FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

LOS SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO (PARTE 27)


LOS JUGADORES 



SUEÑO 35. —AÑO DE 1862. 

(M. B. Tomo Vil, págs. 50-51) 

En el Oratorio estaba ordenado que el dinero enviado por los padres de los alumnos fuese entregado al Prefecto, el cual lo administraría prudentemente según las necesidades y deseos de sus dueños respectivos. Medida muy razonable para evitar numerosos desórdenes. 

He aquí lo que leemos en la Crónica de Don Bonetti: El día 31 de enero, paseaba [San] Juan Don Bosco después del almuerzo bajo los pórticos, con algunos jóvenes, cuando de repente se detuvo y llamando al Diácono Juan Cagliero le dijo en voz baja: 

—Oigo sonido de dinero y no sé dónde se está jugando. Ve y busca a estos tres jóvenes —y les dijo sus nombres— y los encontrarás jugando. 

—Inmediatamente comencé a hacer lo que me había sido indicado --- prosigue el mismo Cagliero—, buscando por una parte y otra, sin lograr localizar a los muchachos que [San] Juan Don Bosco me había indicado; cuando he aquí que veo ante mí a uno de los tres. —¿De dónde vienes? ¿Dónde te habías escondido, pues hace mucho tiempo que te estoy buscando sin poderte encontrar? —Estaba en tal y en tal lugar. —¿Y qué hacías allí? —Jugaba a los dados. * —¿Con quién? —Con N y con R. —Estabas jugando dinero, ¿verdad? 


El joven dijo alguna palabra de excusa sin negar que, en efecto, hubiera estado jugando dinero. Entonces me dirigí al lugar que me había indicado, que era muy escondido, pero no encontré a los otros dos. 

Continué buscando y llegué a saber con toda exactitud que los tales, diez minutos antes, habían estado jugándose acaloradamente una buena cantidad. 

Seguidamente fui a comunicar a [San] Juan Don Bosco el resultado de mi gestión. 

*********** 

El [Santo] contó que la noche precedente había visto durante el sueño a aquellos tres jóvenes jugando apasionadamente el dinero.

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