FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

DEVOCIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO - PARTE 3 -

ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE

CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO

(rezar diariamente meditando)


Consciente de mi nada y de Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata criatura.

Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de satanás.

En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a Tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.

Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.

De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación.

¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!

He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden.

¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén

Bajo Tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen siempre gloriosa y bendita!


DOCE PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A QUIEN DEVOTAMENTE RECE EL ROSARIO DE LA PRECIOSA SANGRE

1. Yo prometo proteger de los ataques del maligno a quien devotamente rece este rosario.

2. Yo preservaré sus cinco sentidos.

3. Yo lo protegeré de una muerte súbita.

4. Doce horas antes de su muerte, beberá Mi Sangre Preciosa y comerá Mi Cuerpo.

5. Veinticuatro horas antes de su muerte, le mostraré Mis cinco Llagas, para que sienta un profundo arrepentimiento de todos sus pecados, y tenga perfecto conocimiento de ellos.

6. Quien rece este Rosario como novena, conseguirá lo que pide. Su oración será contestada.

7. Yo realizaré muchos milagros maravillosos a través del rezo de este Rosario.

8. A través de esta oración, destruiré muchas sociedades secretas, y liberaré muchas almas atadas, por medio de Mi Misericordia.

9. A través de este Rosario, salvaré muchas almas del Purgatorio.

10. Yo le mostraré Mi camino a quien honre Mi Preciosa Sangre con este Rosario.

11. Yo tendré misericordia de aquellos que tengan misericordia de Mis Preciosas Llagas y Sangre.

12. Quienquiera que enseñe esta oración a otra persona, ganará una indulgencia de cuatro años.

"Hijos míos... este Rosario de la Preciosa Sangre de Mi Hijo combina todas las devociones de Su Pasión".

(Santísima Virgen María, 29 Enero, 1997)


PLEGARIAS DE CONSOLACIÓN A JESUCRISTO AGONIZANTE

ORACIÓN (1)


Padre Eterno, cuando ibas a enviar al mundo a Tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, con el propósito de salvarnos y establecer un nuevo paraíso a través de la Preciosísima Sangre, movido por el amor, dijiste: "¿A quién enviaré, quién irá a redimir a Mi pueblo? La Corte Celestial permaneció en silencio hasta que Tu Hijo respondió: "Aquí estoy, envíame a Mí, Padre". Honor y adoración sean dadas a Ti, oh Amor Divino; alabanza y reverencia a Tu nombre, oh adorable Jesucristo. Recibe consuelo, oh agonizante Jesucristo.

La recompensa que recibiste de Tu pueblo por tu benevolencia, fue el pecado.

Ellos pecaron y blasfemaron día y noche contra Tu Santo Nombre. Se enfrentaron a Ti, y desobedecieron Tus mandamientos.

Padre, recibe consuelo a través de las voces de Tus coros celestiales. Que la voz de Tus Dominaciones te consuele. Amén

Padrenuestro... Avemaría... Gloría al Padre...

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor

Agonizante Jesucristo, te amamos

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.


Himno

Seas consolado, oh Jesucristo, Nuestro Señor oramos para que Tu Preciosa Sangre no haya sido vertida en vano por nosotros.


ORACIÓN (2)

Padre Eterno, Tú preparaste un Tabernáculo Santo para Tu Hijo Unigénito, Jesucristo, el vientre de la Santísima Virgen María. Bendito sea el vientre que albergó al único Hijo de Dios. Padre, Tu Hijo Unigénito nació en Belén, y fue recostado en un pesebre, porque no había sitio ni para El, ni para sus padres en la posada. Esto fue así, para que el mundo buscara primero el Reino de Dios, y no el bienestar y las cosas perecederas de este mundo.

Padre, esto indicó que Tu propio pueblo no estaba preparado para recibir a su Rey, Redentor y Creador. No había sitio para el Rey de los Cielos y tierra en su propia tierra. Señor, Tú viniste a los tuyos, y ellos no te reconocieron como Rey. Viniste a tu tierra, y ellos no te conocieron. Cuando supieron de Ti, planearon Tu muerte. Por medio de ese plan, mataron a muchos inocentes. Un grito desgarrador y lamentos, se escucharon en Tu propia tierra, como bienvenida al Rey. Las mujeres rehusaron ser consoladas por la muerte de sus hijos.

Jesús, Tú soportaste todas estas cosas por el amor que tienes a Tu pueblo. Pero Tu pueblo continuó pecando y haciendo toda clase de mal contra Ti y Tu Padre Celestial. En vez de tenerte como Rey, te tuvieron como enemigo. En vez de Redentor, eras un depredador para el pueblo a quien salvaste.

¿Quién, recordando Tu misericordia y bondad hacia Tu pueblo, te podrá consolar? Que seas por siempre consolado y confortado, amado Jesucristo. Que los coros celestiales de Ángeles y Arcángeles te alaben y consuelen. Amén

Padrenuestro... Avemaría... Gloria al Padre...

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor.

Agonizante Jesucristo, te amamos.

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.


Himno

Calma el ardor de Tu ira, oh Señor nos arrepentimos de haber pecado contra ti no volveremos a pecar.


ORACIÓN (3)

¡Oh Amado Jesucristo, que viniste al mundo para redimir a tu pueblo del pecado! ¡Oh Pastor Bueno que fuiste tratado con tanto desprecio y maldad por Tu rebañó! Al venir, viste como Tu pueblo profanaba el Santuario de Tu Padre. Tu furor los echó fuera del Santo Templo. Pero hoy, los hombres se han vuelto más carnales, y descuidan Tu Presencia en el Tabernáculo.

Te consolamos por los pecados que los hombres cometen contra Ti, presente en el Santo Tabernáculo; por la frialdad y negligencia que muestran en Tu Presencia... por aquellos que Te reciben indignamente, y por todos los actos irrespetuosos que cometen contra Ti. Perdón, perdón, Amado Jesucristo. Aunque los hombres Te siguen crucificando una y otra vez, por Tu misericordia, soporta todos estos insultos de las criaturas que tanto amas.

¡Oh Misericordioso Jesucristo! ¡Que seas por siempre consolado, y tengas misericordia de Tu pueblo, te pedimos! ¡Que la voz de las Virtudes Celestiales te consuele! Amén

Padrenuestro... Avemaría... Gloria al Padre...

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos.

Agonizante Jesucristo, te amamos.

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.


Himno

Agonizante Corazón de Jesucristo que has sufrido y expiado por nosotros hágase Tu voluntad en la tierra.


ORACIÓN (4)

¡Oh Misericordioso y Amante Jesucristo, sufriste tan dolorosamente en el Huerto de Getsemaní, que te llevó a exclamar: "Mi alma está triste hasta la muerte"! Consolamos Tu Sagrado Corazón que soporta tanto dolor. Tú sufriste la flagelación en la columna, y la coronación de espinas, con el fin de que fuéramos reconciliados con Dios. No obstante, muchas almas inocentes están siendo abortadas diariamente, y su llanto hiere Tu Sagrado Corazón. Te rogamos perdones todas las ofensas que recibes de los hombres.

Que la voz de los Querubines y Serafines celestiales te consuele. Y que la obra de evangelización de este mundo te conforte. Amén

Padrenuestro... Avemaría... Gloria al Padre...

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor.

Agonizante Jesucristo, te amamos

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Jesús, presente en la Santa Eucaristía te pedimos perdón por todos los pecados cometidos contra Ti.


ORACIÓN (5)

¡Oh Jesús, Bondadoso y Misericordioso, que te ofreciste a Ti mismo como Cordero del Sacrificio, para la salvación de la humanidad, te consolamos!

Oh Buen Dios, te entregaste humildemente a las autoridades judías, que te arrastraron sin misericordia, como si fueras un criminal, para ser juzgado por los hombres. Te consolamos, oh Agonizante Jesucristo, por todos los insultos que recibiste en los tribunales del mundo. Te consolamos por todos los crueles tormentos que sufriste de parte de Tu pueblo. Que por siempre seas adorado. Amén

L: Adoramos las Llagas de Tu Sagrado Cuerpo:

R: Seas por siempre consolado, oh Sacratísimo Corazón, que soportas todos estos sufrimientos.

L: Adoramos Tu Sagrada Cabeza que soporta la vergonzosa corona de espinas:

R: Te consolamos, oh Sacratísimo Corazón, que soportas todos estos sufrimientos.

L: Adoramos los dos Corazones de Amor que se encontraron en el camino al Calvario:

R: Sean por siempre consolados, oh Corazones de la Madre y del Hijo.

Sean por siempre consolados por toda la angustia y dolor sufridos en el camino al Calvario.

L: Adoramos Tu Preciosísima Sangre vertida en las calles de Jerusalén:

R: Recibe consuelo, Señor, porque Tu Sangre sirvió como reparación. En el Calvario, el Creador de Cielos y tierra, quedó desnudo a la vista de todos.

L: Te adoramos, Agonizante Jesucristo, que soportas esta vergüenza para la remisión de los pecados del mundo:

R: Gloria, honor y adoración a Ti, que humildemente aceptaste la Cruz de mi salvación. Cuando yacías en la Cruz, los soldados cruelmente estiraron Tus miembros, y clavaron Tus manos y pies. Honor y adoración a Tus Sagradas Llagas y a Tu Preciosísima Sangre.

Te rogamos, soporta todos los grandes sufrimientos y dolores que padeciste en la Cruz.

L: Adoramos Tu Santa Muerte, Inmaculado Cordero de Dios:

R: Reina por siempre, oh Preciosísima Sangre y Agua de Tu Sagrado Costado. Agonizante Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino. Amén

Padrenuestro... Avemaría... Gloria al Padre...

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor. Agonizante Jesucristo, te amamos. Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.


Himno

Jesús Crucificado, las gotas de Sangre que vertiste fueron todas contadas.

L: Agonizante Jesucristo, Hijo único de Dios, Redentor y Creador del mundo, Perdona y ten misericordia del mundo:

R: Agonizante Corazón de Jesucristo, recibe consuelo. Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís