Vida
Consagrada
GRACIAS SEÑOR POR AMARME, POR DEJARME PISAR MÁS TIEMPO ESTA TIERRA, GRACIAS PORQUE ME REGALAS DÍA A DÍA TU PRESENCIA EN TODO LO QUE MIS SENTIDOS PUEDEN PERCIBIR, GRACIAS POR OBSERVAR EN MÍ UN SERVIDOR TUYO Y POR COMPARTIRME LA BENDICIÓN DE SEGUIRTE, AMARTE Y CONFIRMARTE EN MI VIDA.
Desde 1997, por iniciativa de Juan Pablo II, el 2 de febrero se celebra en la Iglesia la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Es una celebración que me resulta muy emotiva porque, como tantas personas, me apoyo en la oración de quienes han entregado su vida a Dios renunciando a muchas cosas buenas por otras mejores, y lo han hecho a favor de todos nosotros. (Artículo de Monseñor Jaime Pujol)
Todos los católicos estamos
llamados al seguimiento de Cristo. Por el bautismo nos hacemos Hijos de Dios,
Hermanos de Jesucristo y Templos vivos del Espíritu Santo. Por lo tanto, la
vida de los católicos, si quieren ser fieles y coherentes con su bautismo no
puede ser la misma que la de una persona no bautizada. La imitación de Cristo
será la tarea fundamental en su vida.
Sin embargo, hay personas que por una invitación especial de Dios, bajo una moción del Espíritu Santo, se proponen seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios amado por encima de todo y procurar que toda su vida esté al servicio del Reino. Esto es lo que se llama en la Iglesia católica, la vida consagrada.
Sin embargo, hay personas que por una invitación especial de Dios, bajo una moción del Espíritu Santo, se proponen seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios amado por encima de todo y procurar que toda su vida esté al servicio del Reino. Esto es lo que se llama en la Iglesia católica, la vida consagrada.
El Sínodo para la Nueva
Evangelización, celebrado en Roma a finales del año pasado 2012, decía, en uno
de sus documentos, que "una gran labor en la nueva evangelización
corresponde a la vida consagrada en sus antiguas y nuevas formas".
Las personas que asumen
libremente el llamamiento a la vida consagrada viven los así llamados consejos
evangélicos por amor al Reino de los cielos. Los consejos evangélicos son la
pobreza, la castidad y la obediencia. Se les llama consejos evangélicos porque
fueron predicados por Cristo en el evangelio y aparecen como una invitación
para seguir más de cerca el camino que Él recorrió en su vida. Si bien todos
los católicos estamos llamados a vivir estos tres consejos, la persona
consagrada lo hace como una manera de vivir una consagración “más íntima” a
Dios, motivado siempre por dar mayor gloria a Dios. La pobreza es el
desprendimiento de todo lo creado para utilizarlo de forma que pueda dar mayor gloria
a Dios. La castidad es lograr que toda nuestra persona: inteligencia, voluntad,
afectos y cuerpo estén dominados por nosotros mismos. Y por último, la
obediencia, es el sometimiento de la voluntad propia a la voluntad de Dios, a
través de los superiores legítimos, representantes de Cristo para el alma
consagrada.
Las personas consagradas a Dios pueden vivir su consagración de muy diversas formas y así vemos como a lo largo de la historia de la Iglesia, desde las primeras comunidades cristianas en el Asia Menor hasta los florecientes centros urbanos de nuestros días, la vida consagrada asume diversidad de formas. Las hay de aquellos que se dedican a la oración y a la contemplación en un lugar apartado de toda civilización. Hay quienes inmersos en el mundo, viven su consagración entre las más diversas actividades de la vida diaria.
Las personas consagradas a Dios pueden vivir su consagración de muy diversas formas y así vemos como a lo largo de la historia de la Iglesia, desde las primeras comunidades cristianas en el Asia Menor hasta los florecientes centros urbanos de nuestros días, la vida consagrada asume diversidad de formas. Las hay de aquellos que se dedican a la oración y a la contemplación en un lugar apartado de toda civilización. Hay quienes inmersos en el mundo, viven su consagración entre las más diversas actividades de la vida diaria.
Vocación al amor
Hablar de vida consagrada es hablar de amor, un amor en el que Dios elige
y el otro amor es de la persona que abraza esa llamada, llegando a
ser una comunión de corazones, tanto el de Dios como del hombre, "De
este modo, el hombre de amor único se convierte en el hombre de amor
a todos, porque se ha posesionado de su corazón la Benevolencia que
ama a todos y a todos acoge"[1].
Este amor no se compara con otros amores ya que es totalmente pleno y trae un inmenso
gozo en el corazón, permitiéndonos experimentar las promesas del
evangelio. "Jesús respondió: "yo les aseguro que ninguno que
haya dejado casa, esposa, hermanos, padres e hijos por el Reino de Dios,
quedará sin que reciba mucho más en el tiempo presente y en el mundo
venidero, la vida eterna" [2]
Vocación divina
Porque es Dios en la trinidad
quien invita a la persona a un seguimiento más de cerca y en el cual esta
persona acepta libremente y por amor, a ser total y exclusivamente para Dios y
para su Reino.
Este es un llamado a la perfecta
imitación de Cristo que lleva a la comunión de Dios y la perfección en el
amor. "yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al padre
sino por mí."[3]; es Jesús quien revela al consagrado el amor de padre
creador y el camino que de seguir y "Es el Espíritu Santo quien
suscita en la persona el deseo de una respuesta plena de consagración; además
guía el crecimiento llevándolo a la madurez" [4]
Llamado personal a
la plenitud
La vida consagrada es una
vocación no una carrera, significa una llamada divina; "Dios llama
especialmente a algunos fieles a dicho estado, para que gocen de este don
peculiar en la vida de la Iglesia y favorezcan su misión salvífica
de acuerdo con el fin y el espíritu del instituto"[5]. En esta
llamada la persona encuentra plenitud en el amor desarrollando
sus capacidades, valores talentos, virtudes, en sí toda su
integridad; frente a los ojos de Dios que le dice, "con amor eterno
te he amado, por eso prolongare mi cariño hacia ti"[6] .
El consagrado responde como signo
profético, escatológico que atrae a los hombres a la vida cristiana con
un corazón grande "Amarás a Yavé tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, y con toda tus fuerzas."[7]. Siempre
reflexionando la realidad que le toca vivir. Como dice Fray Carlos Aspiros
Costas: "Para mí, la vida consagrada significa algo así como tener
los dos pies en la tierra, […] estar bien enraizados en la realidad […]
Tenemos los pies en el mundo, pero con horizontes amplios, sin techo alguno por
encima de nuestras cabezas, sin muros que aprisionen".
Diversos tipos de vida consagrada.
Los siguientes tipos de vida aparecen en el derecho canónico y están
reconocidos actualmente por la iglesia, cada uno con sus características
propias. "por la profesión de los consejos evangélicos mediante votos
u otros vínculos sagrados, reconocidos y sancionados por la Iglesia, se
consagran a Dios según la manera peculiar que les es propia y contribuyen a la
misión salvífica de la Iglesia; su estado, aunque no afecta a la estructura jerárquica
de la Iglesia, pertenece, sin embargo, a la vida y santidad de la
misma"[8]
Vida consagrada en institutos religiosos
En los que sus miembros realizan
la profesión de los consejos evangélicos por medio de votos públicos y es
recibido por el superior en nombre de la iglesia. Y "Puede ser
admitido en un instituto de vida consagrada todo católico de recta intención
que tenga las cualidades exigidas por el derecho universal y por el propio, y
esté libre de impedimento."[9]. Además llevan una vida en común, con
cierta separación del mundo (claustro), pero esta actitud es diversa
según el carisma propio. También llevan el hábito religioso propio del
Instituto, como signo de consagración y testimonio de pobreza
Vida consagrada en institutos seculares
Realizan la profesión de los
consejos evangélicos a través algún vínculo sagrado, que no es el de los votos
públicos. Pero tienen efectos jurídicos, en cuanto son reconocidos por la
Iglesia y Pueden ser: votos privados, juramentos, promesas, consagraciones.
"Esta profesión confiere una
consagración a los hombres y a las mujeres, a los laicos y a los clérigos, que
viven en el mundo. Por esta causa deben ellos procurar, ante todo, la
dedicación total de sí mismos en caridad perfecta y los Institutos mantengan su
propia fisonomía secular, a fin de que puedan realizar con eficacia y
en todas partes el apostolado, para el que nacieron." [10]
Los miembros sean laicos o
clérigos viven en el mundo y desde allí realizan su apostolado, incluso no
utilizan hábito como signo de la consagración ni se le exige que lleven vida
fraterna en común, "Los miembros de estos institutos manifiestan y
ejercen su propia consagración en la actividad apostólica y, a manera de
levadura, se esfuerzan por impregnar todas las cosas con el espíritu
evangélico, para fortaleza e incremento del Cuerpo de Cristo".[11]
Vida consagrada eremítica y anacorética
Es una manera radical de
entregarse a Dios, como una práctica penitente y ascética, "(..) la
iglesia reconoce la vida eremítica o anacorética, en la cual los fieles, con un
apartamiento más estricto del mundo, el silencio de la soledad, la oración
asidua y la penitencia, dedican su vida a la alabanza de Dios y salvación del
mundo."[12], ellos también realizan la profesión pública de los tres
consejos con votos o con otros vínculos sagrados, realizados en manos del Obispo
diocesano. "Los eremitas presentan a los demás ese aspecto interior
del misterio de la Iglesia que es la intimidad personal con
Cristo"[13].
Las vírgenes consagradas
Esta consagración es una forma de
vida cristiana que no recibe estrictamente la denominación de Vida Consagrada
en el sentido técnico-jurídico (terminológico), "(…) son consagradas
a Dios por el Obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran desposorios
místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de
la iglesia"[14]. Ofrecen a Dios sólo la castidad (no la pobreza y
la obediencia). Por eso este tipo de consagración no es Vida Consagrada en
sentido estricto, sino que "se asemeja" a la misma; "la
virgen es constituida en persona consagrada como signo trascendente del amor de
la Iglesia hacia Cristo, imagen escatológica de esta Esposa del Cielo
y de la vida futura"[15].
Teniendo el propósito de seguir
más de cerca a Cristo, ellas pueden asociarse, para cumplir su propósito con
mayor fidelidad y ayudándose entre ellas realizar el servicio a la iglesia
con su propio estado.
Sociedades de vida apostólica
Estas Sociedades tampoco son
propiamente Vida Consagrada. Pero se asemejan a los Institutos de Vida
Consagrada, pero son algo distinto. "cuyos miembros, sin votos
religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y,
llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la
perfección de la caridad por la observancia de las constituciones."[16].
La finalidad apostólica es lo que
define a sus miembros que se reúnen para llevar una vida fraterna en común, y a
partir de esta desempeñar su misión; "cuyos miembros, sin votos
religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida
fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la
caridad por la observancia de las constituciones."[17].
Contenido teológico de la vida consagrada
La vida consagrada hace que
exista una gran relación entre Dios y el consagrado es decir tiene un vínculo
total con la santísima Trinidad. Por ello "se dedican
totalmente a Dios como a su amor supremo (…) convertidos en signo preclaro en
la iglesia, preanuncien la gloria celestial."[18].
Esta dedicación, por la que el
consagrado pertenece totalmente a Dios, se caracteriza por la
profesión de los consejos evangélicos. Y todo fiel bautizado esta llamados a
este seguimiento específico.
Dimensión eclesial
La vida consagrada es de la
iglesia y para la iglesia. Y su participación dentro de ella es de manera
sacramental a su modo, representando y reviviendo el género de
vida asumido por Jesús. "La vida consagrada es un don del padre por
medio del Espíritu a su iglesia, y constituye un elemento decisivo para su
misión."[19]
Este seguimiento radical de
consagrado manifiesta en la iglesia los bienes del Cielo ya presentes
en forma inicial y la gloria del Reino venidero. Por ello es que la autoridad eclesiástica
apoya y aprueba las diversas formas de Vida Consagrada, las Constituciones de
los Institutos en los que ésta se realiza, y también tendrá la responsabilidad de
vigilarla y protegerla. "Han crecido, en efecto, diversas formas de
vida, solitaria o comunitaria, y diversas familias religiosas que se
desarrollan para el progreso de sus miembros y para el bien de todo el Cuerpo
de Cristo"[20].
Dimensión espiritual
Todo bautizado tiene como
exigencia espiritual máxima, la ley del amor. Más aún el
consagrado tomará esta ley del amor de un modo concreto por los
consejos evangélicos. Y es el amor a Dios y a los hombres lo que impulsa
a algunos fieles a vivir de forma concreta la pobreza, castidad y la
obediencia.
La vida consagrada y la profesión de los
consejos evangélicos
Seguir a Jesús incluye estas tres
dimensiones de la existencia humana que son tres formas de radicalidad
evangélica como exhorta pablo. "por tanto hagan morir en ustedes lo
es "terrenal", es decir el libertinaje, la impureza, pasión
desordenada, malos deseos, y el amor al dinero, que es una manera de
servir a ídolos"[21].
Los consejos evangélicos son
tres: castidad, pobreza y obediencia; todos ellos ofrecidos a Dios a partir del
amor, basandose "como consejos fundados en las palabras y ejemplos del
Señor y recomendados por los Apóstoles, por los padres, doctores y pastores de
la Iglesia, son un don divino que la Iglesia recibió del Señor"[22] .
Castidad
La castidad antes de ser una
decisión es una gracia que ayuda a desarrollar la capacidad de amar
porque, "es un camino que lleva al amor"[23], para ser capases
de sentir afecto, de ser acogedor y cercano, de practicar la ternura y la
compasión, ". La castidad "por el Reino de los cielos", que
profesan los religiosos, debe ser estimada como un singular don de la
gracia."[24]; esta vocación no nace de la carencia o recorte del amor,
sino de la sobreabundancia y universalización, de ahí radica su posibilidad de
fecundidad espiritual y social.
Con la castidad "nos
unimos más fácilmente a Dios con un corazón no dividido, y nos consagramos a él
con mayor intimidad."[25], y podemos enfrentamos a una sociedad
de consumo y mala información, donde se multiplican las necesidades
de deseo, la obsesión por el sexo y el cuerpo. La castidad nos ayuda
a trabajar estas dificultades y a tratar de superarlas no solo de nosotros
mismos, sino también de nuestros hermano; porque la
castidad "es un camino de especial seguimiento a cristo, […] y
ponerse, como él, al servicio de Dios y de la humanidad"[26] .
Pobreza
Este voto es una forma concreta
de seguimiento radical de Jesús que "nos libera de la servidumbre:
más aún, nos aparta de la preocupación por las cosas de este mundo, para que
nos unamos de manera más completa al Señor"[27]. Este voto consiste en
resistir a aquellas corrientes culturales que nos estimulan a conocer y ser
conocidos en términos de mercancía, interés, conveniencia.
En el nuevo testamento frente a
la necesidad material está la riqueza espiritual de los pobres como
recuerda Pablo a los Corintios: "Ya conocen la generosidad de Cristo
Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su
pobreza los hiciera ricos."[28]. La pobreza evangélica en un valor en
sí mismo en cuanto se imita y participa de la pobreza de Cristo dando
testimonio con la sobriedad, fraternidad, sencillez y hospitalidad porque
él "se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su
pobreza."[29] .
Obediencia
No hacemos obedientes, no por
sometimiento a nada ni nadie, sino exclusivamente para encontrar la voluntad de
Dios en una comunidad de seguimiento a Jesús, "Por esta
profesión imitamos de manera especial a Cristo sometido siempre a la voluntad
del Padre para la vida del mundo, y de esta forma también nos unimos más
estrechamente a la Iglesia"[30].
La obediencia es algo que
caracteriza a la vida consagrada. "De ahí se deduce que siguiendo el
ejemplo de Jesucristo, que vino a cumplir la voluntad del Padre, "tomando
la forma de siervo","[31]; esta actitud de Jesús nos llama a
hacer la voluntad del padre tomando en cuenta la total y verdadera libertad para
realizarla.
Frutos de la vida consagrada
La vida consagrada vivida
plenamente nos lleva a un orden supremo, a una prioridad de una vida perfecta
con Dios y su amor, sintiendo un gozo de esperanza imperecedero. Esto sentimos
como dice Pablo "por preocuparse de las cosas de arriba y no los de
la tierra"[32] (col 3,2)
Camino a la perfecta caridad
La vida consagrada desarrolla la
gracia bautismal hacia la santidad y coloca al consagrado en un estado y
búsqueda y ofrenda total. Por ello el bautizado "ahora, para
conseguir un fruto más abundante de la gracia bautismal trata de liberarse, por
la profesión de los consejos evangélicos en la Iglesia, de los impedimentos que
podrían apartarle del fervor de la caridad y de la perfección del culto divino,
y se consagra más íntimamente al divino servicio."[33] . De esta manera el
consagrado adquiere este fruto de practicar la caridad abierta.
Servicio generoso - apostolado
Nos hace disponibles para servir
libremente, logrando así una vida más fecunda, de comunión; porque la vida
consagrada está orientada primero al corazón indiviso y segundo al apostolado.
Por ello "Todos los Institutos participen en la vida de la Iglesia y,
teniendo en cuenta el carácter propio de cada uno, hagan suyas y
fomenten las empresas e iniciativas de la misma: en materia bíblica,
litúrgica, dogmática, pastoral, ecuménica, misional, social, etc."[34] .
Configuración con Cristo
Se alcanza este fruto por la
especial relación con Jesús que a igual que a sus discípulos que les invita no
solo a acoger el reino de Dios, sino a poner toda su persona al servicio de
esta causa, dejando todo e imitando su vida más de cerca (virgen, pobre,
obediente). "Por esto, los miembros de cualquier Instituto, buscando
sólo, y sobre todo, a Dios, deben unir la contemplación, por la que se unen a
El con la mente y con el corazón, al amor apostólico, con el que se han de
esforzar por asociarse a la obra de la Redención y por extender el Reino de
Dios."[35].
Libertad
En el que nos sentimos realizados
plenamente sin manipulación alguna y eligiendo el bien para todos, libre de
toda carga que nos pueda impedir o dificultar el seguimiento radical a Cristo y
la construcción del Reino. "(…) los fieles de Cristo se
proponen, bajo la moción del Espíritu Santo, seguir más de cerca a Cristo,
entregarse a Dios amado por encima de todo"[36].
Santidad
Este fruto nos mantiene en camino
a la santidad y perfección de vida; apartándonos lo mayor posible del mal
y nos adhiere al bien; como Pablo recuerda. "Dios nos enseña a
rechazar la vida sin Dios y las codicias mundanas y a vivir en el mundo
presente como seres responsables, justos y que sirven a Dios"[37], lo que
significa renunciar el mal en nuestros corazones y estilos de vida. Por tanto
"Es necesario suscitar en cada fiel un verdadero anhelo de santidad, un
fuerte deseo de conversión y de renovación personal en un clima de
oración siempre más intensa y de solidaria acogida del prójimo, especialmente
del más necesitado"[38] .
Dedicación al crecimiento del Reino
Este fruto consiste en darse por
entero a la construcción del Reino con gozo y amor, misión que nos ayuda a
poner lo mejor de nosotros. Como nos animan nuestros pastores que nos
dicen: "con generosidad, e heroísmo, seguid trabajando para que en la
sociedad reine el amor, la justicia, la bondad, el servicio y solidaridad,
[…] abrazar con profunda alegría vuestra consagración, que es medio de
santificación para vosotros y de redención para vuestro hermanos"[39].
Desafío y oportunidades de los consagrados
La vida consagrada se siente
desafiada por este milenio que trae muchos cambios y fenómenos que pone a los
consagrados en un campo de tensiones y preocupaciones.
Problemas en grandes sectores de la humanidad
El consagrado responde a esta
situación actual como signo de esperanza y vida en Dios.
Frente a la globalización
Este fenómeno mundial abre nuevas
expectativas comunicativas y de relaciones, que "en ciertos aspectos
es un logro de la gran familia humana y una señal de profunda
aspiración a la unidad, sin embargo comporta también el riesgo de
grandes monopolios y de convertirse el lucro en valor supremo." [40]
Todos estos cambios crean un gran
dinamismo pero es manejado a intereses particulares y capitalistas donde muchos
sufren perjuicios, así la globalización "al servicio de los
poderes fácticos, de intereses particulares, de la ideología neoliberal,
tienen efectos negativos y discriminadores"[41].
Sistema económico injusto
Estos sistemas aplastan
a los pueblos más débiles y menos desarrollados ya que los grandes llevan
una economía insolidaria con los pobres. Pero el consagrado se
identifica con los pobres, promoviendo una economía solidaria colaborando con
otras organizaciones religiosas y civiles que persigan este fin
similar.
Fenómenos migratorios
El consagrado es signo de diálogo,
y sus "comunidades son lugares de esperanza y de descubrimiento de
las Bienaventuranzas; lugares en los que el amor, nutrido de la oración y
principio de comunión, está llamado a convertirse en lógica de vida y
fuente de alegría".[42], inspirando confianza que lleva a una comunión y
acogida fraterna frente al mundo de los emigrantes que huyen por causas
de guerras, pobreza, conflictos políticos y al llegar a otro país se
encuentra con xenófobas, etnocentristas, racistas.
Pluralidad y diferencias
El consagrado es acogedor, sintiendo
él mismo esa llamada a ser plural en sus miembros y carismas que el Espíritu
concede. Por eso "Para una auténtica inculturación es necesaria una
actitud parecida a la del Señor, cuando se encarnó y vino con amor y humildad
entre nosotros."[43], tomando esta reflexión vemos deque manera trabajan
los consagrados con diferentes culturas en diversos lugares del mundo sin que
necesariamente sean las suyas. Como también respeta a las diferentes religiones; "Dentro
del nuevo pluralismo religioso (…) no se ha diferenciado a los creyentes que
pertenecen a otras iglesias o comunidades eclesiásticas".[44]
Amenazas a la vida
Son todo los indicadores de violencia y muerte que
van en contra de una vida sana desde contaminación ambiental, violencia
psicológica, sexual, aborto, etc. Hasta la eutanasia. Pero la vida
consagrada mira un objetivo más amplio que es el de defender la vida
y hacerla más fructífera, por ello "La Iglesia admira y agradece a
las personas consagradas que, asistiendo a los enfermos y a los que sufren,
contribuyen de manera significativa a su misión. Prolongan el ministerio de
misericordia de Cristo, que pasó « haciendo el bien y curando a todos
»"[45].
Algunas luces de esperanza
Se presenta Dios por medio del
consagrado como un ser de esperanza ante estos problemas, alguien que cura y da
vida en abundancia.
La vida consagrada no es
indiferente a la cultura de muerte, porque plantea soluciones,
reflexiones, testimonio y ejemplo a partir del amor de Cristo a la humanidad;
deduciéndose de que "Quien ama a Dios, Padre de todos, ama
necesariamente a sus semejantes, en los que reconoce otros tantos hermanos y
hermanas." [46]
Mentalidad post moderna
Es un fenómeno global que afecta
especialmente a las nuevas generaciones gozando solo del presente sin esperar
nada del futuro, no existiendo pensamiento ni definición alguna. Por
ello "En nuestro mundo, en el que parece haberse perdido el rastro de
Dios, es urgente un audaz testimonio profético por parte de las personas
consagradas. Un testimonio ante todo de la afirmación de la primacía de Dios y
de los bienes futuros"[47].
El consagrado debe impartir el
evangelio y el amor de Dios reflexionando y observando la realidad que le toca
vivir, teniendo de esta manera la labor de educar en el amor a todos los que
siguen el pulso del momento.
ANEXO: VIDEOS.
SI CRISTO TIENE UN CORAZÓN ENAMORADO DE NOSOTROS, ¿POR QUÉ NO SERVIRLE? EL REINO DE CRISTO HACE CAMBIOS PROFUNDOS EN QUIEN LE SIGUE. VIVÁMOSLO. Y SINTAMOS ESE DESEO MEDIANTE LA SIGUIENTE INTERPRETACIÓN MELÓDICA.
Cara a Cara - Alejandro Bermúdez - la Madre Adela Galindo, fundadora de
las Siervas de los Corazones Traspados de Jesús y María - El valor de la
vida consagrada para la Iglesia y el mundo
FUENTES:
Monografías.com (Texto principal del autor Joe Alan Bocangel)*
http://blogs.periodistadigital.com/
http://www.vidanueva.es
CITAS DEL TEXTO PRINCIPAL.
[1] GIORDANO CABRA, Pier. Amarás con todo tu corazón (celibato). Ed. Salterrae; España, 1982. p. 63
CITAS DEL TEXTO PRINCIPAL.
[1] GIORDANO CABRA, Pier. Amarás con todo tu corazón (celibato). Ed. Salterrae; España, 1982. p. 63
[2] LA BIBLIA Latinoamericana;
Ed. Verbo divino; España, 2005. (Lc 18, 29).
[3] Ibid. (Jn. 14,6)
[4] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO.
Ed. Católica S.A., Madrid - España, 1983. (Canon 574).
[5] Ibid (Canon 574).
[6] LA BIBLIA, Op cit. (Jr.
31,3).
[7] Ibid (Dt. 6,4).
[8] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO.
Op. Cit. (Canon 207)
[9] Ibid. (Canon 597).
[10] VATICANO II, Ed. Católica
S.A.,Madrid - España, 1965. (Perfectae Caritatis nº 11)
[11] CÓDIGO DE DERECHO CANONICO.
Op. Cit. (Canon 713)
[12] Ibid. (Canon 603
)
[13] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLI CA. Asociación de editores de catecismo; España. 1992. Nº 923
[14] CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO.
Op. Cit. (Canon 604)
[15] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 923
[16] CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO.
Op. Cit. (Canon 731)
[17] CATESISMO DE LA
IGLESIA CATÓLICA, Op. Cit. Nº 930
[18] CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO.
Op. Cit. (Canon 573)
[19] APARECIDA V
conferencia general del episcopado Latinoamericano y del Caribe. Ed. Paulinas;
Lima - Perú. 2007. Pág. 118
[20] CATESISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, Op. Cit. Nº 917.
[21] LA BIBLIA, Op cit. (Col.
3,.5).
[22] VATICANO II, Op. Cit. (Lumen
Gentium Nº 43)
[23] GIORDANO CABRA, Op. Cit.
Pág.11
[24] VATICANO II, Op. Cit.
(Perfectae Caritatis Nº 12).
[25] LIBRO DE LAS COSTITUCIONES Y
ORDENACIONES de la orden de los Frailes Predicadores; Málaga - Madrid, 1999.
pág. 44
[26] APARECIDA V Op. Ct.
Pág. 118
[27] LIBRO DE LAS COSTITUCIONES Y
ORDENACIONES Op. Cit. pág. 48
[28] LA BIBLIA, Op cit. (2 Cor.
8,9).
[29] VATICANO II, Op. Cit.
(Perfectae Caritatis Nº 13).
[30] LIBRO DE LAS COSTITUCIONES Y
ORDENACIONES Op. Cit. pág. 41.
[31] VATICANO II, Op. Cit.
(Perfectae Caritatis Nº 14).
[32] LA BIBLIA, Op cit. (Col
3,2).
[33] VATICANO II, Op. Cit. (Lumen
Gentium 44).
[34] Ibid. (Perfectae
Caritatis nº 2).
[35] Ibid. (Perfectae
Caritatis nº 5).
[36] CATESISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA,
Op. Cit. Nº 916.
[37] LA BIBLIA, Op cit. (Tto
2,12).
[38] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Vita Consecrata, Ed. Salesianas, Lima - Perú, 1996.
Nº 39
[39] APARECIDA V Op. Ct.
Pág. 19.
[40] Ibid. Pág. 9
[41] CONGRESO INTERNACIONAL DE
VIDA CONSAGRADA, pasión por Cristo, pasión por la humanidad. Publicaciones
Claretianas. España, 2005. Pág. 35.
[42] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Op. Cit. Nº 51
[43] Ibid. Nº 79
[44] APARECIDA V Op. Ct.
Pág. 73.
[45] EXHORTACIÓN APOSTOLICA DEL
SANTO PADRE JUAN PABLO II; Op. Cit. Nº 83
[46] Ibid. Nº 77
[47] Ibid. Nº 85
No hay comentarios:
Publicar un comentario