SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS POR EL MATRIMONIO SANTO
Renunciamos a cuanto secularice el matrimonio. El matrimonio es santo y consagrado a Dios, nuestro Creador. Declaramos que los matrimonios reconocidos por Dios ante sus ojos, son solamente los de un hombre y una mujer. Padre, nos arrepentimos de cualquier pecado que por generación, asociación o encantamiento pueda corromper la santidad del matrimonio.
Nos basamos en la unción de los fundamentos de 10 que Dios quiso que el matrimonio fuera. ¡Que los pilares de la rectitud sean grandes piedras de integridad, para que 10 que Dios ha definido que el matrimonio sea, permanezca! Confesamos que nuestro fundamento no será comprometido. Oramos para que los santos tomen una actitud radical contra cualquier oposición que se forme contra la verdadera esencia del matrimonio. Estamos de acuerdo en que no puede haber ningún arreglo de diferencias, a través de mutuas concesiones, que modifique el hecho de que Dios estableció el matrimonio como la unión entre un varón y una hembra.
Tampoco es posible ninguna concurrencia de opiniones para deliberar sobre lo que Dios ha ordenado para el matrimonio. Creemos que nuestra postura sobre el matrimonio es correcta, porque estamos alineados con el Único que es recto.
Nos basamos en la unción de tsad-deek (rectitud). Toda ley que se oponga a los principios de Dios sobre este asunto probará ser errónea. Soltamos a los ángeles del Señor para influenciar a nuestro favor cada votación, reunión legislativa y sala de tribunal en los niveles local, estatal y nacional. Declaramos que si Dios es por nosotros, nada puede estar contra nosotros. Como el Señor es estrictamente recto, nos mantenemos firmes en lo que creemos.
Soltamos nuestra fe en la verdad. Nos paramos firmes, incorruptibles y completos en nuestra resolución de no sólo mantener sino también levantar el estándar del matrimonio en mi país. Atamos el espíritu de poneria que causaría que el estándar del matrimonio fuera degradado. Venimos contra toda perversidad espiritual en lugares altos relacionada con la degeneración del matrimonio. El enemigo ha entrado como un río, ¡pero Dios levantará su estandarte!
Declaramos que el matrimonio es fructífero, como Dios dictó que fuera en el huerto del Edén. Atamos todo ataque de fuentes mediáticas negativas; estrategias ocultas adversas contra el reino de Dios; conspiraciones y confederaciones organizadas; espíritus seculares humanistas antimatrimonio; y espíritus de violencia que infringen la ley de Dios por concepciones equivocadas, y exigen ser vistos como correctos.
Decretamos que el plan bíblico de Dios para el matrimonio invalida todo antiguo espíritu de adoración a Baal, de sodomía, a los demonios anteriores al Diluvio, al gameo (matrimonio del mismo sexo), y cualquier otro estilo de vida y forma de adoración que esté arraigado en la perversión.
Entramos en el arca de Dios. Mantenemos firmemente que las leyes concernientes a matrimonios de personas del mismo sexo, uniones civiles, sociedades domésticas o cualquier otro nombre para relaciones extrañas al plan que Dios tiene para un hombre y una mujer, son contadas como ilegales en el espíritu.
Las maldecimos a la raíz y declaramos que su ilegitimidad manifestará la verdad en los corazones de las personas en mi país. Estarán firmes y votarán bien (por la rectitud).
Oramos que los miembros de ministerios de afirmación gay, ministerios de inclusión y la estrategia homosexual subterránea se amotinen, sean maravillosamente liberados y se unan a nosotros para luchar. También rogamos que cada pastor, ministro o santo que esté practicando en secreto la homosexualidad se arrepienta y sea liberado. Atamos estas maldiciones, que no podrán operar dentro de las paredes de la iglesia, para que tengamos mayor autoridad fuera de esas paredes. Rogamos que cada ministro que respalda en secreto estilos de vida y programas homosexuales (de acuerdo o mediante contribuciones financieras), permita que Dios trate su corazón y sea liberado. Oramos en el nombre de Jesús.
Amén.
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