseamos nada más ardiente que la oración por los sacerdotes Papa Pio XI



Oración Por los Sacerdotes

Consérvalos; a Ti ruego, amado Señor, Consérvalos, ya que son Tuyos Tus sacerdotes, cuyas vidas se han consumido ante Tú santuario consagrado.

 Consérvalos, Tú sabes, amado Señor el mundo de la carne es fuerte Y Satanás propaga un millar de trampas para conducirlos al mal.

 Consérvalos; ya que están en el mundo, Aunque no son del mundo. Cuando los placeres terrenales intenten seducirlos,  Dales refugio en tu corazón.

Consérvalos y confórtalos en horas de soledad y dolor, aunque su vida de sacrificio por las almas, parezca en vano.

 Consérvalos y recuerda, Señor, no tienen a nadie más que a Ti Sin embargo, tienen sólo corazones humanos, Con la fragilidad humana.

Consérvalos limpios de toda mancha; como la Eucaristía, que diariamente acarician; te pedimos Amado Señor dígnate bendecir sus pensamiento, sus palabras y sus escritos. Amen



Mis Oraciones diarias por los sacerdotes

 Oh Dios eterno y omnipotente, mira el rostro de tu Cristo, y por amor a Él, que es el Sumo Sacerdote eterno, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda Dios misericordiosísimo, que no son sino unos seres humanos, débiles, frágiles. Renueva en ellos la gracia que han recibido por la imposición de las manos del Obispo. Guárdalos cerca de Ti, para que el enemigo no prevalezca contra ellos; a fin de que nunca hagan nada que desdiga en punto alguno de su sublime vocación. Oh Jesús, a Ti ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos; Oh Jesús, a Ti ruego por tus sacerdotes infieles y tibios; por tus sacerdotes que laboran en casa o fuera en campo de misión; por tus sacerdotes que son tentados; Por tus sacerdotes desamparados y tristes; por tus sacerdotes jóvenes; por tus sacerdotes enfermos; por tus sacerdotes en el purgatorio.

Pero sobre todo te encomiendo a los sacerdotes queme son más queridos; al sacerdote que me bautizó; a los sacerdotes que me absolvieron de mis pecados; a los sacerdotes cuya Misas asistí, y que me dieron tu cuerpo y tu Sangre en la Sagrada Comunión, a los sacerdotes que me enseñaron y me instruyeron o me animaron y me ayudaron; a los sacerdotes a quienes debo algo en cualquier otro modo, especialmente...N..Oh Jesús guárdalos a todos cerca de tu Corazón y bendícelos copiosamente, así en el tiempo como en la eternidad. Amén



Oración Por los Sacerdotes

 En tu Santo Nombre ¡Oh Adorable Trinidad!

Padre, Hijo y Espíritu Santo, te suplicamos a Ti, Oh Cristo, sumo y Eterno Sacerdote, que mantengas a tus sacerdotes escondidos dentro de la herida en Tú corazón; los que Tú has ordenado a Tú sacerdocio eterno. Consérvalos, protégelos como dispensadores de los misterios de Dios y mantenlos fieles a su misión como victimas expiatorias por los pecados de los hombres. Junto a ti, Oh Cristo, que continuamente se ofrecen en Tú altar, a los ojos del Padre, dales un aumento de propiciación del amor como incienso de los hombres a Dios. Aumenta siempre en tus fieles sacerdotes victimas Tú poder de llamar a todos los corazones hacia el tuyo y puedas con tu gracia, perfeccionar su trabajo entre los hijos de Dios, Cuya herencia es el Reino de los Cielos. Ten piedad, oh Cristo, de tus privilegiados que se han desviado de tu corazón desgarrado y han abierto la herida de tu costado en tu presencia por su infidelidad a Ti Derrama sobre ellos los torrentes de tu amor y de compasión, ahogando sus almas en el mar de tu misericordia de manera que no puedan escapar. Devuélvelos a la plenitud de la vida y la luz que es Dios. Amén.



Un Acto de Oblación

Oh Jesús, humillado en la Eucaristía; fuente y centro de la caridad de la Iglesia Católica y fuerza de las almas, te ofrecemos nuestras oraciones, nuestras acciones, nuestros sufrimientos en nombre de tus sacerdotes, a fin de que cada día podamos contemplar la más amplia extensión del Reino de Tú Sagrado Corazón.


FUENTE:  http://proconversioneinfidelium.blogspot.com/

"A MIS SACERDOTES" DE CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA. CAP. XLVII:


Mensajes de Nuestro Señor Jesucristo
para sus Hijos los Predilectos

("A Mis Sacerdotes" De Concepción Cabrera de Armida)

XLVII


ESTE ES MI CUERPO… ESTA ES MI SANGRE…

La transformación del sacerdote en Mí que se opera en la Misa debe continuarla él en su vida ordinaria, para que sea esta vida, interior y extraordinaria, espiritual y divina, en todas sus partes. Deben girar esta vida espiritual del sacerdote dentro del ciclo santo de la Trinidad, debe vivir en su unión intima y continuada con las divinas personas, y recibir de Ellas la santidad para santificar, la fecundidad divina para engendrar en las almas lo santo, lo puro, lo perfecto y divino, y el amor al Espíritu Santo para fundarlas en la caridad y unificarlas en Dios mismo.

Con esta vida santa de pureza, unidos a la Pureza misma se harán mis sacerdotes dignos de Dios, que cuando mira, endiosa; se harán dignos de esa mirada pura, santa, y fecunda que cuando se posa en su alma la penetra y la santifica.

El Padre, al posar su mirada en el alma de los sacerdotes, lo hace por dos cosas, tiene dos objetos: al darles a su Verbo y el buscar a su Verbo en ellos. Lo da, porque se da a Sí mismo con el Verbo y con el Espíritu Santo, una sola divinidad con Él, y lo pide en razón de justicia, que pide lo suyo, lo único suyo, que lleva en Sí a todas las cosas.

Busca al sacerdote en su Verbo y en su Verbo al sacerdote que debe estar divinizado y transformado por Jesucristo en Dios; y si no lo encuentra, se contrista, porque Yo, Cabeza de la Iglesia, no debo estar mutilado en el Cuerpo de la Iglesia, en sus sacerdotes; sino que todos sus sacerdotes deben estar en Mí y Yo en ellos, por su perfecta transformación que completa la unidad de la Iglesia en la Trinidad.

Cuando un sacerdote no está transformado en Mí o en vías de transformarse por sus esfuerzos continuados para lograrlo, estará en la Iglesia, pero en cierto sentido, segregado de la intimidad de la Iglesia, separado de su Espíritu, del núcleo escogido de mi Iglesia. ¡Y cuántos sacerdotes hay que no piensan en esto, ni lo procuran, ni ponen de su parte un solo ápice para adquirirlo! Toman la dignidad incomparable del sacerdocio como una profesión material cualquiera; y ese no es el fin sublime y santo del sacerdocio, que consiste en LA TRANSFORMACIÓN PERFECTA EN MÍ, POR EL AMOR Y POR LA VIRTUDES.

El Espíritu Santo, por María, forma la esencia del sacerdote. El Espíritu Santo, enviado por el Padre, es que engendra al Verbo en el sacerdote por la unción que de Él recibe, por la fecundación del Padre que le comunica, por el conocimiento del Padre por el Verbo, por el estudio y amor al Verbo que refleja al Padre, porque el que conoce al Verbo conoce al Padre y se enamora del Padre por el Espíritu Santo.

Y el fin de la iglesia en su parte intrínseca es formar en la tierra UN SOLO SALVADOR DE LAS ALMAS, UN SOLO SACERDOTE ETERNO, por la unión, parecido e identificación con Él de todos sus Pontífices y sacerdotes; reproducir a Jesús, atraer por esto y con esto las miradas fecundas y cándidas del Padre, para divinizar ese Cuerpo místico que, si lo complace, es por lo que lleva de Mí mismo en él.

Y así es que, individualmente, más mirará complacido el Padre al sacerdote, que más se parezca a Mí. Pero quiere verlo transformado en Mí no tan solo en la hora de la Misa, sino a todas horas, de tal manera que en cualquier sitio y a cualquier hora, pueda el sacerdote decir con verdad, en el interior de su alma, estas benditas palabras realizadas constantemente en él, por su transformación en Mí: “ESTE ES MI CUERPO, ESTA ES MI SANGRE”.

¡Oh! Si todos los sacerdotes hicieran esto transformados en Mí, no tan sólo a la hora del Sacrificio incruento, sino siempre, ¡cómo se derramaría el cielo en gracias para ellos y para las almas!., ¡cómo esas miradas divinas y fecundas del Padre endiosarían la tierra!, ¡cómo germinarían las vocaciones sacerdotales!, ¡cómo se multiplicarían los santos! ¡cómo florecería la iglesia! Y ¡cuánta, cuanta gloria recibiría la Trinidad!

Pero al contrario, sin esto que digo todo será y es al revés en muchas de sus partes. Y ¿por qué? Por la falta de transformación en Mí de los sacerdotes.

He puesto el dedo en la llaga en estas confidencias de mi Corazón amargado (pero lleno de caridad para con los míos). Aquí está el fondo y la procedencia de todos los males que lamento en mi Iglesia: LA FALTA DE TRANSFORMACIÓN EN MÍ DE SUS SACERDOTES; que si esto fuera, ¡que distintos se hallarían pueblos, naciones y almas, que resienten, materializadas, la falta de influjo divino que debieran comunicarles los sacerdotes, y que se hunden y se despeñan por la sensualidad y por la falta de fe en abismos insondables de males, sin que se oponga a esa infernal corriente la suficiente potencia de sacerdotes santos que, transformados en el Santo de los santos, transformarían al mundo y lo divinizarían, y unirían en la unidad de la Trinidad a lo que de Ella salió y a lo que a Ella debe volver!

Por tanto muy culpables serán los sacerdotes que con estos caritativos avisos del cielo no detengan su carrera de vicios y defectos espirituales que les impiden su transformación en Mí.

Sepan que si el demonio ha ganado terreno en mi Viña es por la falta de obreros santos; por sacerdotes tibios, disipados, aseglarados y mundanizados, que se han dejado llevar por la corriente e impregnarse del ambiente actual sin oponer resistencia, sin hacerse violencia a sí mismos y sin preocuparse de los principal que debiera preocuparlos, es decir, de su perfecta transformación en Mí.

Que sepan esto los Obispos, porque el mal se desborda y ha entra: en la transformación de los sacerdotes en Mí y en su unión perfecta con las con las tres divinas Personas. Esto romperá las cataratas del cielo en favor de mi Iglesia y de las almas; en este importantísimo punto único está la salvación”.

DESCOMPOSICIÓN DE LA FE



Durante el siglo IV, en la más grande crisis doctrinal, muchos obispos y sacerdotes con ellos, abandonaron la ortodoxia por presiones políticas y teológicas, llegando al punto de negar la divinidad de Jesucristo. San Jerónimo lo sintetizó en esta célebre frase el mundo se despertó un día y gimió de verse arriano. Laherejía de Arrio que estuvo a punto de imponerse entonces en toda la Iglesia, se había desencadenado justamente contra el Credo formulado en el Concilio de Nicea, pero el laicado unido al Papa permaneció fiel a la Fe Católica, y desde entonces los Papas subsecuentes han mantenido un permanente respeto por el sentir de los fieles - sensus fidelium.
En dos momentos distintos Benedicto XVI ha puesto sobre la mesa precisamente el significado correcto del sensus fidelium.

Ya en 2010, durante su ciclo de catequesis sobre los teólogos y pensadores medievales, el Santo Padre se refirió al magisterio que precede a los teólogos, es decir el sensus fidelium, que debe ser después profundizado y acogido intelectualmente por la teología. Refiriéndose al gran teólogo franciscano Duns Scoto cuya mayor aportación teológica versó sobre la Inmaculada Concepción de María Santísima, explicó que la fe del pueblo creyente tanto en la Inmaculada Concepción, como en la Asunción corporal de la Virgen estaba ya presente en el Pueblo de Dios, mientras que la teología no había encontrado aún la clave para interpretarla en la totalidad de la doctrina de la fe.

Cuando el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción, enseñó que un dogma es laperfección de una doctrina,

porque la Iglesia nunca crea doctrinas. En una declaración dogmática, la Iglesia ejerce su más grande y más específica pronunciación de la verdad, para traer el goce de la apreciación más completa posible de verdad en la vida de los fieles, y para abrir las puertas a las tremendas gracias para la Iglesia y el mundo.

A pesar de los últimos 50 años post conciliares, el papel del laicado no ha sido aun suficientemente valorado. La Iglesia Cuerpo Místico de Cristo está constituida por todos sus miembros, y así como en toda ella habita su alma, el Espíritu Santo, Él habita también en cada uno de sus miembros, y por su voluntad cada uno posee capacidades y tareas irreemplazables para el servicio de la comunidad.Los laicos por lo tanto no están en la Iglesia, los laicos son Iglesia, la Iglesia que el Espíritu Santo anima y dirige, así, cuando se ignora o incluso se niega, no solamente el rol del laicado, sino su carisma, se está rechazando al mismo Espíritu Santo. El Padre Ljudevit Rupcic en su hermoso libro Medjugorje, Puerta del Cielo y comienzo de un mundo mejor, afirma al respecto: El motivo de la carencia de sacerdotes y el decrecimiento de las órdenes religiosas radica mayormente en el desprecio y la negación del carisma de los laicos.

Recientemente Benedicto XVI ante la Comisión Teológica Internacional subrayó una vez más que el

sensus fidei es para el creyente una especie de instinto sobrenatural que tiene una connaturalidad vital con el mismo objeto de la fe (…) y un criterio para discernir si una verdad pertenece o no al depósito vivo de la tradición apostólica. También tiene un valor proposicional porque el Espíritu Santo no cesa de hablar a las iglesias y de llevarlas a la verdad entera.

Es sabido que la actitud tradicional del marxismo ante el hecho religioso ha sido completamente negativa, consecuentemente el marxismo ha combatido toda religión, y, aunque considera a la religión el opio de los pueblos, y aún más, aunque quiere sustituirla, busca afanosamente servirse de ella, y busca a su vez su aniquilación infiltrándola, para descomponerla interiormente. De tal forma que ha elaborado una reingeniería del concepto mismo de la voz del pueblo haciéndolo aparecer como voz de Dios: el hecho de que todos convengan en una idea se considera prueba suficiente de su certidumbre, de ahí que resulta capital el distingo que al respecto verifica el Santo Padre:

Hoy en día, sin embargo, es particularmente importante aclarar los criterios usados paradistinguir el sensus fidelium auténtico de sus falsificaciones. De hecho, no es una especie de opinión pública de la Iglesia, y es impensable recurrir a él para impugnar las enseñanzas del Magisterio, ya que el sensus fidei no puede desarrollarse auténticamente en el creyente auténtico salvo en la medida en que participa plenamente en la vida de la Iglesia, y esto requiere una adhesión responsable a su Magisterio.

No hay más. La Iglesia no es un sindicato, en la que el más avezado imponga tesis disonantes con la fe y la doctrina. Cuando se quieren imponer ideas personales alejadas de la sana doctrina, no será la voz de Dios, la voz del Espíritu Santo la que inspire, es vox diabolo.

EL PAN DE LA VIDA.

(image taken from stock http://www.holyart.es/)
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él" (Juan. 6:57).

S. Dionisio dice que el amor tiende siempre a la unión con el amado. Y debido a que la comida se convierte en uno con quien la toma, así que Nuestro Señor quiso convertirse en alimento para nosotros. Recibirlo en la Santa Comunión, nos hacemos uno con él: "Tomad, comed: esto es mi cuerpo "(Mt 25,26). Como si dijera, afirma S. Juan Crisóstomo: por lo que llegamos a ser una sola alma.

Como dos pedazos de cera derretida, dice S. Cirilo de Alejandría, se mezclan y confunden, como un alma que se une a las acciones de Jesús de tal manera que es Jesús y Jesús en él.

¡Oh, mi amado Redentor, ¿cómo puedes venir a mi ? Locura de amor. ¡Te amo tanto!…me unes a tu corazón para que tu corazón, y mi corazón sean uno solo.
Jamás en mi vida he sentido tanta dicha, ni tanta grandeza. Mi Amor Jesús, estoy todos los días deseando que llegue ese momento…¡ese Gran Milagro! 
Nada ni nadie en mi vida me ha hecho tan feliz. Te amo Señor.


¡BENDITO Y ALABADO SEAS EN EL SANTÍSIMO
SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA!


FUENTE: http://mariangaleote2.blogspot.com

DESENMASCARANDO AL DEMONIO Y AL CATÓLICO LIBERAL.


“Si yo fuera el diablo…” (Advertencia para una nación)


Estimado lector, tome nota de la fecha. Este mensaje por el legendario comentarista de radio Paul Harvey fue transmitido por ABC Radio el 03 de abril de 1965.

“Si yo fuera el diablo… quiero decir, si yo fuera el Príncipe de las Tinieblas, desearía, desde luego, sumergir a la tierra entera en tinieblas. Poseería una tercera parte de sus terrenos y cuatro quintas partes de su población, pero no sería feliz hasta no haber agarrado la manzana más madura del árbol. Así que, me las arreglaría comoquiera que fuera necesario para tomar control de los Estados Unidos de América. Comenzaría con una campaña de susurros. Con la astucia de una serpiente, te susurraría a ti, como susurré a Eva: ‘Haz lo que quieras. Hazlo como quisieras’. Susurraría a los jóvenes: ‘La Biblia es un mito’. Les convencería que el hombre creó a Dios en vez de viceversa. Les confesaría en secreto que lo malo es bueno, y que lo que es bueno es ‘carca’. Al oído de los que acaban de casarse susurraría que trabajar es degradante; que las fiestas de cóctel hacen bien a uno. Les advertiría que no fueran extremistas cuando de la religión se trata, o del patriotismo, o de la conducta moral. Enseñaría a los ancianos a orar. Les enseñaría a repetir tras mí: ‘Padre nuestro, que estás en Washington…’.


“Si yo fuera el diablo, educaría a los autores sobre cómo hacer la literatura morbosa aún más excitante de tal manera que cualquier otra cosa pareciera aburrida y sin interés. Amenazaría a la industria de la televisión con películas de largometraje todavía más sucias, y viceversa. Entonces, si yo fuera el diablo, me organizaría. Infiltraría uniones, abogando por más holganza y menos trabajo, pues las manos desocupadas usualmente trabajan por mí. Pasaría estupefacientes a quien pudiera. Vendería bebidas embriagantes a damas y caballeros distinguidos. Y pondría embobados a los demás con pastillas. Si yo fuera el diablo, animaría a las escuelas a refinar el intelecto de los jóvenes, pero a no preocuparse por inculcarles la disciplina de emociones, que dejen que éstas corran desenfrenadamente. Designaría a un ateísta que me representara en las cortes más altas del país y motivaría a predicadores a decir ‘tiene la razón’. Valiéndome de halagos y promesas de poder, podría conseguir que las cortes legislaran a favor de lo que concibo como opuesto a Dios, incluso la pornografía, y así, echaría a Dios de los tribunales, y luego de las escuelas, y entonces de las recámaras del Congreso, y entonces, en sus propias iglesias sustituiría la psicología por la religión, y deificaría a la ciencia, pues haciendo esto, los hombres podrían adquirir suficiente inteligencia para crear armas de destrucción masiva pero no la sabiduría necesaria para controlarlas.


“Si yo fuera Satanás, haría que el símbolo de la Pascua fuera un huevo, y que el símbolo de la Navidad fuera una botella. Si yo fuera el diablo, tomaría de los que tienen, dándoselo a los que no tienen, hasta el punto de acabar con lo que incentiva a los ambiciosos. Y entonces, mi estado policiaco obligaría a que todo el mundo volviera a trabajar. Luego, podría disolver a las familias, haciendo a niños servir en las fuerzas armadas, a las mujeres trabajar en minas de carbono, y objetores, en campos de concentración. En otras palabras, si yo fuera Satanás, seguiría haciendo lo que él ya está haciendo.


“Paul Harvey”.
3 de abril de 1965

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Estamos viviendo la mayor apostasía de la fe desde el nacimiento de la Iglesia. Y para mayor vergüenza está ocurriendo en las naciones de la antigua Cristiandad.

Las naciones más poderosas de la tierra llaman mal al bien y bien al mal. Fomentan la matanza de los pequeños inocentes como si fuera una política razonable y sensata. El inmenso poder de la tecnología y la psicología modernas se emplean a todos los niveles para redefinir el significado y el valor de la vida humana. El asesinato institucionalizado es un fenómeno masivo y global. Es el reino del crimen y la mentira.

Lo demoníaco está presente en el mundo. Siempre lo ha estado, pero hoy es más generalizado, más aceptado. Incluso, el humo de Satanás ha penetrado en el templo de Dios gracias a la labor de la quinta columna modernista.

San Pablo, en la epístola a los Efesios, menciona al “Príncipe del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes” (2,2). Su labor, la labor de este Príncipe, es tentar y pervertir; viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres y la fe. Y desgraciadamente a la vista de tanto abandono de las cosas de Dios, se puede afirmar que su callada pero incansable labor, está teniendo muchos frutos e insospechados alcances.

Por eso, que nadie dude que estamos viviendo los días en los que muchos católicos que de palabra y en apariencia son creyentes, en el fondo casi no se distinguen de los paganos, pues viven como ellos y se han hecho liberales.

Muchos cristianos se han vuelto tan superficiales, mundanos, autocomplacientes y corruptos que hace tiempo que perdieron la inocencia y la luz. Incluso aceptan el aborto, viéndolo como un procedimiento médico necesario, un derecho fundamental, un factor igualador entre los sexos y hasta una mejora de la calidad de vida. No se dan cuenta de que constituye un paralelo exacto de los ritos satánicos en que se sacrificaban niños inocentes sobre el altar del egoísmo y la lujuria.

Han perdido el discernimiento espiritual, y no les queda otra cosa que la apariencia de ser religiosos. Viven como paganos, actúan como paganos, se visten como paganos, se relacionan con otros paganos, asisten a sitios y espectáculos paganos, creen y piensan como paganos y ¡lo peor! se dicen creyentes. Su "credo" particular -resultado de acomodar la fe y la moral a su conveniencia-, en vez de mejorar su vida, justifica el pecado. Esto es peor que ser sólo pagano.

Es tanto el relajamiento de las costumbres y tan generalizada la difusión de las herejías -interna y externamente- que no es difícil suponer que la profecía bíblica de la gran apostasía universal empieza ya a cumplirse.

Es tal el grado de confusión que llegamos a pervertirlo todo:

“La anticoncepción es hacer el amor sin hacer el niño; la fecundación «in vitro» es hacer el niño sin hacer el amor; el aborto es deshacer el niño; y la pornografía es deshacer el amor", señaló Jerôme Lejeune, premio Nobel de Biología.

Es tan grave el proceso de autodemolición en la Iglesia y de paganización en la sociedad que es imperiosa -más que nunca- la constancia en la oración y la perseverancia y fidelidad en la fe católica en aquellos que no han claudicado. Oremos a Dios para que se revierta todo esto y para que nos preserve de caer en ello. Pidamos el retorno de quienes han claudicado contaminados por el liberalismo reinante, por aquellos que diciéndose "católicos" han terminado por pensar y vivir como paganos. Empleemos esta oración compuesta por Santa Teresa de Ávila:

“¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío, que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad! Vos decís, Señor mío, que venís a buscar los pecadores; éstos, Señor, son (y somos) los verdaderos pecadores. No miréis nuestra ceguedad, mi Dios, sino a la mucha sangre que derramó vuestro Hijo por nosotros. Resplandezca vuestra misericordia en tan crecida maldad; mirad, Señor, que somos hechura vuestra. Válganos vuestra bondad y misericordia.”

Amén.

FUENTE: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com. 

DOCUMENTACIÓN ACERCA DEL INFIERNO.

AVISO A LOS POBRES PECADORES: EL INFIERNO ES REAL


Las siete torturas del infierno



Visión del infierno de Sor Faustina

Sor Faustina Kowalska, la monja polaca beatificada por el papa Juan Pablo II vio el Infierno en 1936. Aquí está lo que cuenta en su Diario:

"Hoy, fui llevada por un ángel a las profundidades del infierno. Es un lugar de gran tortura; ¡qué imponentemente grande y extenso es! Los tipos de torturas que vi: la primera que constituye el infierno es la pérdida de Dios; la segunda es el eterno remordimiento de conciencia; la tercera es que la condición de uno nunca cambiará; la cuarta es el fuego que penetra el alma sin destruirla; es un sufrimiento terrible, ya que es un fuego completamente espiritual, encendido por el enojo de Dios; la quinta tortura es la continua oscuridad y un terrible olor sofocante y, a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros y ven todo el mal, el propio y el del resto; la sexta tortura es la compañía constante de Satanás; la séptima es la horrible desesperación, el odio de Dios, las palabras viles, maldiciones y blasfemias. Éstas son las torturas sufridas por todos los condenado juntos, pero ése no es el extremo de los sufrimientos. Hay torturas especiales destinadas para las almas particulares. Éstos son los tormentos de los sentidos. Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la forma en que ha pecado. Hay cavernas y hoyos de tortura donde una forma de agonía difiere de otra. Yo me habría muerto ante la visión de estas torturas si la omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido.

Debe el pecador saber que será torturado por toda la eternidad, en esos sentidos que suele usar para pecar. Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay ningún infierno, o que nadie ha estado allí, y que por lo tanto nadie puede decir cómo es. Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos del infierno para que pudiera hablar a las almas sobre él y para testificar sobre su existencia. No puedo hablar ahora sobre él; pero he recibido una orden de Dios de dejarlo por escrito. Los demonios estaban llenos de odio hacia mí, pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios. Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi. Pero noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que descreyeron que hay un infierno. Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aún más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos.

Oh mi Jesús, preferiría estar en agonía hasta el fin del mundo, entre los mayores sufrimientos, antes que ofenderte con el menor de los pecados".

JESUCRISTO EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN. (PARTE 20).

Sed copias vivas del pobre de Nazaret 
Diciembre 13/07 4:55 p.m. 


San Francisco dice: 

El Hermano de Asís, por designios providenciales del Altísimo, está en medio de vosotros para daros un fuerte abrazo espiritual en nombre de mi Amado. Amado que me cautivó, Amado que me enamoró. Amado que quitó de mis ojos las gruesas vendas que impedían ver su luz. 

Amado que me condujo a amar la hermana pobreza, despojándome de los bienes materiales, para recibir bienes espirituales que sí son eternos. 

Amado que me condujo a la porciúncula de su Divino Corazón para amarle, adorarle y darle el tributo que los hombres no le dan en el mundo. 

Amado que despertaba en mi corazón fuertes deseos de seguirle, renunciando a mi familia y a un puesto de nobleza porque mi padre, Pedro Bernardone, ocupaba en Asís un puesto destacado, porque sus bienes eran cuantiosos. 

Hermanos amados por mi Amado: amad la hermana pobreza, siempre buscando insaciablemente las riquezas espirituales, ya que las riquezas temporales os hace avaros, mezquinos en vuestro proceder. 

Sed copias vivas del pobre de Nazaret; pobre de Nazaret que siendo el Hijo de Dios sufrió el éxodo debiendo nacer en la soledad de la noche fría en un humilde establo. 

El pobre de Nazaret, siendo el Hijo de Dios, llegó a vosotros a servir y no a ser servido. 

El pobre de Nazaret exhortaba a los ricos; ricos en posesiones terrenales pero paupérrimos en posesiones espirituales. 

El pobre de Nazaret convivía con personas humildes pero ricos en bondad, ricos en agradecimiento hacia el Buen Padre que reparte sus bienes de acuerdo a su propio beneplácito. 

El pobre de Nazaret exteriormente mostraba sencillez, no ostentaba, no figuraba, siempre pretendía ocupar los últimos puestos siendo, Él, el primero entre los primeros. 

El pobre de Nazaret os llama hoy a ser misericordiosos con los que sufren, a ser amigos de los pobres de espíritu, a ver en cada hermano la presencia real de Cristo. 

El pobre de Nazaret os llama a ser hermanos de la hermana pobreza para que seáis ricos en el cielo. 

No pretendáis ocupar los primeros puestos en la tierra porque muchas almas han tenido grandes tronos pero en la eternidad han tenido que ocupar cavernas del averno. 

El pobre de Nazaret, por gracia especial, ha permitido hablaros a vuestro corazón, pequeño Agustín el más pequeño de los pequeños, por que sois intérprete de Dios para los hombres. 

El pobre de Nazaret, hoy, os habla a través de este humilde hermanito de Asís a que lo contempléis en las obras de su creación; creación que os recrea con sus bellos y coloridos paisajes, creación que os invita a la meditación y la contemplación, creación que es obra de amor para todos vosotros. 

Creación que es obra perfecta del Artífice Divino y os pinta espléndidos paisajes para que deis descanso a vuestros ojos y os enamoréis perdidamente del Arquitecto Divino que trazó planes de amor para construir la obra más perfecta de la creación, enterneceros con himnos de amor; himnos de amor que Dios os da a través de la hermana luna; luna que se os presenta gallardamente en la noche, perdida en la grandeza del firmamento, adornada de estrellas y luceros fulgurantes; himnos de amor que Dios os da a través del hermano sol; sol que os acaricia con su calor, sol que os acaricia con su luz, sol que os acaricia con su resplandor. 

Himnos de amor que Dios os da por el hermano viento; viento que os golpea suavemente con toques divinos de amor suavizándoos y refrescando vuestros corazones como aminorando tempestades recias, tempestades impetuosas que sólo el suave soplo de Dios las dispersa, las sosiega dándoles calma, dándoles paz, dándoles serenidad. 

Himnos de amor que Dios os da a través de los hermanos animales; animales de diversa especie que pueblan la faz de la tierra; himnos de amor que Dios os da a través de todas las obras de la creación como bellos cuadros pintados por maestros expertos en arte, hermanos de mi amado. Leed y meditad en el libro “del Santo Crucifijo”, contemplando y adorando sus cinco llagas. 

Meditando en este libro, meditáis en su pasión. Meditando en este libro, seréis cirineos que os ayuda a llevar su cruz. 

Meditando en este libro, seréis como la Verónica que enjugó su Divino Rostro. 

Meditando en este libro, seréis como la Santísima Virgen María y el discípulo Juan: fieles hasta la muerte de su Maestro. 

Meditando en este libro, seréis reparadores a la obra reparadora de Amor. 

Hermanitos míos: amad al hermano desprendimiento, desprendiéndoos hasta de vosotros mismos, renunciando a vuestras apetencias, a vuestros deseos, a vuestros intereses, a vuestras motivaciones con tal de imitar el desprendimiento de mi Amado Jesús; desprendimiento que lo conllevó hasta dar su propia vida, vida que hoy se os da a vosotros en abundancia; desapareced vosotros para que aparezca Jesús en vosotros. 

Permaneced unidos a la hermana obediencia siendo obedientes a la Santa Madre Iglesia, permaneciendo unidos a la vid verdadera que es Jesucristo. 

Haced que Jesús nazca en vuestros corazones haciendo de él un pesebre de amor, preparado para recibir al Niño Jesús. 

Haciendo de vuestro corazón un pesebre, naceréis a una nueva vida, vida que es bella armonía para Dios que os la dio. 

Haciendo de vuestro corazón un pesebre, conservaréis la inocencia de los niños. 

Haciendo de vuestro corazón un pesebre, conservaréis la pureza del Altísimo. 

Haciendo de vuestros corazones un pesebre, seréis vírgenes espirituales con sus lámparas encendidas. Haciendo de vuestro corazón un pesebre, seréis discípulos amados del Amado. 

Haciendo de vuestro corazón un pesebre, seréis tabernáculos del Altísimo. 

Haciendo de vuestro corazón un pesebre, seréis habitáculos de la Divinidad. 

Haciendo de vuestros corazones un pesebre, seréis incensarios de Amor Divino. 

Haciendo de vuestros corazones un pesebre, ganaréis una corona para el Reino. 

Haciendo de vuestros corazones un pesebre, seréis libros abiertos a la verdad. 

Pequeños gorriones que alzáis vuelo para el cielo: así como yo cambié mis finas ropas por una humilde túnica; vestid, vosotros, la túnica de la humildad. 

Vestid, vosotros, la túnica del desprendimiento. 

Vestid, vosotros, la túnica de la pobreza. 

Vestid, vosotros, la túnica de la obediencia. 

Vestid, vosotros, la túnica del amor a Jesús crucificado, Vestid, vosotros, la túnica de la mortificación y del silencio. 

Calzad en vuestros pies, pequeños peregrinos del cielo, las sandalias desgastadas de los caminantes mensajeros del Amor Divino. Mensajeros del 

Amor Divino que os atrapa en sus redes vivas para haceros pescadores de hombres. 

Amad ardientemente a Jesús porque el Amor no es amado. 

Amad ardientemente a Jesús porque el Amor es menospreciado. 

Amad ardientemente a Jesús porque el Amor del Rey es destronado. 

Amad ardientemente el Sacratísimo Corazón de Jesús porque es vituperado. 

Que la hermana castidad os adorne como corona de vírgenes. 

Que la hermana castidad perfume vuestros corazones y vuestros cuerpos. 

Que la hermana castidad os haga gratos a los ojos de Dios. 

Que la hermana castidad os dé la pureza de los Santos Ángeles. 

Que la hermana castidad os haga príncipes; príncipes para el Reino. 

Que la hermana castidad os dé la blancura a vuestro espíritu. 

Que la hermana castidad os dé alas para que voléis hacia el Cielo. 

Que la hermana castidad sea la llave para abrir la puerta del Cielo. 

Que la hermana castidad os dé la pureza de María, Puerta del Cielo. 

Que la hermana castidad os dé posesión de las moradas eternas. 

Sed imitadores de Dios, sed anunciadores de su mensaje, sed copia perfecta de sus virtudes, sed el camino para que muchas almas lleguen al Cielo; sed guardianes de los tesoros del Cielo; sed eternos enamorados del Amado hasta repetir insaciablemente mi Dios y mi todo. 

Abogo, intercedo por vosotros para que seáis desprendidos del mundo y ganados para el Cielo. 

Que mi bendición quede impresa en vuestros corazones: En el nombre del Padre….. Amén. 



El cantar de los pájaros 
Diciembre 14/07 8:20 a.m. 

El Padre Celestial dice: 

Escuchad hijos míos los bellos himnos de alabanza salmodiados por el cantar de los pájaros; ellos glorifican mi grandeza, vosotros también adoráis y alabáis la Santísima Trinidad al entonar bellos himnos y salmos convirtiéndolos en música, música suave que llega a mis oídos como cantos de enamorados. 



Soy el Buen Pastor 
Diciembre 14/07 1:40 p.m. 

Jesús dice: 

Soy el Buen Pastor que va en búsqueda de sus ovejas extraviadas de su redil para traerlas nuevamente a su aprisco. Para alimentar a sus ovejas débiles. Para sanar a sus ovejas heridas. Para dar de beber a sus ovejas sedientas. Para dar de comer verdes pastizales a sus ovejas hambrientas. 

Las ovejas escuchan mi voz porque soy su Pastor, vosotros escucháis también mi voz porque sois ovejas de mi rebaño. 

Os llevo a cada una de vosotras, ovejitas mías, cargadas en mis hombros para llevaros al rebaño de ovejas bien alimentadas. De ovejas selectas que han sabido responder al cariño y cuidado de su Buen Pastor. 

Entrad al aprisco de mi Divino Corazón, ovejitas tiernas de mi amor, cuando os sintáis temerosas que Yo os daré seguridad, cuando estéis hambrientas que Yo os daré de comer, cuando estéis sedientas que Yo os daré de beber, cuando estéis débiles que Yo os fortaleceré, cuando estéis enfermas que Yo os aliviaré, cuando estéis tristes que Yo os alegraré, cuando estéis fatigadas que Yo os daré descanso, cuando estéis desanimadas que yo os daré vigor, cuando estéis perturbadas que yo os daré la paz. 

Paz que el mundo no os puede dar. 

Paz que el Príncipe de la Paz os da en abundancia. 

Paz que elevará vuestro espíritu al Cielo al son de alabanza. 

Paz que henchirá vuestro corazón de mi amor. 

Paz que dilatará vuestro corazón dándole anchura para recibirme. 

Paz que extasiará vuestra alma robándola a ratitos para el Cielo. 

Paz que os obligará a suspirar de amor para el Amor. 

Amor que hoy os doy, amor que penetra todo vuestro ser, ser que está adherido y unido al Buen Pastor porque sois ovejas de mi redil. 

Sed ovejas atentas a la voz de su Pastor, sed ovejas hambrientas de alimento espiritual. 

Sed ovejas atentas a no ser devoradas por lobos revestidos con piel de cordero. 

Sed ovejas fieles en el brebaje de aguas limpias, aguas limpias que os saciarán de Mí. 

Aguas limpias que os calman en vuestra ardentísima sed. 

Aguas limpias que os lavan del polvo y de la mugre. 

Aguas limpias que os purifican interiormente para convertir también vuestro corazón en un aprisco, aprisco abierto para recibir a su Buen Pastor. 

Os marco con la marca del Amor que os diferencia de las demás ovejas, porque sois ovejas de mi rebaño. 

Jesús, valiéndose del instrumento, toma los Medallones de los Sagrados Corazones Unidos y los bendice diciendo: 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que el espíritu del mal no tenga dominio sobre vosotros. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que lobos disfrazados con piel de cordero no os engañen. 

Bendigo, pequeños míos, este signo que también quedará impreso en vuestros corazones. 

Bendigo, pequeños míos, este signo ante el cual satanás huirá despavorido. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que sanéis en nombre del Médico Divino. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que liberéis a los poseídos por el espíritu del mal. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que al imponerlo, las almas recobren la paz y la sanación a sus almas. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para que os haga conocer vuestras imperfecciones, dándoos arrepentimiento verdadero. 

Bendigo, pequeños míos, este signo para cuando seáis llamados por el Buen Pastor, se os abran las Puertas de mi rebaño. 

Azucena del Sagrado Corazón: recibe mi signo de Amor como oveja de mi rebaño. 

Mi pequeño Francisco: recibe este signo que os hace formar parte del rebaño de ovejas fuertes cuyo único Pastor es Jesús que os habla. 

Rosita de Santa María: recibe este signo que os hace oveja de mi rebaño. 

Os bendigo, ovejitas del aprisco de mi Divino Corazón: (). 

(Estas bendiciones se hacen extensivas a los demás medallones). 



Guardad cada una de las enseñanzas que os he dado 
Diciembre 14/07 4:36 p.m. 

Jesús dice: 

Guardad cada una de las enseñanzas que os he dado. 

Enseñanzas que os hacen santos; enseñanzas que os hacen discípulos aventajados de mi escuela. Enseñanzas que os hacen soldados aptos para batallar en la guerra. 

Enseñanzas que os hacen guerreros vencedores. 

Enseñanzas que os hacen militantes en medio del campo de guerra armados de mi armadura Divina. Armadura fuerte para vencer a vuestro adversario. Armadura fuerte para derrotarlo y enviarlo a su lugar de origen. 

Armadura fuerte que os hace como Hércules llenos de fuerza invencible, fuerza invencible que os doy como torrentes a granel, fuerza invencible que os reviste con mi armadura Divina para que caminéis por medio de desiertos y cañadas obscuras libres de temor, porque el gran vencedor camina con vosotros. 

Guardad mis enseñanzas como guardando recuerdos significativos de vuestra vida. 

Guardad mis enseñanzas como manual que os instruye. Guardad mis enseñanzas como Palabra Divina que os hace santos vivientes y caminantes cercanos a vivientes muertos, muertos a la vida sacramental, muertos al cumplimiento fiel de mi Palabra, muertos al estado de gracia. 

Que mis enseñanzas sean escritas en el libro de vuestro corazón con letra de oro, letra escrita artísticamente porque es el Divino Maestro que os las escribe; no para que sea letra muerta si no para que sea letra viva, que os insista a vivir en mi Palabra, Palabra que os da luz, Palabra que os da conversión, Palabra que os da arrepentimiento y contrición de corazón, Palabra que os mueve a buscar caminos de santidad, santidad que está en vuestras manos porque es Doctrina Divina conforme al Magisterio y preceptos de vuestra Santa Iglesia Católica. 

Viviendo mis enseñanzas seréis hombres nuevos. 

Viviendo mis enseñanzas seréis mis apóstoles. Viviendo mis enseñanzas seréis mis ungidos, ungidos porque el Espíritu Santo ha tomado posesión en vosotros. 


Vuestra vida espiritual debe ser un bello jardín 
Diciembre 14/07 8:00 p.m. 

La Santísima Virgen María dice: 

Vuestra vida espiritual debe ser un bello jardín; jardín adornado con las rosas engalanadas de vistosos colores; vuestra vida espiritual debe estar enraizada en Cristo Jesús, Cristo Jesús que es la roca firme, roca inamovible porque a través de Pedro ha surgido la Iglesia. 

Vuestra vida espiritual también debe estar adherida a Mí, camino seguro que os conduce a Jesús. 

Vuestra vida espiritual debe estar enriquecida con la oración, oración que es el pulmón que os da vida, oración que es la columna vertebral que os sostiene, oración que debe convertirse en un Refugio de Amor de dos corazones que laten al unísono. 

Os abro las puertas de mi Corazón Inmaculado para que toméis posesión de uno de sus aposentos y os hagáis herederos de su Reino. 

Reino que os espera para daros calor. 

Reino que os espera para convertirlo en un idilio de amor. 

Amadme pequeñitos míos porque son muchos los que no me aman. 

Reconoced en mí que soy vaso de elección del Altísimo, porque son muchos los que denigran mi función dentro de la Iglesia. 

Os amo pequeñitos míos y he venido en medio de vosotros con multitudes de ángeles celestiales para que, como niños, os unáis a sus rondas infantiles. 

Os llamo niños porque en vuestros corazones hay candor. 

Os llamo niños porque en vuestros corazones hay pureza. 

Os llamo niños porque en vuestros corazones abrigáis a mi Hijo Jesús. 

Os llamo niños porque vuestros corazones están unidos, con lazos de oro, a mi Inmaculado Corazón. 

Os llamo niños porque vuestros corazones se convierten en un vergel florecido de amor. 

Vivid cada una de las enseñanzas que el cielo os ha impartido, mi mirada maternal está puesta sobre vosotros, angelitos de mi amor. 

Con mi mirada sondeo vuestro corazón y os lo inflamo de amor. 

Con mi mirada os traigo al Santísimo porque allí también estoy yo adorando la grandeza de mi Dios. 

Luego dirigiéndose a un hermano religioso: 

Mi pequeño ángel de luz, vestido con el hábito de la humildad y la abnegación, sois mi bebé recién nacido que os alimento con mi leche espiritual para robusteceros. Ato vuestro corazoncito a mi Inmaculado Corazón para que vuestro latir se funda con el latir de mi Corazón, para que vuestro corazón esté en mi Corazón y mi Corazón esté en el vuestro. 

No temáis angelito mío por vuestros momentos de soledad, no estáis solo, yo camino contigo porque os cohabito, porque vuestro corazón es como un imán que me atrae, es grande la misión que Dios os ha encomendado, sois mi nuevo soldado, unido a las filas de mi Ejército Azul. Pedid dirección al Espíritu Santo para que os dé discernimiento, para que os dé sabiduría, para que os dé entendimiento y claridad en vuestro caminar y peregrinar hacia el cielo.

LOS SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO (Parte 24).



LOS DOS PINOS 


SUEÑO 32.—AÑO DE 1861. 

(M. B. Tomo VI, págs. 954-955) 

Don Ruffino nos dejó consignado en su Crónica personal, entre otros, el siguiente sueño: 

Por aquellos días —escribe—[San] Juan Don Bosco nos habló así: 


*********** 

Parecióme encontrarme en Castelnuovo, en medio de unos prados, en compañía de algunos jóvenes esperando algo con qué obsequiar a [Beato] Pío Pp. IX en su fiesta onomástica, cuando he aquí que vemos venir por el aire de la parte de Buttigliera un gran pino de un grosor imponente y de una altura extraordinaria. 

El pino se acercaba a nosotros en posición horizontal, después se enderezó, adoptando la vertical, osciló y pareció que iba a caer encima de los que lo contemplábamos. Asustados, quisimos huir e hicimos la señal de la cruz, cuando he aquí que soplo un viento impetuoso que transformó a aquel árbol en un temporal de relámpagos, truenos, rayos y granizo. 

Poco después vimos otro pino menos grueso que el anterior, avanzando en la misma dirección, y que se colocaba encima de nosotros; después, siempre en posición horizontal, comenzó a descender. Nosotros huimos temiendo ser aplastados, mientras tanto hacíamos la señal de la cruz. 

El pino descendió casi a ras del suelo, permaneciendo suspendido en el aire; sólo sus ramas tocaban la tierra. Mientras estábamos observándolo, he aquí que sopló un vientecillio que lo transformó en lluvia. 

No comprendiendo el significado de aquel fenómeno, nos preguntábamos unos a otros: 

— ¿Qué quiere decir esto? 

Y he aquí que uno, a quien no conocía, dijo: 

—Haec est pluvia quam dabit Deus tempore suo. 

Después, otro desconocido, añadió: 

—Hic est pinus ad ornandum locum habitationis meae. 

Y me citó el lugar de la Sagrada Escritura en el que se lee este versículo, pero no lo recuerdo. 


************** 

Yo creo que el primer pino era símbolo de las persecuciones, de las tempestades que caen sobre aquellos que permanecen fieles a la Iglesia. 

El segundo representa a la misma Iglesia, que será como lluvia fecunda y benéfica para aquellos que le sean fieles. 

El siervo de Dios no añadió más explicación —continúa Don Lemoyne— y nosotros no vamos a discutir si el sueño admite o no otro sentido, limitándonos a hacer unacomparación. 

El pino de tamaño colosal y de un diámetro excepcional que se levanta erguido en medio de la tierra ¿no se asemeja al árbol que vio Nabucodonosor y que describe el profeta San Daniel, cuya altura llegaba al cielo, tan rico en ramas verdes y frondosas que desde lejos parecía una floresta? ¿No es símbolo de un poderío extraordinario, de una actitud de desafío y de rebelión contra Dios y de una amenaza de exterminio dirigida a sus siervos? Pero desaparece de la tierra herido por la ira del Señor: Un viento ardiente e impetuoso seca sus ramas, lo envuelve en la tempestad y lo consume con el fuego. 

El pino segundo, que también era alto y esbelto, pero no en tanto grado como el anterior, representaba tal vez, no tanto a la Iglesia en general cuanto a una porción elegida de la misma, como sería una congregación religiosa, por ejemplo, la Sociedad de San Francisco de 

Sales. Esto parece indicar el lugar que sirvió de escenario a este espectáculo. La posición horizontal de este árbol en contraposición con la vertical del primero, es símbolo de la humildad, virtud fundamental. El versículo a que alude [San] Juan Don Bosco es el 13 del capítulo LX de San Isaías: 

Gloria Libani ad te veniet, abies et buxus et pinus simul, ad ornandum locum sanctificationis meae; et locum pedum meorum glorificabo.

VISITAS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y A MARÍA SANTÍSIMA. (Parte 6).

Visitas al Santísimo, a la Virgen y a San José correspondientes a cada día del mes por San Alfonso María Ligorio.

VISITA 18ª

Visita al Santísimo

Oración preparatoria, p. 53.


En el valle de Josafat aparecerá Jesús un día sentado en trono de majestad; mas ahora, en el Santísimo Sacramento, su asiento es trono de amor.

Si el Rey, para mostrar el amor que tiene a un pastorcillo, fuese a vivir a la aldea en que aquél habita, ¿qué ingratitud no sería la del pastor si no fuese a visitarle a menudo, sabiendo que el Rey tanto lo desea, y que allí había ido para tener ocasión de verle con frecuencia? ¡Ah, Jesús mío!, conozco que por mi amor habéis venido a estar con nosotros en el Sacramento del Altar. Quisiera, pues, si me fuese dado, permanecer de día y de noche en presencia vuestra.

Si los Ángeles, ¡oh, Señor mío!, no cesan de estar junto a Vos, pasmados del amor que nos manifestáis, justo es que yo, viéndoos por mi causa en este altar, os complazca, a lo menos, permaneciendo ante Vos y alabando el amor y la bondad que para mí tenéis. Delante de los Ángeles os alabaré; vendré a vuestro templo a adoraros y ensalzaré vuestro Santo nombre por vuestra misericordia y verdad.

¡Oh, Dios Sacramentado!; ¡oh, pan de los ángeles!; ¡oh, sustento divino!, os amo. Mas ni Vos ni yo estamos satisfechos de este amor mío. Os amo, pero os amo muy poco. Haced, Jesús mío, que conozca la belleza y bondad inmensas que amo.

Haced que mi corazón deseche de sí todos los afectos terrenos, y ceda todo el lugar a vuestro amor divino. Vos, para enamorarme enteramente de vuestra bondad, y uniros a mí, descendéis cada día del Cielo a los altares; razón es que yo sólo piense en amaros, en adoraros y complaceros. Os amo con toda mi alma, os amo con todos mis afectos. Si queréis pagarme este amor, dadme más amor, más llamas que me estimulen siempre a amaros y a desear siempre complaceros.

Jaculatoria.— Jesús mío, amor mío, dadme amor.

Comunión espiritual, p. 41.


Visita a María Santísima

Así como aquellos enfermos pobres a quienes por su miseria todos abandonan, hallan su único refugio en los hospitales públicos, así los más miserables pecadores, aunque todos los despidieren, no se ven por esto desamparados de la misericordia de María, a quien Dios puso en el mundo con el fin de que fuese el asilo y hospital público de los pecadores, como dice San Basilio. Y por esto San Efrén la llama también el refugio de los pecadores.

Así, pues, si acudo a Vos, Reina mía, no podéis desecharme por mis pecados. Antes bien, cuanto más miserable soy, tanto más motivo tengo para ser acogido bajo vuestra protección, ya que Dios, para asilo de los más miserables, quiso crearos. A vos recurro, pues, ¡oh María!: bajo vuestro mando me pongo. Vos sois el refugio de los pecadores: sed, por lo tanto, mi refugio y la esperanza de mi salvación. Si Vos me desecháis, ¿adónde acudiré?

Jaculatoria.— María, refugio mío, salvadme.

Oración a María Santísima, p. 58.



Visita al Patriarca San José

Considera cuál debió de ser la pena de San José en la huida a Egipto, viendo cuánto sufrían su santa Esposa, no acostumbrada a caminar mucho, con aquel amable Niño, que llevaban, ora el uno, ora el otro, en sus brazos; yendo fugitivos y temerosos de encontrar a cada paso los soldados de Herodes; y todo esto en lo más crudo del invierno.

¡Oh, Padre adoptivo de Jesús!, por aquellos padecimientos que sufristeis en el viaje a Egipto, alcanzadme fuerzas para sobrellevar con perfecta paciencia y resignación todas las incomodidades e infortunios que me sobrevengan en este valle de lágrimas.

Jaculatoria.— ¡Oh, bendito José!, dadme paciencia perfecta en todas las adversidades.

Oración a San José, p. 61.



VISITA 19ª


Visita al Santísimo

Oración preparatoria, p. 53.

Cosa gratísima es el hallarse cada uno en compañía de un amigo querido; ¿y no ha de sernos deleitable en este valle de lágrimas estar en compañía del mejor Amigo que tenemos, del que puede darnos todo bien, del que puede darnos todo bien, del que nos ama apasionadamente, y por eso de continuo se halla con nosotros?

Aquí, en el Santísimo Sacramento, podemos hablar con Jesús a nuestra voluntad, abrirle nuestro corazón, exponerle nuestras necesidades y pedirle mercedes; podemos, en suma, tratar con el Rey del Cielo en este misterio, sin encogimiento y con toda confianza.

Muy dichoso fue José cuando Dios, como atestigua la Escritura, descendió con su gracia a la prisión en que estaba para consolarle: Bajó con él a la cárcel, y entre las cadenas no le olvidó. Pero mucho más venturosos somos nosotros teniendo en nuestra compañía, en esta tierra de miseria, a nuestro Dios hecho hombre, que con su presencia real nos asiste tan afectuosa y compasivamente todos los días de nuestra vida.

¿Qué consuelo no es para un pobre encarcelado tener un amigo cariñoso que vaya a hablar con él, le consuele, le dé esperanzas, le socorra, y trate de alentarle en sus desdichas? Pues he aquí a nuestro buen amigo Jesucristo, que en este Sacramento nos anima diciéndonos: Aquí estoy con vosotros todos los días. Aquí estoy todo con vosotros, y he venido de propósito desde el Cielo a esta vuestra prisión para consolarlos, favoreceros y libertaros.

Acogedme, entreteneos siempre conmigo, uníos a Mí, que así no sentiréis vuestras miserias, y después vendréis conmigo a mi reino, donde os haré plenamente bienaventurados.

¡Oh, Dios, océano incomprensible! Ya que sois tan benigno, que para estar junto a nosotros os dignáis descender a nuestros altares, propongo visitaros con frecuencia; quiero gozar lo más que me sea posible de vuestra presencia dulcísima, que hace bienaventurados a los Santos en la Gloria. ¡Oh, si pudiese permanecer siempre ante Vos, para adoraros y amaros continuamente!

Despertad, os lo ruego, alma mía, si por tibieza o por negocios del mundo se descuida en visitaros. Encended en mí grandísimo deseo de estar siempre cerca de Vos en este Sacramento. ¡Ay, Jesús mío amoroso, quién siempre os hubiera amado y complacido! Consuélame el pensar que todavía me queda tiempo de amaros, no sólo en la otra vida, sino también en la presente.

Así quiero practicarlo; quiero amaros de veras, sumo bien mío, mi amor, mi tesoro, mi todo...; quiero amaros con todas mis fuerzas.

Jaculatoria.— ¡Dios mío, ayudadme a amaros!

Comunión espiritual, p. 41


Visita a María Santísima

Dice el devoto Bernardino de Bustos: “Pecador, cualquiera que fueres, no desconfíes; recurre a esta Señora con certidumbre de ser socorrido, y la hallarás con las manos colmadas de misericordia y de gracias. Y sabe –añade- que más desea la piadosísima Reina hacerte bien, que tú el ser socorrido por Ella.”

Siempre doy gracias a Dios, ¡oh, Señora mía!, porque hizo que yo os conociese. ¡Pobre de mí, si no os conociera, o si me olvidase de Vos! Gran riesgo correría mi salvación. Pero yo, Madre mía, os bendigo, os amo y confío en Vos, y en vuestras manos pongo mi alma.

Jaculatoria.— ¡Oh, María!, dichoso quien os conoce y en Vos confía.

Oración a María Santísima, p. 58.



Visita al Patriarca San José

EL Señor ha prometido recompensar a quien en su nombre dé a un pobre un jarro de agua. ¡Cuán grande, pues, habrá sido la recompensa recibida por José, ya que Él puede decir a Jesús: “¡No sólo te he proporcionado con el sudor de mi frente cuanto necesitabas, sino que hasta te salvé la vida, librándote de las manos de Herodes!”

¡Oh, santo Patriarca!, por las fatigas y penas que sobrellevasteis por amor de Jesús, os suplico me alcancéis todas las gracias que necesito, para conformarme enteramente con los designios de la adorable Providencia, y para conseguir la eterna gloria.

Jaculatoria.— ¡Oh, San José misericordioso!, alcanzadme verdadera caridad.

Oración a San José, p. 61.


VISITA 20ª

Visita al Santísimo

Oración preparatoria, p. 53

En aquel día –dice el Profeta- habrá una fuente abierta para la casa de David y para los moradores de Jerusalén, en la cual se lave el pecador.” (Zac. 13, 1.) Jesús en el Santísimo Sacramento es esta fuente, que el profeta predijo, abierta para todos, y en la cual, siempre que lo quisiéremos, podemos lavar nuestras almas de todas las manchas de los pecados que cada día cometemos.

Cuando alguno incurre en una culpa, ¿qué remedio mejor hallará que acudir en seguida al Santísimo Sacramento? Sí, Jesús mío, así propongo hacerlo siempre, mayormente sabiendo que el agua de esta vuestra fuente, no sólo me lava, sino que también me da luz y fuerza para no recaer y para sufrir alegremente las contrariedades, y a la vez me inflama en vuestro amor.

Sé que con este fin me esperáis y que recompensáis con abundantes gracias las visitas de los que os aman. ¡Ah, Jesús mío!, purificadme de cuantas faltas hoy he cometido; arrepiéntome de ellas por haberos disgustado. Dadme fuerzas para no recaer, concediéndome grande anhelo de amaros mucho.

¡Oh, quién pudiera permanecer cerca de Vos, como lo hacía aquella fidelísima sierva vuestra, María Díaz, que vivió en tiempo de Santa Teresa, y obtuvo licencia del Obispo de Ávila para habitar en la tribuna de una iglesia, donde casi de continuo asistía ante el Santísimo Sacramento, a quien llamaba su vecino, sin apartarse de allí sino para ir a confesarse y comulgar.

El Venerable Fray Francisco del Niño Jesús, Carmelita Descalzo, al pasar por las iglesias donde estaba el Sacramento, no podía abstenerse de entrar a visitarle, diciendo no ser decente que un amigo pase por la puerta de su amigo sin entrar siquiera a saludarle y a decirle una palabra. Mas él, no se contentaba con una palabra, sino que permanecía ante su amado Señor todo el tiempo de que podía disponer.

¡Oh, único e infinito bien mío!, veo que instituisteis este Sacramento y que moráis en ese altar con el fin de que os ame; y para esto me habéis dado un corazón capaz de amaros mucho. Mas yo, ingrato, ¿por qué no os amo, o por qué os amo tan poco? No, no es justo que sea amada tibiamente bondad tan amable como sois Vos: a lo menos, el amor que me tenéis, merecería de mí muy otro amor.

Vos sois Dios infinito, y yo un gusanillo miserable. Poco fuera que por Vos muriese y me consumiera por Vos, que habéis muerto por mí, y que cada día por amor mío os sacrificáis enteramente en los altares.

Merecéis ser muy amado, y yo os quiero amar mucho: ayudadme, Jesús mío, ayudadme a amaros y a ejecutar lo que tanto os complace y tanto queréis que yo haga.

Jaculatoria.— Mi amado para mí, y yo para él.

Comunión espiritual, p. 41.


Visita a María Santísima

Reina mía dilcísima, piadosísima y amabilísima, ¡qué confianza tan hermosa me infunde San Bernardo cuando acudo a Vos! Díceme que no os paráis en examinar los méritos de los que recurren a vuestra misericordia, sino que os ofrecéis para auxiliar a todos cuantos se dirigen a Vos. De suerte que si yo os pido gracias, Vos me escucháis benigna.

Oíd, pues, qué cosa os pido: pobre pecador soy, que merece mil infiernos. Quiero mudar de vida; quiero amar a mi Dios, a quien tanto he ofendido. A Vos me ofrezco por esclavo; a Vos me entrego, mísero como soy. Salvad, os digo, a quien es vuestro, y ya no suyo. Señora mía, ¿me habéis oído? Espero que me habréis escuchado y atendido favorablemente.

Jaculatoria.— ¡Oh, María, tuyo soy, sálvame!

Oración a María Santísima, p. 58.


Visita al Patriarca San José

Considera la pena que experimentó José cuando perdió a Jesús en la visita al templo. ¡Cuál sería su amargura al verse privado de su amado Salvador por espacio de tres días, sin saber si volvería a hallarle, y sin conocer la causa de tal pérdida!

¡Oh, glorioso Patriarca!, por la pena que sentisteis al perder a Jesús, alcanzadme lágrimas para llorar las injurias hechas a mi Señor, de las cuales me pesa de todo corazón.

Jaculatoria.— Ayudadme, San José mío, para que nunca pierda a nuestro buen Jesús.

Oración a San José, p. 61.


VISITA 21ª


Visita al Santísimo

Oración preparatoria, p. 53.

Doquiera que estuviere el cuerpo, allí se congregarán las águilas.” Este cuerpo es el de Jesús, según los sagrados Expositores, en torno del cual las almas generosas y desprendida, que a manera de águilas se remontan sobre las cosas de la tierra y vuelan al Cielo, por el cual con pensamientos y afectos suspiran de continuo como por su perpetua morada, hallan su Paraíso en este mundo de tal modo, que parece no se sacian jamás de permanecer en su presencia.

Que si las águilas, dice San Jerónimo, al olor de su presa desde muy lejos acuden presurosas a buscarla, ¿cuánto más no deberemos nosotros correr y volar hacia Jesús en el Santísimo Sacramento, como el más regalado cebo de nuestras almas? Por eso los Santos, en este valle de lágrimas, corrieron siempre cual ciervos sedientos a esta fuente.

El Padre Baltasar Álvarez, de la Compañía de Jesús, en cualquier ocupación en que se hallase, dirigía los ojos a menudo hacia aquella parte donde sabía que estaba el Sacramento; le visitaba con suma frecuencia, y a veces pasaba junto a Él noches enteras. Lloraba al ver los palacios de los potentados llenos de gentes, que obsequian a un hombre de quien sólo esperan cualquier mísero bien, y tan abandonadas las iglesias, donde habita el Supremo Príncipe del universo, que con nosotros mora en la tierra como en trono de amor, rico de bienes eternos e inmensos; y decía que era grandísima la dicha de los Religiosos, pues en sus casas mismas pueden visitar, cuando quisieren, de noche y de día, a este gran Señor en el Sacramento, cosa que no pueden lograr los seglares.

Ya que Vos, Señor mío amantísimo, a pesar de verme tan miserable e ingrato a vuestro amor, me llamáis con tanta bondad para que me llegue a Vos, no quiero desanimarme por mis miserias: aquí vengo, a Vos me acerco. Convertidme enteramente; arrojad de mí todo amor que no sea para Vos, todo deseo que no os agrade, todo pensamiento que a Vos no se dirija. Jesús mío, amor mío, sólo a Vos quiero dar gusto.

Únicamente Vos merecéis mi amor, y a Vos solo quiero amar con toda mi alma. Apartadme de todo, Señor mío, y unidme con Vos; pero unidme de tal suerte, que no pueda volver a separarme de Vos, ni en esta ni en la otra vida.

Jaculatoria.— Jesús mío dulcísimo, no permitas que me aparte de ti.

Comunión espiritual, p. 41.


Visita a María Santísima

Llama Dionisio Cartujano a la Santísima Virgen: La Abogada de todos los inicuos que a ella recurren, ¡Oh, excelsa Madre Dios!, puesto que es oficio vuestro defender las causas de los reos más delincuentes que a Vos acuden, vedme aquí a vuestros pies. A Vos recurro, diciéndoos con Santo Tomás de Villanueva: Ea, pues, Abogada nuestra, cumple tu oficio. Encargaos de mi causa.

Verdad es que he sido reo de graves delitos a los ojos del Señor, multiplicando mis agravios después de tantos beneficios y gracias como me ha concedido; pero el mal, hecho está, y Vos podéis salvarme. Basta que digáis a Dios que Vos me defendéis, y Él me perdonará y me salvaré.

Jaculatoria.- Madre mía amantísima, Vos me habéis de salvar.

Oración a María Santísima, p. 58.


Visita al Patriarca San José

María y José sabían cuanto los profetas habían predicho de Jesús; y es de creer que hablarían muy a menudo de su dolorosa Pasión y Muerte, meditándola con ternura.

¡Oh, padre compasivo!, por aquellas lágrimas que derramasteis pensando en la Pasión de Jesús, alcanzadme continua y tierna memoria de los dolores de mi Redentor; y por aquella santa llama de amor, que ardía en vuestro corazón, haced que prenda siquiera una centella de él en mi alma, que con sus pecados tanto contribuyó a los padecimientos de Jesús.

Jaculatoria.— San José, protector mío, haced que el recuerdo de la pasión de Jesucristo me conforte y anime

Oración a San José, p. 61.

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís