No podemos tratar al sacerdote igual que a cualquier otro hombre pues es poseedor de la dignidad más grande del mundo, me asombro y me duele tanto ver y escuchar a muchas personas (principalmente mujeres) cómo tratan o cómo se dirigen a nuestros sacerdotes.
Primeramente pienso que debemos dirigirnos a él, siempre de "usted" (aunque el sacerdote sea más joven que nosotros o lo conozcamos desde su adolescencia) pues ahora es un consagrado y actúa "In persona Christi".
Respetemos al sacerdote (el hombre escogido entre miles por Dios desde la eternidad). No lo invitemos a fiestas, cenas, eventos, etc. pues sus actividades deben ser las espirituales. Le traspasamos una cruz interna a nuestro Señor porque lo que le hacemos a un sacerdote, ya sea material o espiritual, a Él se lo hacemos.
Pensemos también en el castigo eterno que recibiremos puesto que Jesús le dijo a la vidente Oliva Árias que la mujer que haga caer a un sacerdote más le valiera no haber nacido porque es más maldita que Judas. Lo mismo el hombre que haga pecar a un sacerdote.
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