FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

SANTA MARÍA REINA -


La Iglesia celebra cada 22 de agosto la memoria de Santa María Reina, apenas una semana después de la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo. Esta cercanía litúrgica no es casual: quien ha sido llevada gloriosa al cielo en cuerpo y alma es también reconocida por Dios como Reina del cielo y de la tierra.

¿Por qué María es coronada Reina?

El reinado de María no surge de un poder terrenal ni de una conquista humana, sino de su íntima unión con Cristo. Ella es Reina porque:

Es Madre del Rey: Jesús es “Rey de reyes y Señor de señores” (Ap 19,16). Como madre de Cristo, María participa de su gloria y de su señorío.

Es humilde sierva: en la Anunciación, María se declara la esclava del Señor (Lc 1,38). La verdadera grandeza de su reinado proviene de su pequeñez y de su obediencia fiel.

Participa de la victoria de Cristo: en el Calvario, María se unió al sacrificio redentor de su Hijo. Por eso, glorificada junto a Él, es asociada a su victoria sobre el pecado y la muerte.

Es modelo y Madre de la Iglesia: como Reina, no se aparta de los hijos de Dios, sino que intercede por ellos y los conduce hacia Cristo.

San Pablo VI explicaba que María es “Reina no por dominar, sino por servir; no por imponerse, sino por amar”. Su corona es la del amor perfecto, la entrega total y la fidelidad absoluta a Dios.

El reinado de María en nuestros días

Hoy, en medio de un mundo que parece perder sus referencias espirituales, el reinado de María nos recuerda varias verdades esenciales:

María reina intercediendo: No es una reina distante, sino madre cercana. Como en Caná, sigue atenta a las necesidades de sus hijos (Jn 2,1-12).

María reina sirviendo: Nos enseña que el verdadero poder está en la humildad y el servicio. Su realeza es la del corazón que ama sin límites.

María reina conduciendo a Cristo: Toda devoción a María tiene como fin llevarnos a Jesús. Ella es la Estrella que guía nuestra navegación en la fe.

María reina en la Iglesia: Su maternidad espiritual sostiene a los cristianos, especialmente en la misión, en la prueba y en la persecución.


La memoria de Santa María Reina es una invitación a confiar en la ternura de una Madre que participa plenamente de la gloria de su Hijo. No se trata de un reinado triunfalista, sino del reinado del amor, de la entrega y de la misericordia.

Hoy, más que nunca, necesitamos dejarnos guiar por la Reina del cielo, para aprender de ella a vivir con fidelidad en medio de las pruebas, a perseverar en el amor y a reconocer que la verdadera grandeza no está en dominar, sino en servir.

María, Reina y Madre, ruega por nosotros, para que tu reinado de amor se haga visible en nuestras familias, en la Iglesia y en el mundo.


Oración a Santa María Reina

Oh Santa María, Reina del Cielo y Madre nuestra,
tú que fuiste coronada por tu Hijo Jesús como Reina de todo lo creado,
recibe hoy nuestra oración llena de confianza y amor.

Reina humilde y fiel,
enséñanos a vivir con corazón sencillo,
a imitar tu obediencia a la voluntad del Padre,
y a seguir a Cristo en todo momento.

Reina de la paz,
intercede por nuestras familias,
por la Iglesia y por el mundo entero,
para que reinen la justicia, la fraternidad y el amor verdadero.

Reina del amor,
acoge nuestras alegrías y nuestras penas,
y preséntalas ante tu Hijo,
para que Él transforme nuestra vida en ofrenda agradable.

Santa María Reina,
guíanos en el camino de la fe,
sé nuestra protectora en la lucha diaria
y alcánzanos la gracia de perseverar hasta el cielo,
donde reinaremos junto a ti en la gloria eterna.

Amén.

sacerdote eterno

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