«Mira el Corazón de Dios en las palabras de Dios,
para que con más ardor suspires
por los bienes eternos»
(San Gregorio Magno)
El mes de Junio se consagra por entero al Divino Corazón de Jesús que sólo ha sabido amarnos; el Corazón de Cristo, oculto en nuestros Sagrarios, nos aguarda día y noche, rogando la limosna de nuestra compañía y oración.
Nuestro Señor gime, como en Getsemaní, por tu amor y mi amor, por encontrarse con nosotros en la Sagrada Comunión; te quiere apóstol de esta maravillosa devoción a Su Amor, a Su Sacrosanto Corazón, que es la bandera de todo católico que no se cruza de brazos viendo cómo tantas almas se alejan y se condenan.
En estos duros tiempos en donde el Misterio de Iniquidad pesa sobre la Iglesia, agárrate al estandarte del Sagrado Corazón de Jesús y levanta tu voz contra la impiedad de aquéllos que quieren una Fe Católica cómoda, hecha a su medida, para contentar al mundo. Empieza por compartir este enlace entre tus amigos y conocidos para continuar después entregándote sin reserva alguna al que es Rey y Centro de todos los corazones.
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Primera Revelación del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque (27 de Diciembre de 1673).
Fiesta de San Juan Evangelista.
El corazón de Santa Margarita entra en el Sagrado Corazón. Santa Margarita está en presencia del Amor Sacramentado. Jesús la hace reposar en su Divino Pecho donde le descubre “las maravillas de su amor y los secretos de su Corazón”. Y le dice:
”Mi divino Corazón está tan apasionado de amor a los hombres, en particular hacia ti, que, pudiendo contener en El las llamas de su ardiente caridad, es necesario que las derrame valiéndose de ti, y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo…”.
Le pide en seguida su corazón y lo mete en el suyo…
Luego el Señor lo saca y lo vuelve a colocar en el pecho de Margarita, “como una llama ardiente en forma de corazón”. Este fuego le producirá un intenso dolor de costado, garantía de la verdad de la aparición. Margarita queda, durante muchos días, abrasada de amor.
“Así, pues, el Corazón de nuestro Salvador en cierto modo refleja la imagen de la divina Persona del Verbo, y es imagen también de sus dos naturalezas, la humana y la divina; y así en él podemos considerar no sólo el símbolo, sino también, en cierto modo, la síntesis de todo el misterio de nuestra Redención. Luego, cuando adoramos el Corazón de Jesucristo, en él y por él adoramos así el amor increado del Verbo divino como su amor humano, con todos sus demás afectos y virtudes, pues por un amor y por el otro nuestro Redentor se movió a inmolarse por nosotros y por toda la Iglesia”
(Papa Pío XII, Encíclica Haurietis Aquas)
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Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
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Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
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