FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN - TOMO 1 - ENTREGA 5.

REVELACIONES AL HERMANO AGUSTÍN.

Mensajero de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María.

Libro "María Madre del Segundo Advenimiento"

Relatos divinos para comprender los acontecimientos que marcan la real historia de lo que muchos creyentes llamamos "Últimos tiempos", mediante los cuales tenemos la oportunidad de estar a salvo en toda circunstancia.

Revelaciones dadas a un alma
a quien Jesús le llama cariñosamente
Agustín del Divino Corazón.


Velad y orad para no caer en tentación 
Agosto 30/07 9:38 a.m. 

Jesús dice: 

Velad y orad para no caer en tentación, porque el espíritu está presto y la carne es débil y el diablo, como león rugiente, anda buscando a quien devorar, resistidle firmes en la fe. 

La oración constante hecha desde el corazón es el alimento que os nutre en vuestras debilidades. Es así que debéis alimentaros diariamente de ella para no decaer en vuestro caminar espiritual; debéis llegar a la meta como lo hacen los vencedores. 

Apartaos del bullicio e internaos en las penumbras del silencio, pues así escucharéis más fácilmente mi Voz y descubriréis mis riquezas que os tengo reservadas. 

Sentid ansias en venir a beber de mi fuente, fuente de agua viva, que se halla en todos los Sagrarios de la tierra, manantial presto para saciaros cada vez que cruzáis desiertos y valles desolados en los que la única compañía son el abatimiento y la agonía interior. En el Sagrario os bendigo podando vuestros corazones de la maleza que os hace daño y que impide el crecimiento de nuevos frutos. 

En el Sagrario mi Corazón se regocija ante vuestra presencia, manando torrentes de amor que os aquilata en un mundo de desigualdad y diferencias sociales. 

En el sagrario os derramo unción para que el Espíritu Santo os dé sabiduría y discernimiento ante las falacias y seducciones del mal. 

En el Sagrario os vierto alegría y luz para que vuestros momentos de tristeza y oscuridad desaparezcan. 

En el sagrario os doy de mi paz haciendo que recobréis la serenidad que vuestro espíritu necesita. 

Sed mi centinela y compañía en mi soledad que desde aquí os cubriré la desnudez de vuestra alma con mis miradas de amor dándoos a degustar por adelantado majares del cielo. 

“Adoradme en espíritu y en verdad a imitación de los coros angelicales recibiendo rayos de luz para haceros santos”. 

Al hacer la genuflexión repetid las palabras que un día enseñé a la depositaria de los secretos de mi Sagrado Corazón, Santa Margarita María de Alacoque, diciendo: 

“Que todo se doblegue ante Vos, oh grandeza infinita, que todos los corazones te amen, que todo espíritu os adore y que toda voluntad se os someta para siempre”. 

Así iréis muriendo lentamente a vuestra naturaleza humana e iréis revistiéndoos de mi Divinidad espiritual hasta haceros mensajeros de mi Luz. 



Mis enseñanzas os harán luminosos 
Agosto 30/07 (11:40 a.m.) 

Jesús dice: 

Mi pequeño Jardín: cultivad con el abono de mi Amor Os he plantado en el vergel florecido de mi Corazón para daros mi ternura infinita y el abrigo paternal; vosotros sois mis pequeños niños que empiezan a crecer espiritualmente, pero debéis saber que es importante vivir día a día mis enseñanzas que os harán como rayos luminosos en los cuales muchos se os acercarán para recibir vuestro calor, calor dado por Mí, porque mi Corazón es una hoguera de Amor y os abraza y os enternece en su fuego Divino. 

Os invito a caminar en la Verdad de mi Palabra, palabra que os anima y os alienta a no mirar hacia atrás. Os quiero santos y limpios de corazón. Venid a mí que con infinita misericordia os justificaré vuestras faltas declarándoos inocentes bajo el sacramento de la confesión. Haced uso de ella cada vez que sintáis la necesidad de darle la blancura como lienzo fino a vuestra alma. 

Manteneos armados de mi Espada Divina porque ella es el pozo de la Sabiduría Divina en el cual debéis beber hasta adquirir la sapiencia que recibió Salomón y el rey David. 

Caminad desprovistos de todo, menos de mi Palabra, guardadla en vuestros corazones, dándola a conocer a todos los hombres, acercaos a ella bajo las luces de mi 

Espíritu Divino y así podréis entender y beber mi mensaje de amor que es a la vez tan antiguo y tan nuevo; en mi Palabra encontraréis perlas de gran valor, guardadlas con gran recelo para que no se os pierdan. 

Haciendo del Evangelio norma de vida llegaréis a ser santos. 

Quien desconoce las Sagradas Escrituras, aún no me ha conocido. Acercaos porque cielo y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán. 



Os llamo a la conversión 

Agosto30/07 (1:05 p.m.) 

La Santísima Virgen María dice: 

Os acerco a mi Inmaculado Corazón con ternura para resguardaros en mi seno maternal y daros instrucciones del cielo para que cada día abráis más vuestros ojos a la luz de Cristo y seáis verdaderos transmisores de su Sabiduría Divina en este mundo acaecido por la oscuridad y las tinieblas producidas por el pecado. 

Con amor de madre os llamo a la conversión permanente, esforzándoos en haceros cada vez más puros, ya que en el cielo nada manchado puede entrar, antes debéis ser transformados en el dulce fuego del amor de Dios. 

Aceptad las enseñanzas que muy generosamente se os dan y que hoy no os impacta en demasía, pero que en el día de mañana guardaréis atentos ante tan sabia doctrina. 

Orad por la santificación de los sacerdotes, hijos predilectos de mi divino Corazón, puesto que muchos de ellos se me pierden porque son muy pocos los que sacrifican y mortifican por la salvación de sus almas. 

Qué débiles sois para el ayuno, pedid mi asistencia y os robusteceré, de tal manera que se os doblegue las apetencias de vuestros cuerpos. 

Abandonaos a la infinita misericordia de vuestro Dios y transformaos en vuestra condición humana haciendo de vuestras vidas oración y anonadándoos ante las maravillas que el Padre ha puesto a vuestro alrededor. 

Recoged en vuestros corazones mis lágrimas de ver que son tantas las almas que caen al lago eterno del infierno. 

Con insistencia os pido, a vosotros, orar por la conversión de los pecadores, suplicando a Dios Todopoderoso que sus corazones de pedernal se hagan sensibles frente a mi llamado. 

No sucumbáis a la tentación, resistid firmemente frente a los ardides de Satanás, él lo único que quiere es deformar vuestra fe con falsos raciocinios y así alejaros de mi camino. 

Llegad a mí con espíritu de recogimiento y de oración, ávidos de recibir mis enseñanzas y de las de mi adorable Jesús, que no son otras distintas a las contenidas en el libro Santo. 

Sed fieles al vicario de Cristo, acá en la tierra, orando fuertemente por él, ya que son muchos los enemigos que lo cercan. 

Os doy abrigo bajo mi manto Divino y os resguardo del príncipe de las tinieblas. No seáis reacios frente a mis llamados, acudid a mí con prontitud que os quiero integrados en el Ejército Azul empuñando en vuestras manos el arma mortífera contra Satanás, el Santo Rosario, digo santo porque siendo éste una oración tan sencilla produce efectos maravillosos en el alma de quienes lo practiquen. Caminad con el sello que os identifica como mis verdaderos hijos, no usándolo por moda sino como un signo que os marca bajo mi protección maternal. Os resguardo en mi Corazón Inmaculado para que no sintáis frío. 

Os amo, os amo mucho. 



Si supierais cuánto os amo 

Agosto 30/07 6:35 p.m. 

Jesús dice: 

Pequeños de mí adorado Corazón: 

Hoy nuevamente os acerco a este dulce refugio para daros protección y seguridad de que no camináis solos, porque Yo os acompaño, porque Yo os protejo, porque Yo os guío y porque Yo os acerco a Mí. 

Si supierais como os amo, doblegaríais totalmente vuestra voluntad y todo vuestro ser a quien os creó, caminaríais con vuestros ojos abiertos atentos de no manchar vuestro corazón con el fin de no herir mi Corazón, corazón susceptible a vuestro amor, corazón susceptible a vuestra voz, corazón susceptible en socorreros, corazón susceptible en conduciros al aprisco de mi Divino Corazón, corazón que se os convierte en verdes praderas de nutridos pastizales para alimentaros. . 

Pequeño rebaño mío: si supierais cuanto os amo en cada amanecer, sentiríais la aurora de la mañana que os abraza; si supierais cuanto os amo, sentiríais el latir de mi Corazón en vuestro corazón cada vez que llego a vosotros revestido de la sencillez de una Hostia Blanca. 

Si supierais cuanto os amo en cada anochecer, miraríais hacia el cielo quedándoos extasiados bajo la luna y estrellas lucientes en el inmenso firmamento. 

Si supierais cuanto os amo, me regalaríais espacios de tu tiempo postrados a mis Divinos pies en el Sagrario y deleitaros en un diálogo de intimidad Divina. 

Si supierais cuanto os amo, percibiríais mi presencia en cada corazón, en cada hermano que tenéis a vuestro lado, pero vosotros capullos de mi sagrado jardín, alcanzáis a comprender la grandeza de mis obras, por eso os elegí, por eso os llamé para hacer de vosotros portavoces de mi Voz, mensajeros de mi Amor y de mi Paz. 

Os arropo con mi presencia, os abrigo con mi manto de Amor, os acerco en mi Pecho Divino para que sintáis el palpitar de mi Corazón y podáis recostar vuestras cabezas en mi pecho. Os abrazo y os acerco cada día más a Mí. 



Venid y hacedme compañía 

Agosto 30/07 9:45 p.m. 

Jesús dice: 

Hijos de mi adorable corazón, os arrincono en la profundidad de mis entrañas Virginales para daros a beber una gotita de mi Sangre preciosa y enriqueceros con la pureza de mi amor. Venid conmigo y hacedme compañía en dura prueba del Getsemaní y postraos en oración con el rostro en tierra pero con vuestro corazón en las manos de mi Padre, suplicando su misericordia por el desamor e ingratitud con que los hombres trataron a su Divino hijo. 

Mirad que fue tanta la tristeza que inundó mi alma, que de mi cuerpo brotó sangre, sangre que serviría para pagar el precio por vuestros pecados y los de toda la humanidad. 

Que vuestro espíritu, alma y cuerpo estén en vela para iluminar, como antorchas de luz, a los que teniendo ojos no ven y teniendo oídos no me escuchan. 

Unid vuestras plegarias en el silencio de la noche, en el que el sonido del viento choca contra las rocas y los árboles. 

Venid y extended vuestras manos al cielo pidiendo a mi Padre que vuestros ruegos sean escuchados. Venid y abrid vuestros corazones para haceros partícipes de mis llamados angustiosos y haced que por vuestros ofrecimientos, almas generosas vengan hacia Mí y aminoren la tristeza que empaña la luz de mi Corazón. 

Venid y limpiad mis lágrimas para juntos lloremos amargamente porque hoy son muchos los que renuevan los dolores de mi pasión, agrandando las llagas de mis pies y de mis manos. 

Venid y en compañía de los coros angelicales entonad cantos que como melodías armoniosas suavicen la agonía de mi Divino Corazón. 

Donadme parte de vuestro sueño y juntos reparemos, ofreciendo actos de amor para la conversión de las almas. 

Venid y arrodillaos en el lugar en que derramé mi Sangre preciosa y adoradla en remisión de vuestros pecados y los del mundo entero. 

Contemplad la luz apagada de mis nublados ojos y encendedla con el candil de vuestra oración. 

Observad el estado lamentable de mi Corazón y aliviadlo con vuestro espíritu de sacrificio. 

Calentadme en el frío lúgubre de esta noche con el fuego de amor que arde en vosotros. 

Preparad el camino de vuestro Señor, amando la austeridad para alcanzar la opulencia en el cielo. 

Abrazad el sacrificio para luego alzar vuelo a la patria celestial. 

Sed mis adoradores nocturnos visitando espiritualmente uno de mis Sagrarios para endulzar la hiel amarga de mi Corazón con vuestra oración. 

Sois mis cirineos que os invito a cargar mi cruz, llevándola con amor, aún en vuestros momentos de prueba. 

Vosotros sois mis testigos en mi sufrimiento, ofreciéndoos como almas víctimas para dar descanso en mi tribulación. 

Os acojo con amor en esta noche de silencio sepulcral para que rindáis homenaje a mi rostro desfigurado por la nostalgia y lo transforméis con la sutileza de vuestra oración reparadora.


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