FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

EL SANTO CURA DE ARS, SAN JUAN MARÍA VIANNEY

Juan Bautista Vianney era un santo, un apasionado amante de la cruz. Sabía muy bien que el sufrimiento es el precio con que se compran las almas. Su vida era una continua inmolación por los pecadores. Pobre hasta la necesidad. Y no se cansaba de hablar del amor de Dios, de la Eucaristía, de la Santísima Virgen... JESÚS MARTI BALLESTER

 


San Juan María Vianney, conocido como el Santo Cura de Ars, fue un sacerdote francés que ejerció su ministerio en una pequeña villa francesa llamada Ars, donde estuvo cerca de 42 años. Cuando llegó al pueblo, que contaba con poco más de 200 habitantes, el vicario general de la diócesis le dijo: «No hay mucho amor de Dios en esta parroquia; usted procurará introducirlo». El nuevo párroco trató de encender el corazón de sus fieles a través de los sacramentos, la predicación y la penitencia. No tenía una especial ciencia, pero su unión con Dios no solo transformó Ars, sino también el resto de Francia, y hoy es modelo sacerdotal para todo el mundo.


Juan M. Vianney, cura de Ars, patrón del clero que cura las almas

Si comprendiéramos bien lo que es un sacerdote en la tierra, moriríamos: no de miedo, sino de amor." La vida de San Juan María Vianney está resumida en este pensamiento suyo. Conocido como "el Cura de Ars", Juan Maria Vianney nació el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, cerca de Lyon. Sus padres eran agricultores y lo orientaron desde muy joven a trabajar en el campo, tanto fue así que Juan llegó a los 17 años, todavía analfabeto. Sin embargo, gracias a las enseñanzas religiosas de su madre, aprendió muchas oraciones de memoria y vivió un fuerte sentido religioso.


"Me gustaría conquistar muchas almas"

Mientras los vientos del terror, de la violencia y de la furia de la Revolución soplaban en Francia, Juan tuvo la fortuna de recibir el Sacramento de la Reconciliación en su casa, no en la iglesia, gracias a un sacerdote "refractario" que no había jurado lealtad a los revolucionarios. Lo mismo sucedió con la Primera Comunión, la recibió en un granero, durante una misa "clandestina". A los 17 años, Juan sintió la llamada al sacerdocio: "Si fuera sacerdote, querría ganar muchas almas", dijo. Pero el camino no era fácil, dada su escasísima formación intelectual y cultural. Sólo gracias a la ayuda de sabios sacerdotes, entre ellos el abad Balley, párroco de Écully, logró ser ordenado sacerdote el 13 de agosto de 1815, a la edad de 29 años.


Largas horas en el Sacramento de la Reconciliación

Tres años más tarde, en 1818, fue enviado a Ars, un pequeño pueblo del sudeste de Francia, habitado por unas 230 personas. Allí dedicó todas sus energías al cuidado de los fieles: fundó el Instituto "Providencia" para acoger a los huérfanos y visitar a los enfermos y a las familias más pobres, restauró la iglesia y organizó las fiestas patronales. Pero fue en el Sacramento de la Reconciliación donde se expresó mejor la misión del Cura de Ars: siempre disponible para la escucha y el perdón, pasaba hasta 16 horas al día en el confesionario. Cada día, una multitud de penitentes de todas partes de Francia se confesaban con él, tanto que Ars fue rebautizado como "el gran hospital de las almas". El mismo Vianney hacía largas vigilias y ayunos para ayudar a expiar los pecados de los fieles: "Te diré cuál es mi receta", explicó a un cofrade, "doy a los fieles que se confiesan solo una pequeña penitencia y el resto de la penitencia la suplo yo en su lugar".


Patrón de los párrocos

Consagrado enteramente a Dios y a sus feligreses, murió el 4 de agosto de 1859, a la edad de 73 años. Sus restos descansan en Ars, en el Santuario a él dedicado, que acoge 450.000 peregrinos cada año. Beatificado en 1905 por Pío X, Juan María Vianney fue canonizado en 1925 por Pío XI, quien en 1929 lo proclamó "Patrón de todos los párrocos del mundo". En 1959, en el centenario de su muerte, San Juan XXIII le dedicó la Encíclica Sacerdotii Nostri Primordia, proponiéndolo como modelo para los sacerdotes, mientras que en 2009, con motivo del 150º aniversario de su muerte, Benedicto XVI convocó un "Año Sacerdotal" en la Iglesia universal para ayudar a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes y para que su testimonio de fidelidad al Evangelio en el mundo de hoy fuera más incisivo y creíble.


Oración a San Juan María Vianney

Oh! Santo Cura de Ars, tú hiciste de tu vida
un servicio total a Dios y a los hombres:
haz que el Espíritu Santo nos conduzca para responder
sin miedo a nuestra vocación personal.

Tú, que adorando a Jesús vivo en la Eucaristía,
encontraste fuerza, confianza y esperanza,
enséñanos a gustar de la presencia silenciosa
de Jesús en el Santísimo Sacramento.

Tú, que fuiste amigo de los pecadores,
desata el nudo de miedo que tienen
muchos hombres alejados del perdón de Dios.
Aumenta el arrepentimiento por nuestras culpas
y muéstranos el verdadero rostro del Padre que es la Misericordia.

Tú, apoyo de los pobres,
libera nuestro corazón del dinero y de todas las falsas riquezas
y enséñanos a compartir con los que lo necesitan.

Tú, que con serena confianza te abandonaste a la Virgen María,
enséñanos a rezarle con la simplicidad y la confianza de un niño.

Señor Jesús, por intercesión de San Juan María Vianney,
manda también ahora obreros a tu mies: que sean numerosos
los jóvenes capaces de seguirte y servirte en los hermanos.

Dona vocaciones santas a tu Iglesia y haz santos a nuestros sacerdotes:
que sean de oración constante, fuertes en la prueba,
con amor a la Iglesia y entusiasmo para anunciar el Evangelio.

¡Santo Cura de Ars,
Ruega por nosotros!


FUENTES:
vaticannews.va
comunitacenacolo.it/
mercaba.org

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