FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

SACERDOTE, ¿QUIÉN ERES TU? P. Julio María Scozzaro.

SACERDOTE Y VICTIMA

Entre los propósitos de todo Sacerdote deben pedir principalmente estos: "Quiero ser Santo y víctima de amor, para la gloria de Dios y la salvación de todos los pecadores; bálsamo para los enfermos y los que sufren; pan ácimo para ofrecer a todos los necesitados. Ser Sacerdote sin límite alguno, sin decir ni una sola vez no a Jesús. Entregarme siempre con amor. Estos son ya mis compromisos".

El Sacerdote actúa en la Persona de Cristo, porque ha recibido sus poderes. En la Ordenación, el Sacerdote ha sido asemejado a Cristo. Si es Cristo cuando administra los Sacramentos, lo es también en la totalidad de su existencia. Es Cristo Sacerdote, y tiene que ser necesariamente Cristo víctima. El Sacerdote puede rechazar esta identidad, pero vivirá parcialmente su Sacerdocio. Quien se abandona en Jesús y quiere transformarse en El, no desea otra cosa que hacer la Voluntad de Dios y revivir en todo su cuerpo y en su persona, lo que ha experimentado Jesús. "COMO ME HAN PERSEGUIDO A MÍ, ASÍ OS PERSEGUIRÁN A VOSOTROS" (Jn 15, 20), en el sentido que cuanto más Jesús esté presente en el alma más penas y pruebas tendrá; éstas son las señales de que se está imitando seriamente a Jesucristo.

Significa compartir con Jesús sus mismos sufrimientos, porque de otra manera El afirma: "AY DE LOS HOMBRES CUANDO HABLAN BIEN DE USTEDES" (Lc. 6, 26). La transformación en El implica el compartir las penas y persecuciones, para después, en el Paraíso, gozar con Él de la Gloria eterna. Pero los perseguidos por el Nombre de Cristo están sobre todo llenos de gozo: "INSULTADOS, BENDECIMOS; PERSEGUIDOS, SOPORTAMOS; CALUMNIADOS, CONFORTAMOS" (1 Cor 4, 12-13)., San Francisco de Asís en el momento de mayor tribulación se decía a sí mismo: "ES TANTO EL BIEN QUE ME ESPERA, QUE TODA PENA ES PARA MÍ GOZO". Los verdaderos seguidores de Jesucristo tienen que vivir la última sorprendente y consoladora bienaventuranza: "DICHOSOS SERÉIS CUANDO OS INJURIEN Y OS PERSIGAN Y DIGAN CON MENTIRA CONTRA VOSOTROS TODA CLASE DE CALUMNIAS POR MI CAUSA. ALEGRAOS Y REGOCIJAOS, PORQUE SERÁ GRANDE VUESTRA RECOMPENSA EN LOS CIELOS, PUES ASÍ PERSIGUIERON A LOS PROFETAS ANTERIORES A VOSOTROS" (Mt 5, 11-12). En cambio, los falsos seguidores de Cristo son aquellos que persiguen a los buenos con persecusiones y calumnias, nacidas solo y exclusivamente de la envidia.

LA ENVIDA ciertamente es el origen de todos los males. Por la envidia los buenos sufren persecuciones en silencio, y los malvados por la envidia obran en las tinieblas.

Toda la Vida de Jesús ha transcurrido en medio del sufrimiento, de la incomprensión, de la persecución, de la envidia y de la maldad ajena. El Víacrucis de Jesús ha durado toda su vida, y no solamente en la Semana Santa. Baste leer con atención el Evangelio para comprender cuáles serían los estados de ánimo de Jesús, los sufrimientos de debía llevar en el Corazón. Durante 30 años sufrió en silencio al ver la indiferencia del pueblo elegido, que no quería amar a su Padre, como lo había dicho el profeta. En los tres años de Vida pública se dedicó completamente a llevar por todo el territorio de Palestina, su mensaje de Amor, Misericordia, caridad y perdón; para enseñar que quien ama a Dios ama al prójimo y lo ayuda; para curar a los lisiados, enfermos, ciegos, leprosos, dar vida a los muertos y realizar incalculables milagros. Pero Palestina no lo reconoció (Jn 1, 10) como el Mesías y lo clavó en la Cruz. Han sido tres años de amarguras, incomprensiones, sufrimientos interiores difíciles de imaginar, humillaciones de quien El -el inocente- había beneficiado y curado. Sí, la Vida pública de Jesús ha sido impregnada de sufrimientos interiores, que nadie podrá jamás mínimamente entender. Jesús ha aceptado todas las humillaciones, ha besado los sufrimientos, ha tomado todo el mal sobre sí, ha expiado en la Cruz por todos los pecadores. Ahora bien, este Jesús a sido Sacerdote y Víctima.

Todo Sacerdote está llamado a ser víctima, no ciertamente de la misma manera que Jesús, pero víctima seriamente. Tiene que estar listo para soportar en silencio críticas y persecuciones; aceptar incomprensiones por parte de los hermanos, de los amigos o de los Superiores; perdonar a aquellos que se lanzaron contra él; orar cada día de un modo especial por aquel que no le acepta y no le comprende; permanecer en la paz cuando es ignorado; olvidar prontamente el mal de quien le ofende; amar a todos y amar con el Corazón de Jesús. El verdadero Sacerdote de Jesús tiene que sufrir con valor, callar con firmeza y ofrecerlo todo a Jesús con inmenso amor por la salvación de la humanidad.

El Sacerdote no tiene que preocuparse acerca del tipo de sufrimientos que podrían llegarle, o cuáles puede aceptar y cuáles no, sino que tiene que abandonarse completamente a Jesús y dejar que El haga. Jesús es tan bueno que no permite pruebas más allá de la capacidad de la persona. Pero, si falta esta disposición en el Sacerdote, no podrá jamas convertirse en otro Jesús, el Maestro. ¿Cómo se llega a ello? El primer medio es la meditación. Cada día no puede faltar el Sacerdote la meditación, para conocerse a sí mismo, para destruir a su propio yo, para tener mayores propósitos orientados a la santidad y será muy fácil caminar en el camino doloroso, en el camino de los Santos, porque ya ha sido bañado en la Preciosísima Sangre de Jesús.

¡Ser Sacerdote, qué responsabilidad delante de Dios! Es sencillo hablar de una Ordenación Sacerdotal, pero si se comprendiera lo que significa llegar a ser Sacerdote, nadie quisiera llegar a serlo, porque la responsabilidad delante de Dios es inmensa. Pero, la Gracia Sacramental da al Sacerdote la asistencia adecuada para trabajar serenamente en la viña del Señor.

Tú, Sacerdote has sido escogido por Dios desde toda la eternidad: "NO ME HABÉIS VOSOTROS ELEGIDO, FUI YO MISMO QUIEN OS ELEGÍ" (Jn 15, 16). Estas palabras Jesús las repite a todos, a cada Sacerdote y a cada elegido.

Cada Sacerdote conoce según la propia unión con Jesús y la propia transformación en El, lo que significa y lo que conlleva ser Sacerdote Cada Sacerdote tiene conciencia de su delicadísima misión, y por esto se ha hecho Sacerdote. PERO EL SACERDOTE NECESITA DE LA ORACIÓN DE LA COMUNIDAD, SOBRE TODO CUANDO ES GUÍA DE UNA COMUNIDAD NUMEROSA.

Muchas veces el Sacerdote es perturbado por múltiples actividades y compromisos de la Parroquia. Pero la perturbación no es una buena señal, porque vivir en Jesús, de Jesús y para Jesús significa abandonarse en El. "NO ANDÉIS PREOCUPADOS POR VUESTRA VIDA, QUÉ VAIS A COMER, O A BEBER PARA SUSTENTAROS, O CON QUÉ VESTIDO VAIS A CUBRIR VUESTRO CUERPO. ¿NO VALE MÁS LA VIDA QUE EL ALIMENTO, Y EL CUERPO QUE EL VESTIDO?...ASÍ QUE NO ANDÉIS PREOCUPADOS DICIENDO: ¿QUE COMEREMOS? ¿QUÉ BEBEREMOS? ¿CON QUÉ NOS VESTIREMOS? ESAS SON LAS COSAS QUE INQUIETAN A LOS PAGANOS. YA SABE VUESTRO PADRE CELESTIAL LO QUE NECESITÁIS. BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODAS ESAS COSAS SE OS DARÁN POR AÑADIDURA" (Mt 7, 12).

Esta es la regla de oro. "POR TANTO, YA COMÁIS, YA BEBÁIS O HAGÁIS CUALQUIER COSA, HACERLO TODO PARA GLORIA DE DIOS" (1 Cor 10, 31).

Escribe una Sierva de Dios: "SIN DUDA ALGUNA EL SACERDOTE PUEDE CONSAGRAR, ABSOLVER Y SACRIFICAR, PERO TODO ES DADO A MEDIDA DE SU AMOR Y DE SU PUREZA. TODO, ES DECIR: AQUEL DIVINO EFLUVIO DE GRACIAS DIVINAS ESPECIALES PARA EL SACERDOCIO, ESE PODER DE AMOR SOBRE LAS ALMAS PARA LLEVARLAS A DIOS, ESA AUTORIDAD SOBRE LOS ESPÍRITUS MALIGNOS PARA PONERLOS EN FUGA, ESAS LUCES ADMIRABLES PARA DISCERNIR LA LLAMADA DE CADA ALMA, LOS DESIGNIOS DE DIOS SOBRE ELLA, EL CAMINO POR EL CUAL HAY QUE CONDUCIRLA, ESE VALOR PARA SOSTENER LAS FATIGAS DEL APOSTOLADO, O EL RIGOR DE LAS PERSECUCIONES, ESA ELOCUENCIA PARA DEFENDER LA VERDAD, ESA FUERZA PARA PERMANECER CASTOS, ESOS PRIVILEGIOS, ESOS DONES, ESAS GRACIAS DESTINADAS POR DIOS AL SACERDOCIO".

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