FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

¿POR QUÉ SER SACERDOTE? - LA VOCACIÓN SACERDOTAL





La sociedad post-moderna en la que el hombre se desenvuelve, se ha sumergido en una cultura antirreligiosa que no permite que la humanidad encuentre el sentido auténtico de la vida. Pero Dios, en su designio de puro amor, suscita siempre en su Iglesia hombres dispuestos a guiar a los pueblos por un camino de paz y esperanza. Vale la pena orar por estos servidores. Vale la pena ser sacerdote.


Publicado por yormAN CasstRo (Youtube)


DE LA AUTORA.

CONOCER A SATANÁS, NUESTRO ENEMIGO



Cómo es que no nos dedicamos a conocer y a saber en realidad quién es y como actúa el demonio ya que no tenemos mucho tiempo porque en esta vida natural solo estamos de paso y la vida futura es la eterna ya sea en la gloria o en el infierno.

Podemos pasar muchísimos años o toda una vida y nunca oír o enterarnos de nada que nos alerte del demonio, principalmente las pobres almas que no van a misa.

El infierno no descansa ni de día ni de noche, no toma vacaciones con la sola razón de hacernos quedar con él eternamente en el lago de fuego ya que el nunca mas podrá salir de allí. En cambio nosotros si podemos si le somos fiel a Dios.

Seremos unos tontos, unos ilusos si no nos dedicamos ya a construir nuestra vida en el espíritu y no a amar y adorar el esplendor y la belleza y los goces perecederos de este mundo.

Hay que morir a ese entretenerse por el camino de nuestra vida y dedicarnos diariamente a vivir en el eterno presente de Dios, a vivir solo el afán de cada día que Dios nos regala porque sólo tenemos  el presente. Santo Toribio de Mongrovejo decía:"El tiempo es nuestro único bien y tendremos que dar de él estricta cuenta". 

Porque pensamos que no existe o no queramos aceptarlo, no dejará de existir el infierno.
"El diablo existe y el que lo niegue no cree en el Evangelio", le dijo San Juan Pablo II  en una ocasión al exorcista padre Gabriel Amorth y Santa Faustina Kowalska escribió por orden del Señor lo que vio en el infierno para que no se diga que no existe o que nadie ha estado allí.

Que tristeza que hoy día no se hable del él, no se le mencione ni en la Iglesia, la casa del Señor.

Pensemos seriamente qué queremos poblar: el cielo o el infierno. Satanás como está condenado en este último eternamente, nos odia tanto que no descansa ni de día, ni de noche hasta hacernos correr su misma suerte. 

No solo los sacerdotes sino todos como hijos de Dios debemos conocer y hablar de él sin miedo para defendernos de este feroz enemigo de Dios y nuestro, pues como ni se piensa ni se le conoce no lo notamos en nuestro diario vivir, el pasa desapercibido.


Cuando el Señor nos llame si somos pura carne y mundo (o sea de satanás) no nos podremos elevar hacia el Espíritu y pasaremos a vivir al lago de fuego, al castigo eterno y de allí no sale nadie.


Nuestro Señor escogió desde la eternidad a cada uno de sus sacerdotes que son centro de muchísimas almas. Es el deber de cada sacerdote hablar del infierno, es una obra de misericordia. Los sacerdotes pese a cualquier consecuencia deben hacerlo, deben advertir a las joyas de Dios (las almas) a los peligros a que están expuestos. 


Me entristece ver que rara vez los sacerdotes hablan o mencionan a su santo patrono: el Santo Cura de Ars. Deberían hacerlo pues este sacerdote de cuerpo incorrupto si que se mortificó, si que hablo y predico toda su vida del demonio y así salvo miles y miles de almas. Al que mas se le da mas se le exigirá.




PREDILECTAS DE LA AUTORA

REGLA DE DISCERNIMIENTO

"Ni la desesperación, ni la angustia, ni la tristeza,ni la pesadumbre, ni las ansiedades del alma vienen de Dios, vienen del demonio que le ataca su alma para que usted se desestabilice y no pueda acceder a las bendiciones de Dios".

De: san Ignacio de Loyola



LA DISERSIÓN SACERDOTAL

Hay cuatro razones principales por las que setenta y cinco mil sacerdotes han abandonado el sacerdocio:

1. Porque se han negado a orar cada día.
2. Porque no evitaron las ocasiones de pecado y olvidaron que la prudencia es la ciencia de los santos.
3. Porque no tuvieron la humildad y el valor de hacer confesiones santas y completas.
4. Porque vivían en pecado mortal y continuaban celebrando.
Si un sacerdote esta en estado de pecado mortal y celebra la Santa Misa es una misa sacrílega para el cuando recibe la comunión, en este estado realiza una comunión sacrílega. 
Entonces cómo puede un sacerdote en estado de pecado mortal predicar bajo la inspiración y fuerza del Espíritu Santo?  ¿Cómo puede predicar si está endemoniado?

De: Discurso impactante que provocó que obispos se confesaran (Padre Marcel Nault)




LA COMUNIÓN EN LA MANO

Respecto a la comunión en la mano, el Papa Juan Pablo II declara:  "¡Cuan elocuente nos habla el rito de la Unción de las manos de los sacerdotes en nuestra ordenación Latina, de que una gracia especial y el poder del Espíritu Santo son necesarios precisamente para las manos sacerdotales!  Tocar las sagradas especies y distribuirlas con sus propias manos es un privilegio de los ordenados".

De: Dominical Canae, 24 de Febrero 1980




EL SANTO ROSARIO

La cadena, con la que el gran Dragón debe ser atado, está formada por la oración hecha conmigo y por medio de Mí.
Esta oración es la del Santo Rosario.

De: La Virgen María al padre Stefano Gobbi

















¿POR QUÉ SER SACERDOTE? - SACERDOTES HEROES DE LA HUMANIDAD




SER SACERDOTE ES REALMENTE UNA AVENTURA APASIONANTE. Este corto presenta la vocación al ministerio sacerdortal como la oportunidad que tenemos para comprometer toda nuestra vida en una causa noble como es el hacer visible el Reino de Dios.


CADENA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES - VIDEO -



NIÑO MEXICANO DE 14 AÑOS ASESINADO POR CATÓLICO


JOSÉ (LUIS*) SÁNCHEZ DEL RÍO,
MÁRTIR MEXICANO.



Un testigo relató así sus últimos momentos:

"Fue capturado por las fuerzas del gobierno, que quisieron dar a la población civil que apoyaba a los cristeros un castigo ejemplar». Le pidieron que renegara de su fe en Cristo, so pena de muerte. José no aceptó la apostasía. Su madre estaba traspasada por la pena y la angustia, pero animaba a su hijo. Entonces le cortaron la piel de las plantas de los pies y le obligaron a caminar por el pueblo, rumbo al cementerio. Él lloraba y gemía de dolor, pero no cedía. De vez en cuando se detenían y decían: "Si gritas Muera Cristo Rey" te perdonamos la vida. "Di Muera Cristo Rey". Pero él respondía: "Viva Cristo Rey". Ya en el cementerio, antes de disparar sobre él, le pidieron por última vez si quería renegar de su fe. No lo hizo y lo mataron ahí mismo. Murió gritando como muchos otros mártires mexicanos ¡Viva Cristo Rey!".


Relato adicional




Nacimiento y ambiente familiar

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Mich. Hijo legítimo del señor Macario Sánchez Sánchez y de la señora María del Río, quienes engendraron y educaron cristianamente a sus hijos: Macario, Miguel, José y María Luisa. Los Sánchez del Río eran reconocidos como una de las familias principales del lugar, muy católicos y de rancio abolengo.

Fue bautizado en la Parroquia de Santiago Apóstol, el 3 de abril de 1913, sus padrinos fueron José E. Ramírez y Angelina Ramírez.

Hacía varios años que los Sánchez habían llegado de España y se habían acriollado en Sahuayo y los del Río eran de los importantes de Jiquilpan. Macario, el padre, era recto y noble, de convicciones firmes, se había convertido en un próspero ganadero y poseía un rancho en la sierra al sur de Jiquilpan llamado “El Moral”. Doña Mariquita, como cariñosamente la llamaban todos, era de corazón bondadoso y gran generosidad, se dedicaba a las labores del hogar y a la educación de sus hijos, como la mayoría de las mujeres en esa época.

Infancia

Recibió el sacramento de la confirmación con ocasión de una visita que hizo a la Parroquia de Santiago Apóstol en Sahuayo el Excmo. Sr. Dr. D. Ignacio Plasencia, obispo de Tehuantepec, durante los días 12, 13 y 14 de octubre de 1917. José tenía cuatro años y medio de edad y fue su padrino José del Río.

Vivió los primeros años de su vida de manera sencilla y tranquila, natural, como la de tantos niños de su edad, jugaba a las canicas, era un niño sano, de carácter agradable, inquieto y travieso, amable y muy sencillo, muy obediente y cariñoso con sus padres. Desde muy pequeño iba a la parroquia acompañado de su mamá y asistía al catecismo y a misa todos los domingos. Inició su instrucción primaria en Sahuayo, distinguiéndose por su bondad.

Debido a la inseguridad que en ese tiempo se suscitó por lo convulsionado del país, la familia Sánchez del Río cambió su lugar de residencia a Guadalajara, siendo José todavía niño y continuó sus estudios primarios en Guadalajara. Aproximadamente a la edad de nueve años hizo su primera comunión. Tenía una piedad natural, era muy grande su devoción a la Santísima Virgen de Guadalupe y rezaba con gusto el santo rosario.

Adolescencia

Al estallar la cristiada sus dos hermanos mayores, Macario y Miguel, se alistaron en las filas de defensa de la libertad religiosa, bajo el mando del Gral. Ignacio Sánchez Ramírez que comandaba las fuerzas cristeras de la región de Sahuayo. José no tenía todavía la edad suficiente para seguir el camino de sus hermanos mayores, pero con gran empeño estuvo solicitando que se le admitiera, a pesar de los consejos paternos que le hacían ver la poca utilidad que podían tener para la causa las acciones de un niño de poco más de trece años.

En Sahuayo el movimiento cristero tuvo buena acogida por todos los habitantes y los ricos, ocultamente, ayudaban con su aportaciones de dinero y armas aunque aparentaban ser gobiernistas. En todas las familias había alguno con las armas en las manos o era correo y repartidor de los escritos cristeros, el propósito era prestar toda la ayuda posible a la causa y lo hacían con alegría. Los sacerdotes ocultamente daban los auxilios espirituales a los fieles. Andaban escondidos de casa en casa con el peligro de ser fusilados, pero estuvieron siempre con la grey.

En Guadalajara y toda la región, el celo cristiano del Lic. Anacleto González Flores, activo miembro y líder de la A.C.J.M., jefe y guía de la Unión Popular, inflamaba a la juventud tapatía en fervor y deseos de entrega por defender la fe. Su cruel asesinato ocurrido el 1 de abril de 1927 fue motivo de gran duelo para todo el pueblo que a pesar de la represión y las amenazas se volcó a las calles para tributarle póstumo homenaje y para acompañarlo hasta su última morada.

Este hecho doloroso afianzó a José en su anhelo de dar su vida por defender la fe que le habían inculcado sus padres y durante una peregrinación que hizo a la tumba de Anacleto, pidió por su intercesión la gracia del martirio. A partir de ese momento su resolución fue firme y con más insistencia se propuso solicitar su admisión en las filas cristeras.

Al verlo tan resuelto, su madre se oponía a sus intentos porque lo veía todavía muy pequeño, pero José le respondió con gran sencillez: “Mamá, nunca como ahora es tan fácil ganarnos el cielo”. De nada valieron las razones que le daban para que desistiera de su empeño y siguió escribiendo para solicitar su admisión a algunos jefes cristeros. Nada logró hacer mella en él, al contrario, parecía que cada dificultad que le presentaban le daba más tenacidad para insistir en su deseo. Hasta que venció al amor paterno y le dieron la bendición.

Cristero

Ante la negativa del general cristero de la región de Sahuayo, en el verano de 1927, con ayuda de sus tías María y Magdalena, hermanas de su padre, emprendió el camino a Cotija para entrevistarse con el general cristero Prudencio Mendoza y hacerle su petición de viva voz. Providencialmente Dios le concedió un amigo que buscaba el mismo ideal, J. Trinidad Flores Espinosa, y en medio de mil peripecias juntos hicieron el viaje, logrando pasar los tres retenes antes de llegar al cuartel general, aunque en cada uno los vigilantes trataron de disuadirlos de sus propósitos diciéndoles que era mejor que se devolvieran porque para el movimiento no servirían por su juventud, que iban a ser un estorbo y que no aguantarían las vicisitudes.

El Gral. Mendoza los escuchó y les dijo que su edad no era todavía suficiente para optar por ese tipo de vida que era muy duro. Entonces José contestó que si no tenía fuerzas suficientes para cargar el fusil, ayudaría a los soldados quitándoles las espuelas, engrasando las armas, preparando la comida, pues sabía cocer y freír los frijoles, y también ayudaría a cuidar los caballos. Viendo la firmeza de su resolución y la sinceridad en su ofrecimiento, el Gral. Mendoza los admitió y los puso a las órdenes del jefe cristero Rubén Guízar Morfín que estaba al frente de las fuerzas que operaban por el rumbo de Cotija.

A partir de ese momento la ocupación de José fue servir y lo hizo siempre con una actitud de caridad y disponibilidad admirable que muy pronto se ganó la simpatía y la estima de todos. A pesar de su corta edad eran notables su fervor religioso y su intrepidez, por lo que una vez cumplidas las condiciones establecidas, aceptaron que se quedara al servicio de la causa.

En vista de que las autoridades civiles y militares perseguían y hacían daño a los familiares de los cristeros, José quiso que a partir de su unión a las tropas lo llamaran *José Luis para proteger a su familia que era conocida y de dinero. Por eso todos sus compañeros cristeros lo conocieron como José Luis.

Ya en el ejército experimentaron las inclemencias de la vida militar, pero perseveraron en su ideal y al poco tiempo J. Trinidad Flores Espinosa fue aceptado como miembro de la tropa de línea y como un signo de confianza el Gral. Guízar Morfín nombró a José su clarín para que estuviera a su lado transmitiendo sus órdenes a la gente y como abanderado de la tropa.

En un enfrentamiento que tuvieron las tropas cristeras con las federales del Gral. Tranquilino Mendoza, el 6 de febrero de 1928 al sur de la población de Cotija, casi lograron tomar prisionero al jefe cristero Guízar Morfín porque le mataron el caballo, pero José bajándose rápidamente del suyo en un acto heroico se lo ofreció diciéndole: “Mi general, tome usted mi caballo y sálvese, usted es más necesario y hace más falta a la causa que yo”. El Gral. Guízar Morfín pudo escapar, pero las tropas federales en esa escaramuza hicieron prisioneros a José Sánchez del Río y a un indito llamado Lorenzo. Los llevaron maniatados hasta Cotija en medio de golpes e injurias, “Vamos a ver que tan hombrecito eres”. José no dejó escapar ni un quejido y rezaba para fortalecer su espíritu y poder sobreponerse a las humillaciones y tormentos. En Cotija, el Gral. Guerrero perseguidor de los cristeros lo reprendió duramente por combatir contra el Gobierno y ordenó que se formara el cuadro de fusilamiento, pero antes le preguntó que si quería alistarse entre sus soldados, a lo que contestó José inmediatamente: “¡Primero muerto! Yo soy su enemigo, ¡fusíleme!”. El General lo mandó encerrar en la cárcel de Cotija. Ya en el calabozo, oscuro y maloliente, a José se le vino a la mente el recuerdo de su madre y pensando que podría estar preocupada por él, pidió papel y tinta para escribirle. Luego, de alguna manera logró hacerla llegar a su destino:«Cotija, lunes 6 de febrero de 1928. Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate este día. Creo en los momentos actuales voy a morir, pero nada importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios, yo muero muy contento, porque muero en la raya al lado de Nuestro Señor. No te apures por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes, diles a mis otros hermanos que sigan el ejemplo del más chico y tú haz la voluntad de Dios. Ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por la última vez y tú recibe por último el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba. José Sánchez del Río».

Al día siguiente martes 7 de febrero, los dos prisioneros fueron trasladados de Cotija a Sahuayo y puestos a disposición del diputado federal Rafael Picazo Sánchez, a quien comunicaron la sentencia que sobre ellos pesaba de pasarlos por las armas. Se les asignó como cárcel la Parroquia de Santiago Apóstol.

Al ver a José, Picazo le presentó varias oportunidades para huir, en primer lugar le ofreció dinero para que se fuera al extranjero y vivir allá, luego le propuso mandarlo al Colegio Militar para seguir la carrera en toda forma. José sin titubear rechazó todas las ofertas presentadas por su padrino.

Ante la circunstancias de la corta edad de José y de que su padre era un hombre de dinero, las autoridades políticas y militares consideraron la posibilidad de liberarlo a cambio de una fuerte cantidad de dinero. El diputado Picazo se inclinaba por dicho arreglo, dado que José era su ahijado y además tenía relaciones de amistad con la familia Sánchez del Río.

Los Picazo y los Sánchez del Río eran vecinos y se frecuentaban mucho, por eso especialmente el diputado Picazo no podía tolerar el hecho de que los tres hijos de sus compadres se hubieran levantado en armas en contra del supremo Gobierno que él representaba en la región.

“Dicen los que conocieron al diputado Rafael Picazo, que era un hombre muy valiente, pero soberbio y vengativo y no perdonaba que los hijos de don Macario se hubieran levantado en armas en contra del supremo Gobierno que él representaba en la región, por lo que había decidido que su ahijado muriera, pagaran o no el dinero de rescate. También se asegura que Rafael Picazo era un hombre contradictorio, pues por una parte ayudaba a combatir a los cristeros con todo su empeño y por la otra, costeaba el sostenimiento de un convento de religiosas. Dos hermanas suyas, Anita y Adela, de virtudes reconocidas y de vida ejemplar, fueron religiosas de la Congregación de Adoratrices Perpetuas y las dos llegaron a ser superioras de dicha comunidad”.

Así pues, se comunicó a don Macario la noticia de la detención de su hijo José y que le perdonarían la vida a cambio de entregar la cantidad de cinco mil pesos-oro. El afligido padre de inmediato viajó a Guadalajara con la intención de hacer todo lo que fuera posible por salvar la vida de su hijo y buscar la manera de reunir esa cantidad, echando mano de todos sus bienes si fuera necesario, porque no era fácil en ese tiempo juntar una suma semejante. Los familiares de José le avisaron que iban a pagar el rescate por su libertad, pero José les pidió por Dios no lo hicieran, que no se pagara por él ni un solo centavo porque él ya había ofrecido su vida a Dios.

Esa primera noche de prisión en la parroquia, José contempló con gran pena y honda tristeza el estado lamentable en que se encontraba la parroquia en poder del Gobierno. Ahí se verificaba todo tipo de desórdenes y libertinajes de la soldadesca, además servía de albergue al caballo del diputado Picazo y el presbiterio era el corral de sus finos gallos de pelea que los tenía amarrados al manifestador.

Ya entrada la noche, José logró desatarse las ligaduras de los brazos y se dedicó a matar los gallos de su padrino, además con un golpe certero cegó al caballo. Al terminar la faena se recostó en un rincón del templo y se durmió.

Al día siguiente, miércoles 8 de febrero, al enterarse Picazo de la matanza de sus gallos se presentó iracundo en el templo y enfrentándose a José le preguntó si sabía lo que había hecho, a lo que José respondió con aplomo: “La casa de Dios es para venir a orar, no para refugio de animales”. Picazo con rabia lo amenazó y José le respondió: “Estoy dispuesto a todo. ¡Fusílame para que yo esté luego delante de Nuestro Señor y pedirle que te confunda!”. Ante esta respuesta uno de los ayudantes de Picazo le dio un fuerte golpe a José en la boca que le tumbó los dientes.

Su muerte y la de Lázaro, su compañero de prisión, eran seguras. Cuando su tía María les envió el almuerzo, Lázaro no quería comer, pero José lo animó diciéndole: “Vamos comiendo bien, nos van a dar tiempo para todo y luego nos fusilarán. No te hagas para atrás, duran nuestras penas mientras cerramos los ojos”.

Ese mismo día a las 5:30 de la tarde sacaron a los dos prisioneros de la parroquia y los llevaron a la plaza principal al lado poniente donde colgaron a Lázaro de un cedro que estuvieron utilizando para las ejecuciones. José fue obligado a estar junto al árbol y presenciar la muerte de su amigo. Entonces se dirigió a los verdugos y con gesto enfático les dijo: “¡Vamos, ya mátenme!”. Luego, cuando creyeron muerto a Lázaro, bajaron el cuerpo y lo arrastraron al cementerio, ahí el encargado del panteón Luis Gómez les dijo que podían irse que él se encargaría del entierro, porque se había dado cuenta que todavía estaba vivo y quería salvarlo. Al caer la noche sacó del panteón a Lázaro con gran sigilo y le dijo que escapara a toda prisa. Así lo hizo logrando huir, pero unos días después volvió a unirse a las tropas cristeras.

En cuanto a José, sólo quisieron asustarlo y lo volvieron a encerrar en la parroquia. Lo tuvieron preso en el baptisterio y por la pequeña ventana que da a la calle se asomaba de vez en cuando para ver pasar a la gente. Algunas personas lo reconocían y a veces platicaban con él. Ellos aseguran que José estaba tranquilo y pasaba el tiempo rezando el rosario y cantando alabanzas a Dios.

El viernes 10 de febrero, cerca de las seis de la tarde, sacaron a José de la parroquia y lo trasladaron al Mesón del Refugio, situado por la calle Santiago frente a la parroquia, lo habían convertido en cuartel, ahí le anunciaron la cercanía de su muerte. De inmediato José pidió papel y tinta para escribir a su tía María agradeciéndole su apoyo y ayuda incondicional en la realización de su ideal y pidiéndole que le dijera a su tía Magdalena que le llevara esa misma noche la comunión como viático: “Sahuayo, 10 de febrero de 1928. Sra. María Sánchez de Olmedo. Muy querida tía: Estoy sentenciado a muerte. A las 8 y media se llegará el momento que tanto, que tanto he deseado. Te doy las gracias de todos los favores que me hiciste, tú y Magdalena. No me encuentro capaz de escribir a mi mamacita, si me haces el favor de escribirle a mi mamá y a María S. Dile a Magdalena que conseguí con el teniente que permitiera verla por último. Yo creo que no se me negará a venir. Salúdame a todos y tú recibe, como siempre y por último, el corazón de tu sobrino que mucho te quiere y verte desea. ¡Cristo vive, Cristo reina, Cristo impera! ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe! José Sánchez del Río que murió en defensa de su fe. No dejen de venir. Adiós”.

Y por fin llegó la hora del martirio. Cerca de las once de la noche le desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron del mesón y lo obligaron caminar a golpes por la calle de Constitución que en ese tiempo quedaba derecho al cementerio municipal. Los verdugos querían hacerlo apostatar a fuerza de crueldad inhumana, pero no lo lograron. Sus labios sólo se abrieron para gritar vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe. Los vecinos escuchaban con infinita pena los gritos llenos de valor y fervor cristiano que José lanzaba en medio de la noche: “¡Viva Cristo Rey!”.

Ya en el panteón viendo su fe y fortaleza que nos se amilanaba ante el tormento, el jefe de la escolta que presidía la ejecución ordenó a los soldados que apuñalaran el delgado cuerpo del adolescente para evitar que se escucharan los disparos en el pueblo. A cada puñalada José gritaba con más fuerza: “¡Viva Cristo Rey!”.

Luego el jefe de la escolta dirigiéndose a la víctima le preguntó por crueldad si quería enviarle algún mensaje a su padre. A lo que José respondió indoblegable: “¡Que nos veremos en el cielo! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Santa María de Guadalupe!”. En ese mismo momento para acallar aquellos gritos que lo enfurecían, él mismo sacó su pistola y le disparó en la cabeza. José cayó bañado en sangre, ahogando así el último grito de su jaculatoria ritual para la muerte. Eran las once y media de la noche del viernes 10 de febrero de 1928. Su cuerpo quedó sepultado sin ataúd y sin mortaja, recibió directamente las paleadas de tierra.

Tiempo después sus restos mortales fueron exhumados y trasladados a la cripta de los mártires del templo del Sagrado Corazón y en 1996 nuevamente fueron trasladados a la Parroquia de Santiago Apóstol, donde actualmente se encuentran entrando por la puerta principal al lado izquierdo a un costado de baptisterio, donde estuvo preso los días precedentes a su martirio.


FUENTE: catolicidad.com

VIDA CONSAGRADA - OBLATAS DE CRISTO SACERDOTE





El Servicio Audiovisual Diocesano del Arzobispado de Valencia ha realizado un reportaje sobre las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, congregación religiosa de vida contemplativa,dentro de las iniciativas puestas en marcha por el departamento con motivo del Año de la Vida Consagrada, durante 2015.


FUENTE: divinavocacion.blogspot.com

VIDA CONSAGRADA - ADORADORAS DEL CULTO EUCARÍSTICO Y SACERDOTAL DE JESUS




Las Adoradoras del Corazón Eucarístico y Sacerdotal de Jesús son una Asociación Pública de Fieles radicada en la Archidiócesis de Medellín (Colombia). A partir de la publicación de Ecclesia de Eucharistia del Beato Juan Pablo II, cuatro mujeres sintieron el llamado ante el Santísimo Sacramento de amar, adorar y reparar el Corazón de Jesús de forma perpetua en comunidad. En 2005 da inicio la vida comunitaria.

Las Hermanas Adoradoras quieren ser en la tierra la prolongación perenne de la oración sacerdotal de Jesús (Jn 17). Habiendo recibido el llamado de seguir a Cristo Casto, Pobre y Obediente, se reúnen para llevar vida contemplativa en comunidad de amor, adoración y reparación. Mediante una continua y amorosa entrega ofrecida con Cristo al Padre, las Adoradoras se ofrecen como hostias vivas por la santificación de los sacerdotes.

"Es bueno caminar por la fuerza de su Amor en sentido contrario a nuestras inclinaciones, sin otro placer ni contento sino el de no tener ninguno... El Corazón de Jesús es un tesoro oculto e infinito que no desea más que manifestarse a nosotros". (Sta. Margarita María)

Como Santa Patrona tienen a Santa Margarita María de Alacoque, la depositaria de las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús. Como ella, buscan concientizar los corazones de las personas para saciar la sed que el mismo Jesús tiene de ser amado en el Sacramento de su Amor, preparando adoradores en espíritu y en verdad. Las Adoradoras también realizan preciosos trabajos de bordado y confección de ornamentos litúrgicos. La Comunidad está presente en Colombia.


FUENTE: divinavocacion.blogspot.com/

LA SOTANA Y EL MALIGNO


Por Padre Juan Manuel Rodríguez 


Queridos hermanos,

El uso de la sotana por parte del sacerdote no es algo trivial que quede a gusto del propio sacerdote. Aunque así es en realidad, la caída en desuso de la sotana es una pérdida para la santidad del sacerdote, de la Iglesia y de los fieles; y un grandísimo éxito del enemigo infernal de la Santa Iglesia.

Quiero mostrarles una pequeña experiencia personal de la reacción del demonio ante la sotana. Es significativa. Me limito a transcribir las palabras oídas en una posesión, no todas por la dificultad de hacerlo, pero suficientes para caer en la cuenta de la importancia tan grande que tiene el hábito talar en la indumentaria del sacerdote.

El demonio al ver al sacerdote con sotana ve al Sumo y Eterno Sacerdote, el Señor. Por esta razón el enemigo quiere destrozar el rostro del sacerdote son sotana.

“Quemaría la sotana. Me revienta su nombre. Es algo insoportable. No la puedo mirar. Me queman los ojos. Es repugnante. Me queman los ojos ver dentro a un hombre (no puede decir la palabra sacerdote). Me entran ganas de vomitar, de escupirla. Si pudiera golpearlo en la cara lo haría (no en la sotana, no la puede tocar).

Lo quemaba, lo torturaba, lo lapidaría, lo flagelaría. Empezaría por el rostro, para que no quedara nada, empezaría por los ojos (el poder de la mirada. Una mirada puede salvar o condenar),

No me importa que lleven pantalones (no puede decir sacerdotes).”

El maligno blasfema contra el único Señor, Jesucristo, al ver la sotana. No repara en el sacerdote con pantalones. Si comprendiéramos los sacerdotes la enseñanza que el Maestro nos da, no habría tela en España para hacer sotanas.

Todo lo que dice el enemigo a través de la persona poseída está siempre bajo control del Padre Eterno, de lo contrario sería imposible seguir oyendo lo que la posesa dice. La ira y el desprecio es a tal punto que si puede mata al sacerdote.

Curiosamente al sublime desprecio de la sotana y de su color negro, se une el deprecio a la estola y al bonete. Desprecio a lo tradicional del sacerdote y de la Iglesia. Y aún le repugna más cuando el sacerdote lleva con orgullo la sotana.

Con la sotana, el maligno ve únicamente al sacerdote; pero cuando lo ve con pantalones sólo ve al sacerdote a medias, lo ve en el mundo. Por eso la reacción del maligno no es igual.

Por experiencia, al ir con sotana por la calle y al pasar cerca de ciertas personas, el maligno que llevan dentro se manifiesta, no pudiendo callar, haciendo espavientos con gestos o pronunciando palabras ofensivas. La sotana provoca como una “levantera” que saca de su escondite al maligno agazapado. Todo se resume como un “vómito”, que es lo que expulsa con los insultos.

¡Viva la sotana!


FUENTE: adelantelafe.com/

GABRIELE AMORTH: EL EXORCISTA MÁS FAMOSO DEL MUNDO



El padre Gabriele Amorth es uno de los exorcistas más famosos y polémicos del mundo, asegura que a lo largo de su carrera ha atendido más de 70.000 exorcismos. A él acuden los casos más difíciles, aquellos que no pueden ser resueltos por otros sacerdotes.


¿Quién es Gabriele Amorth?

Gabriele Amorth nació el 1 de Mayo de 1925 en Módena, Italia, luchó en la Segunda Guerra Mundial y en el año 1954 se ordenó como sacerdote católico. No fue sino hasta el año 1986 cuando se convierte oficialmente en exorcista.

Su maestro y guía en todo este proceso de aprendizaje fue Candido Amantini, de hecho fue junto a él cuando realizó su primer exorcismo en 1986. Asegura haber realizado por lo menos 70.000 exorcismos desde 1986 hasta 2010, indica que los mismos pueden durar desde varios minutos hasta largas horas.

¿Quiénes acuden al padre Gabriele Amorth? Personas poseídas con demonios tan fuertes que otros exorcistas católicos no han sido capaces de liberarlas. El padre asegura que las personas poseídas por el mal en realidad son muy pocas, pero definitivamente muchos de esos poseídos acuden a él con la esperanza que de los pueda ayudar.


“SOY EL ÚNICO EXORCISTA QUE TRABAJA SIETE DÍAS A LA SEMANA, DESDE LA MAÑANA HASTA LA TARDE, INCLUIDAS NOCHEBUENA Y SEMANA SANTA”

Siendo un hombre con tanta experiencia, Gabriele Amorth es capaz de diferenciar entre un verdadero poseído o una persona con problemas psiquiátricos. Hay algunos signos inequívocos que indican que la persona está verdaderamente poseída: aberración por los objetos católicos, así como también por el agua bendita y las oraciones, fuerza sobrenatural, conocimiento de otras lenguas, levitación.
Los métodos del padre Gabriele

El padre Gabriele explica que la creencia de la Iglesia Católica en el demonio está en franco descenso, cada vez hay menos exorcistas y verdaderos creyentes en que el mal y los demonios sí existen.

Amorth expresa su preocupación por un nuevo ritual de exorcismos aprobado por la Iglesia Católica, según sus propias palabras, el mismo:


“PROHÍBE ACTUAR EN CASO DE MALEFICIO, CUANDO EL 90 POR CIENTO DE LOS CASOS DE POSESIÓN DERIVAN PRECISAMENTE DE ALLÍ. PROHÍBE ACTUAR SI NO SE TIENE LA CERTEZA PREVIA DE LA ACCIÓN DIABÓLICA, CUANDO ESO SÓLO SE PUEDE COMPRENDER CUANDO SE ESTÁ ACTUANDO. POR SUERTE SIGUE VALIENDO EL VIEJO RITUAL. YO USO ESE, DE OTRA FORMAR TENDRÍA QUE RENUNCIAR”

¿Y en qué cosiste el ritual del padre Amorth? Lo primero que debe hacerse es exigirle al demonio que revele su nombre, ya que al hacerlo éste será mucho más vulnerable. Después de ello se debe preguntar el día que entró al cuerpo del afectado, los motivos y quién lo envió, a continuación inicia una serie de rezos y le exige al demonio que abandone el cuerpo de la persona. Estos rituales pueden durar desde minutos hasta horas o días, depende de la fuerza del demonio.

El más famoso de los exorcistas tiene ya 90 años y todavía continúa ayudando a muchas personas a recuperar su vida normal. Es el fundador de la Asociación Internacional de Exorcistas y actualmente es el presidente honorario de la misma, su aporte y experiencia en esta materia hace de Gabriele Amorth uno de los exorcistas de referencia en el mundo entero.


FUENTE: supercurioso.com/

CORONILLA POR LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS - VIDEO -





En la actualidad sabemos y sufrimos la falta de Santos Sacerdotes y Religiosos. Muchos Sacerdotes están siendo tentados por el demonio en infinidad de formas, para que abandonen la fe y se salgan de la Gracia de Dios, nuestra única arma es la Oración.


SAN CHARBEL MAKHLOUF


Ermitaño del rito maronita y primer santo oriental canonizado por la Sede Apostólica desde el siglo XIII.




Fiesta: 24 diciembre

Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima. Ejemplo de vida consagrada y de ermitaño.

Dios ha querido manifestar su gloria por medio de este humilde ermitaño. Gran cantidad de milagros ocurren por su intercesión. Numerosas de sus imágenes milagrosamente exudan aceite el cual se utiliza en la oración por los enfermos. Además de ser bien conocido en el Medio Oriente y en toda la Iglesia, en América es, particularmente venerado en México a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX. Su devoción se propaga en la actualidad muy rápido por el aumento de milagros. Parece que Dios desea utilizar este santo como signo de su deseo de unificar el Oriente con el Occidente.

"Yo tomaré de lo mas escogido del Cedro, de lo alto de sus ramas y le plantaré sobre un monte alto...Y dará fruto y llegará a ser un Noble Cedro" -Ezequiel 17:22-23


Breve historia y Oración a San Chárbel

Nació en el pueblo de Beqakafra, a 140km. del Líbano, capital libanesa, el 8 de mayo, de 1828. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, una piadosa familia campesina. Fue bautizado a los ocho días en la Iglesia de Ntra. Señora en su pueblo natal, recibiendo por nombre Yusef (José). A los tres años el padre de Yusef fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los egipcios y muere cuando regresaba a casa. Su madre cuida de la familia siendo gran ejemplo de virtud y fe. Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo con un hombre devoto quien eventualmente será ordenado sacerdote (en el rito maronita, hombres casados son elegibles al sacerdocio).

Yusef ayudó a su padrastro en el ministerio sacerdotal. Ya desde joven era ascético y de profunda oración. Yusef estudió en la pequeña escuela parroquial del pueblo. A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración. Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los pastizales para adentrarse en horas de oración. Por ello recibió muchas burlas de otros jóvenes pastores. Dos de sus tíos maternos eran ermitaños pertenecientes a la Orden Libanesa Maronita. Yusef acudía a ellos con frecuencia para aprender sobre la vida religiosa y el monacato en especial.


Vocación

A los 20 años de edad, Yusef es el sostén de su casa. Es el tiempo de contraer matrimonio pero el se siente llamado a otra vida. Después de tres años de espera, escuchó la voz del Señor: "Deja todo, ven y sígueme". Así, una mañana del año 1851 se dirige al convento de Ntra. Señora de Mayfouq, donde fue recibido como postulante. Al entrar en el noviciado renuncia a su nombre bautismal y escoge como nombre de consagración : Chárbel. 

Un tiempo mas tarde lo envían al Convento de Annaya, en donde profesó los votos perpetuos como monje en 1853. Lo enviaron inmediatamente al Monasterio de San Cypriano de Kfifen, donde realizó sus estudios de filosofía y teología, llevando una vida ejemplar de obediencia y observancia. Fue ordenado sacerdote el 23 de julio, de 1859 por Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de Paulo Massad. Al poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus superiores. Ahí pasó muchos años de vida ejemplar de oración y apostolado. Entre estos, el cuidado de los enfermos, el pastoreo de almas y el trabajo manual en cosas muy humildes.


Ermitaño

Chárbel recibió autorización para la vida ermitaña el 13 de febrero, de 1875 . Desde ese momento hasta su muerte, ocurrida en la ermita de los Santos Pedro y Pablo, la víspera de la Navidad del año 1898, se dedicó a la oración (rezaba 7 veces al día la Liturgia de las Horas), la ascesis, la penitencia y el trabajo manual. Comía una vez al día y llevaba silicio.


Muerte y milagros

El padre Chárbel alcanzó la celebridad después de su muerte. Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios: Su cuerpo se ha mantenido incorrupto, sin la rigidez habitual, con la temperatura de una persona viva. Suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El pueblo lo veneraba como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto. 

En 1950, al pasarle un amito por la cara, quedó impresa en la prenda el rostro de Cristo como en el Sudario de Turín. 
(Ver "Leyendas Negras de la Iglesia" por Vittorio Messori pg. 210).


Beatificación y Canonización

Dado al constante culto del pueblo, el Padre Superior General Ignacio Dagher solicitó al Papa Pío XI en 1925, la apertura del proceso de beatificación del P. Chárbel. Fue beatificado durante la clausura del Concilio Vaticano II, el 5 de diciembre, de 1965 por el Papa Pablo VI. El Papa dijo: "Un ermitaño de la montaña libanesa está inscrito en el número de los Bienaventurados... Un nuevo miembro de santidad monástica enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el pueblo cristiano. El puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios".

El 9 de octubre de 1977, durante el Sínodo Mundial de Obispos, el Papa canonizó al P. Chárbel con la siguiente proclama: "En honor de la Santa e Individua Trinidad, para la exaltación de la fe católica y promoción de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, después de madura deliberación y tras implorar intensamente la ayuda divina... decretamos y definimos que el beato Chárbel Majluf es SANTO, y lo inscribimos en el catálogo de los santos, estableciendo que sea venerado como santo con piadosa devoción en toda la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo."

Es el primer santo oriental desde el siglo XIII.


Oración

Dios, infinitamente santo y glorificado en medio de tus santos. Tú que inspiraste al santo monje y ermitaño Chárbel para que viviese y muriese en perfecta unión con Jesús Cristo, dándose la fuerza para renunciar al mundo y hacer triunfar desde su ermita, el heroísmo de sus virtudes monásticas: pobreza, obediencia y santidad. Te imploramos nos concedas la gracia de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.

Dios Todopoderoso, Tú que has manifestado el poder de la intercesión de San Chárbel a través de sus numerosos milagros y favores, concédenos la gracia que te imploramos por su intercesión (....) Amén. (Padrenuestro, Ave María y Gloria).



CORONILLA DE SAN CHARBEL

La coronilla está compuesta de cinco grupos de cuentas: tres rojas, una blanca y una azul. Cinco cuentas negras separan los grupos. Una medalla del santo conecta la coronilla acompañada de una cuenta blanca.


Orden de Recitación.

Al inicio de la Coronilla, en la primera cuenta blanca se recita la plegaria: "AlPadre de la verdad". Esta es la más bella y querida plegaria de la Misa maronita. Es un poema de S. Jacobo de Sarug del siglo V. 


Plegaria al Padre de la Verdad

Padre de la verdad, he aquí a tu Hijo, víctima agradable a ti. Acéptalo, Padre,ya que ha muerto por mí. He aquí su Sangre derramada en el Gólgota por mi salvación. Ella clama por mi. Por sus méritos acepta mi oblación. Siendo tantos mis pecados mucho mas grande es tu misericordia.

Cuando es puesta en una balanza, tu misericordia sobrepasa el peso de los grandes montes, esos que solo tú conoces. Considera el pecado y considera la propiciación; el sacrificio de la Víctima excede a las deudas.Tu Amado Hijo sufrió los clavos y la lanza por mis pecados, por lo tanto con sus sufrimientos satisface mi deuda y me da vida. 

Gloria al Padre que envió a su Hijo por causa nuestra. Adoración al Hijo que a todos redimió por su crucifixión. Alabanza al Espíritu por quien fue consumado el misterio de nuestra salvación. Bendito sea quien nos vivificó, por su Amor. ¡A Él sea la gloria!

En cada cuenta negra recitar un Padre Nuestro.

Las cuentas rojas representan los votos de pobreza, de castidad y de obediencia. Virtudes por las cuales los religiosos se unen a la pasión de Cristo.

En el primer grupo de cuentas rojas recitar tres "Ave Marías" en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de pobreza.

En el segundo grupo de cuentas rojas recitar las tres "Ave María" en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de castidad.

En el tercer grupo de cuentas rojas recitar las tres "Ave María" en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de obediencia.

Las cuentas blancas simbolizan la devoción de San Charbel a la Sagrada Eucaristía. Oramos pidiendo que por su intercesión, crezcamos en amor a Jesús Eucarístico.

Se rezan tres Ave Marías.

Las cuentas azules simbolizan el amor y la devoción que San Charbel tenía a Ntra. Stsma. Madre. Que por su intercesión crezcamos en devoción a la Virgen. 
Se rezan tres Ave Marías.

Concluir la coronilla, en la medalla de S. Chárbel, con la oración para obtener gracias especiales.

Oración:

Dios infinitamente santo y glorificado en tus santos, Tú inspiraste a San Chárbel a llevar una vida de unión perfecta con tu Hijo Jesucristo, según el Evangelio, y a desprenderse del mundo viviendo con heroísmo las virtudes monásticas: pobreza, obediencia y castidad, concédenos, te rogamos, la gracia de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.

Señor Dios Todopoderoso, Tú que has manifestado el poder de la intercesión de San Chárbel a través de sus numerosos milagros y favores, como la conversión concédenos hoy la gracia que imploramos...................por su poderosa intercesión. Amén


corazones.org

PRESENCIA DE MARÍA EN EL MISTERIO DE LA LITURGIA - 3


Recopilación de conocereisdeverdad.org

«María, mi amadísima Madre, dame tu corazón tan bello, tan puro, tan inmaculado, tan lleno de amor y de humildad, para que pueda recibir a Jesús como tu lo hiciste e ir rápidamente a darlo a los demás». Beata Teresa de Calcuta.


¡María fue santa, María fue dichosa! Pero más importante es la Iglesia que la misma Virgen María. ¿Por qué? Porque María es parte de la Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero un miembro de la totalidad del cuerpo... Por tanto, amadísimos hermanos, prestad atención a vosotros mismos: también vosotros sois miembros de Cristo, cuerpo de Cristo (1 Co 12,27). ¿Cómo lo sois? Poned atención a lo que el mismo Cristo dice: “Estos son mi madre y mis hermanos “ ¿Cómo seréis madre de Cristo? “El que escucha y cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”.





Naturaleza del culto mariano
Catequesis de Juan Pablo II (22-X-1997)

1. El concilio Vaticano II afirma que el culto a la santísima Virgen «tal como ha existido siempre en la Iglesia, aunque del todo singular, es esencialmente diferente del culto de adoración, que se da al Verbo encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo, pero lo favorece muy poderosamente» (Lumen gentium, 66).

Con estas palabras la constitución Lumen gentium reafirma las características del culto mariano. La veneración de los fieles a María, aun siendo superior al culto dirigido a los demás santos, es inferior al culto de adoración que se da a Dios, y es esencialmente diferente de éste. Con el término «adoración» se indica la forma de culto que el hombre rinde a Dios, reconociéndolo Creador y Señor del universo. El cristiano, iluminado por la revelación divina, adora al Padre «en espíritu y en verdad» (Jn 4,23). Al igual que al Padre, adora a Cristo, Verbo encarnado, exclamando con el apóstol Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20,28). Por último, en el mismo acto de adoración incluye al Espíritu Santo, que «con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria» (DS, 150), como recuerda el símbolo niceno-constantinopolitano.

Ahora bien, los fieles, cuando invocan a María como «Madre de Dios» y contemplan en ella la más elevada dignidad concedida a una criatura, no le rinden un culto igual al de las Personas divinas. Hay una distancia infinita entre el culto mariano y el que se da a la Trinidad y al Verbo encarnado.

Por consiguiente, incluso el lenguaje con el que la comunidad cristiana se dirige a la Virgen, aunque a veces utiliza términos tomados del culto a Dios, asume un significado y un valor totalmente diferentes. Así, el amor que los creyentes sienten hacia María difiere del que deben a Dios: mientras al Señor se le ha de amar sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (cf. Mt 22,37), el sentimiento que tienen los cristianos hacia la Virgen es, en un plano espiritual, el afecto que tienen los hijos hacia su madre.

2. Entre el culto mariano y el que se rinde a Dios existe, con todo, una continuidad, pues el honor tributado a María está ordenado y lleva a adorar a la santísima Trinidad.

El Concilio recuerda que la veneración de los cristianos a la Virgen «favorece muy poderosamente» el culto que se rinde al Verbo encarnado, al Padre y al Espíritu Santo. Asimismo, añade, en una perspectiva cristológica, que «las diversas formas de piedad mariana que la Iglesia ha aprobado dentro de los límites de la doctrina sana y ortodoxa, según las circunstancias de tiempo y lugar, y según el carácter y temperamento de los fieles, no sólo honran a la Madre. Hacen también que el Hijo, Creador de todo (cf. Col 1,15-16), en quien "quiso el Padre eterno que residiera toda la plenitud" (Col 1,19), sea debidamente conocido, amado, glorificado, y que se cumplan sus mandamientos» (Lumen gentium, 66).

Ya desde los inicios de la Iglesia, el culto mariano está destinado a favorecer la adhesión fiel a Cristo. Venerar a la Madre de Dios significa afirmar la divinidad de Cristo, pues los padres del concilio de Éfeso, al proclamar a María Theotókos, «Madre de Dios», querían confirmar la fe en Cristo, verdadero Dios.

La misma conclusión del relato del primer milagro de Jesús, obtenido en Caná por intercesión de María, pone de manifiesto que su acción tiene como finalidad la glorificación de su Hijo. En efecto, dice el evangelista: «Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos» (Jn 2,11).

3. El culto mariano, además, favorece, en quien lo practica según el espíritu de la Iglesia, la adoración al Padre y al Espíritu Santo. Efectivamente, al reconocer el valor de la maternidad de María, los creyentes descubren en ella una manifestación especial de la ternura de Dios Padre.

El misterio de la Virgen Madre pone de relieve la acción del Espíritu Santo, que realizó en su seno la concepción del niño y guió continuamente su vida.

Los títulos: Consuelo, Abogada, Auxiliadora, atribuidos a María por la piedad del pueblo cristiano, no oscurecen, sino que exaltan la acción del Espíritu Consolador y preparan a los creyentes a recibir sus dones.

4. Por último, el Concilio recuerda que el culto mariano es «del todo singular» y subraya su diferencia con respecto a la adoración tributada a Dios y con respecto a la veneración a los santos.

Posee una peculiaridad irrepetible, porque se refiere a una persona única por su perfección personal y por su misión.

En efecto, son excepcionales los dones que el amor divino otorgó a María, como la santidad inmaculada, la maternidad divina, la asociación a la obra redentora y, sobre todo, al sacrificio de la cruz.

El culto mariano expresa la alabanza y el reconocimiento de la Iglesia por esos dones extraordinarios. A ella, convertida en Madre de la Iglesia y Madre de la humanidad, recurre el pueblo cristiano, animado por una confianza filial, a fin de pedir su maternal intercesión y obtener los bienes necesarios para la vida terrena con vistas a la bienaventuranza eterna.

[L´Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 24-X-1997]


CRISTO ES EL ALFA Y OMEGA ETERNO Y TOTAL 2 [RECOPILACIÓN]


Tomado de conocereisdeverdad.org


Christus heri et hodie, principium et finis, alpha et omega... «Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos» (Misal romano, preparación del cirio pascual).

El Verbo eterno, al hacerse hombre, entró en el mundo y lo acogió para redimirlo. Por tanto, el mundo no sólo está marcado por la terrible herencia del pecado; es, ante todo, un mundo salvado por Cristo, el Hijo de Dios, crucificado y resucitado. Jesús es el Redentor del mundo, el Señor de la historia. Eius sunt tempora et saecula: suyos son los años y los siglos. Por eso creemos que, al entrar en el tercer milenio junto con Cristo, cooperaremos en la transformación del mundo redimido por él. Mundus creatus, mundus redemptus.

Desgraciadamente, la humanidad cede a la influencia del mal de muchos modos. Sin embargo, impulsada por la gracia, se levanta continuamente, y camina hacia el bien guiada por la fuerza de la redención. Camina hacia Cristo, según el proyecto de Dios Padre.

«Jesucristo es el principio y el fin, el alfa y la omega. Suyo es el tiempo y la eternidad»




El Dios de nuestra fe

1. En las catequesis del ciclo anterior he tratado de explicar qué significa la frase: "Yo creo"; qué quiere decir: "creer como cristiano". En el ciclo que ahora comenzamos, deseo concentrar la catequesis sobre el primer artículo de la fe: "Creo en Dios" o, más plenamente: "Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador...". Así suena esta primera y fundamental verdad de la fe en el Símbolo Apostólico. Y casi idénticamente en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano: "Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador...". Así el tema de las catequesis de este ciclo será Dios: el Dios de nuestra fe. Y puesto que la fe es la respuesta a la Revelación, el tema de las catequesis siguientes será ese Dios, que se ha dado a conocer al hombre, al cual "ha revelado a Sí mismo y ha manifestado el misterio de su voluntad" (Cfr. Dei Verbum , 2).

2. De este Dios trata el primer artículo del "Credo". De El hablan indirectamente todos los artículos sucesivos de los Símbolos de la fe. En efecto, están todos unidos de modo orgánico a la primera y fundamental verdad sobre Dios, que es la fuente de la que derivan. Dios es "el Alfa y el Omega" (Ap 1, 8): El es también el comienzo y el término de nuestra fe. Efectivamente, podemos decir que todas las verdades sucesivas enunciadas en el "Credo" nos permiten conocer cada vez más plenamente al Dios de nuestra fe, del que habla el artículo primero: Nos hacen conocer mejor quién es Dios en Sí mismo y en su vida íntima. En efecto, al conocer sus obras —la obra de la creación y de la redención—, al conocer todo su plan de salvación respecto del hombre, nos adentramos cada vez más profundamente en la verdad de Dios, tal como se revela en la Antigua y la Nueva Alianza. Se trata de una revelación progresiva, cuyo contenido ha sido formulado sintéticamente en los Símbolos de la fe. Al ir desplegándose los artículos de los Símbolos adquiere plenitud de significado la verdad expresada en las primeras palabras: "Creo en Dios". Naturalmente, dentro de los límites en los que el misterio de Dios es accesible a nosotros mediante la Revelación.

3. El Dios de nuestra fe, Aquel que profesamos en el "Credo", es el Dios de Abraham, nuestro Padre en la fe (Cfr. Rom 4, 12-16). Es "el Dios de Isaac y el Dios de Jacob", es decir, de Israel (Mc 12, 26 y par.), el Dios de Moisés, y finalmente y sobre todo es "Dios, Padre de Jesucristo" (Rom 15, 6). Esto afirmamos cuando decimos: "Creo en Dios Padre...". Es el único e idéntico Dios, del que nos dice la Carta a los Hebreos que "muchas veces y en muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por ministerio de los profetas; últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo..." (Heb 1, 1-2). El, que es la fuente de la palabra que describe su progresiva auto-manifestación en la historia, se revela plenamente en el Verbo Encarnado, Hijo eterno del Padre. En este hijo —Jesucristo— el Dios de nuestra fe se confirma definitivamente como Padre. Como tal lo reconoce y glorifica Jesús que reza: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra..." (Mt 11, 25), enseñando claramente también a nosotros a descubrir en este Dios, Señor del cielo y de la tierra, a "nuestro" Padre (Mt 6, 9).

4. Así, el Dios de la Revelación, "Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Rom 15, 6) se pone frente a nuestra fe como un Dios personal, como un "Yo" divino inescrutable ante nuestros "yo" humanos, ante cada uno y ante todos. Es un "Yo" inescrutable, sí, en su profundo misterio, pero que se ha "abierto" a nosotros en la Revelación, de manera que podemos dirigirnos a El como al santísimo "Tú" divino. Cada uno de nosotros es capaz de hacerlo porque nuestro Dios, que abraza en Sí y supera y transciende de modo infinito todo lo que existe, está muy cercano a todos, y más aún, íntimo a nuestro más íntimo ser: "Interior intimo meo", como escribe San Agustín (Confesiones, libro III, cap. VI, 11: PL 32, 687).

5. Este Dios, el Dios de nuestra fe, Dios y Padre de Jesucristo, Dios y Padre nuestro, es al mismo tiempo el "Señor del cielo y de la tierra", como Jesús mismo lo invocó (Mt 11, 25). En efecto, El es el creador.

Cuando el Apóstol Pablo de Tarso se presenta ante los atenienses en el Areópago, proclama: "Atenienses, ... al pasar y contemplar los objetos de vuestro culto (= las estatuas de los dioses venerados en la religión de la antigua Grecia), he hallado un altar en el cual está escrito: "al Dios desconocido". Pues ese que sin conocerle veneráis es el que yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, ese, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por mano del hombre, ni por las manos humanas es servido, como si necesitase algo, siendo El mismo quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. El ... fijó las estaciones y los confines de las tierras por ellos habitables, para que busquen a Dios y siquiera a tientas le hallen, que no está lejos de cada uno de nosotros, porque en El vivimos, nos movemos y existimos..." (Act 17, 23-28).

Con estas palabras Pablo de Tarso, el Apóstol de Jesucristo, anuncia en el Areópago de Atenas la primera y fundamental verdad de la fe cristiana. Es la verdad que también nosotros confesamos con las palabras: "Creo en Dios (en un solo Dios), Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra". Este Dios —el Dios de la Revelación— hoy como entonces sigue siendo para muchos "un Dios desconocido". Es aquel Dios que muchos hoy como entonces "buscan a tientas" (Act 17, 27). El es el Dios inescrutable e inefable. Pero es Aquel que todo comprende; en "El vivimos y nos movemos y existimos" (Act 17, 28). A este Dios trataremos de acercarnos gradualmente en los próximos encuentros. 24.07.1985.


POCA REVERENCIA - POCA HUMILDAD (VIDEO)








ADVERTENCIAS DEL MAS ALLA A LA IGLESIA CONTEMPORANEA

Parte 20

Por el Padre Arnold Renz

LA DEVOCIÓN A LA SANTA VIRGEN



J: La congregación Mariana, era buena.  Pero ahora ya no es buena. En los lugares en que existe todavía ya no es buena, y por otra parte no existe ya en casi ningún sitio, porque en gran parte se ha eliminado a la Santa Virgen de las Iglesias. Solamente muy pocas personas obran según su voluntad y sus deseos. Hay pocos que la imiten, y aun menos que practiquen la perfecta devoción según San Grignion de Montfort. Hay que decir que es difícil. La perfecta devoción y la entrega de sí mismo no es fácil. Nosotros queremos impedir todo eso. Para las gentes, eso sería la mejor cosa que se puede hacer; por lo menos una de las mejores. Ella (señala hacia lo alto) tiene gran poder, protege a sus hijos como me hubiera protegido a mí, si solamente lo hubiera querido (suspira de desesperación).

E:  ¡Continúa diciendo la verdad Judas Iscariote! Lucifer no te debe hacer daño ni impedirte hablar.  ¡Di lo que la Santísima Virgen quiere decirnos por tu mediación! ¿Tienes que hablar por orden suya, en nombre de...!

E: ¡Lucifer, no debes hacerle daño a Judas Iscariote, ni estorbarle, par que pueda hablar!

J: No se las oye más que una vez cada año bisiesto: y si se oye una, es una canción que no va a lo profundo del alma, que no causa reacción.  Eso es una gran ventaja para nosotros, ya que por los cánticos a la Santa Virgen, muchos se han salvado o han vuelto a tener mejores pensamientos. Tomemos por ejemplo el cántico "Para amar a María" ("María zu heben"). Se dice: "Tú eres la Madre, tu hijo quiero ser; a ti sola, en la vida y en la muerte, pertenecer". (Suspira lamentablemente). No, eso no quiero decirlo.

E: ¡Di la verdad en nombre de...!

J: ¡Quiero callarme!

E: ¡Por orden de la Santa Virgen, es necesario que hables, en nombre de...!

J: Quiero callarme... Muchos de los textos alemanes han sido ya cambiados por los obispos. El cántico: "Milde Konigin, gedenke" (Recuérdate, dulce Reina) es también uno de los que tememos, porque contiene la hermosa frase: "¿El mas pobre de tus hijos, debería abandonarte sin ser socorrido?" Esto ha llevado a muchos a tener buenos pensamientos, o los ha retenido en el último momento. Y también cuando se dice: "Mírame, pobre y gran pecador"... Pero para nosotros, en el infierno, es bueno que ya no se cante más; es bueno, es más que bueno.

E: ¡Di la verdad por orden de la Santísima Virgen, y solamente lo que quiere la Santísima Virgen!

J: Y además, los cánticos al Santo Sacramento: "Kommet lobet ohne End" (Venid y alabad sin fin); "Oh Stern im Meere, Furstin der Liebe" (Estrella de los mares, Soberana del amor). Hay y habría cientos de cánticos hermosos y buenos. Pero la Iglesia moderna sabe perfectamente, es decir, que nosotros sabemos muy bien lo primero que debemos destruír en la Iglesia Católica. Estamos obligados a hacerlo, el viejo (Lucifer) lo quiere, el viejo habla, el viejo lo reclama. Ahora hemos llegado por fin, hemos llegado a lo que queríamos. Se ha llegado a un punto culminante. Nos encontramos en el punto culminante. En su cumbre ya solamente falta la advertencia. La advertencia falta todavía.




SAN TEODORO DE HERACLEA -




Mártir, 7 de febrero 

Martirologio Romano: En Amasea, en el Helesponto, pasión de san Teodoro, soldado, que bajo el emperador Maximiano, por confesar que era cristiano, fue terriblemente azotado, recluido en la cárcel y finalmente quemado vivo. San Gregorio de Nisa cantó las alabanzas de este santo en un célebre elogio. († 306)


Breve Biografía

Uno de los mártires orientales provenientes del mundo de la milicia. Fue capitán de soldados. Hizo honor a su nombre -Teodoro es Adorador de Dios- con el testimonio de su sangre derramada. Ejerce el mando en tiempos del emperador Licinio. Murió mártir, en Heraclea, por el año 319, defendiendo la fe y sabiendo anteponer a su lealtad de soldado la preeminencia de obedecer a Dios.

El resto es otro cantar. Muchos consideran los relatos como producto de la fábula que se hace en torno a su persona y a su entrega; puede que tengan razón. Siendo sinceros, también nosotros encontramos dificultades para aceptar el relato tal cual nos lo entrega el tiempo sin pasarlo por la criba de la historia que lo purifique. Muy probablemente hay elementos del relato bordados en el telar de la leyenda.

Porque dicen que pasaba su valiente vida librando las tierras de alimañas, monstruos y dragones. Y donde se resalta su condición de hombre de fe es en una de las caminatas que hacía el emperador visitando el imperio, revisando sus fuerzas militares y comprobando el estado de las posiciones. En esta ocasión, lleva consigo todas las imágenes idolátricas de los dioses romanos. Son ricas y minuciosamente trabajadas por los artistas palatinos. Quiere donarlas a sus tropas para que le sirvan de protección en las campañas.

El capitán Teodoro hace los honores del recibimiento. Luego, de modo ingenuo y servicial, pide permiso al emperador para que las estatuas de los dioses paganos sean depositadas en las dependencias de su casa con el pretexto de custodiarlas y perfumarlas. Así -asegura con pillería- estarán más vistosas a la hora de ser presentadas al gran público. Y lo más ocurrente que resuelve es destruir las imágenes de los dioses falsos, obtener el oro que las recubre y posteriormente donarlo a los pobres para que remedien sus miserias.

¡Claro que con su actuación alegre y decidida da un testimonio de dónde tiene puestos sus valores y de en quién tiene depositada su fe! Pero le valió el martirio por degüello precedido de incontables tormentos que ya están previstos en los relatos de las actas martiriales tardías. Sí, se habla de sus muchas heridas sanadas por ángeles y de conversiones multitudinarias de testigos presenciales al comprobar su firmeza hasta el último momento de su muerte.

En el cielo nos encontraremos con Teodoro, el capitán de Heraclea y, si lo cree oportuno, nos contará la verdad de lo que pasó. No deja por ello de animar nuestra existencia conocer lo que los ancestros dijeron de este intrépido santo soldado pícaro, queriendo personificar en él que la fe no está reñida con el sentido práctico y que la valentía profesional debe acompañar a la fortaleza que da la entrega a Dios.

¿Existen dos santos Teodoro?

En el siglo IX tan sólo existía la devoción a un santo con este nombre, pero luego otro Teodoro aparece, este no es soldado sino general, quien habría muerto en Heraclea en tiempos de Licinio el 7 de febrero, también él enterrado en Euchaita el 3 de junio. Esta doble historia, del que fuera tal vez un único mártir, dio como origen a un doble florecimiento de leyendas que han sido escritas en griego, latín y otras lenguas orientales y que influyeron a su vez en los días de sus conmemoraciones.

Los bizantinos recuerdan al Teodoro general el 8 de febrero mientras el soldado el 17 de febrero. En los martirologios occidentales en cambio el general es recordado el 7 de febrero y el soldado el 16 del mismo mes.

Todo el asunto ha sido cuidadosamente estudiado por el padre H. Delehaye en su libro "Las Leyendas griegas de militres santos" (1909). En su opinión solo hubo un Teodoro, probablemente mártir y posiblemente soldado de profesión. Parece ser que su culto comenzó hace mucho tiempo en Euchaita, una población pequeña en el Helesponto y que desde ahí se difundió a otras partes. Poco a poco, algunos hagiógrafos fueron introduciendo muchos detalles ficticios y contradictorios en su historia, sin preocuparse en absoluto de si lo que escribían se apegaba a la verdad histórica. Con el tiempo las divergencias llegaron a ser tan notorias, que fue necesario recurrir a la hipótesis de dos San Teodoros diferentes: el Stratelates (el general) y el de Tiro (el soldado), pero aun así sus biografías se sobreponen y no puede sacarse gran cosa en claro. Uno de los elementos fabulosos introducidos en ciertas versiones de la historia, es la lucha con un dragón. Este detalle aparece en la leyenda de san Teodoro mucho antes que en la de san Jorge. Por eso no es raro encontrar imágenes y cuadros en los que aparece montado a caballo, traspasando al dragón con una lanza, lo que se presta a identificarlo erróneamente. La idea de distinguir a los dos Teodoros parece que se le había ocurrido a alguno mucho antes de lo que el padre Delehaye supone. En una homilía armenia que F. C. Conybeare atribuye al siglo cuarto, ya se les considera distintos; y Mons. Wilper ha reproducido un mosaico que colocó el Papa Félix IV (526-530) en la iglesia de san Teodoro en el Palatino, en donde se representa a nuestro Salvador sentado; mientras que san Pedro le presenta por un lado a un san Teodoro, y san Pablo le presenta al otro san Teodoro por el otro.

De todos modos, es posible de que se trate de la misma persona conmemorada en dos días diferentes.


FUENTE: catholic.net

¿QUÉ ES LA CUARESMA?




La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.


40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.


FUENTE: aciprensa.com

DESCUBRIENDO A LA VIRGEN MARÍA - POR MARINO RESTREPO -




Algunas anotaciones 

¿Cómo se descubre a María? Descubriendo la Eucaristía, porque la Eucaristía es Jesús y para descubrir a María tenemos que encontrar el sentido del espíritu y el sentido del espíritu se reconoce en la transubstansiación, allí se reconoce. Si no reconoces eso, quedas huérfano y por eso en parte del Cristianismo hay una orfandad porque rechazaron la Eucaristía y al perder la Eucaristía se pierde la fuerza mística de la Iglesia. Y ¿Cuál es la fuerza mística de la Iglesia? La tradición sagrada, la divina Liturgia, el orden de los 7 Sacramentos que representan los 7 espíritus que están permanentemente en presencia del Señor. Y representan también infinito porque “siete” es un número que representa “no tiene fin” “así que es ilimitado. 


El Señor se recibe en el espíritu primero. Para que la Palabra tenga vida el hombre tiene que ser espiritual. De lo contrario será pura razón. Y la razón lo convertirá en un argumento permanente, será un hablador, un profetizador de fábulas, de argumentos. Nunca descubrirá la verdadera presencia del espíritu en la Iglesia ni en la Palabra. 


El sentido de descubrir a María en nuestro corazón es descubrir la Iglesia y la Iglesia es la obediencia a la tradición sagrada sin negociarla y saber que el Espíritu Santo habla a través de los siglos a la Iglesia. ¿Dónde probó Jesús eso? En San Pablo. Después que se fue al cielo lo tumbó del caballo y le dio la misma sabiduría que a los demás. ¿Para qué? Para mostrarnos que seguía vivo entre nosotros y que iba a seguir hablándole a la Iglesia. 


Descubrir a María es descubrir la Iglesia y descubrir la Iglesia es descubrir a Jesús y descubrir a Jesús es vivir la Eucaristía. Y vivir la Eucaristía es vivir en perfecto arrepentimiento porque si no hay un acto de contrición perfecto no hay Eucaristía. Porque para poder que el misterio de la transubstansiación realmente se descubra en nuestro corazón como los discípulos de Emaús descubrieron a Jesús al partir el Pan tiene que haber un acto de contrición perfecto, tiene que haber arrepentimiento y el arrepentimiento comienza en la humildad, en la obediencia, en arrodillarnos y reconocer que no sabemos nada, que no somos nada, que somos vasijas de barro y que lo único que hay en nosotros que es verdad es la cantidad de Dios que podamos acumular.


CRISTO ES EL ALFA Y OMEGA ETERNO Y TOTAL 1 [RECOPILACIÓN]


Tomado de conocereisdeverdad.org

Christus heri et hodie, principium et finis, alpha et omega... «Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos» (Misal romano, preparación del cirio pascual).

El Verbo eterno, al hacerse hombre, entró en el mundo y lo acogió para redimirlo. Por tanto, el mundo no sólo está marcado por la terrible herencia del pecado; es, ante todo, un mundo salvado por Cristo, el Hijo de Dios, crucificado y resucitado. Jesús es el Redentor del mundo, el Señor de la historia. Eius sunt tempora et saecula: suyos son los años y los siglos. Por eso creemos que, al entrar en el tercer milenio junto con Cristo, cooperaremos en la transformación del mundo redimido por él. Mundus creatus, mundus redemptus.

Desgraciadamente, la humanidad cede a la influencia del mal de muchos modos. Sin embargo, impulsada por la gracia, se levanta continuamente, y camina hacia el bien guiada por la fuerza de la redención. Camina hacia Cristo, según el proyecto de Dios Padre.

«Jesucristo es el principio y el fin, el alfa y la omega. Suyo es el tiempo y la eternidad».


CRISTO ES EL «ALFA Y OMEGA» ETERNO Y TOTAL


Ap 22, 12-14. 16-17. 20

El Apocalipsis es un mensaje dirigido a la Iglesia de los últimos tiempos. El Señor viene en seguida. Por tanto es necesario perseverar en la fidelidad de la fe. La semilla del bien, como la del mal, está madurando, llega el tiempo de la cosecha.

La venida del Señor se anuncia bajo el signo del poder, como juez. Es un anuncio en la línea de Is 40, 14. Viene para dar a cada uno su salario. Para justificar su actuación se pone de relieve la autoidentificación de Cristo con Dios. Usa la misma fórmula que en 1,8. Las afirmaciones del v. 16 indican la posición de Jesús en la historia de la salvación. Es el Mesías prometido que provoca la respuesta ansiosa de los destinatarios.

El profeta se hace portavoz de la esposa y el Espíritu le impulsa a gritar: "Ven". El concepto fundamental, incluso desde el punto de vista meramente estadístico, es el de "venir". "Vengo en seguida", dice el Señor; "ven" grita la comunidad...
Así se expresa la relación de la joven comunidad con Cristo. La Iglesia sabe que el tiempo que le queda es breve y vive en tensión y ansia por la venida del amado.

Pero la espera de este acontecimiento se había amortiguado poco a poco. En la historia de la Iglesia la escatología se ha marginado de la conciencia del pueblo. El retorno del Señor casi se ha borrado del programa de la fe. El grito de "ven, Señor" no se toma en serio. ¿El profeta del Apocalipsis si viviera hoy se atrevería a proclamar "ven, Señor Jesús"? Parece que la actitud de espera ha dado lugar a la de cumplimiento.

La expresión "soy el alfa y la omega" en griego suena igual que para nosotros decir "esto es el abecé" de algo. ¿Es verdad que Cristo es el "abecé´ de la vida cristiana? Parece que nos solucionamos bien la vida sin él.

Jesús anuncia por segunda vez en esta última visión del Apocalipsis su inminente venida. Cuando venga sobre las nubes dará a cada uno su recompensa (11, 18; Is. 40, 10). Y aunque el premio será esencialmente el mismo para todos los santos, habrá diferencias según sean las las obras de cada uno (2, 23; 20, 12 ss.; Mt. 16, 27; Romanos 2, 6). Como Dios (1, 8; 21, 6), dice también Jesús de sí mismo: "Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último" (cfr. 1, 17; 2, 8). Y porque es igual a Dios, Jesús puede juzgarlo todo. En calidad de Juez Supremo y anticipando el juicio final, Jesús pronuncia ya su bienaventuranza sobre cuantos "lavan su ropa" en la sangre del Cordero; es decir, sobre cuantos se apropian por la fe los frutos de su muerte redentora en la cruz. Estos son los que entrarán en la ciudad celestial y tendrán acceso al árbol de la vida. Los bienaventurados recibirán al fin graciosamente aquella vida eterna que al principio de todos los tiempos quisieron arrebatar los hombres a Dios. Querer ser como Dios sin contar con Dios fue el origen de la culpa y de la pena, la expulsión del Paraíso; querer ser como Dios recibiendo de Dios el fruto sazonado de la cruz, será el principio de la gracia y de la dicha eterna.

Ahora es Jesús mismo el que garantiza la verdad de la profecía que contiene el Apocalipsis. Ha sido Jesús el que ha enviado su ángel para que entregue a Juan, su siervo, la revelación que él ha recibido del Padre (1, 1). Y el que ha enviado su ángel y da ahora fe del mensaje del Apocalipsis, es el Mesías anunciado (el "retoño del tronco de David", cfr. Si, 47, 22), que trae consigo el día de la salvación ("la estrella de la mañana", cfr. Números 24, 17).

Al escuchar a Jesús que anuncia su venida, el Vidente se considera intérprete de los deseos de toda la Iglesia. El Espíritu que ha sido dado a la Iglesia y que la anima, reclama con la Iglesia la venida del Señor. El clamor de la Iglesia es el clamor de la esposa del Cordero. Pero todos los creyentes somos Iglesia, por lo tanto, Juan invita a todos a gritar con una sola voz: "¡Ven!" Y así despierta la sed del "agua de la vida", que Dios ofrece gratuitamente a todos (cfr. 21, 6; Is. 55, 1; Jn. 7, 37).

EP/MEMORIA: Jesús, "el testigo fiel", responde anunciando por tercera vez su venida. Y su esposa repite de nuevo: "Amén, ¡Ven, Señor Jesús!" Con este grito se cierra el libro del Apocalipsis y se abre el corazón de la Iglesia para la esperanza y para la vida de cara al Señor que ha de venir. "Ven, Señor", traduce la palabra aramea "Marana-tha" (1 Cor. 16, 22), que puede significar también "el Señor ha venido". Su doble sentido señala perfectamente la situación de la Iglesia en el mundo, que vive de la memoria y de la esperanza entre la primera y la segunda venida del Señor.

Cristo principio y fin 

La segunda lectura es una contemplación del Señor que es el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin; y esta lectura es al mismo tiempo anuncio de la venida del Señor. Se anima a la comunidad cristiana a expresar esta venida no de una manera pasiva, sino a clamar: "¡Ven, Señor Jesús!". Porque los que lavaron sus vestiduras para tener parte en el árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad, es decir, los que creyeron, se han convertido, han sido lavados de su culpa por el bautismo, ésos son los llamados; se sienten llamados por el Espíritu y por la Novia, que dicen: "Ven!". "El que tenga sed y quiera, que venga a beber de balde el agua de la vida". Esta imagen, repetida en el profeta Isaías (55, 1) y utilizada en el tiempo de Adviento, adquirió un significado sacramental para la joven comunidad.

En este momento, la elección de esta lectura para la liturgia sugiere dos actitudes: la de la espera del Espíritu al que la Iglesia de hoy dirige su grito de llamada: Ven, Espíritu Santo; y la de la espera de la segunda venida de Cristo, en el último día. Pues si viene el Espíritu es para conducir a la Iglesia hacia su perfección hasta el día definitivo de su encuentro con el Señor que anuncia su venida, de la que el Espíritu es prenda y anunciador. Así, los acontecimientos de Pentecostés que vamos a celebrar llevan en sí este doble significado: fuerza y luz para la Iglesia que camina; y espera con el Espíritu, nuestro Defensor y guía hacia el último día, a que llegue el retorno de Cristo.

“Las palabras que no dan la luz de Cristo, agrandan la oscuridad”.

(Beata Teresa de Calcuta)

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

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San Francisco de Asís